Organización, estructura y presentación escrita del TFG

Viernes, 14 de septiembre de 2018

por diariodicen.es

Se conoce como trabajo de fin de grado al compendio de los conocimientos que los alumnos, en este caso de Enfermería, han ido adquiriendo a lo largo de la etapa de formación universitaria, que implica, además, la puesta en práctica de las competencias en el ámbito de la búsqueda, organización y exposición de elementos importantes para la investigación en su campo y el desarrollo de la capacidad de llegar a conclusiones que promuevan el pensamiento crítico.

La elaboración del TFG, en concreto en una rama de las Ciencias de la Salud, conlleva un gran esfuerzo y exige una redacción caracterizada por el rigor y la sistematización; y, además, hay que tener en cuenta la perdurabilidad inherente a todo escrito. Por ello, como norma fundamental para realizar un buen trabajo, es necesario que la redacción sea clara y coherente, y esté acompañada por los elementos básicos de permiten comprender mejor la tesis, a saber, las referencias de bibliografía, notas, cuadros, imágenes o, entre otros, apéndices. También hay que tener en cuenta la normativa vigente en cuanto a pautas de presentación y las especificidades de cada centro universitario.

Principios y normas generales para la redacción

El objetivo principal de la redacción del TFG es, al fin y al cabo, transmitir un mensaje de forma eficaz. Para ello, existe una serie de principios generales que hay que tener en cuenta a la hora de escribir una investigación de esta índole; el primero pasa por establecer un plan de trabajo, un guion, y seguirlo.

El primer paso de este apartado es reservar cierta cantidad de tiempo para la redacción en sí, y cumplir los plazos que se han pautado para ello, tanto en el momento de comenzar como de concluir. Seguidamente, es necesario elaborar un esquema del contenido del estudio, un índice en el que se especifiquen los apartados en los que se va a dividir el TFG; esta categoría puede variar en función de los requerimientos de las universidades o de las necesidades del trabajo.

El segundo paso es dominar el idioma, ya que el propósito de estas investigaciones es que sean de fácil compresión, y las directrices que impone la escritura científica. Principalmente, dichas directrices aglutinan la precisión del lenguaje, es decir, enunciar exactamente lo que se pretende comunicar evitando la utilización de términos ambiguos y haciendo gala de riqueza léxica en cuanto al uso de sinónimos; la claridad, caracterizada, principalmente, por la sencillez en la redacción, entendida como la facilidad de comprensión del mensaje que se quiere transmitir, con frases bien ordenadas y párrafos cohesionados; la brevedad, gracias a un texto escueto que contenga lo esencial; la coherencia, a través de un orden interno lógico; y el rigor.

El tercer paso integra el lapso de tiempo que se dedica a la revisión del texto, que, ya que los trabajos científicos no se escriben de una sola vez, debe ser paulatina y minuciosa, de todos los aspectos de la obra; además, esto implica cierta capacidad de autocrítica. Este es un método eficaz para estar al tanto de las equivocaciones que se pueden haber cometido, tanto en estructura y forma, como en planteamiento y en ortografía o léxico.

Siguiendo con los principios generales, existe otra serie de elementos que se han de seguir para cumplir con los objetivos de los TFG. Algunos de ello son el sexismo en el lenguaje, que se ha de evitar, emplear un estilo formal y una sintaxis que reúna los requisitos antes expuestos, y, aunque la tendencia puede cambiar y hay que tener en cuenta el criterio de los centros de estudios, la redacción científica precisa de la utilización del lenguaje impersonal, que evite la primera persona de la conjugación y de los pronombres posesivos.

Frases y párrafos

Es recomendable, en la escritura de trabajos de esta índole, recurrir a frases cortas, sin construcciones recargadas, y no utilizar oraciones pasivas o negaciones ni abusar de los gerundios, y, por otro lado, alternar la extensión de los párrafos, es decir, que a uno largo, de entre 21 y 24 líneas, le suceda uno corto, que no exceda de las seis, y que su orden lógico se mantenga coherente.

Faltas de ortografía y signos de puntuación

Se debe prestar especial atención a este punto, ya que una mala puntuación u ortografía puede variar el significado de una frase, y además, estos elementos sirven como herramienta a la hora de cohesionar, en este caso, un TFG.

Cuadros, tablas, gráficos y figuras

Por su naturaleza, los cuadros deben resaltar informaciones de especial relevancia en el trabajo; cuando están representados en forma de columnas, se denominan tablas. El apoyo en este tipo de composiciones ha de responder a los principios de economía del lenguaje, es decir, es necesario limitar su uso, y cuando se empleen, su contenido no puede replicar lo escrito en el texto.

La ética en la redacción científica

La elaboración de un trabajo de investigación científica debe cumplir unas condiciones éticas, principalmente que la relación de los procesos teóricos y prácticos que se han usado sea exacta, que los datos de los que se ha valido el TFG son correctos, que la interpretación sea objetiva y que se citen las fuentes y las referencias.

El plagio

El plagio, a grandes rasgos, consiste utilizar una fuente y su contenido, total o parcialmente, sin citar la referencia o no especificar su proveniencia. Esta práctica es un delito tipificado por diversas leyes tanto del ámbito nacional como internacional, también en Internet.

Citar y parafrasear

En este contexto, citar hace referencia a la transcripción literal, entrecomillada y debidamente referenciada, de las palabras de determinado autor; parafrasear, por su parte, a interpretar, resumiendo o ampliando, las ideas de otra investigación.

Formas de referenciar la bibliografía

Como norma general, siempre se debe incluir las referencias de cualquier fuente que se emplee. En el ámbito científico español, la parte del trabajo que se reserva para este apartado suele denominarse “Bibliografía”, aunque hoy en día está recibiendo diferentes nomenclaturas; en la actualidad tan importante es registrar las fuentes de los formatos tradicionales como las encontradas en la web.

Requisitos básicos

Deben poder verificarse fácilmente, exponerse consecutivamente, ser coherentes con el contenido de la investigación o, entre otros, se ha de escoger un número equilibrado de referencias.

Normas sobre las referencias bibliográficas y los modos de citación

Para que las citas sean homogéneas en el ámbito científico, existe una serie de entidades internacionales que estipulan la forma adecuada de llevar esta tarea a cabo, como el International Comitee of Medical Journal Editors (ICMJE), conocido como Grupo de Vancouver,  la American Psychological Association (APA), el estilo Harvard, The Chicago Manual of Style o las normas ISO.

Otras normas para la redacción y publicación de estudios con diseños específicos

Dentro de esta categoría se aglutinan algunas directrices, como las propuestas por las declaraciones Consort, para ensayos clínicos, o Quorum, para metaanálisis, entre otros métodos.

Contenido extractado de:

Arroyo Gordo MP. Organización, estructura y presentación escrita del Trabajo Fin de Grado. En: Serrano Gallardo P. Trabajo de fin de grado en Ciencias de la Salud. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2012. p. 179-212.