La labor enfermera de práctica avanzada en cirugía

Lunes, 22 de junio de 2020

por diariodicen.es

José Antonio Jerez es enfermero de práctica avanzada del Servicio de Cirugía del Hospital Universitario de Bellvitge, ubicado en la provincia de Barcelona, y docente en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona. Jerez es también presidente de la Sociedad Española de Enfermería en Cirugía (SEECir), y nos atiende para hablar del papel de los profesionales en el ámbito de la cirugía estomacal, de sus funciones antes, durante y después de la intervención quirúrgica y de la importancia de la educación para la salud y del cuidado de la alimentación para las personas que se han sometido a este tipo de operación.

Pregunta. De forma general, ¿cuáles son las labores de los profesionales enfermeros en el ámbito de la cirugía estomacal?

Respuesta. Principalmente nos encargamos de preparar al paciente y a la familia para la cirugía, de optimizar su estado para promover una recuperación postoperatoria mejorada, de afianzar la seguridad intraoperatoria, de detectar posibles complicaciones postoperatorias precozmente y prevenirlas y, además, de la educación sanitaria relacionada con la cirugía gástrica y el alta a domicilio.

P. ¿Y las de un enfermero de práctica avanzada en esta especialidad?

R. En general se realiza una práctica de la atención de salud completa, examen autónomo y evaluación de pacientes, en particular la puesta en marcha del tratamiento y el diseño de un plan de gestión. La gestión normalmente contempla autoridad para prescribir medicamentos y terapias, en nuestro entorno está en proceso de consolidación según la comunidad autónoma, así como para realizar derivaciones junto con la monitorización de problemas de salud agudos y crónicos, sobre todo en los servicios sanitarios directos. La práctica incluye la integración de la educación, la investigación y el liderazgo poniendo énfasis en la atención clínica directa.

P. ¿Cuáles son las necesidades que más habitualmente presentan los pacientes que van a someterse a este tipo de cirugía?

R. Las personas a las que se le va a realizar esta cirugía precisan optimización ferropénica, ya que son pacientes que, en muchos casos, presentan sangrado en la cámara gástrica secundario a la lesión que pueden tener; soporte nutricional, dado que suelen tener intolerancia oral parcial o total y el ajuste de proteínas previo a la cirugía reduce las complicaciones posteriores; e información sobre el proceso y reducción de la ansiedad, puesto que muchos son intervenciones neoplásicas que se acompañan de la incertidumbre propia de la cirugía.

P. ¿Qué necesidades suelen presentar de forma previa a la entrada a quirófano?

R. Durante esta etapa, el acompañamiento familiar es importante, así como generar un clima de confianza y seguridad para reducir el estrés y la ansiedad. En caso de ingresar en una unidad diferente al destino tras la salida de quirófano, será imprescindible marcar sus pertenencias y custodiarlas, en caso de que la familia no tenga posibilidad.

Por otra parte, comprobar los datos y motivo de ingreso, así como las pruebas preoperatorias y la reserva de sangre en caso necesario, será clave. Antecedentes, alergias y otros datos de interés deberán registrarse de igual forma.

P. Según su experiencia, ¿cuál es la mejor forma de abordar esta ansiedad prequirúrgica de los pacientes?

R. La información, educación sanitaria preoperatoria, empoderamiento y participación del paciente y la familia en la toma de decisiones son la mejor terapia para ello; algunos centros practican también en programas de mindfulness con ese objetivo. En todo caso, todas estas acciones se engloban en el concepto de “prehabilitación del paciente” a la cirugía.

El objetivo principal de la prehabilitación es incrementar la reserva funcional preoperatoria del paciente, generando una recuperación funcional mayor y una menor incidencia de complicaciones postoperatorias. En la práctica clínica, los programas de prehabilitación incluyen ejercicios de entrenamiento cardiovascular, de resistencia y recomendaciones nutricionales, que producen un aumento de la masa magra corporal, los cuales pueden ser combinados con el manejo de la ansiedad preoperatoria, el apoyo en la suspensión de hábitos tóxicos o el tratamiento de la anemia preoperatoria.

P. Surgen noticias sobre iniciativas mediante las que se informa a las familias del estado del paciente durante la operación, como seguimiento en tiempo real de la situación del afectado. Desde su punto de vista, ¿qué utilidad tienen?

R. Actualmente es notorio que la utilidad de la tecnología en este ámbito está a la orden del día. Si los familiares pueden estar tranquilos sabiendo que recibirán un mensaje en su teléfono móvil con el que puedan seguir la trazabilidad del paciente y la duración de la intervención, así como del momento en que sale del quirófano y pueden ser informados por el cirujano, ¿por qué no?

P. ¿Qué medidas de educación para la salud pueden seguir en esta fase?

R. Todas aquellas medidas que se adoptan en el postoperatorio inmediato. La recuperación precoz se basa en que el paciente sea partícipe, y se empodere, de toda la información necesaria para entender lo que sucederá cada día tras la cirugía. De esta forma colaborará y se adherirá al tratamiento de mejor forma. En SEECir (Sociedad Española de Enfermería en Cirugía) hemos colaborado en la elaboración y revisión de la Guía Clínica RICA (Recuperación Intensificada en Cirugía Abdominal), avalada por el Ministerio de Sanidad y en colaboración con múltiples sociedades científicas.

P. ¿Qué papel tienen las enfermeras en cada etapa?

R. Nos encargamos de resolver las dudas que puedan surgir al paciente y a la familia sobre el proceso perioperatorio, del apoyo telefónico durante el tiempo de espera, y todas las relacionadas con el cribado nutricional, cognitivo, social o de fragilidad, así como de su estado funcional basal. Además, acompañarán al paciente a la entrada de quirófano, proporcionándole cercanía y seguridad, y se encargarán de realizar la lista necesaria para la comprobación de todos los ítems incluidos en esta fase. La enfermera instrumentista será la responsable de asistir al cirujano durante todo el acto quirúrgico, adelantándose a las necesidades en cada momento además de mantener la integridad, seguridad y eficacia del campo estéril durante el procedimiento quirúrgico. La enfermera circulante, por otro lado, coordinará las acciones paralelas en la misma sala operatoria.

Después de la operación se acompaña al paciente a la sala de reanimación, donde le ayudará en el proceso de despertar, cuidando la hemodinamia de la persona y colaborando en el proceso de extubación.

P. ¿Qué pautas alimentarias han de seguir los pacientes tras una intervención de cirugía estomacal?

R. Las pautas variarán en función de la técnica, la anastomosis, el remanente gástrico, el mantenimiento o no de esfínteres e incluso de la posibilidad del reflujo originado tras la intervención. En términos generales se recomendará realizar ingestas en menor cantidad, más frecuentes, bajas en carbohidratos y mantener una postura, incluso en semiFowler, tras la ingesta, el motivo principal será evitar el síndrome de Dumping.

Si el centro hospitalario cuenta con profesionales de nutrición y dietética serán ellos los que realicen la acción educativa y seguimiento. En el caso que no sea así, las enfermeras suelen especializarse en el campo nutricional y efectúan el seguimiento posterior, también en la consulta externa.

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