Enfermería laboral: la vocación de ayudar y proteger a los trabajadores

Miércoles, 16 de mayo de 2018

por Natalia Hernández Manjón

Cuando se termina el instituto y comienza la etapa universitaria es muy probable que no se tenga muy claro hasta dónde llega el alcance de la carrera que se está eligiendo, y yendo más lejos, la rama de la que acabarás ejerciendo. Dentro de la enfermería existe una gran variedad de especialidades pero muchas de ellas son bastante desconocidas, aunque todas ellas tienen algo en común: la vocación. Es necesario sentir esas ganas de ayudar, de hacer algo por los demás, sentir esa empatía con los pacientes que te llevará a vivir experiencias tristes, pero otras muy reconfortantes.

Quizá una de las más desconocidas es la especialidad de enfermería del trabajo, lo que antes era llamado enfermería de empresa y ante la que la mayoría de la sociedad pone cara de interrogación cuando se habla de ella. Araceli Santos Posada, presidenta de la Asociación de Especialistas de Enfermería de Trabajo, asume esta situación, “es la gran desconocida de la profesión, ni siquiera nuestros compañeros enfermeros conocen nuestro ámbito, eso se debe principalmente a que en toda la formación del grado no se dedica ni una sola hora a la formación/información en enfermería del trabajo ni en Prevención de Riesgos Laborales”, explica. Incluso ella misma afirma que la conoció bastante tarde y que lo que le llevó a especializarse fueron algunos trabajos en diferentes empresas. “La especialidad la conocí cuando un compañero me propuso trabajos esporádicos en empresas que en ese momento estaban muy bien pagados. Fue allí donde descubrí que iba mucho conmigo, así que empecé a formarme”, puntúa.

Araceli Santos

La especialidad

Como su nombre indica, se trata de una especialización enfermera que se ocupa del estado de salud de los trabajadores en relación a su puesto de trabajo. Su mayor objetivo es poder promover y restaurar la salud, prevenir las enfermedades y proteger a los trabajadores de los riesgos derivados de su actividad laboral. Elena Sutil Rodríguez, enfermera del Hospital Virgen de la Concha de Zamora, trabajó varios años en el área de salud laboral y, aunque ahora trabaja en la UCI, no descarta reincorporarse en algún momento. “No descarto volver algún día a este ámbito laboral, a veces hay que tomar decisiones o elegir cambios en la vida”, explica.

Son muchos los problemas a los que tienen que hacer frente y donde los trabajadores ven mermados su estado físico y psicológico. Entre ellos encontramos el denominado ‘mobbing’ o acoso laboral y, aunque normalmente suele darse de manera vertical, cada día crecen más los casos de acoso horizontal. “Cada vez hay más casos de acoso horizontal, entre los propios compañeros. El malestar general laboral por el deterioro de las condiciones de trabajo (doblar turnos, acumular consultas, moverte a distinto puesto de trabajo del que habitualmente desempeñas, etc) ha llevado a un aumento de competitividad, enemistad, falta de compañerismo y que provoca este tipo de acoso donde se ridiculiza a la víctima, hay cotilleos que desacreditan a la persona e incluso llegan a ignorarle o desacreditarle profesionalmente delante del resto de compañeros”, cuenta Elena Sutil.

Elena Sutil

Aparte de las agresiones entre profesionales sanitarios hay otro grave problema que cada día preocupa más, las agresiones por parte de pacientes o familiares a los trabajadores. Según los últimos datos el Sindicato de Enfermería se han cifrado en 20.000 los casos anuales de agresiones a profesionales, donde la enfermería es uno de los sectores más afectados llegando a producirse 55 agresiones diarias. “Sin duda la atención al público es un tema complejo, si a esto le añadimos las expectativas de la población son cada vez más elevadas, en lo referente a la salud también, hay gente que encaja mal la pérdida de la salud”, argumenta Araceli Santos quien cree que una de las causas es la poca concienciación de la sociedad con este tipo de acoso: “siempre se piensa “algo habrá hecho” es una forma de huir de la realidad y no plantarle cara; es cobarde mirar para otro lado”.

Actuación ante las agresiones

Otro de los puntos que más preocupa, respecto al alto porcentaje de agresiones que están apareciendo en los últimos años, es la información y la actuación que se tiene y conoce. En la actualidad, uno de cada tres enfermeros afirma haber sido víctima de acoso laboral y un 77% dice haberlo presenciado en su entorno laboral, un tipo de agresión al que la mayoría de la sociedad y profesionales sanitarios no sabrían enfrentarse ni actuar.

El equipo de enfermeros laborales es el encargado de poner en marcha el protocolo y las medidas indicadas para cada tipo de problema. Ambas profesionales coinciden en que la medida principal ante estos sucesos es promover la información entre los trabajadores. “Para que ellos puedan notificar la situación deben conocer el problema, estar sensibilizados, concienciados y formados en el tema para así poder evitarlo o denunciarlo y dar a conocer su existencia”, explica Elena Sutil. Sin embargo aún existe un gran porcentaje que no se atreve a comunicar las agresiones que sufren y es necesario que se comuniquen para poder hacerlas visibles y atajar el problema de raíz. “El hecho de que nadie notifique situaciones de este tipo es sinónimo de que no ocurre, por lo tanto no se pondría en marcha el procedimiento habitual, ya que supuestamente no hay nada que evaluar y no se pondrían en marcha las medidas preventivas pertinentes”, concluye.

En caso de que se produzca cualquier tipo de agresión a un profesional sanitario existen protocolos de actuación donde normalmente se recoge información como: qué es una agresión, las normas generales de actuación en ese momento, qué hacer después de que haya ocurrido, a quién dirigirse, etc. “Estos protocolos se hacen llegar a todos los trabajadores de la empresa, es decir que todos tienen la obligación de conocer los pasos a seguir en el caso de que se produzca”, puntualiza Elena. En concreto, una vez que ha sucedido comienza una larga investigación del mismo y se analizan los datos obtenidos para poder establecer una estrategia que evite que ese suceso no vuelva a suceder. “En todo esto deben estar implicados el empresario, los agentes sociales y los trabajadores, es vital para que la prevención sea eficaz”, explica Araceli Santos.

De cualquier modo, un punto importante para que todo lo anterior no suceda es estar bien informados y crear unas buenas leyes que no fomenten este tipo de sucesos, por ello el Sindicato de Enfermería Satse ha demandado en varias ocasiones al Gobierno que se desarrolle una norma que regule a nivel estatal las actuaciones a llevar a cabo tanto de prevención, sensibilización, información, como apoyo para que las diferentes administraciones públicas e instituciones sanitarias privadas implicadas puedan ejecutarlas. Acabar con las agresiones es la primera prioridad del sindicato y para ello los propios trabajadores deben ser los primeros en informarse sobre ello. “Cierto es que, en el ámbito sanitario, aunque la información llega a todos los trabajadores en forma de cartas, documentos, dípticos, carteles, etc., la asistencia a la formación es deficitaria, en algunos casos por desinterés del trabajador, y en otros, porque aunque se les facilite el acceso a la formación en horario laboral, el asistir a dicha información, supone dejar sobrecarga de trabajo a los compañeros y por ello optan por no acudir a la misma”, relata la profesional sanitaria del Hospital Virgen de la Concha.

Una mirada al futuro

A pesar de que cada vez hay más conocimiento sobre el tema sigue estando infranotificado, bien por el miedo a posibles represalias o simplemente por pensar que no se va a hacer nada por solucionar el problema. A pesar de ello, este equipo de trabajo lucha cada día por conseguir reducir y acabar de una vez por todas con cualquier tipo de agresión o problema en relación con los trabajadores y su salud y por ello recomiendan una serie de pautas: notificar el problema para poder estudiarlo, acabar con el miedo ya que existe una confidencialidad en todo el proceso, informarse bien en todo momento y tomárselo con la seriedad que precisa. Pero no todo queda en los trabajadores, aumentar el número de plazas del EIR que se convocan y contar con una unidad formativa de especialistas son algunas de las necesidades de este colectivo, algo por lo que luchan cada día desde la Asociación de Especialistas de Enfermería de Trabajo para que, en un futuro no muy lejano, esta especialidad deje de ser desconocida, mejore las condiciones y pueda realizar mejor su trabajo para ayudar en todo momento a los profesionales sanitarios.

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