La calidad educativa de la educación superior. El caso de la enfermería

Sección: Editorial

Cómo citar este artículo

Morán Peña L. La calidad educativa de la educación superior. El caso de la enfermería. Rev. iberoam. Educ. investi. Enferm. 2013; 3(4):4-5.

Autores

Laura Morán Peña

Presidenta de ALADEFE

Titulo:

La calidad educativa de la educación superior. El caso de la enfermería

A nivel mundial, desde hace muchas décadas, la educación superior se ha considerado como un motor para el desarrollo de los países. Sin embargo, es importante señalar que referirnos a la calidad de la educación tiene sentido si lleva implícito una mejora de la calidad de vida de los individuos y, con ello, el desarrollo de los países y regiones.

La educación superior ha sido definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como “todo tipo de estudios de formación o de formación para la investigación en el nivel postsecundario, impartidos por una universidad u otros establecimientos de enseñanza que estén acreditados por las autoridades competentes del Estado como centros de enseñanza superior” (1).

Indudablemente, lograr calidad en la educación superior es todo un reto, ya que como fue señalado por Latapí en el 2007: “Las universidades del país viven hoy transiciones difíciles. Las presiones demográficas y sociales, las exigencias políticas, las angustias presupuestarias, los cambios culturales y educativos, y sobre todo, los retos de la economía nacional e internacional las abruman y las enfrentan a decisiones nada fáciles… Se les exige calidad, se les obliga a modernizarse, a ser eficientes, a preparar los cuadros que requiere el mercado, a desarrollar una cultura empresarial, a innovar en sus métodos pedagógicos y en sus procesos de gestión, a evaluarse y acreditarse sobre bases sólidas; y se les propone la “sociedad del conocimiento” como el paradigma obligado del futuro: si el conocimiento es, y lo será cada vez más, el eje vertebrador de las economías globalizadas, corresponde a los sistemas educativos y a las universidades generar, proveer y distribuir ese conocimiento indispensable”(2).

En este sentido, hablar de calidad implica indiscutiblemente reconocer los múltiples niveles, dimensiones y factores que se encuentran alrededor del concepto "calidad de la educación superior", en tanto que es un concepto polisémico que puede ser visualizado desde diversas ópticas. En el nivel macro, la calidad educativa tiene que ver con la superestructura, es decir, con todos aquellos elementos que desde los estados permean al propio sistema educativo a través de la orientación filosófica, el presupuesto, así como las políticas que determinan las posibilidades reales de transformaciones a corto, mediano y largo plazo.

Las políticas en educación superior y la forma como están estructurados los sistemas de educación superior a través de sus organizaciones universitarias son muy diversas y complejas, pero pueden constituir un elemento fundamental para la mejora de la calidad educativa a nivel local, regional y mundial, generando mayor competitividad a nivel nacional e internacional. En ese marco, resulta una prioridad contar con sistemas educativos sólidos en los que resulten claros los paradigmas de calidad educativa que orientarán los procesos de evaluación y planificación universitaria.

También en el caso de la Educación en Enfermería, disciplina profesional joven que en pocos años ha dado grandes pasos en busca de la calidad, principalmente gracias a la instauración de los planes educativos en las universidades.

Pero, ¿cómo podemos conceptualizar la calidad de la educación superior?

La UNESCO, en su Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción, en 1998, señaló que “La calidad de la enseñanza superior es un concepto pluridimensional que debería comprender todas sus funciones y actividades: enseñanza y programas académicos, investigación y becas, personal, estudiantes, edificios, instalaciones, equipamiento y servicios a la comunidad y al mundo universitario… Con miras a tener en cuenta la diversidad y evitar la uniformidad, debería prestarse la atención debida a las particularidades de los contextos institucional, nacional y regional…(3).

Uno de los aspectos que actualmente denotan la calidad de la enseñanza superior es la internacionalización, que incluye cualquier esfuerzo sistemático y sostenido dirigido a promover la respuesta de la educación superior a los requerimientos y desafíos relacionados con la globalización de las sociedades, la economía y el mercado de trabajo (4). Con ello se favorece el intercambio de conocimientos, la creación de sistemas interactivos, la movilidad de profesores y estudiantes y los proyectos de investigación internacionales; lo que sin duda contribuye a mejorar la calidad de la educación” (5).

En el año 2009, la UNESCO en su Conferencia Mundial de Educación Superior: “Las Nuevas Dinámicas de la Educación Superior y de la Investigación para el Cambio Social y el Desa­rrollo”, planteó los siguientes ejes centrales para una transformación de la educación superior:

  • La redefinición de la función de la educación superior como respuesta a los grandes desafíos mundiales.
  • La responsabilidad social de la educación superior.
  • La necesidad de incrementar el acceso, la equidad y la calidad.
  • Promover la internacionalización, la regionalización y la mundialización.
  • Incentivar el aprendizaje y la investigación e innovación.
  • La educación superior en África.

La educación superior en enfermería comparte también dichos desafíos y resulta evidente que se han dado importantes pasos para lograr su consolidación en las distintas regiones, a través del trabajo desarrollado por diversos organismos y sociedades internacionales, panamericanos e iberoamericanos como el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), SIGMA THETA TAU Nursing Honor Society (STTI), la Federación Europea de Educadores en Enfermería (FINE), la American Association of Colleges of Nursing (AACN), la Asociación Latinoamericana de Educación en Enfermería (ALADEFE), la Federación Panamericana de Profesionales de Enfermería (FEPPEN), y las Asociaciones Nacionales de Escuelas y Facultades de Enfermería de diversos países; organismos que cada vez más estrechan sus relaciones y colaboran en proyectos conjuntos.

En el año 2008, la Fundación Robert Wood Johnson (RWJF) y el Instituto de Medicina de los Estados Unidos (IOM), pusieron en marcha una iniciativa de dos años para responder a la necesidad de evaluar y transformar la profesión de enfermería, a través de un informe y un plan de acción.

El comité conformado desarrolló cuatro mensajes clave:

  • Las enfermeras deben ejercer con todo el peso de su educación y formación.
  • Las enfermeras deben lograr mayores niveles de educación y formación a través de un sistema educativo que promueva la mejora de la progresión académica sin fisuras.
  • Las enfermeras deben ser socios de pleno derecho, con los médicos y otros profesionales de la salud, especialmente en el diseño de la atención sanitaria...
  • La planificación y formulación de políticas requieren una mejor infraestructura para recopilación de datos y contar con sistemas de información (6).

Para ello, se reconoció indispensable mejorar la regulación de la formación y práctica de las enfermeras, así como que diversas instancias como el gobierno, las organizaciones del sector de la salud, las empresas, las asociaciones de profesionales y las organizaciones jueguen un papel importante para la mejora de las condiciones de las profesionales de la enfermería; y que solo trabajando juntos se logrará ayudar a asegurar que el sistema de salud proporcione atención de calidad, que sea accesible a todos y que conduzca a mejores resultados.

Hablando de calidad de la educación superior en enfermería, en esta ocasión quiero hacer referencia a algunos eventos recientes de gran trascendencia en los que hemos estado presentes como ALADEFE: en primer lugar, la realización del Taller en Recursos Humanos para la Salud, de enfermería y técnicos en salud, que se llevó a cabo en Washington DC los días 28 y 30 de Julio del presente año, a iniciativa de la Dra. Silvia Cassiani, nueva asesora de la OPS. En dicho taller, los representantes de diversos organismos internacionales pudimos compartir nuestras experiencias derivadas de los planes de trabajo que desa­rrollamos, así como las principales acciones que llevamos a cabo. Esto permitió establecer contactos y puntos de diferencia, que sin duda son una base importante para visualizar el futuro que deseamos para la enfermería en diversos terrenos. Estos puntos se centraron en un mayor entendimiento e información común sobre los recursos humanos de enfermería; en  las posibilidades de colaboración y sinergias entre las agendas de los diversos organismos; en las posibilidades de comunicación global, de colaboraciones regionales, de establecimiento de enlaces y relaciones regionales, en la puesta en común de datos, la difusión y el compartir los resultados de la mejores prácticas; y en  la investigación conjunta. También, y  como bien señaló la Dra. Judith Shamian, presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras, se resaltó la necesidad de trasladar los datos a la política, así como la política en la práctica.

El segundo evento al que quiero referirme es la XII Conferencia Iberoamericana de Educación en Enfermería, celebrada recientemente en Montevideo Uruguay, del 9 al 12 de Septiembre, cuyo tema principal fue: “Desafíos de la educación superior y su impacto en el desarrollo social”, organizada por nuestra Asociación y por la Facultad de Enfermería y Tecnologías en Salud y la Universidad de la República de Uruguay. En este marco se celebró el III Encuentro Iberoamericano de Estudiantes de Enfermería, así como el V Simposio de Investigación Educativa en Enfermería.

Dicho evento ha constituido un espacio de análisis, de discusión, de propuestas y de innovación, en la que todos los participantes aportaron lo mejor de sí para contribuir a lograr la excelencia de la educación en enfermería.

En este acto, el Consejo Ejecutivo de ALADEFE presentó su balance de resultados, donde se reencontraron talentos y afectos, se rindió homenaje a personalidades distinguidas en el campo de la educación en enfermería, se establecieron nuevos acuerdos de colaboración entre entidades educativas, y se generaron sinergias que sin duda contribuirán a lograr la excelencia a la que aspiramos los que hemos hecho de la educación en enfermería nuestro objeto de estudio e intervención, y por qué no, parte importante de nuestra vida.

En ese camino del trabajo por la calidad de la educación superior en enfermería, también cabe señalar la Primera Reunión Regional México y El Caribe de ALADEFE, organizada por la Vicepresidencia y la Presidencia, celebrada en el Marco del V Congreso Internacional de la Sociedad Cubana de Enfermería realizada en La Habana, Cuba, en el mes de Junio; así como la participación de la Presidencia y la Vicepresidenta de la Región Centroamericana de ALADEFE, en la organización de la II Feria Latinoamericana de Innovación e Invención en Salud, celebrada los días 28, 29 y 30 de Agosto, en las que paralelamente a las mesas redondas especializadas en Medicina y Odontología, también se organizó una mesa especializada en el campo de innovaciones en la educación en enfermería, que contó con excelentes expositores de escuelas miembro de ALADEFE, de España, México, Panamá y Portugal.

En síntesis, no cabe duda de que los objetivos previstos en los planes estratégicos de los diversos organismos que ahora trabajamos en conjunto se han hecho realidad y están rindiendo frutos que, seguramente, seguirán contribuyendo al desarrollo de la calidad de la educación en enfermería. Conscientes de que la asociación basada en el interés común, el respeto mutuo y la credibilidad deberá ser una modalidad esencial para renovar la enseñanza superior, sirva este editorial para invitar a todos los miembros de ALADEFE a continuar avanzando hacia la excelencia educativa en enfermería. El camino no es fácil, pero tenemos claro dónde queremos llegar, cómo podemos hacerlo, y sobre todo, que somos muchos los que queremos lograrlo y que estamos unidos en esta importante tarea.

Bibliografía

  1. UNESCO. Conferencia mundial sobre la educación superior UNESCO. Declaración mundial sobre la educación superior en el siglo XXI: Visión y acción. París, 5-9 de octubre de 1998. [En línea] [fecha de acceso: 2 de  septiembre de 2013]. URL disponible en: http://www.unesco.org/education/educprog/wche/declaration_spa.htm
  2. Latapí P. Conferencia Magistral al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma Metropolitana México, D. F. Febrero de 2007. [En línea] [fecha de acceso 2 de septiembre de 2013]. URL disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id= 13211507
  3. UNESCO. Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, 2009: la nueva dinámica de la educación superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo. ED.2009/Conf.402/2.  [En línea] [fecha de acceso: 2 de  septiembre de 2013]. URL disponible en: www.unesco.org/education/WCHE2009/comunicado_es.pdf
  4. Yarzabal L. Internacionalización de la educación superior: de la cooperación al comercio de servicios. Cuaderno de Investigación en la Educación 2005; 20(12). [En línea] [fecha de
    acceso 5 de septiembre de 2013]. URL disponible en: http://cie.uprrp.edu/cuaderno/ediciones/19/pdfcuaderno19/c19art5.pdf
  5. Altbach PG y J Knight. Visión panorámica de la internacionalización en la educación superior: motivaciones y realidades. Perfiles educativos 2006; 28(112).
  6. IOM. The future of nursing. Leading change, improving health. Washington: National Academy Press; 2011. [En línea] [fecha de acceso: 2 de  septiembre de 2013]. URL disponible en: http://www.nap.edu/catalog.php?record_id=12956