Todos lo hemos dicho alguna vez: ¡qué rápido (o que lento) pasa el tiempo! La percepción de algo tan sumamente objetivo (horas, minutos, segundos) como es el tiempo, se torna unas veces interminable y otras fugaz según la situación, en estos casos, subjetiva de quien se encuentra en un momento u otro de la vida. La edad, por ejemplo, da una perspectiva diferente al tiempo. De pequeños o de jóvenes, el tiempo es lento, se hace largo, ?el año que viene? o ?cuando cumpla los ...? se ve distante, lejano, remoto. Sin embargo, de mayores, se suceden los años sin...