Los centros de Atención Primaria de todo el país están colapsados desde hace algunas semanas, sobre todo desde que llegó la variante ómicron. Las citas se han multiplicado y las colas para conseguir una o para hacerse un test, también. Una situación que, aunque ha mejorado y se ha aliviado por la vacunación, está marcada por el agobio, la desesperación y cansancio en un momento en el que el riesgo de contagio es muy alto y a la que los profesionales sanitarios llegan cansados y sin refuerzos.
La incidencia ha llegado a 911,31 casos por 100.000 habitantes y “niveles de transmisión como no hemos visto nunca”, según los epidemiólogos, la situación es sumamente preocupante porque además la variante ómicron es más contagiosa, aunque menos severa, pero eso no le hace inofensiva.
Cada vez hay más personas con covid debido a lo rápido que se contagia, y eso ha dado lugar que la gente colapse las farmacias, hospitales y centros de salud para hacerse test de diagnóstico y poder así reunirse con sus familiares de forma más segura. Esto ha dado lugar a imágenes preocupantes de largas colas de espera y desesperación.
Esa desesperación ha dado lugar a que en un centro de salud de Cáceres se produjera una situación de mal gusto para los profesionales sanitarios cuando un grupo de personas, indignadas al no poder hacerse un test del coronavirus tras horas de espera, decidieron resolver su enfado cargando contra el personal sanitario. Han sido varios los que a las puertas del centro comenzaron a insultar, amenazar y abuchear a los trabajadores del lugar.
La policía tuvo que escoltar a siete enfermeras del ambulatorio, que increpadas tuvieron que pedir ayuda para marcharse del centro al finalizar su jornada laboral. Ante esta situación, el asesor y exdirectivo de la OMS Rafael Bengoa ha lanzado un mensaje claro en Informativos Telecinco: “Lo último que tiene que haber es gente riñendo a los profesionales en los centros”.
