Macronutrientes, presión arterial y estado de peso en escolares de Durango, México

Sección: Originales

Cómo citar este artículo

Domínguez Chávez CJ, Bañuelos Barrera Y, Ruiz Sánchez E, Bañuelos Barrera P. Macronutrientes, presión arterial y estado de peso en escolares de Durango, México. Rev. iberoam. Educ. investi. Enferm. 2014; 4(3):11-8.

Autores

1Claudia Jennifer Domínguez Chávez, 2Yolanda Bañuelos Barrera, 3Eloína Ruiz Sánchez, 4Patricia Bañuelos Barrera

1Enfermera. Facultad de Enfermería y Obstetricia. Universidad Juárez, Durango.
2 Dra. en CC de Enfermería. Catedrática de tiempo completo. Facultad de Enfermería y Obstetricia. Universidad Juárez, Durango.
3Maestra en CC de Enfermería. Catedrática de tiempo completo. Facultad de Enfermería y Obstetricia. Universidad Juárez, Durango.
4Dra. en CC de Salud Pública. Catedrática de tiempo completo. Facultad de Enfermería y Obstetricia. Universidad Juárez, Durango.

Contacto:

Email: jennifer_dominguez23@hotmail.com

Titulo:

Macronutrientes, presión arterial y estado de peso en escolares de Durango, México

Resumen

Objetivo: determinar la influencia del consumo de macronutrientes (CM) en el porcentaje de grasa corporal (PGC) y del PGC sobre la presión arterial (PA).
Metodología: análisis secundario, diseño descriptivo correlacional. Se emplearon un total de 127 expedientes de escolares de ambos sexos de 16 escuelas primarias públicas en la ciudad de Durango, México. El resto de los expedientes de la muestra del análisis primario fueron excluidos, al no contar con los datos necesarios el análisis. Dichos datos fueron analizados usando SPSS v 15.0. Se analizaron variables sociodemográficas, PA, PGC y frecuencia de consumo semanal de macronutrientes.
Resultados: dentro de la población se encontró que existe mayor frecuencia de consumo de grasas (53%). El 2,9% presenta cifras para hipertensión arterial y 3,4% prehipertensión arterial. Existe sobrepeso y obesidad en el 11% y el 19%, respectivamente.
Conclusiones: no se encontró influencia del consumo de macronutrientes y el PGC (p= 0,12). Se encontró influencia entre PGC y presión sistólica (25,3%) y diastólica (23,4%).

Palabras clave:

Macronutrients ; blood pressure ; body fat rate

Title:

Macronutrients, blood pressure and weight status in school-age children in Durango, Mexico

Abstract:

To assess macronutrients use (MU) influence on body fat rate (BFR) and BFR influence on blood pressure (BP).
Methods: A secondary analysis using a correlational descriptive design was performed. Reports from 127 school-age boys and girls from 16 public primary schools in Durango, Mexico, were used. The remaining reports in primary analysis sample were excluded because of missing data. All analyses were performed with SPSS v 15.0 software. Socio-demographic variables, BP, BFR, and weekly intake of macronutrients were evaluated.
Results: A higher frequency of fat intake was found among sampled population (53%). Hypertension was found in 2.9% and pre-hypertension in 3.4%. Overweight and obesity were present in 11% and 19% of participants, respectively.
Conclusions: No influence from macronutrients use or BFR was found (p = .12). A relationship between BFR and systolic (p = .000) and diastolic blood pressure (p = .000) was observed.

Keywords:

Macronutrientes; pressão arterial; porcentagem de gordura corporal

Portugues

Título:

Macronutrientes, pressão arterial e peso corporal em escolares de Durango, México

Resumo:

Resumo: determinar a influência do consumo de macronutrientes (CM) na porcentagem de gordura corporal (PGC) e deste sobre os valores da pressão arterial (PA).
Método: a análise secundária, projeto descritivo correlacional. Um total de 127 registros escolares de ambos os sexos de 16 escolas públicas da cidade de Durango, no México foram utilizados. O restante dos registros mostra a análise foram excluídos.
Resultados: foram realizadas medições da CM, antropométricas e PA. Análise feita com SPSS 15.0 espanhol. Foi encontrada alta frequência do CM, de gordura (53%). Pré-hipertensão em 3.4% e 2.9% com hipertensão arterial. Quanto ao PGC, 11% sobrepeso e 19% apresentaram obesidade.
Discussão: os macronutrientes não influenciam na PGC (p= 12), enquanto a PGC influencia nos valores de PA sistólica (28,3%) diastólica (23,4% ).

Palavras-chave:

Macronutrientes; pressão arterial; porcentagem de gordura corporal

Introducción

La transición epidemiológica y nutricional, en conjunto con rutinas sedentarias presentes en la mayor parte de la población de los países en desarrollo, como México, han contribuido a la aparición de enfermedades crónicas degenerativas no transmisibles como el sobrepeso y la obesidad, manifestándose cada vez con mayor frecuencia entre la población infantil (1,2).

Hoy en día se sabe que uno de los grandes problemas sanitarios a nivel mundial que aqueja a los niños y niñas entre los 7 y 12 años es el notable y continuo incremento en las cifras de prevalencia de sobrepeso y obesidad durante la etapa escolar, considerándolo un problema de importancia ya que la obesidad infantil se ha convertido en un predictor de la misma durante la edad adulta (1,3), sin dejar de lado las complicaciones que se generan ante su presencia (3), que de no tratarse afectará a las diversas etapas de desarrollo del individuo, siendo un agente condicionante de la calidad de vida del adulto (4). Se ha estimado que la mitad de escolares con obesidad serán adultos obesos (5), además de ser un elemento que favorece a la manifestación temprana de otras patologías, especialmente aquellas del orden cardiovascular (6).

La historia familiar permite conocer la existencia de factores genéticos (6), que predisponen la obesidad y sobrepeso con sus complicaciones potenciales, sin embargo, su notable incremento en las cifras de prevalencia, permite considerar la existencia de factores de tipo psicológicos, sociales, culturales y ambientales (1,3,7) que contribuyen a ello.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó en el 2010 que la cifra de niños con sobrepeso y obesidad a nivel mundial oscilaba en 42 millones, de los cuales 35 millones viven en países en vías de desarrollo (8). México se encuentra ocupando el cuarto lugar en lo que respecta a sobrepeso y obesidad en la población con edades comprendidas entre los 5 y 17 años (9).

A nivel nacional (México), según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2006, existía una prevalencia nacional combinada para sobrepeso y obesidad en escolares igual a 26% (10), cifra que aumentó ocho puntos porcentuales hacia el año 2012, encontrándose, según los criterios establecidos por la OMS, una prevalencia nacional combinada de 34,4% (19,8% y 14,6% respectivamente), porcentaje que representa un aproximado de 5.664.870 de niños en edad escolar en México con sobrepeso y obesidad (11). Por otra parte, a nivel estatal, en Durango durante el año 2006 se encontró una media para sobrepeso y obesidad de 23% tan solo tres puntos porcentuales por debajo de la media nacional para ese año. La prevalencia fue mayor por nueve puntos porcentuales en escolares de las localidades urbanas (26,1%) que en aquellos que habitan en localidades rurales (17,2%), lo que representaba que uno de cada cinco niños padecía de sobrepeso y obesidad (12).

La comorbilidad de estos estados de malnutrición por exceso se asocia con la manifestación de diversas patologías, siendo cada vez más frecuente a edades tempranas la hipertensión arterial (6,13,14). Acorde al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, la hipertensión arterial se ha convertido en una de las mayores epidemias del mundo perteneciendo al grupo de enfermedades crónicas que representan una de las principales causas de mortalidad en México, con una prevalencia nacional del 30%. Una de las características de esta patología es su notable incremento en prevalencia en la población joven, en quienes se asocia con otros factores de riesgo cardiovascular, ya que un gran porcentaje de estos desconocen su diagnóstico (15). Aun y cuando se conoce de la importancia de la medición de las cifras de presión arterial a edades tempranas el grupo etario de escolares tiende a ser relegado en esta valoración (6,16).

Pese a que los sistemas de salud han prestado una mayor atención a estos fenómenos sanitarios, es notable el aumento de estas patologías, por lo que el reconocimiento de esta problemática relacionada con el incremento de la prevalencia de estas enfermedades crónicas no transmisibles fue lo que despertó el interés para realizar el presente análisis secundario de investigación.

Conociendo la problemática actual a nivel mundial, nacional (México) y local (Durango), se consideró realizar el presente estudio de investigación, en el cual se planteó como objetivo general el determinar la existencia de una influencia ente la frecuencia de consumo semanal de macronutrientes sobre el PGC y de este sobre las cifras de presión arterial sistólica y diastólica. De manera específica se determinó el macronutriente con mayor frecuencia de consumo semanal, se clasificó el estado de peso basándose en el PGC y se clasificaron las cifras de presión arterial.

Sujetos y métodos

La presente investigación fue un análisis secundario de diseño descriptivo correlacional que se origina del proyecto “Composición corporal, estilo de vida y riesgo aterogénico de niños en edad escolar del municipio de Durango”, estudio igualmente de tipo descriptivo correlacional, cuya población sujeto de estudio fueron escolares de ambos sexos, de escuelas primarias públicas, con edades comprendidas entre los 7 y 12 años, residentes de la ciudad de Durango, México. El muestreo efectuado fue aleatorio por conglomerados para la selección de las escuelas y posteriormente sistemático para la selección de los escolares.

Para el análisis primario se consideraron como criterios de inclusión el ser estudiantes de nivel primaria de escuelas públicas entre los 7 y 12 años, aparentemente sanos en el momento del estudio cuando aceptaron su participación. Fueron excluidos aquellos escolares diagnosticados con enfermedades metabólicas como diabetes tipo 1 y 2, hipotiroidismo e hipertiroidismo, así como aquellos escolares con alguna discapacidad que les impidiera permanecer de pie para la toma de datos antropométricos. La muestra total estuvo constituida por 227 escolares de ambos sexos de 18 escuelas públicas. Todos los procedimientos realizados fueron previamente estandarizados. Se tomaron mediciones antropométricas, para lo cual se empleó el analizador de composición corporal Tanita® para la medición del peso y el porcentaje de grasa corporal. Para la medición de la talla se utilizó un estadiómetro metálico, para la medición de la presión arterial se emplearon esfigmomanómetro y estetoscopio pediátrico.

El análisis secundario implicó el estudio de un total de 127 expedientes de escolares de ambos sexos de entre 7 y 12 años de edad de 16 escuelas primarias públicas, residentes de la ciudad de Durango, México. El resto de los expedientes de la muestra del análisis primario fueron excluidos por no contar con los datos necesarios para ser analizados, considerándose como criterio de inclusión expedientes con datos factibles de ser analizados y siendo excluidos del análisis secundario todos aquellos expedientes en que los instrumentos presentaban más de dos respuestas a una pregunta, así como aquellos en los que había ausencia de cifras de presión arterial y/o del ticket con datos obtenidos mediante Tanita®, donde se encontraban registradas variables como género, edad, peso, talla y porcentaje de grasa corporal. Las variables analizadas incluyeron datos sociodemográficos, variables clínicas como cifras de PA, PGC y frecuencia de consumo semanal de macronutrientes.

Los valores obtenidos del PGC se clasificaron con la curva de percentiles elaborada por McCarthy et al (16) acorde a la edad y género, en los cuales se considera como bajo peso percentiles menores a dos, peso adecuado encontrándose entre el percentil dos y 50, sobrepeso aquellos percentiles mayores a 85 y menor al percentil 95, y obesidad percentiles mayores al 95. Para la presión arterial se clasificaron las cifras de presión arterial acorde al percentil de talla, edad y género, de acuerdo a los criterios establecidos por la National High blood pressure education program working group on hypertension control in children and adolescents (NHBPEP), en donde se consideran cifras normales cuando los valores son menores al percentil 90, prehipertensión a partir del percentil 90 y menor al percentil 95, e hipertensión a partir del percentil 95, clasificando hipertensión grado 1 entre el percentil 95 y 99, e hipertensión grado 2 por encima del percentil 99 (17). Para la medición de la frecuencia de consumo de macronutrientes (grasas, proteínas y carbohidratos) se empleó un listado de alimentos de 37 ítems con frecuencia de consumo semanal de 0 a 7 días, elaborado por De la Garza y Barrún, con un alpha de Cronbach igual a 0,736 para la muestra en estudio.

Se usó el paquete estadístico SPSS versión 15.0 en español para realizar el análisis descriptivo e inferencial de la información. Se empleó, como estadístico de prueba un modelo de regresión lineal simple, para confirmar o descartar las hipótesis propuestas. Se respeto la reglamentación vigente, Ley General de Salud en materia de Investigación (17). Todos los procedimientos fueron realizados con previa autorización de los padres a través de la firma del consentimiento informado.

Resultados

Características sociodemográficas y clínicas

En relación a variables sociodemográficas de los 127 escolares se encontró que el 51% pertenecen al género masculino. La media de edad determinada fue de 9,20 años (DE= 1,59 + 7-12). En relación a los aspectos antropométricos se encontró una media de 1,33 metros para talla y 32,78 kilogramos para peso.

Frecuencia de consumo semanal de macronutrientes

Del listado de 37 alimentos se consideró agruparlos acorde a los macronutrientes, grasas, proteínas y carbohidratos así como un apartado para las frutas y verduras. Para el caso de las grasas fueron los aceites (maíz, cártamo, ajonjolí, girasol, etc.) los que presentaron una mayor frecuencia de consumo semanal igual a siete días por un 53% de los escolares.

Para el caso de los carbohidratos, el consumido con una mayor frecuencia igual a siete días son los refrescos embotellados por un 25% de los escolares. Se encontró que los escolares no consumen alimentos ricos en fibra como el pan negro otros cereales integrales, avena y cereales con fibra.

Los alimentos del grupo de las proteínas representaron los macronutrientes con una frecuencia de consumo semanal menor a siete días, encontrándose que son consumidas por la mayoría de los escolares máximo cuatro días de la semana, siendo los frijoles, lentejas, garbanzos y habas los mayormente consumidos por el 13% de los escolares.

Se consideró un apartado extra en donde fueron incluidas frutas y verduras, de las cuales fueron las frutas las que presentaron una frecuencia mayor con tres días por el 7,3% de los participantes. Dentro del listado de alimentos fue considerada la sal de mesa, la cual presenta una frecuencia de consumo igual a siete días por el 53% de los escolares.

Con estos resultados que se han destacado se encontró, por tanto, que por macronutrientes el que presentó una mayor frecuencia de consumo fueron las grasas, seguido de los carbohidratos y finalmente por las proteínas.

Presión arterial

Las cifras de presión arterial presentaron una media de 94 mmHg para la presión sistólica y 61 mmHg para la diastólica. Al clasificarlos se encontró que un 93,7% de los escolares presentaban presión arterial normal, para su talla, género y edad. La existencia de alteraciones en las cifras se vio manifestada en un 6,3% de los escolares de los cuales 3,40% presentaron cifras clasificables como prehipertensión, de estos dos cuentan con peso normal, uno con sobrepeso y dos con obesidad. El 2,9% restante presentaron cifras correspondientes a hipertensión de los cuales seis presentaban obesidad y uno peso normal.

Estado de peso

Para el caso de la variable estado de peso se encontró una media de 22% para el PGC. De los escolares encuestados el 25% presentó bajo peso, 45% peso normal y se determinó una prevalencia combinada de 30% para sobrepeso y obesidad donde un 11% tenía sobrepeso y 19% obesidad.

Influencia de la frecuencia de consumo de macronutrientes en el PGC

Para conocer la influencia del consumo de macronutrientes en el PGC, se ajustó un modelo de regresión lineal simple. El modelo no fue significativo, (p= 0,12, F= 1,77) lo que indica que no existe influencia significativa entre estas variables.

Influencia del PGC sobre las cifras de presión arterial

La influencia del PGC sobre las cifras de presión arterial, se verificó mediante el modelo de regresión lineal simple. El modelo resultó significativo al encontrar que el 28,3% de la variación de las cifras de presión arterial sistólica se debió al PGC (F= 50,7, p= 0,000) y mientras que la variación de las cifras diastólicas se debió en un 23,4% al PGC (p= 0,000 y F= 39,53). Estos datos permiten identificar que existe influencia significativa entre las variables.

Discusión

Los resultados permitieron conocer que en la muestra de la población estudiada existe una mayor frecuencia de consumo de grasa en relación con el resto de los macronutrientes, seguido de proteínas y carbohidratos con un bajo consumo de alimentos ricos en fibras. Estos resultados pueden ser apoyados por estudios como el de Ponce et al (4), en el que se llevó a cabo un registro de la frecuencia de los alimentos consumidos semanalmente por escolares encontrándose una alta ingesta de alimentos grasos seguidos de los ricos en proteínas. En el estudio realizado por Lera et al (18) se encontró un consumo elevado de dietas basadas en alimentos de alta densidad energética y un bajo consumo de alimentos como leche, frutas y verduras según lo recomendado por la OMS.

Por otra parte, el consumo de carbohidratos que correspondió a 25%, contrasta con el estudio realizado por Pires et al (19), quienes encontraron en una población de escolares el predomino de la ingesta de carbohidratos con un 59,4% de la muestra estudiada. En el caso del estudio realizado por Ortiz et al (20), estos observaron un alto consumo de carbohidratos y proteínas, asociando la frecuencia de consumo de estos con el nivel de seguridad alimentaria, la cual implica la disponibilidad limitada de alimentos inocuos lo que le imposibilita el consumo de una dieta que le permita cubrir con sus requerimientos nutricionales.

Para el caso del PGC se encontró una alta prevalencia de sobrepeso y obesidad igual a 30%, 4,4 puntos porcentuales por debajo de la media nacional informada para el 2012 (11), sin embargo 7 puntos porcentuales por arriba de la media estatal conocida para el estado de Durango, durante el 2006 (12) (cabe mencionar que estas prevalencias son reportadas basándose en la clasificación del IMC considerando solo el peso y la talla). Este resultado es similar al encontrado por Ramírez et al (21) en su estudio de intervención en el cual se encontró que los escolares contaban con un PGC igual a 38%. Sin embargo, contrasta con el estudio realizado por Bañuelos (22) en donde encontró una prevalencia combinada mayor, igual a 70% mostrando así una amplia diferencia.

Por otra parte, respecto a la presión arterial, se encontró un promedio de PA de 94/61 mmHg, se presentó alteración en las cifras de la presión arterial en 6,3% de los escolares, de estos el 3,4% mostraron prehipertensión y 2,9% mostraron cifras correspondientes a hipertensión. Estas cifras contrastan ampliamente con los encontrados por Bojorquez et al (6) en el 2011, quienes determinaron un promedio de presión arterial de 109,69/72,09 mmHg, y 12,7% de los escolares con cifras clasificables como hipertensión. Szer (23) encontró la presencia de hipertensión en 9,4% siendo los escolares con obesidad los que conformaron la mayor parte de este porcentaje.

Adicionalmente, se encontró que el PGC influye en las cifras de PA. Al respecto se comprobó que la mayoría de las investigaciones asocian la coexistencia de alteraciones de presión arterial con estados de sobrepeso y obesidad determinados por el índice de masa corporal como lo es el caso del mismo estudio de Szer en donde el 42,8% de los escolares con hipertensión presentaban obesidad y un 19,4% sobrepeso (20), para el caso de este análisis de los cinco sujetos con prehipertensión dos presentan obesidad, uno sobrepeso y dos más peso normal, y de los siete escolares con hipertensión seis presentaron obesidad y uno peso normal.

Conclusiones

Tras el análisis de los resultados anteriormente mencionados se puede concluir que las grasas son el macronutriente mayormente consumido, seguido de las carbohidratos y las proteínas, así como la existencia de alteraciones en las cifras de presión arterial en un 6,3% de los escolares donde 3,4% presentaron cifras para prehipertensión y 2,9% para hipertensión.
En lo que respecta al estado de peso se encontró una prevalencia combinada para sobrepeso y obesidad igual a 30%. Se encontró que no existe influencia de la frecuencia de consumo de macronutrientes sobre el PGC, ya que solo el 3% de la variación de este último tiene influencia por la frecuencia de consumo de macronutrientes. Por otra parte, se vio una influencia significativa entre PGC y cifras de PA, ya que se determinó que un 28,3% de la variación de las cifras sistólicas de presión arterial y un 23,4% de la variación de las cifras diastólicas se debieron al PGC.

Ante tales hallazgos es preciso que los profesionales de la enfermería como gestores de salud, contribuyan a la implementación de intervenciones que promuevan estilos de vida saludables en grupos vulnerables.

Valdría la pena mencionar la importancia de considerar la realización de estudios que permitan determinar con mayor precisión la relevancia que toma el consumo de macronutrientes no solo considerando su frecuencia, sino su cantidad diaria, puesto que de esta manera sería posible conocer con mayor exactitud la influencia que tiene el consumo de alimentos con los estados de peso, y de manera adicional sería de gran utilidad evaluar el consumo energético con el gasto del mismo puesto que se sabe de la relación entre sobrepeso y obesidad con el sedentarismo (24,25).

Agradecimientos

Al Programa Institucional de Formación de Investigadores (PIFI) 2008 por el financiamiento del proyecto “Composición corporal, estilo de vida y riesgo aterogenico de niños en edad escolar del municipio de Durango”, proyecto principal del cual se origina la presente investigación.

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