Cienciaterapia: acercar la ciencia a los niños ingresados para humanizar su estancia en el hospital

Miércoles, 14 de noviembre de 2018

por diariodicen.es

Estos días se celebra en la Comunidad de Madrid la Semana de la Ciencia, un proyecto encaminado a divulgar e implicar a la población en la ciencia, la innovación y la tecnología y fortalecer las vocaciones científicas entre los jóvenes. Este ámbito es de gran importancia en la sanidad, pero ¿se puede utilizar la ciencia para humanizar la asistencia que reciben los pacientes? Hemos hablado con Jesús Ángel Gómez, presidente del proyecto Cienciaterapia, una iniciativa surgida hace cuatro años, cuyo propósito es hacer llegar experimentos divertidos a los niños hospitalizados.

Gómez nos explica el programa, los beneficios de la humanización y las utilidades de la ciencia como herramienta para convertir la hospitalización en un periodo lo más llevadero posible y de las inspiradoras historias que han surgido con los niños participantes en Cienciaterapia.

© Chez Valencia

Pregunta: ¿Cómo surgió y en qué consiste Cienciaterapia?

Respuesta: Cienciaterapia es una organización sin ánimo de lucro dedicada a llevar ciencia divertida a niños hospitalizados. La iniciativa surgió en 2013, cuando, después de mostrarle varios experimentos caseros a mi sobrina de 8 años, observé la enorme capacidad que tenía la ciencia para captar su atención.

Pensé entonces que aquello podría servir para que los menores que tenían que pasar largar estancias en un hospital pudieran olvidarse de su enfermedad durante unas horas y disfrutar de un rato entretenido, realizando experimentos científicos.

P.: ¿Qué objetivos se plantea?

R.: En cada taller de Cienciaterapia perseguimos tres objetivos: aliviar el ingreso a los pacientes, permitir un respiro a sus familiares y fomentar las vocaciones científicas. Somos conscientes de que actividades de este tipo pueden despertar en los niños un interés especial por la ciencia, por lo que siempre planteamos los talleres como si tuviéramos delante a futuros científicos, que en las próximas décadas darán respuesta a retos que están aún por resolver.

P.: ¿Qué actividades han llevado a cabo en Cienciaterapia en los diferentes hospitales en los que está presente?

R.: Las actividades de Cienciaterapia se desarrollan en unidades de oncología infantil, pediatría y salud mental de varios hospitales: Niño Jesús, La Paz, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón, 12 de Octubre, todos en Madrid; Virgen de la Arrixaca, en Murcia; el Materno Infantil de Badajoz; y el Juan Ramón Jiménez y el Vázquez Díaz, en Huelva.

Cuando nuestros «cienciaterapeutas» visitan a los menores hospitalizados, lo hacen para realizar talleres de experimentos científicos que despiertan su curiosidad y les permiten aprender. Durante las dos horas que suele durar cada taller, los pacientes conocen nuevos conceptos de química, biología, física o matemáticas que están presentes en nuestras vidas cotidianas y normalmente pasan desapercibidos.

Les hablamos de fuerzas de rozamiento con varios discos de música, de geometría jugando con imanes, de pH con una lombarda, de aerodinámica en la Fórmula 1 con un secador de pelo…

Intentamos hacerlo todo con materiales caseros para que vean la ciencia como algo cercano y accesible.

© Chez Valencia

P.: ¿Qué valor tiene la ciencia en la humanización de los ingresos hospitalarios?

R.: Cuando los «cienciaterapeutas» llegan a los diferentes hospitales en los que estamos presentes, se encuentran con niños que están alejados de sus hogares, familiares y amigos. Algunos están recién ingresados y otros llevan varios meses allí. Sea cual sea el caso, para recuperarse todos deben permanecer un tiempo en un lugar que les resulta incómodo.

Conscientes de ello, nuestra misión no se centra únicamente en la divulgación y el fomento de vocaciones científicas, también en la creación de vínculos con el espacio físico y con el resto de personas que se encuentran allí. De esta forma, al lugar donde desarrollamos el taller científico se desplazan todos los pacientes que lo desean, acompañados de sus familiares.

Después de dos horas de risas y aprendizaje se crean muchas relaciones entre pacientes y familiares que les permiten, en cierta medida, sustituir el afecto de las personas que no pueden acompañarlos, creando vínculos entre ellos que les permitirán afrontar juntos los próximos días de ingreso.

P.: ¿Qué efectos positivos han podido observar en Cienciaterapia desde que se implantó el proyecto?

R.: Desde que pusimos en marcha Cienciaterapia han sido miles de pacientes y familiares los que han participado en nuestros talleres científicos. Todos ellos muestran curiosidad mientras realizamos los experimentos y dejan a un lado sus enfermedades para adentrarse, durante unas horas, en un improvisado laboratorio. En este tiempo se divierten, participan en las actividades, trabajan en equipo y vuelven a sus habitaciones con las pilas recargadas, que es el principal objetivo.

Por destacar algunas de las historias que hemos vivido en estos últimos años, un día asistió a un taller un paciente que llevaba varios días sin comer ni hablar. Cuando observó los experimentos y vimos que se quedó boquiabierto, le dijimos que si quería que siguiéramos tenía que merendar. Agarró entonces su vaso de leche con galletas, se lo bebió de un trago y nos pidió más experimentos.

En otra ocasión, una paciente esperó a que termináramos el taller científico para agradecernos la visita. Tras esto, nos dijo: «en el futuro me gustaría ser científica para evitar que otros niños pasen por lo que yo estoy pasando». Nos quedamos de piedra. Comentarios como el de esta niña nos indican que estamos despertando el interés por la ciencia en el público infantil y que en un futuro podrían tener ellos la respuesta a enfermedades que aún no tienen cura.

© Chez Valencia

P.: Las noticias, jornadas y proyectos sobre humanización están proliferando en los últimos tiempos, ¿a qué crees que se debe esta tendencia «humanizadora»?

R.: Nunca es tarde si la dicha es buena. Me consta que durante muchos años ha habido profesionales humanizando las unidades en las que trabajan, a veces pese a no tener el respaldo de los altos cargos del centro y sentirse unos «bichos raros» en sus plantillas.

Humanizar es algo que, normalmente, no requiere grandes inversiones y se ha demostrado que los efectos positivos son enormes. Pequeñas acciones son capaces de cambiar completamente la estancia hospitalaria de una familia y permitir que los pacientes se sientan en un lugar más acogedor, sus familiares se encuentren más cómodos y el personal sanitario cuide aún mejor.

Es una alegría saber que todas estas personas son ahora escuchadas, tienen el respaldo de sus centros y se les invita a comunicar todas estas iniciativas para ponerlas en marcha en otros hospitales.

P.: ¿Qué otros proyectos tienen pensado iniciar en el futuro?

R.: Nuestro objetivo es que Cienciaterapia esté presente en nuevos hospitales para que más pacientes y familiares puedan disfrutar de nuestros talleres científicos y sigamos contagiando el interés por la ciencia y su importancia. También estamos estudiando la posibilidad de llevarlos a unidades en las que hasta ahora no hemos trabajado y de tener un espacio físico que sirva para crear la cantera de científicos de las próximas décadas. Es evidente que tenemos un impacto positivo a corto plazo, pero ¿y si uno de estos pacientes es la persona que acabe en el futuro con alguna enfermedad que hasta ahora no tiene cura?

Ciencia, hospitales, humanización, niños ingresados

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