Cuando la psiquiatría se convierte en un estigma en la atención urgente

Viernes, 7 de junio de 2019

por diariodicen.es

Cuando los equipos de urgencias extrahospitalarias recibimos un aviso del 112, acudimos a dicha urgencia con la información que nos facilitan los familiares como única orientación al diagnóstico.

En el caso que se expone a continuación nos encontramos con un paciente joven cuya patología crónica principal era de origen psiquiátrico. Como enfermera pienso que, dadas las características de este tipo de pacientes, en ocasiones olvidamos contemplarlo desde un punto de vista holístico debido a la urgencia de la situación. Dicha situación fue la siguiente:

A través del 112, una mujer alerta de un posible intento autolítico por ingesta de pastillas de su hijo, un joven de 22 años. Acudimos al domicilio trasladados en ambulancia convencional (solo conductor), resultando inaccesible el paso al mismo, lo que obliga al equipo a subir caminando con todo el material. A nuestra llegada se encuentran presentes su madre y la policía que ya colocó al sujeto en posición lateral de seguridad.

El paciente presenta un estado semicomatoso con tendencia al sueño, responde a estímulos dolorosos y a su lado se encuentran varias cajas y blíster de Noctamid®, lorazepam y ketazolam. Siguiendo con el protocolo habitual es valorado por el médico, mientras que yo, como enfermera, llevo a cabo la toma de constantes y canalizo una vía venosa periférica, con extracción de muestra de sangre para el laboratorio y realización de glucemia, con valor 61 mg/dl. Asimismo se administra por prescripción médica una ampolla de Anexate®, con respuesta positiva del paciente, así como 20 cc de glucosa al 50%.

En el interrogatorio, la madre refiere que el muchacho ha tenido varios intentos autolíticos previos, por los que está en tratamiento psiquiátrico con leve mejoría. La última vez que habló con su hijo fue el día anterior por la noche, esta mañana le parecía que dormía mucho pero no se alarmó hasta que encontró una nota de despedida; de eso hace aproximadamente ocho horas.

Con la estabilización del paciente se plantea el traslado a la ambulancia, con gran dificultad y pérdida de tiempo debido a las características que presenta el domicilio, encontrándose en este momento el sujeto con náuseas y una ligera disminución del nivel de consciencia. Mientras es evacuado descubrimos unos blíster de sulfonilureas que la madre identifica como propios, pero aun así decidimos adjuntarlos junto con el resto de la medicación que posiblemente había ingerido.

Una vez en la ambulancia se administra al paciente suero fisiológico y una ampolla de metoclopramida, pero durante el trayecto va disminuyendo su nivel de consciencia, siendo preciso administrar una ampolla de Anexate® seguida de otra de naloxona, ambas sin llamativa mejoría. Aunque está consciente, el valor en su escala de Glasgow es de 11-12.

Al llegar al hospital se le vuelven a tomar las constantes en el triaje, con cifras de TA 100/65, saturación de oxígeno 95%, FC 70 l/m y glucemia de 80 mg/dl.

La evolución posterior del paciente se agravó con una pérdida de consciencia y con una disminución a 3 en su escala de Glasgow, que precisó intubación endotraqueal y traslado a un hospital con Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI).

En los días posteriores, y ante la dificultad de estabilización del paciente, se llevaron a cabo múltiples pruebas y mediante analítica se comprobó que había ingerido
80 mg de sulfonilureas, 2.250 mg de venlafaxina y múltiples benzodiacepinas (lormetazepam, ketazolam y lorazepam), tardando alrededor de 36 h en poder estabilizar sus continuas hipoglucemias.

Las sulfonilureas tienen un efecto hipoglucemiante agudo, actuando sobre la célula beta del páncreas en un estímulo de la secreción de insulina, de ahí su potencial gravedad en caso de sobredosificación.

Al cabo de varios días, tras el control del efecto hipoglucemiante y sin que aparecieran otras complicaciones, el paciente es dado de alta.

Tras ser evaluado en el Servicio de Psiquiatría se acuerda con el paciente y su familia el ingreso en una clínica para el ajuste farmacológico y la terapia psicológica.

Con el presente relato pretendemos concienciar sobre el riesgo de los estereotipos ante ciertas patologías, que impiden obtener una visión de conjunto que facilitaría una correcta atención al paciente, independientemente del diagnóstico inicial.

En este caso, por ejemplo, en la atención urgente a una persona por un intento autolítico, la ingesta de antidiabéticos que no formaban parte de su tratamiento crónico podría haber pasado desapercibida, siendo estos justamente los que empeoraron su situación clínica y no solamente la toma de benzodiacepinas, que fueron las que se asociaron inicialmente a su intento autolítico por su patología principal.

Estrada Alarcón N et al. Cuando la psiquiatría se convierte en un estigma en la atención urgente. Metas Enferm abr 2019; 22(3):79-80

Publica tu relato en Metas de Enfermería

¿Te gusta escribir y tienes alguna experiencia relacionada con la profesión que quieras compartir? Ahora cuentas con la oportunidad de ver publicadas tus vivencias en la revista Metas de Enfermería. Si has vivido alguna historia interesante, personal o cercana relativa a la práctica enfermera, puedes plasmarla en un texto que tenga entre 800 y 1.200 palabras. Las normas de publicación de la revista pueden consultarse a través del siguiente enlace.

Atención de urgencias, enfermería, estigma, psiquiatría

Una respuesta a “Cuando la psiquiatría se convierte en un estigma en la atención urgente”

  1. Caso interesante, sin embargo creo importante comentar varios aspectos: se administra inicialmente una ampolla de anexate (flumazenilo), siendo la presentación más habitual la de 0,5 mg/5 ml (existen también ampollas de 1 mg), sin embargo la dosis inicial recomendada en ficha técnica es de 0,3 mg en bolo i.v, a los 60 segundos se podría inyectar 0,1 mg más y así hasta 2 mg en intervalos sucesivos, si bien la dosis inicial en este caso es excesiva (mayor riesgo de convulsiones, arritmias…). Interesante y adecuado observar cómo posteriormente y ante la falta de respuesta se inyecta naloxona (antagonista opiáceo bien empleado empíricamente ante una disminución del nivel de consciencia de origen incierto).
    Por último señalar que el título elegido para este caso clínico no parece tener mucho sentido ni reflejar realmente el contenido del caso clínico… creo que hubiera sido mucho más interesante y útil a efectos de clasificación señalar en el título el antidiabético oral, la hipoglucemia… “Hipoglucemia de origen desconocido en intento suicida mediante autointoxicación medicamentosa”, por ejemplo. No veo relación consistente entre el estigma en la atención por causa psiquiátrica y el contenido del caso, además el título no es nada orientativo para que los investigadores posteriores localicen el trabajo y puedan utilizarlo como referencia.
    Por lo demás, caso interesante que merece la enhorabuena para sus autoras.

¿Quieres comentar la noticia?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*
*