‘Los otros’…y nosotros, de Lola Montalvo

Viernes, 20 de febrero de 2015

por Lola Montalvo

Lola Montalvo nos da su visión particular sobre la actualidad enfermera con un nuevo post publicado para diario DICEN. Recordarmos a los usuarios que pueden consultar su blog haciendo clic en el siguiente enlace http://lolamontalvo.blogspot.com.es/

“Los otros”…y nosotros.

La mayor parte de nosotros a diario llevamos a cabo nuestro trabajo como profesionales de la enfermería de la mejor forma posible, realizando un esfuerzo notable por hacerlo bien, revisando técnicas, registros, valorando signos y todo aquello que nos asegure que lo hacemos bien. Estudiamos para estar al día y para actualizar nuestros conocimientos -restando tiempo a nuestras horas personales-, algo que revierte de forma inmediata en la calidad de nuestros cuidados. Hacemos, en definitiva, lo que se espera de nosotros como profesionales. Y lo hacemos por gusto, por vocación, por responsabilidad y porque es lo correcto.

Y luego están… ‘Los Otros’. Los que pasan de todo, los que hacen sus tareas de cualquier forma para cubrir el turno, a los que les da igual flebitis, rojeces en nalgas, pañales mojados, apósitos sucios o veinte pinchazos que uno. Sí, hay «un lado oscuro» en nuestra profesión. Todos sabemos que ese lado feo existe, pero muchos hacen como que no lo ven… saben que están, pero no miran; creen que las sombras que ven deslizarse son fruto de su imaginación y aprietan los párpados con fuerza esperando que esas negruras tenebrosas se disuelvan con los rayos de un nuevo amanecer. Pero no desaparecen. foto para EXPERTOS

Siguen ahí… haciendo daño, llevando a cabo una labor descuidada, negligente, casi delictiva en unos casos; un delito en toda regla, en otros. Estos ‘Otros’ son una minoría, cierto. Es indiscutible que predominan los profesionales de enfermería responsables y capaces frente a los pasotas, negligentes, chabacanos y vagos. Son pocos, es verdad pero hacen mucho daño y se ven demasiado (de hecho los medios de comunicación, a veces, solo les ven a ellos).

Ignorar este enorme problema no va a posibilitar que se solucione. Más aún: mirar hacia otro lado nos hace cómplices. Pretender ignorar que esos ‘Otros’ están ahí, empeñarnos en corregir sus desmanes entre suspiros o llevar a cabo las tareas que ellos descuidan, esperar que un día reaccionen y “de repente” trabajen bien, es un error.

Hace poco me decidí a escribir sobre ello en mi blog… (“Yo no defiendo a los malos profesionales” http://lolamontalvo.blogspot.com.es/2015/01/memoria-de-mi-enfermera-liv-yo-no.html)

…con el temor de que todos mis compañeros se me echarían encima, protestando por lo que expresaba con mucha pensa y una enorme dosis de hastío. Para mi sorpresa, decenas de colegas respaldaron mis palabras y se hicieron eco de este problemón, denunciando ellos mismos en sus blogs y webs situaciones similares, con el colofón del movimiento #YoNoPaso que se ha desgranado en estas semanas en la red y al que, por supuesto, me sumo. 

Sí, mi primer paso, lleno de dudas y de miedos, se ha visto respaldado por cientos de enfermer@s que han manifestado su propia desesperación por tener que vivir de forma cotidiana situaciones difíciles y horribles con compañeros pasotas y vagos o sociópatas y cuasi-delincuentes (en los casos más extremos) con los que se ven obligados a trabajar sin que nadie… e insisto en lo de NADIE, haga nada. Porque por desgracia en muchos casos ese “cerrar los ojos para no ver” lo llevan a cabo supervisores y jefes y cargos… Y, ¿sabéis? aunque se cierren los ojos y se cuente hasta diez antes de abrirlos esos ‘Otros’ no se van a esfumar sin más.

Y su falta de profesionalidad hace mucho daño… a nuestra imagen, a nuestro sistema, a nuestros usuarios y enfermos. A nosotros mismos. Nuestra labor debe pasar por crear herramientas internas que faciliten poder solucionar estas cuestiones de forma adecuada y responsable, sistemas de gestión interna que permitan que nadie más trabaje mal. Es una labor de todos nosotros como profesionales evitar la presencia de esos ‘Otros’; sus consecuencias nocivas, por ahora, solo recaen sobre el usuario o el enfermo. Y es nuestra obligación velar por ellos.

Ya conocemos el problema; busquemos una solución.

Lola Montalvo

 

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