El Gregorio Marañón detecta un incremento de los trastornos graves de salud mental en población joven

Jueves, 7 de octubre de 2021

por diariodicen.es

El Hospital Gregorio Marañón, ubicado en Madrid, ha emitido una nota de prensa en la que refiere que ha detectado, en los últimos meses, un incremento de trastornos graves de salud mental en niños y adolescentes de entre 10 y 18 años. Especialmente han aumentado los ingresos por ideación suicida y por trastornos de la alimentación, fundamentalmente, anorexias nerviosas.

Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del centro ha explicado que una de las causas de este crecimiento en la incidencia de la salud mental de los jóvenes se debe a que el confinamiento y las restricciones por la pandemia han coincidido en un momento evolutivo especialmente sensible, “ya que es cuando comienzan a tomar decisiones, a sentirse autónomos, proyectarse en el futuro, depender de las relaciones sociales para su desarrollo, etc. Además, se tiende a pensar en estas edades que mucho de lo que sucede es irreversible en el tiempo. Esta situación ha supuesto una enorme cicatriz en esta población, que ha visto restringida su capacidad de decidir sobre su futuro, por lo que un número creciente de menores ha sentido desesperanza, tiene dificultad para encontrar sentido a su vida, verbalizan ideas de muerte, se vuelve más inseguro, triste, ansioso, impulsivo, se autolesiona o deja de comer porque es la única forma en la que sienten que tienen control sobre su cuerpo”.

Por su parte, María Dolores Picouto, psiquiatra de la Unidad de Ingreso de Adolescentes del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental, indica que la identificación precoz “y la prevención son muy importantes”. Por eso, de cara al comienzo del curso escolar “fomentar la relación y comunicación con la familia es fundamental, ya que está demostrado que protege frente a enfermedades mentales en menores. Es clave que los niños y adolescentes realicen actividades en familia y que se sientan apoyados, pero también deben tener límites claros”. Asimismo, aconseja cuidar las rutinas en todos los ámbitos. “Si hablamos del sueño, dormir entre nueve y diez horas es lo recomendable a estas edades. En cuanto a la alimentación, no debe haber alimentos prohibidos, hay que intentar seguir una dieta saludable y variada, sin saltarse comidas. El ejercicio aporta a los adolescentes beneficios físicos, ya que se previenen la obesidad y el sedentarismo. Además, aumenta la autoestima y ayuda a regular emociones negativas, como la ansiedad o la tristeza”.

Los expertos, destacan en el mencionado comunicado, señalan también que las amistades juegan un papel muy importante en la adolescencia. Desde la infancia es fundamental que aprendan a desarrollar habilidades para mantener relaciones interpersonales basadas en el respeto mutuo y evitar, así, el aislamiento. Por otro lado, es preciso educar a los niños y adolescentes en el uso responsable y seguro de Internet, de las redes sociales y de los videojuegos. El objetivo es que el impacto de las nuevas tecnologías sea positivo para el desarrollo de los niños y adolescentes; de lo contrario, pueden aparecen problemas mentales asociados a un uso inadecuado de estas, como ha sucedido durante el confinamiento, con una exposición excesiva a pantallas, redes sociales e Internet.

Los familiares que conviven con los menores son los que mejor pueden realizar una detección temprana, apuntan, de cualquier problema de salud mental. Arango advierte a los padres de que “si perciben que sus hijos sufren cambios de comportamiento, una mayor irritabilidad, tristeza, susceptibilidad, aislamiento, alteraciones del sueño y de la alimentación, preocupación excesiva por su imagen física, sensación de desesperanza, hablar excesivamente o con preocupación sobre aspectos relacionados con la muerte, entre otros, que estén muy pendientes y que pidan cita con su pediatra o médico de Atención Primaria para que, si lo estima oportuno, les pueda derivar a especializada y que la situación no se cronifique”.

La segunda causa de muerte en población infantojuvenil es el suicidio, solo por detrás de los accidentes, exponen desde el hospital. Los casos de suicidio están relacionados con el trastorno mental hasta en más del 95% de los casos, añaden. La manifestación de los menores de quitarse la vida o preguntar sobre la muerte es un síntoma más de un trastorno mental de base. Por lo tanto, es preciso que los familiares estén atentos a estas señales, ya que los menores pueden ser tratados; y fruto del tratamiento y de su mejoría desaparecerá lo que los médicos denominan “ideación suicida”. El suicidio se puede prevenir, asevera Arango.

En lo referente al aumento de los trastornos de la conducta alimentaria, los especialistas señalan que ha sido muy importante tras la pandemia, tanto casos nuevos como reagudización de jóvenes que ya tenían algún tipo de trastorno de este tipo. “Cuando se detecta que un menor dejar de comer, que pierde peso rápidamente, que alrededor de las comidas tiene una conducta extraña, que desaparece después de comer, que hace un ejercicio excesivo, que se preocupa por las calorías o que se provoca vómitos, hay que actuar y pedir ayuda para que no se llegue a pesos bajos que luego son muy difíciles de recuperar. Cuanto antes sea tratado mejor será su pronóstico”, concluye el doctor.

Por otra parte, con el objetivo de mejorar la atención de los niños y adolescentes que acuden por alguna urgencia relacionada con la salud mental, el Hospital Gregorio Marañón ha puesto en marcha, de forma pionera en España, la figura de la enfermera especialista en salud mental en el servicio de urgencias pediátricas. Julio González es enfermero de esta especialidad, cada día atiende a los pacientes y a sus familias. “Cuando los menores llegan a urgencias”, subraya, “lo más importante es crear un espacio de seguridad y realizar un abordaje integral e integrado del paciente y de la familia. Quitamos el estigma de la salud mental y empezamos a trabajar desde el minuto uno en un programa de alternativas. A los jóvenes que no se sienten bien les diría que pidan ayuda, cuando uno es capaz de expresar lo que les está pasando, aunque no lo comprenda, ya empieza su camino hacia la mejora. Y eso es importante”.

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