La Declaración de Helsinki, principal código ético adoptado internacionalmente para guiar la investigación en seres humanos, incluyó en una de sus últimas revisiones el deber del personal investigador de poner a disposición del público los resultados de sus estudios, con responsabilidad sobre la integridad y exactitud de los informes. Se trata de una obligación ética que deber ser asumida también por otros agentes, en sus ámbitos de competencias, como promotores de la investigación o editores de revistas científicas. Según el artículo 36 de la mencionada declaración es necesario, además, que en la publicación se cite la fuente de financiación, las...