El gerente de nariz verdeMiércoles, 26 de febrero de 2025 por J.M. Salas Hace unos años Florent Amion me regaló un libro, Soñando con un Hospital Optimista, una guía para redescubrir tus superpoderes y transformar tu organización en un hospital optimista, y he de confesar que me encantó el libro y el gesto. Poco después me invitó para entrevistarme en el sofá de la fundación que dirigía en la comunidad valenciana para hablar sobre mis proyectos, la creatividad y otro tipo de liderazgo sanitario, sin duda alguna el viaje mereció la pena, disfrute de la entrevista, conocí otro forma de trabajar y cuidar del equipo, y me sentí alagado por la invitación, ya sabéis lo que dicen, nadie es profeta en su tierra. En una parte del citado libro se hablaba sobre la necesidad de que la persona que asume el liderazgo de una organización tenga las cualidades de un Gerente de Nariz Verde, capaz no solamente de comportarse como un manager positivo sino liderar la organización a lo largo del camino de la transformación hacia una cultura corporativa positiva. Aquellos que nos toca dirigir una organización, en mi caso actual la Fundación Ambulancia del Deseo España, nos toca relacionarnos con diferentes gerentes y altos cargos del ámbito privado y público, así como diferentes autoridades, y cuando visitamos una u otra organización nos empapamos de su cultura organizacional y por supuesto de su estilo de liderazgo. Pues sin duda alguna, el estilo de liderazgo transformacional y del gerente de nariz verde, abunda más en la empresa privada que en la pública, y es una pena, porque nuestro sistema sanitario precisa de líderes íntegros, capaces de trabajar con transparencia y eficacia para garantizar la unidad corporativa, el desarrollo profesional y capacitación de sus trabajadores, y esto es imposible de cumplir en un sistema público que prioriza perfiles jerárquicos que son auténticos frenos a cualquier avance de la organización. Un gerente de nariz verde no es imprescindible, y no todo debe pasar por sus manos. Y para ello aprende a delegar y a preparar a otros líderes para no convertirse en imprescindible, algo que a veces en nuestro sistema sanitario cuesta incorporarlo pues como ya mencioné anteriormente en otro post, el síndrome de Procusto está muy extendido, y el miedo a introducir personas con talento dentro de una organización que puedan desplazar a otros con menos virtudes (para decirlo de un modo fino) de determinadas áreas de responsabilidad es un mal persistente, una corriente mediocre que intenta perdurar eternamente al organizar equipos de personas que puedan manejar, o que le sigan el juego a cambio de perder su integridad. Y es que un liderazgo integro, tal como está el mundo parece no estar muy de moda, personalmente conozco a muchas personas con talento que dejan a un lado su integridad para seguir escalando dentro del sistema, algo que tristemente comprendo pero no comparto. En definitiva, me encantaría encontrar más gerentes de nariz verde dentro de las organizaciones, dentro del sistema sanitario público privado porque sin lugar a dudas es un cambio necesario. Otra noche de insomnio, otro post Con Tinta de Médico. Puede ver la publicación original en el siguiente enlace. Autor: El gerente de nariz verde JM Salas – autor y editor del libro y blog Con Tinta de Médico