Acabar Enfermería, empezar en urgencias y no morir en el intento

Martes, 22 de mayo de 2018

por Juan Carlos

Sois muchos los que estáis a punto de acabar el grado de Enfermería, terminando esos tediosos TFG que tantas horas de sueño os han quitado, y tantos dolores de cabeza os han dado… Pero ya no falta nada, todo esfuerzo ha merecido la pena y vais a ejercer la profesión más bonita del mundo.

A veces me pedís consejos para cuando acabéis, así que os he preparado este post, porque muchos de vosotros recibiréis esa esperada llamada para trabajar y hay muchísimas posibilidades de que sea en unas urgencias.

Trabajar en urgencias es un poco locura, seguro que en vuestras prácticas pudisteis percibirlo, momentos de tranquilidad que de pronto se vuelven de puro estrés y descontrol. Urgencias sacará de ti lo mejor y lo peor, te pondrá a prueba, verás y vivirás situaciones fuera de lo normal y, aunque con el tiempo se aprenda a sobrellevarlo, nunca termina uno de acostumbrarse a lo que allí se ve.

Yo recuerdo que mis primeros meses en urgencias fueron duros, necesitaba saber de todo y tener destreza en técnicas, que muchas de ellas con suerte había visto en algún seminario o taller durante la carrera; y, lo peor de todo, a una velocidad de competición.

Sinceramente perdí varios kilos de peso, dormía poco y cuando lo hacía soñaba con protocolos, con algunas situaciones y con infinidad de cosas que quería aprender.

Después de ya muchos años y de continuar observando cómo llegan los nuevos contratados, ver cómo pasan por urgencias también durante las prácticas las futuras enfermeras, creo no equivocarme al decir que cada vez están mejor preparados, y por lo tanto ese primer  contacto con urgencias se hace más sencillo. Aun así quiero daros algunas recomendaciones para que trabajar en urgencias sea lo más llevadero posible.

Cómo trabajar en urgencias y no morir en el intento:

  • Como dice el refrán «donde fueres, haz lo que vieres». Seguro que verás cosas que no están todo lo bien que deberían, que sabes que quizás estén anticuadas o que la evidencia científica dice que se debería hacer de otra forma, pero mi consejo es que tú hagas las cosas como tú sabes que se hacen, pero sin corregir (por lo menos al principio). Piensa que ese compañero seguramente lleva mucho tiempo trabajando y puede que no se sepa al dedillo la última actualización de algún artículo pero tiene experiencia que puede venirte bien.
  • Aprende todo lo que puedas. Ya vienes con muchos conocimientos y seguramente en las prácticas hayas hecho de todo, pero siempre hay cosas nuevas por aprender y cada paciente es un mundo. En urgencias, siempre, y cuando digo siempre es siempre, habrá cosas que te sorprenderán.
  • Fórmate sobre todo en cursos de RCP y en cursos que te ayuden a adquirir destreza en el día a día como enfermera de urgencias. Son buenas opciones los de vendajes e inmovilizaciones, suturas, así como otras técnicas. También es interesante el de triaje, porque en muchos hospitales, como en el mío, solo pueden realizar triaje profesionales con cierta experiencia en el servicio, pero en otros centros no y, sin duda, para mí triaje es uno de los lugares de mayor responsabilidad en urgencias, puesto que decides la prioridad de atención de los pacientes que acuden.
  • Evita los conflictos, tanto con pacientes como con otros compañeros. Se trabaja con muchísimo estrés a veces, los pacientes esperan muchas horas estando enfermos y sus familiares viéndolos mal. Si nos ponemos en su lugar, quizás nos sentiríamos igual, si en algún momento les contestamos mal podríamos hacer que ese enfado lo dirigieran hacia nosotros, y mejor evitarnos ese mal rato.
  • Si alguien te pregunta algo, aunque estés muy liado, para un segundo, míralo a la cara y pregúntale en qué puedes ayudar, pregúntale el nombre y dile que vas a consultarlo, dale información. Es muy importante que sientan que estamos allí ayudándolos y que nos preocupamos para que todo esté bien y vaya como debe ir.
  • Disfruta todo lo que puedas, el caos de urgencias también hace que saquemos lo mejor de nosotros, tanto a nivel profesional como personal. Ayudar a los demás en los peores momentos y ver cómo con nuestro esfuerzo resolvemos problemas reales y ayudamos a salvar vidas no tiene precio, es una suerte y eso hay que disfrutarlo.
  • Haz piña con tu equipo, verás que sigue habiendo personas que creen en las «clases» y, sinceramente, en urgencias pasaréis momentos malos, situaciones de mucho estrés en las que un equipo unido ayuda a salir de ese momento y salva más vidas que un equipo separado.
  • Nunca olvides que nadie nace sabiendo, así que cuanto más ayudes a tus compañeros, mejor.
  • Aprovecha los turnos de noche, que suelen ser más tranquilos, para entrar en otras ubicaciones a las que aún no puedes entrar por necesitar más experiencia, como es la sala de críticos o de reanimación. Es importante ver cómo se desenvuelven tus compañeros, dónde están las cosas, cómo actúan y cómo se realizan los diferentes registros. Esto ayuda a que el día en el que tengas que entrar sepas más o menos cómo actuar. Sin duda una de las cosas que más estrés genera es perder tiempo buscando dónde están las cosas.
  • Ve de lo simple a lo complejo, sabes hacer muchas cosas, eres enfermera y sales de la carrera sabiendo más que muchas otras profesiones de su día a día laboral, puesto que has tenido muchas prácticas, pero no te agobies, cada servicio tiene sus peculiaridades y se necesita un tiempo para dominarlo, así que empieza por lo básico.
  • Sé humilde y si no sabes o no recuerdas cómo hacer algo mejor preguntar y decírselo a tu compañero.

Juan Carlos MIranda – Enfermero de urgencias

Para consultar la publicación original, puede accederse al siguiente enlace.

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