Profesionales enfermeros, médicos y de trabajo social de diversos centros de Atención Primaria del Área Integrada de Ciudad Real han participado en un taller de simulación para prevenir el suicidio y las conductas autolesivas a través del método de representación de roles y de la recreación de la consulta del centro de salud.
Así, informan desde el Gobierno de Castilla-La Mancha en un comunicado, el propósito principal que se persigue con la puesta en marcha de este programa es otorgar a los trabajadores sanitarios los recursos necesarios para poder identificar de forma temprana los signos de los comportamientos suicidas, mediante la labor colaborativa de un equipo multidisciplinar.
De esta forma, se ha llevado a cabo la simulación de distintos casos clínicos, específicamente en los ámbitos de mejora de los conocimientos sobre el suicidio desde una aproximación coordinada entre diversos profesionales, el manejo de conductas autolesivas en adultos, la prevención y el abordaje de estas situaciones en población infantojuvenil y el análisis de riesgo en personas mayores y en colectivos vulnerables.
Javier Redondo, responsable de la Unidad de Investigación, Docencia y Formación de Ciudad Real, ha querido poner de manifiesto, en la citada nota informativa, que con esta iniciativa se ha logrado la empatía y la conexión de todas las personas implicadas en estos procesos, así como la puesta en común de las acciones que se han de emprender para dar respuesta a este problema.
Con este programa, destacan desde el Ejecutivo castellanomanchego, la autonomía pretende seguir los objetivos marcados por la Organización Mundial de la Salud al respecto de la prevención del suicidio, y rebajar el registro nacional en un 10% para el año 2020, con el programa SUPRE, que establece el acceso a la información y a los servicios de salud mental, y la formación del personal sanitario y de los primeros intervinientes, como vías para evitarlo.
Teresa Rodríguez, psiquiatra y coordinadora regional de esta especialidad, ha apuntado que el suicidio no debe tratarse como un suceso aislado, señalan desde el Gobierno de la comunidad, sino como un problema de salud pública de primer orden sobre el que se debe trabajar desde la perspectiva de la prevención.
