"Los profesionales enfermeros son los principales formadores en cuidados y autocuidados"

Miércoles, 1 de noviembre de 2017

por diariodicen.es

Hemos hablado con Carmen Ferrer, enfermera, jefa del Servicio de Atención al Paciente del Hospital Central de la Cruz Roja, en Madrid, y coordinadora científica de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad del SNS, entre otros cargos, sobre el papel de los cuidadores, su formación y la labor de los profesionales enfermeros en este ámbito.

Nos comenta el desarrollo del taller «Cuidar sin descuidarse», organizado por la Escuela Madrileña de Salud, que ayer, 31 de octubre, finalizaba, y de otros ciclos formativos que esta institución está organizando para este año y el siguiente.

Pregunta: ¿En qué consiste el taller «Cuidar sin descuidarse» de la Escuela Madrileña de Salud?

Respuesta: Este es un taller, que lleva adelante el equipo de la Escuela de Cuidadores del Hospital Virgen de la Torre, consiste en trabajar, interaccionando profesionales y cuidadores, orientado a que los alumnos puedan adquirir habilidades y conocimientos para el cuidado del otro y de sí mismo.

Básicamente de lo que se trata es proporcionar herramientas y técnicas adecuadas para que los cuidadores aprendan a cuidar sin que esto les suponga un problema añadido para su salud. También se enseñan estrategias de autocuidado para prevenir el cansancio del rol del cuidador.

P.: ¿Cómo surgió? ¿Qué objetivos se plantea?

R.: La Escuela Madrileña de la Salud se divide en diferentes áreas, yo coordino el área de Escuelas de cuidadores, cronicidad avanzada, enfermedades poco frecuentes y final de la vida. Cuando nos planteamos hacer la oferta de la Escuela Madrileña de la Salud, lo primero que vimos es que se estaba haciendo ya en la región: hay una Escuela de Cuidadores en el Hospital Guadarrama, que tuve el honor de poner en marcha, una Escuela de Cuidadores y Pacientes Vulnerables en el Hospital Central de la Cruz Roja y una Escuela de Cuidadores en el Hospital Virgen de la Torre, además del trabajo que en este campo están haciendo ya profesionales de los centros de salud, asociaciones de pacientes y otros grupos.

Nuestra escuela busca ser un punto de encuentro y una estructura aglutinadora, un escaparate para que consigamos entre todos aunar esfuerzos y presentar a ciudadanos y profesionales diferentes alternativas que sirvan para mejorar la capacidad de autogestión, de autocuidado, el trabajo en la toma de decisiones, compartir conocimiento e incorporar la experiencia individual de las personas que cuidan y que están enfermas, un área esencial y tan importante para poder aprender a gestionar los recursos propios.

Así pues, estos son nuestros objetivos, que los cuidadores, como sustitutos de las acciones de autocuidado de las personas con problemas de salud, sean capaces de proporcionar cuidados seguros, y a la vez promover estrategias personales para prevenir la claudicación en el ejercicio del rol de cuidador.

P.: En las tres sesiones formativas que durará el taller, ¿hacia qué irá orientada su temática?

R.: Sin duda, la formación está orientada a las necesidades de los cuidadores. Las necesidades que hemos detectado como aspectos preocupantes para los cuidadores son alimentación segura, movilización y transferencias, gestión de los fármacos, negociación con el paciente, aseo, cuidado de la piel, cuidados emocionales, el afrontamiento y cómo generar autorregalos.

P.: Además de talleres como este, ¿qué otras vías de formación tienen las personas cuidadoras? ¿Qué materias se impartirán?

R.: Primero, saber utilizar los recursos existentes, las enfermeras comunitarias sin duda son un gran recurso para adquirir nuevas capacidades personales, así dicen las estrategias de la cronicidad que hablan de los nuevos roles de los profesionales enfermeros educadores, pero también entrenadores, como un rol diferenciador y esencial para generar más capacidad de respuesta.

Nuestra área tiene también bastante oferta. Para el curso 2017-2018 tenemos diseñado en el mes de noviembre un taller de mindfulness en el recinto del Instituto Carlos III y en un taller de práctica de ejercicio para los cuidadores de pacientes ingresados en el Hospital Cruz Roja, aunque puede acudir quien quiera; en diciembre vamos a realizar un encuentro con asociaciones de pacientes con enfermedades poco frecuentes y después, realizaremos un aula en salud para trabajar el concepto del cuidador experto, también desarrollaremos una clase magistral para trabajar el afrontamiento en positivo de la mano de una experta para este tema, una enfermera con formación y experiencia como orientadora (esta actividad la repetiremos con otro experto en febrero de 2018); otra clase en febrero y otra en mayo, que se orientarán a los niños más débiles con enfermedades complejas, y también se abordará el final de la vida de la mano de la gerencia de cuidados del Servicio Madrileño de la Salud; tenemos diseñado un taller para cuidadores de pacientes con ELA que comenzaremos en abril de 2018; y en junio, abordaremos el trastorno de la conducta en pacientes con deterioro cognitivo y un taller para trabajar el cómo entender el dolor del otro.

Como ves, todas herramientas para los cuidadores y las personas con problemas crónicos avanzados y final de la vida.

P.: ¿Qué papel tienen los profesionales enfermeros en dicha formación?

R.: En nuestro caso, un papel relevante, sobre todo cuando hablamos de entrenamiento. Los profesionales enfermeros son los principales formadores en el área de los cuidados y los autocuidados, pero también trabajamos con otros profesionales que aportan sus áreas de conocimiento.

Algo muy interesante es que esto se construye gracias a trabajadores que de forma voluntaria, y por tanto muy generosa, hacen posible esta realidad. Profesionales a los que admiro y quiero agradecer públicamente su compromiso con la Escuela Madrileña de Salud.

P.: ¿Qué formas de cuidarse tienen las personas que cuidan?

R.: Lo mas importante es conocer las fuerzas que uno tiene, saber pedir ayuda por ejemplo a su enferma de Atención Primaria , al trabajador social de su zona, a su médico… En definitiva, al equipo con el que trabaja, participando en la planificación, con su enfermera gestora del caso y adaptando el plan a la realidad individual.

Controlar la incertidumbre, pedir ayuda y cuidar de una manera segura. Por supuesto, desarrollar estrategias de autorregalo: tiene que ver con el aprender a gestionar el tiempo y saber pedir ayuda.

P.: ¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta un cuidador?

R.: El cuidar del otro requiere hoy en día estar bien entrenado para prestar cuidados seguros, desde saber ponerse en el lugar del otro. Negociar con el paciente es complejo; gestionar las emociones y los sentimientos, difícil. Pedir ayuda y no estar solo es muy complicado.

La gestión de la farmacia es una de las cosas que más preocupa a los cuidadores, hacerlo mal y ahí el asesoramiento y la supervisión de los enfermeros son esenciales.

Luego todos aspectos del manejo del instrumental, el deterioro cognitivo y los trastornos del comportamiento y el deterioro funcional. Es muy difícil cuidarse, esto diría yo que es de lo peor, la culpa, la soledad, el aislamiento… Eso lleva al cansancio del desempeño del rol del cuidador y a la claudicación.

P.: ¿Qué medidas deben tomar las personas cuidadoras para garantizar su seguridad?

R.: Tener conocimiento del mecanismo del cuidado, desarrollar habilidades y mejorar la actitud. En definitiva, que consiga que una enfermera sea su entrenadora para mejorar su autocuidado.

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