María Antonieta Rubio Tyrrell

Sección: Entrevistas

Autores

Edith Rivas Rivero

directora adjunta de la revista ALADEFE

Titulo:

María Antonieta Rubio Tyrrell

Resumen

María Antonieta Rubio Tyrrell es profesora de pregrado y posgrado desde 1977 y profesora titular de la Escuela de Enfermeras Anna Nery de la Universidad Federal de Río de Janeiro (EEAN/UFRJ de Brasil), desde 1989. De 2002 a 2010 fue Decana de la EEAN/UFRJ por dos gestiones. Así mismo, es expresidenta de la Asociación Brasilera de Obsterizes e Enfermeiros Obstétricos (ABENFO Nacional). Actualmente es Superintendente de Interiorización de la Educación Superior de la UFRJ, Coordinadora de la Cámara Técnica de Salud de la Mujer del Consejo de Enfermeros de Río de Janeiro (COREN/RJ) y actual Directora de Educación, Legislación y Ejercicio profesional de la ABENFO Nacional.
Además es especialista en Enfermería Obstétrica y Enfermería Pediátrica, Magister y Doctora en Enfermería por la UFRJ, Especialista en Administración Hospitalaria por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC/RJ), y especialista en Tecnologías Educativas en Salud por el NUTES/CLATES/UFRJ. También es consultora de periódicos enfermeros de instituciones educativas y de instituciones gubernamentales de políticas públicas en salud de la mujer.
Como docente ha desarrollado principalmente temas como políticas públicas de salud de la mujer y del niño, enfermería obstétrica y práctica profesional e investigación, como se pone de manifiesto en numerosos artículos, libros, capítulos de libros y orientaciones de maestría y doctorado.
Posee también títulos “Doctor Honoris Causa” por la UNT de Perú (2007) y por la ULADECH y la UIGV de Perú (2009).
Ha liderado la Asociación Latinoamericana de Escuelas y Facultades de Enfermería vinculada a la Unión de Universidades de América Latina (ALADEFE/UDUAL), como presidenta, desde 2007 a 2011.
Pregunta. Como experta en salud de la mujer, ¿podría comentar el desarrollo de las políticas de salud relacionadas?
Respuesta.
Las políticas de salud de la mujer han sufrido una gran influencia de algunos movimientos, principalmente los feministas y los reformistas de la salud pública de los países, en una perspectiva nacional e internacional, habiendo marcado su evolución en planes, proyectos, programas y llegando a alcanzar su definición como políticas públicas de atención integral a la salud de la mujer, teniendo en este caso al Estado como la garantía para su cumplimiento y reconociéndose de esta manera el derecho a la salud de las ciudadanas.
La influencia del movimiento feminista nos ha legado relevantes contribuciones políticas, conceptuales, metodológicas y técnicas, representando una presión ciudadana para los gobiernos, implicando en reformas sanitarias en la mayoría de los pueblos, reformas constitucionales y existen reconocimientos de que las reformas son necesarias también en el ámbito de los códigos civil y penal.

P. ¿Cómo aprecia el desarrollo del área materno-infantil y qué aspectos se deberían potenciar?
R.
El área materno-infantil se desarrolló de manera explícita teniendo como referencia propuestas internacionales y nacionales, de compromiso del Estado/Gobierno y algunas veces Estado/Gobierno/Empresa, frente a recomendaciones de organizaciones de protección de defensa de los derechos humanos y de los ciudadanos, principalmente de la OMS, OPS, ONU, UNICEF, OIT, OEA, entre otros.
En esas organizaciones, los países que son miembros participantes adoptan las proposiciones conceptuales y programáticas adecuándolas (o no) a su realidad legal y social. Este área, al contemplar las especificidades de la mujer diferentes de las del niño, en políticas también específicas, ha potenciado la eficacia y eficiencia en el diagnóstico, tratamiento y control de las enfermedades/problemas/necesidades, de la población femenina e infantil (antiguos y actuales problemas).
En general, debemos potencializar: estudios que traduzcan diagnósticos demográficos, epidemiológicos, clínicos y socio-culturales; investigaciones sobre indicadores de morbimortalidad materna, perinatal e infantil e indicadores de calidad de la atención; programas de atención a los riesgos y agravantes (violencia, maltrato, tráfico de personas y niños, prostitución infantil, etc.); monitoreo de líneas de cuidados de atención básica; así como control de las acciones de prevención de infecciones, de emergencia y urgencia, de seguridad del paciente y de humanización, todo esto articulado al modelo de atención definido por cada país; y promover investigaciones con base en evidencias y programas de capacitación/cualificación de los profesionales de salud.

P. Respecto de las políticas de salud de la mujer, ¿cuáles cree usted que deberían desarrollarse y proyectarse, en este nuevo milenio?
R.
En el nuevo milenio verificamos indicativos de políticas de salud de la mujer ciudadana que precisan avanzar fundamentalmente en: la eliminación de la discriminación de género; la preservación y respeto de los derechos reproductivos y sexuales; la asistencia a las minorías de riesgo (en especial a las indígenas, negras, con problemas especiales, homosexuales, etc.); el control de las enfermedades crónicas; la prevención y el control del cáncer de útero y de mama y de las enfermedades sexualmente transmisibles, sida y de todo tipo de violencias; la definición de agendas para el control social de las propuestas gubernamentales por la población femenina; la adopción de programas de humanización y de calidad del prenatal, parto y del nacimiento y programas de capacitación de liderazgo y empoderamiento de la participación de las mujeres en la formulación, ejecución y control de las políticas públicas.

P. En salud materno-infantil, para las Américas, conociendo su composición variada, ¿qué aspectos le preocupan y considera que debería ser propuestos a intervenciones, desde el desarrollo del rol de la enfermera?
R.
En el área de la educación, los programas curriculares deben ser específicos para la Enfermería en la Salud de la Mujer y Enfermería en la Salud del Niño, tanto en el pre como en el posgrado, incluso es necesario un programa en Salud Materno-Infantil que sea con base en Salud Pública y Bioética. La especialización en el área de la Enfermería Obstétrica y/o Perinatal es fundamental, al igual que en Enfermería Neonatal y en Enfermería Pediátrica. En la Maestría y el Doctorado los programas también deben ser específicos y han de estar articulados a grupos o líneas de investigación relacionados principalmente con la realidad del ejercicio profesional: con el enseñar y cuidar. La formación tiene que estar inserta en la propuesta del modelo sanitario y educacional de cada país.
En el área de la asistencia, el modo de ser en el trabajo ha de tener como foco el cuidado en la perspectiva de género y de humanización, valorizando a la persona/familia/ grupo/comunidad. En este área es importantísimo no descuidar las bases legales y éticas de la práctica profesional en articulación con las asociaciones/gremios/colegios profesionales. Es necesario promover eventos técnico-científicos para debates, reflexiones y críticas de saberes y prácticas en el área demandadas o no por las políticas de salud/educación/gremiales o societarias. Es preciso exigir programas de educación permanente como responsabilidad del Estado y de perfeccionamiento personal/profesional es una responsabilidad prioritaria.
En el área de la investigación, es necesario investir en estudios de saberes y prácticas con base en las evidencias y de utilidad político-científico. Esta tiene que contribuir a la calidad del cuidado de la población y al desarrollo de la profesión. Los estudios deben ser contextualizados e históricamente construidos respetando el rigor científico (bases teóricas y metodológicas) y los recortes geográficos y temporales. La producción científica ha de ser socializada por medio de la divulgación en eventos, redes profesionales y sociales y, sobre todo, tienen que ser publicadas.
En el área de la gestión, la capacitación y educación en servicio son básicas para el emprendimiento institucional al servicio del cliente/paciente y su familia. La elaboración y revisión de normas y protocolos de acción ayudan mucho a la organización y perfeccionamiento de los servicios y en la definición de atribuciones/responsabilidades del equipo interdisciplinar (o transdisciplinar y multiprofesional). Además de esto, el registro de calidad de las acciones y demandas del servicio y de los usuarios debe servir para la construcción de la historia, memoria e investigación legal y ética de los profesionales.
 
P. De acuerdo a su experiencia, ¿cuál cree usted que ha sido el desarrollo de los estudios epistemológicos en enfermería?
R.
En el ámbito de atención a la mujer, la investigación en Enfermería, fundamentalmente por medio de tesis y estudios con rigor científicos profesionales e interdisciplinares, enfocan una clarificación conceptual que va desde el abordaje de la mujer como objeto de la reproducción (embarazada, parturienta y puérpera) al del sujeto político-social, considerando la ciudadanía y la identidad femenina.
La inserción de la enfermera, de forma reflexiva y crítica, en las políticas públicas demuestra el compromiso social y ético para con la oferta de cuidados requeridos por la población con calidad en la gestión de los servicios y de la atención brindada a las personas sanas-enfermas, de forma individual y colectiva, promoviendo lo preventivo y considerando el conjunto familia/sociedad. Este desarrollo hace que la enfermera preserve el cuidar/cuidado contemplando a la mujer desde recién nacida, lactante, preescolar, escolar, adolescente, adulta y anciana, lo que significa respetar el ciclo vital: desde el nacimiento hasta la muerte.
Sin duda alguna, las universidades tienen un papel destacado en ese desarrollo, por medio de la oferta de los cursos de pregrado y posgrado (especializaciones, maestría y doctorado) en enfermería o en áreas afines. No hay que olvidar que, en este caminar, la producción del conocimiento en el área de la Enfermería avanza a pasos agigantados mostrando en las publicaciones de calidad, alguna visibilidad de su desarrollo como disciplina/ciencia/arte.

P. En su opinión, como líder latinoamericana y expresidenta de ALADEFE, ¿cuáles han sido los logros (si los ha habido) en la situación de los docentes y las enfermeras en América Latina en los últimos años?
R.
En mi opinión, por un lado, los logros para los docentes despuntan en relación a la generalidad de los enfermeros, ya que tienen en la Carrera Nacional del Magisterio, la necesidad imperativa de realizar la maestría y el doctorado de acuerdo con las políticas educacionales e inclusive estudios posdoctorales, esto en algunos (pocos) países de América Latina (AL). En relación con los enfermeros de asistencia, estos no cuentan con un plan nacional de carrera, pero se avanza en algunos países (pocos) en programas de capacitación y cualificación en servicio siguiendo las políticas de salud, aunque no de forma sistemática. Aquí constato que debería haber una agenda para estudiar puntos de encuentro relativos a la cualificación/capacitación de los enfermeros (docentes y asistenciales) acordes con las necesidades de la población en relación a su formación/actuación e identifico esto como un gran desa­fío que se tiene que afrontar para articular ambas.
Por otro lado, ya que se han introducido en los programas curriculares planes de estudio (disciplinas/materias) sobre políticas públicas sociales y de salud en la práctica (de salud de la mujer y del niño, entre otras); la enfermera está excluida del proceso de su determinación y evaluación, participando solamente en el proceso de ejecución. Este es el otro reto que tenemos enfrentar en la segunda década del nuevo milenio.
Asimismo, y con gran felicidad, constato que los gremios, asociaciones, sindicatos, federaciones, consejos y colegios de clase avanzan estableciendo movimientos y estrategias para legitimar su participación en las políticas públicas una vez que estas determinan responsabilidades y acciones imponiéndoles como sujetos políticos acciones que son públicas y como tal tenemos nuestro derechos, los cuales hay que hacerlos valer.