Ante una catástrofe, “el tiempo es fundamental y los primeros minutos esenciales”, motivo por el que la tendencia de los enfermeros está enfocada a aumentar sus conocimientos en la asistencia en catástrofes, emergencias colectivas y apoyo humanitario. Alfonso Yáñez, enfermero de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) y coordinador del simulacro de emergencia civil que se ha llevado a cabo durante el 8º Congreso Nacional de la Defensa, muestra cómo es la labor de los enfermeros militares y civiles, diferente en la disciplina, pero igual en cuanto a su compromiso social en misiones y situaciones de emergencia.
– Como enfermero civil, ¿en qué ocasiones trabaja junto a enfermeros del ámbito militar?
Actualmente son pocas las ocasiones que de diario unen a ambos enfermeros, civiles y militares. Por el contrario son muchas las colaboraciones que ya se están implantando entre organizaciones para el intercambio de experiencias formativas y de reciclaje.
Como casos particulares, recuerdo asistencias sanitarias en accidentes de tráfico de vehículos militares que regresaban de maniobras, con el resultado de varios heridos. Pero en el otro polo, tenemos las colaboraciones que estamos realizando en el ámbito formativo, con varios programas de reciclaje de enfermeros militares, actualizaciones e intercambio de experiencias. Destaco el importante compromiso que los enfermeros militares tienen con la formación: prueba de ello es la realización de másteres y cursos de experto universitario que realizan a través de organizaciones civiles.
– ¿Cómo valora esta iniciativa intercambio de experiencias de los enfermeros militares con los enfermeros civiles?
Mi valoración es muy positiva. Ya no existe ocasión de quedarse con una formación obsoleta y desactualizada. El avance de la ciencia es universal y debe ser compartido por profesionales, independientemente de su ámbito de desarrollo, pues conduce a un objetivo común. Personalmente, dentro de mi actividad como docente, me enriquecen las experiencias militares y el uso de materiales y componentes diferentes, ya que me aportan unos conocimientos que no tengo. Con ellos tengo las dos visiones, civil y militar, y mis alumnos también.
– Bajo su punto de vista, ¿qué diferencias existen dentro de una misma profesión, teniendo en cuenta que se desarrolla en dos ámbitos distintos?
Profesionalmente no veo muchas. Laboralmente veo la diferencia en la disciplina, más marcada en la vida militar. El compromiso social que ambos tipos de profesionales tienen, hace que los ciudadanos en general se sientan protegidos, ya que los cuidados no distinguen ni galones ni estrellas.
– Cuando se participa en situaciones, como rescates, urgencias, catástrofes naturales, etc., ¿necesita un enfermero civil una preparación especial y similar a la de un enfermero militar?
Actualmente existe tendencia a especializarse en catástrofes, emergencias colectivas y apoyo humanitario. Los servicios de emergencias de las distinta Comunidades Autónomas disponen de unidades destinadas a la asistencia en catástrofes que reciben formación específica. Sin embargo, no cuentan con capacidad operativa para grandes desastres, pues los recursos materiales, capacidades de despliegue y tiempo de operatividad son escasos y necesitan del apoyo logístico militar. Aunque la formación suele ser bastante similar y la oferta formativa en este sentido es amplia, no lo es la experiencia que aporta un enfermero civil frente al militar, siendo ésta más amplia.
Además, dentro de la especificación militar hay que tener presente la formación en tácticas y en riesgo tecnológico (nuclear, biológico y químico), que serán características definitorias y diferenciadoras entre unos y otros. A todos los enfermeros militares, con capacidad de adaptación a misiones, se les forma en catástrofes. A los enfermeros civiles, sólo a aquellos que desean esta especialización para formar parte de estas unidades específicas, encuadrados dentro de los servicios de emergencias de las Comunidades. Por ello, al ser más expertos los enfermeros militares, es una ocasión perfecta para aprender de ellos.
– Entonces, ¿se aprende trabajando con enfermeros de la defensa?
Efectivamente, se aprende. Y nos enriquecemos los enfermeros civiles. Hay que estar en misiones para aprender “a ayudar y a ayudarse”. El tiempo prolongado, de hasta meses, hace ver la evolución de los cuidados prestados y esta experiencia debe ser compartida. Este octavo congreso constituye una perfecta ocasión para intercambiar estos conocimientos y guiarlos hacia una convergencia común.
– Dentro del congreso usted coordinará el simulacro de emergencia civil. ¿En qué consistirá?
El simulacro será un ejercicio de derrumbe con 40 víctimas y que como objetivo fundamental tiene la asistencia de las víctimas, junto a la coordinación institucional, que este tipo de situaciones provoca. Resultaría poco verosímil ver cómo los equipos sanitarios clasifican, asisten y evacuan a las víctimas, sin que existan otras instituciones. Por ello participarán la Policía Local y Nacional de la localidad de Toledo; Guardia Civil, con su grupo GRS de control de masas; Bomberos del Ayuntamiento, con su equipo canino de búsqueda de supervivientes; Servicio de Emergencias Sanitarias de Toledo, junto al helicóptero de rescate; el 112; y Cruz Roja y Protección Civil, ambos de Toledo, y que darán apoyo sanitario y de infraestructuras (carpas de clasificación, camillas, sistemas de inmovilización).
El tiempo es fundamental y los primeros minutos esenciales. Por ello, en tiempo real se desarrollará este ejercicio con una duración aproximada de una hora. Para aproximarlo lo más posible a la realidad, se simularán víctimas con lesiones y se les maquillará. Esto dará más sensación de realidad. Pero todo ello no cuenta con la improvisación, sino que previamente se han tenido contactos para la realización y coordinación del ejercicio. Este tipo de contactos facilitará en un futuro la mejora en la coordinación de los servicios de emergencias civiles en casos reales y también gracias a la difusión por prensa y televisión se garantizará a los ciudadanos la sensación de protección en este tipo de siniestros.
