Evaluación pre-post intervención de los conocimientos de infecciones de transmisión sexual en adolescentes

Sección: Originales

Cómo citar este artículo

Raya Tena A, García Hernández D, Blázquez Gómez C, Martínez Blanco P, Tierz Bartolomé N, Fernández San Martín MI. Evaluación pre-post intervención de los conocimientos de infecciones de transmisión sexual en adolescentes. Metas Enferm feb 2019; 22(1):5-13.

Autores

Antonia Raya Tena1, David García Hernández2, Celia Blázquez Gómez3, Pelayo Martínez Blanco4, Natalia Tierz Bartolomé3, Mª Isabel Fernández San Martín5

1Máster en Salud Pública. Equipo de Atención Primaria Dr. Lluís Sayé. Instituto Catalán de la Salud. Gerencia Territorial de Barcelona
2Especialista en Medicina familiar y comunitaria. Equipo de Atención Primaria Dr. Lluís Sayé. Instituto Catalán de la Salud. Gerencia Territorial de Barcelona
3Especialista en Enfermería familiar y comunitaria. Equipo de Atención Primaria Dr. Lluís Sayé. Instituto Catalán de la Salud. Gerencia Territorial de Barcelona
4Residente de Medicina familiar y comunitaria. Equipo de Atención Primaria Dr. Lluís Sayé. Instituto Catalán de la Salud.
Gerencia Territorial de Barcelona
5Doctora en Medicina preventiva y salud pública. Unidad docente Multidisciplinar de Barcelona ciudad. Instituto Catalán de la Salud. Gerencia Territorial de Barcelona

Contacto:

Antonia Raya Tena. C/ Pujades, 218-220. 08005 Barcelona.

Email: arayat.bcn.ics@gencat.cat

Titulo:

Evaluación pre-post intervención de los conocimientos de infecciones de transmisión sexual en adolescentes

Resumen

Objetivo: evaluar el impacto de una intervención acerca de los conocimientos relacionados con las infecciones de transmisión sexual (ITS) y los servicios sanitarios disponibles en adolescentes escolarizados en el barrio del Raval Nord (Barcelona).
Método: estudio cuasi-experimental pre-post intervención en adolescentes mayores de 14 años escolarizados en 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria y 1º y 2º de Bachillerato de tres centros. Variables: sociodemográficas, conductas de riesgo (11 ítems con respuesta escala Likert 0-10), uso de preservativo, inicio de relaciones sexuales, consumo de alcohol y otras drogas, conocimiento de servicios sanitarios y de las ITS. Intervención con tres unidades didácticas: conductas de riesgo y formas de contagio; síntomas, conocimiento y tratamiento de las ITS; uso de servicios sanitarios.Tratamiento y análisis de los datos: Chi cuadrado y U de Mann Whitney para analisis bivariante con variables sociodemográficas. Se calcularon intervalos de confianza al 95% de seguridad (IC95%).
Resultados: se estudiaron 211 adolescentes, 56,8% mujeres, media de edad: 15,4 años. El 79,6% procedía de fuera de Europa. El 30,3% había iniciado relaciones sexuales y el 32,4% utilizaba siempre preservativo. El 61,9% no asoció nunca alcohol ni otras drogas en la relación. El VIH es la ITS más conocida (59,8%). Los hombres tienen una percepción de riesgo menor que las mujeres. Post-intervención la percepción de riesgo global aumenta, así como el conocimiento de los servicios sanitarios y de las ITS.
Conclusiones: existe déficit de conocimientos de los adolescentes acerca de las ITS. Los conocimientos sobre las ITS, la percepción de riesgo y los recursos sanitarios mejoraron tras la intervención.

Palabras clave:

adolescentes ; infecciones de transmisión sexual ; Atención Primaria de salud ; salud sexual ; educación en salud

Title:

Evaluation before and after the intervention on the knowledge by adolescents about sexually transmitted infections

Abstract:

Objective: to evaluate the impact of an intervention on the knowledge about sexually transmitted infections (STIs) and the healthcare services available among adolescents attending school in the Raval Nord neighborhood (Barcelona).
Method: a quasi-experimental study before and after the intervention in adolescents >14-year-old attending 3rd and 4th term of Secondary School and 1st and 2nd term of High School in three centres. Variables: sociodemographical, risk behaviours (11 items with answer through the 0-10 Likert Scale), use of condoms, initiation of sexual relationships, use of alcohol and other drugs, knowledge of healthcare services and of STIs. An intervention with three educational units: risk behaviours and ways of infection; symptoms, knowledge and treatment of STIs; use of healthcare services. Data treatment and analysis: Chi Square and Mann Whitney’s U for bivariate analysis with sociodemographical variables. Confidence intervals were calculated at 95% safety (CI95%).
Results: the study included 211 adolescents: 56.8% were female, with 15.4 years as mean age. Of these, 79.6% came from outside Europe, 30.3% had initiated sexual relationships, and 32.4% always used condoms; 61.0% of them never associated alcohol or other drugs with their relationship. HIV was the most widely known STI (59.8%). Men had a lower perception of risk than women. After the intervention, there was an increase in their overall perception of risk, as well as in their knowledge of healthcare services and STIs.
Conclusions: there is lack of knowledge among adolescents about STIs. After the intervention, there was an improvement in their knowledge of STIs and healthcare services, as well as in their perception of risk.

Keywords:

adolescents; sexually transmitted infections; Primary healthcare; Sexual Health; health education

Introducción

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) han incrementado su incidencia en Europa en los últimos 15 años, coincidiendo con un aumento de las prácticas sexuales de riesgo y con la disminución de la edad de inicio de las relaciones sexuales. Las ITS afectan actualmente de manera notable a la población joven, inmigrantes y a hombres que tienen sexo con hombres (1). Estas ITS también pueden presentar complicaciones y aumentar el riesgo de contagio del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), con un impacto negativo en el ámbito socioeconómico y en la salud pública.

La población joven entre los 10 y 24 años representa el 27% de la población mundial y es un grupo de población generalmente percibido como sano. Aunque los factores de riesgo y los estilos de vida que los jóvenes adoptan durante esta época pueden no afectar a su salud durante este periodo, sí podrían tener un sustancial efecto en la edad adulta. En la adolescencia, la sexualidad ocupa un lugar importante, tanto en la forma de relacionarse con los otros como en la construcción de la identidad. Las conductas de riesgo son frecuentes cuando los adolescentes inician las primeras relaciones sexuales, haciéndolos especialmente vulnerables a las ITS y embarazos no deseados. Estos jóvenes experimentan la presión del grupo para mantener relaciones sexuales en algún momento, así pues, el riesgo de contraer una ITS aumenta (2). Durante este periodo, las personas son más vulnerables por características propias de la adolescencia: sensación de invulnerabilidad al peligro, priorización de la gratificación inmediata y vivir el presente, y por la curiosidad por experimentar nuevas vivencias estimulantes y arriesgadas. Existe también una relación entre las conductas de riesgo y el consumo de alcohol y drogas, los efectos de las cuales dificultan la negociación del preservativo y el consentimiento de las relaciones (3). Una revisión sistemática efectuada en población juvenil en el ámbito europeo señala que las prácticas de riesgo (inicio precoz de relaciones sexuales, múltiples parejas y bajo uso del preservativo), junto con el desconocimiento de otras ITS diferentes al VIH, son las principales causas del aumento de estas infecciones entre los adolescentes (4). Otro estudio concluye que tan solo uno de cada seis adolescentes tiene un buen conocimiento de las ITS y que, en general, no tienen una consciencia real de la importancia sobre el tema (5). De esta manera, la alfabetización de los jóvenes en materia de salud sexual es muy importante en el contexto actual. Las intervenciones conductuales en la escuela tienen un efecto estadísticamente significativo en la mejora de los conocimientos de salud sexual (6).

En 2013 del total de personas que vivían en el distrito barcelonés de Ciutat Vella un 49,2% era de origen extranjero, y el porcentaje de población entre 10 y 19 años era del 10,4%, superior al de Barcelona ciudad (7,8%). Ciutat Vella destaca por ser el distrito con una de las tasas más altas en VIH, sífilis y gonococia de toda Barcelona, presentándose muchos de los nuevos casos de estas ITS en población adolescente entre 15 y 19 años (7).

Desde instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales (ONG) se ha intentado mejorar esta situación en los últimos años. El programa Salut i Escola se implementó en el año 2004 en Cataluña como un eje fundamental de actuación en las escuelas en relación con la salud afectivo-sexual. El programa, liderado en su mayoría por profesionales de Enfermería, tiene como objetivo acercar los servicios de salud a los centros docentes y a los adolescentes (8). Otro servicio destacable es la Tarda Jove, que proporciona orientación y asesoramiento sobre sexualidad, métodos anticonceptivos e ITS a menores de 25 años por parte de profesionales sanitarios (9).

Desde el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya se creó en el 2014 el Pla de prevenció, control i atenció de les ITS a Catalunya con el objetivo de mejorar la atención de las ITS (10). El plan propone la figura del referente territorial en Atención Primaria (profesional de Enfermería, Medicina de familia o ginecología) con la finalidad de aumentar la resolución de los Equipos de Atención Primaria (EAP) en relación con las ITS. Así, en el año 2014 se implementó una consulta semanal de referentes territoriales de ITS en los EAP del Raval Nord y Raval Sud, con una dotación de dos profesionales (Medicina de familia y Enfermería) en cada centro. El trabajo conjunto entre el programa Salut i Escola y los referentes de la consulta de ITS permite realizar un abordaje desde la prevención y la promoción, de acuerdo con la propuesta del Pla de Salut de Catalunya 2016-2020, en el que se plantean objetivos relacionados con la infección gonocócica y el VIH, sobre todo en colectivos vulnerables como los adolescentes, según su situación socioeconómica (1,11).

Teniendo en cuenta todo lo citado, el estudio actual tuvo como objetivo evaluar el impacto de una intervención, dirigida por profesionales sanitarios en el aula, acerca de los conocimientos relacionados con las ITS (identificación de las diferentes ITS, las prácticas y la percepción de riesgo de contraer una ITS) y los servicios sanitarios disponibles en adolescentes escolarizados en el barrio del Raval Nord (Barcelona).

Método

Se llevó a cabo un estudio cuasi-experimental pre-post intervención en adolescentes escolarizados en tres Institutos del barrio del Raval Nord (Barcelona) que estaban cursando en ese momento 3º y 4º curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y 1º y 2º curso de Bachillerato. Dos de los institutos eran concertados y uno público, el que ofrece estudios de bachillerato. El barrio del Raval, en comparación con Barcelona ciudad, presenta un mayor porcentaje de población entre 15 y 24 años (10,5% frente a 7,8%). Además, el barrio se caracteriza por tener un elevado porcentaje de población inmigrante (50% de la población total) y unas rentas familiares bajas (15).

Las variables que se recogieron fueron: sociodemográficas, conductas de riesgo (11 ítems con respuesta en una escala Likert del 0-10), uso de servicio sanitario (se preguntó por ocho dispositivos sanitarios cercanos), conocimiento de diferentes ITS, uso de preservativo, inicio de relaciones sexuales y asociación de consumo de alcohol y otras drogas con la relación sexual (12-14).

Inicialmente se constituyó un grupo de trabajo multidisciplinar formado por profesionales de Enfermería y Medicina, residentes de la especialidad de atención familiar y comunitaria y una psicóloga. Este grupo elaboró un protocolo de actuación donde se describía la intervención y diseñó el cuestionario pre-post intervención que recogía las variables anteriormente especificadas.

Se realizó un pilotaje con una clase que después no participó en el estudio; no se efectuó ningún cambio en relación con el mismo. El cuestionario pre-intervención fue administrado por enfermeras que lideran el programa Salut i Escola (Anexo 1) durante los meses de mayo-junio de 2016, llevándose a cabo la intervención en febrero-marzo de 2017 y los cuestionarios post-intervención en los meses de mayo-junio de 2017. Al final de la intervención se pasó al alumnado una encuesta de satisfacción (Anexo 2).

Durante la intervención se impartió una sesión de 90 minutos, conducida por tres profesionales (Enfermería y Medicina de familia). La estructura de la sesión seguía un guion preestablecido: al inicio se trabajan contenidos teóricos de manera breve y posteriormente se visualizaba un vídeo y dos casos prácticos que favorecían el debate en grupos reducidos al final de cada exposición. Esta metodología de trabajo implicaba disponer al menos de tres profesionales en cada intervención para poder dividir el grupo en tres subgrupos, un profesional dinamizaba el debate y resolvía posibles dudas o falsas creencias. Se elaboraron tres unidades didácticas para trabajar los contenidos: 1. Síntomas de las ITS e identificación de las diferentes ITS (exposición teórica); 2. Conductas de riesgo en relación con la ITS (visualización de vídeos y casos prácticos con debate posterior en grupo pequeño); 3. Tratamiento de las ITS y uso correcto de los servicios de atención a las ITS (visualización de vídeos y casos prácticos con debate posterior en grupo pequeño).

Para el tratamiento y análisis de los datos se realizó una descriptiva de las variables (porcentajes y medias con las medidas de dispersión) atendiendo a la naturaleza de las variables. Se creó una variable resumen cuantitativa (0-10) sobre la percepción de prácticas de riesgo que era la media de las puntuaciones obtenidas en todos los ítems de percepción. Para comparar los conocimientos de diferentes ITS con variables sociodemográficas se aplicó el test de Chi cuadrado. Para comparar la percepción de conductas de riesgo según variables sociodemográficas se ha utilizó el test de U de Mann Whitney y Kruskall Wallis. Para valorar los cambios ocurridos entre el momento pre y post intervención se calcularon los intervalos de confianza al 95% (IC95%) de los porcentajes de conocimientos y las medias de percepción de riesgo en cada momento.

La intervención se efectuó previo consentimiento informado a la dirección de los centros de educación y al/la tutor/a del aula. Se explicitó en el consentimiento la confidencialidad y el anonimato de los datos recogidos. El estudio fue valorado favorablemente por el comité de ética de la Fundación Jordi Gol i Gorina.

Resultados

Recibieron la intervención y contestaron la primera encuesta 211 estudiantes de tres centros de estudios. Respondieron los cuestionarios postintervención 227 estudiantes. Esta variación responde a la asistencia a clase aquel día.

Participaron tres cursos de 3º de ESO (n= 80), tres cursos de 4º ESO (n= 93) y un solo curso de 1º y 2º de Bachillerato (n= 38), ya que tan solo un centro ofrece estudios de Bachillerato. El 56,8% (n= 117) era mujer y la media de edad fue de 15,4 años (DE= 1,29). El 31,3% (n= 66) procedía de Filipinas, el 23,7% (n= 50) de Indostán-Asia, el 20,4% (n= 43) de Europa, el 16,1% (n= 34) de Centro-Sudamérica y el 8,5% (n= 18) de África/otros. No se observaron diferencias estadísticamente significativas ni en sexo ni en edad en los diferentes centros educativos (Tabla 1).


Por lo que respecta a conductas sexuales, del total del alumnado, 63 habían iniciado relaciones sexuales (30,3%). Los adolescentes procedentes de Europa y Centro-Sudamérica fueron los que tenían un porcentaje más elevado de inicio de relaciones, con un 37,2% (n= 16) y un 43,8% (n= 14), respectivamente. Según el sexo, un 37,9% (n= 33) de los varones decía haber iniciado relaciones sexuales frente al 24,8% (n= 29) de las mujeres. No hubo significación en el inicio de relaciones sexuales en relación con el curso (Tabla 2).


De los 63 estudiantes que habían iniciado relaciones, tan solo un 32,4% (n= 20) utilizó siempre preservativo y un 2,7% (n= 2) no lo empleó nunca. El 61,9% (n= 39) no había asociado nunca alcohol ni otras drogas a la relación sexual, mientras que casi un 8% (n= 5) decía asociarlo siempre o casi siempre.

Teniendo en cuenta el cuestionario preintervención, el VIH fue la ITS más conocida entre los adolescentes (un 59,8% la conocía) (n= 13). El resto de las infecciones eran prácticamente desconocidas.

Identificaron como conducta de mayor riesgo para contraer una ITS el mantener una relación con una persona que padece una ITS, la consideraron con un riesgo de 8,1/10 en la escala Likert. La conducta que identificaban con menor riesgo fue presentar un tatuaje o piercing con un riesgo de 4/10 y mantener relaciones sexuales con una pareja nueva en el último año, con una valoración de riesgo de 5,1/10.

Tener relaciones sexuales con pareja nueva en el último año (p= 0,001) y tener más de tres parejas sexuales en los últimos dos años (p= 0,016) fueron percibidos como de mayor riesgo para contraer una ITS en alumnado de 4º de ESO. Según el sexo, los varones tuvieron una menor percepción de riesgo en todas las conductas frente a las mujeres (p= 0,03) y esta diferencia fue estadísticamente significativa en las conductas: mantener relaciones sexuales con parejas con ITS (p= 0,004) y tipo de relación sexual: anal, vaginal, oral (p= 0,045) (Tabla 3).


En cuanto a la procedencia, los adolescentes de Indostán y África fueron los que presentaban una menor percepción de riesgo de contraer una ITS (p< 0,001). Las diferencias según el país de procedencia fueron significativas en relación con las conductas: tener más de tres parejas sexuales en los últimos dos años (p= 0,048); mantener relaciones sexuales con parejas con ITS
(p< 0,001); tipo de relación sexual: anal, vaginal, oral (p= 0,006); antecedentes infecciones de transmisión sexual (p= 0,01); antecedentes interrupción voluntaria embarazo (p= 0,049); anticoncepción oral de emergencia en el último año (p= 0,016); tener tatuajes o piercing (p= 0,002) (Tabla 4).

Los resultados comparativos pre-post intervención, en relación con el conocimiento de otras ITS, evidenciaron un aumento en el porcentaje del alumnado que reconocía como ITS la sífilis, la gonorrea y el VIH. El aumento fue estadísticamente significativo en el caso de la gonorrea (IC preintervención= 5,3-13,8; IC postintervención= 19,8-32,0) (Tabla 5).

La media de la percepción de riesgo de las diferentes conductas también aumentó después de la intervención. La percepción global de riesgo aumentó medio punto (Tabla 6).


Tras la intervención también se incrementó el porcentaje del alumnado que reconocía cada uno de aquellos dispositivos sanitarios de los que se dio información durante la jornada. La diferencia fue significativa para todos los dispositivos excepto para Salut i Escola y Tarda jove (Tabla 7).

Discusión y conclusiones

Realizar educación sexual a los adolescentes en sus centros de estudios, aportando información, pero también induciendo al diálogo en grupos pequeños en relación con casos y situaciones prácticas, han sido premisas básicas para el equipo investigador a la hora de llevar a cabo el proyecto, siguiendo las recomendaciones que da la Organización Mundial de la Salud (OMS) (16).

Parece ser que este tipo de intervenciones tiene un efecto estadísticamente significativo en la mejora de los conocimientos de salud sexual (17). En general, el conocimiento de las ITS en los adolescentes es bajo, siendo esencial la información en relación con las mismas y a la identificación de conductas de riesgo para ayudar a disminuirlas tal y como apoyan otros estudios (18,19). Así mismo, la percepción de riesgo ante conductas en las que puede existir un contagio aumenta después de recibir la intervención. Estudios similares apuntan también en esta dirección, el aumento de conocimientos sobre ITS favoreció actitudes más responsables hacia el uso de preservativo y la adopción de conductas sexuales más seguras (20-22).

En el estudio tan solo un 30,3% de los estudiantes había iniciado relaciones. La bibliografía apoya la realización de este tipo de intervenciones en edades tempranas, cuando aún no se han iniciado las relaciones sexuales, para que sean eficaces (23,24). En atención a lo expuesto, las intervenciones son eficaces en la reducción de las infecciones en adolescentes sexualmente activos. Sin duda, cobran especial relevancia en el caso de este estudio, ya que se llevan a cabo en un entorno con condiciones socioeconómicas precarias y factores culturales que pueden influir en la toma de decisiones relativas al inicio de las relaciones sexuales. El aumento en la percepción de riesgo de contraer una ITS en diferentes situaciones puede ayudar a proteger las relaciones sexuales en la población adolescente. Es interesante observar cómo la percepción global de riesgo de contraer una ITS, según diferentes conductas, no depende tanto del curso (pareciera a priori que la edad tendría que condicionar este aspecto), sino que es más dependiente de variables como el género o el país de procedencia. Serían, pues, el género y la cultura más determinantes en la percepción de riesgo y, por lo tanto, las intervenciones a realizar deberían incluir un prisma diferente, más allá que el curso en el que se reciben, incluyendo una perspectiva cultural y de género.

Un logro obtenido en el estudio es el aumento de conocimiento de dispositivos sanitarios a los que poder acudir cuando se ha identificado una relación de riesgo de contraer una ITS, en donde se efectúe un correcto diagnóstico y tratamiento. El desconocimiento de los dispositivos sanitarios dificulta la detección precoz de las ITS y, por tanto, aumenta el riesgo de contagio y la incidencia de este tipo de infecciones que es, precisamente, el panorama actual. El diagnóstico y tratamiento precoz podrían ayudar a romper la cadena epidemiológica. El seguimiento de las cohortes que han recibido la intervención abre futuras líneas de investigación en las que poder apoyar la efectividad de este tipo de intervenciones si se observara una menor incidencia de estas infecciones en los grupos que las recibieron.

Desde la Atención Primaria, las estrategias para alcanzar una óptima salud de la población adolescente no pueden obviar la educación sexual y, dentro de ella, la alfabetización en relación con las ITS tal y como indican otros estudios (25). De hecho, hay autores que identifican a las enfermeras de Atención Primaria como agentes clave para llevarlas a cabo (26). Incorporar las nuevas tecnologías para efectuar este tipo de intervenciones debería ser contemplado en un futuro, de acuerdo con la eficacia demostrada en otras investigaciones (27).

Al ser un estudio cuasi-experimental sin grupo control, los resultados pueden atribuirse a otros factores que no sea la intervención. Se encuentra otra limitación importante en el hecho de no haber identificado con un código a cada alumno, de manera que la comparación preintervención y postintervención se realizó comparando el grupo poblacional como tal, pero no se hizo seguimiento de los mismos estudiantes al no tenerlos codificados individualmente.

Los resultados sugieren investigaciones futuras en las que se incorpore un grupo control con el que poder comparar datos y validar la efectividad de la intervención.

Finalmente se puede concluir diciendo que la intervención llevada a cabo muestra, a los tres meses de realizarse, un aumento en los conocimientos de ITS, en las conductas y la percepción de riesgo de contraer una infección y en los dispositivos sanitarios a los que pueden dirigirse para recibir tratamiento los adolescentes. Por consiguiente, se recomienda mantener acciones similares de acuerdo con los resultados obtenidos.

Agradecimientos

Agradecer la labor realizada por las enfermeras del programa Salut i Escola (Francisca Jurado Luque, Montserrat Cullell Parès, Irene Mateos Conde y Sandra González Valdés) y a la dirección de los centros educativos (Miquel Tarradell, Milà i Fontanals, Vedruna, Cintra y Labouré) del barrio del Raval en Barcelona por la confianza depositada en los profesionales a la hora de llevar a cabo la intervención en las aulas. A María Carrión, Ana Sagués y Rocío Casañas por su colaboración durante la misma.

Financiación

El estudio ha sido valorado favorablemente por el comité de ética de la Fundación Jordi Gol i Gorina y ha sido premiado con una beca Xben en la convocatoria d’Ajuts a la Recerca 2016 de l’ Àmbitd’ Atenció Primària de Barcelona Ciutat. 4R16/084.

Conflicto de intereses

Ninguno.

Bibliografía

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