Principios y saberes del cuidado en familias rurales de Ayacucho

Sección: Originales

Cómo citar este artículo

Tutaya Dávila N, Bustamante Edquén S. Principios y saberes del cuidado en familias rurales de Ayacucho. Rev. iberoam. Educ. investi. Enferm. 2025; 15(1):e2. doi: https://doi.org/10.56104/Aladafe.2025.15.1021000447

Autores

1 Neila Tutaya Dávila, 2 Sebastián Bustamante Edquén

1 Doctoranda en Salud Pública. Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional de Trujillo. Perú. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3011-38452 Doctor en Enfermería. Departamento Académico de Salud Familiar y Comunitaria. Facultad de Enfermería. Universidad Nacional de Trujillo. Perú. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4433-1154

Contacto:

Email: sbustamante@unitru.edu.pe

Titulo:

Principios y saberes del cuidado en familias rurales de Ayacucho

Resumen

Objetivo: describir los principios del cuidado en familias rurales, analizar los saberes del cuidado en familias rurales, analizar y discutir las prácticas del cuidado en familias rurales.
Metodología: se utilizó el método descriptivo, participaron cinco familias rurales a quienes se les aplicó una guía de entrevista no estructurada. Se utilizó el análisis de discurso oral.
Resultados: las categorías: los principios del cuidado de las familias rurales de Ayacucho, con sus subcategorías: identidad familiar, solidaridad familiar, amor familiar. El cotidiano de vida de las familias rurales de Ayacucho, con sus subcategorías: salud y enfermedad, las familias en el cuidado de la vida doméstica.
Conclusiones: el ambiente familiar en que se vive es totalmente distinto al área urbana, en la zona rural tienen sus tradiciones, costumbres, creencias de una forma más compleja; ellos se ven regidos por normas, el apoyo solidario que se brindan entre familias cuando uno de sus miembros enferma o cuando se encuentra en necesidad de ayuda.

Palabras clave:

family ; nursing ; empathy

Title:

Principles and knowledge of care in rural families of Ayacucho

Abstract:

Objective: to describe the principles of care in rural families, to analyze the knowledge of care in rural families, to analyze and discuss the practices of care in rural families.
Material and Methods: descriptive qualitative study. The descriptive method was used, five rural families to whom an unstructured interview guide was applied. Oral discourse analysis was used.
Results: the categories: the principles of care of rural families in Ayacucho, with their subcategories: family identity, family solidarity, family love. The daily life of rural families in Ayacucho, with their subcategories: Care in health and illness and families in the care of domestic.
Conclusions: the family environment in which people live is completely different from the urban area. In rural areas, people have their traditions, customs, and beliefs in a more complex way. They are governed by rules and the supportive nature of families when one of their members falls ill or needs help.

Keywords:

family; nursing; empathy

Portugues

Título:

Princípios e saberes do cuidado nas famílias rurais de Ayacucho

Resumo:

Objetivo: descrever os princípios do cuidado nas famílias rurais, analisar os saberes do cuidado nas famílias rurais, analisar e discutir as práticas de cuidado nas famílias rurais.
Material e Métodos: foi utilizado o método descritivo, participaram sinco famílias rurais às quais foi aplicado um roteiro de entrevista não estruturado. Foi utilizada a análise do discurso oral.
Resultados: as categorias: os princípios do cuidado às famílias rurais de Ayacucho, com suas subcategorias: identidade familiar, solidariedade familiar, amor familiar. O cotidiano das famílias rurais de Ayacucho, com suas subcategorias: saúde e doença e famílias que cuidam da vida doméstica
Conclusões: o ambiente familiar em que se vive é totalmente diferente da zona urbana, na zona rural têm suas tradições, costumes, crenças de forma mais complexa, são regidos por regras, o apoio solidário que é prestado entre as famílias quando um de seus membros adoece ou precisa de ajuda.

Palavras-chave:

família; enfermagem; empatia

Introducción

La familia rural andina ha mantenido conocimientos, tradiciones, modos de producción, de crianza y relaciones comunitarias ancestrales respecto a sus diferentes dimensiones de vida cotidiana, siendo una de ellas el sistema de cuidados que en estos tiempos de modernidad y de mercado le ha servido para resolver sus problemas de salud. Un sistema oficial de cuidados basado en la tecnología y la industria, en la masificación y estandarización de medicamentos, que no necesariamente asegura una alianza de saberes en la población andina [1].

La familia y la población andina mantienen hasta hoy tradiciones tanto en la salud, la producción y en el conocimiento que tienen de los aspectos ambientales y climatológicos. Este artículo reporta no solamente las necesidades individuales, sino también formas colectivas de vivir y de resolver sus problemas. Por lo tanto, desde el punto de vista de la salud pública y de la enfermería, es necesario reconocer alianzas, choques, avances y retrocesos con respecto a la vida social cotidiana de las familias y su enfrentamiento con los sistemas de cuidados tradicionales y los sistemas de cuidados modernos que existen [2].

La familia rural andina ha resistido el mantener sus tradiciones y costumbres frente al predominio del enfoque funcional, el cual dirige la asistencia oficial a la familia, siendo escasa la utilización de aproximaciones holísticas y complejas que puedan dirigir la atención directa y/o el cuidado de enfermería a otros enfoques, como los propuestos por autores como Bustamante [2], Morin [3] y Boff [4], quienes refieren que la familia puede ser vista como un sujeto unitario colectivo y, por tanto, tiene necesidades colectivas que han de ser atendidas o cuidadas. Por ello, la complejidad de la familia reside en tener necesidades colectivas propias y necesidades individuales de cada uno de los miembros que la integran. Los autores citados anteriormente defienden que la familia tiene principios de vida familiar que cubren todas sus dimensiones, desde el punto de vista biológico, social, la crianza, los aspectos de vinculación afectiva-social, etc., de tal manera que incluyen la identidad, la solidaridad, el amor y otros principios de vida familiar.

Las familias participantes del estudio son familias andinas y rurales de Ayacucho (Perú), que mantienen costumbres y patrones culturales tradicionales. El Departamento de Ayacucho está ubicado en el centro sur del Perú, con una altitud de 2.761 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra dividido en 11 provincias que comprenden un total de 109 distritos, contando con una población de 525.601 habitantes, que hacen un total de 277.528 familias. De acuerdo con la distribución por sexo, el 48,6% del total de la población es hombre y el 51,4% mujer. Así mismo, su ritmo de crecimiento anual alcanza el 0,1%, siendo el departamento con la menor tasa de crecimiento [5, 6].

A la luz de los antecedentes expuestos, la pregunta que orientó esta investigación fue ¿cuáles son los principios y saberes del cuidado en familias rurales de Ayacucho?

El objetivo de este estudio fue describir los principios y analizar los saberes del cuidado en familias rurales.

Metodología

Investigación cualitativa descriptiva exploratoria, realizada en el contexto del Doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional de Trujillo, Perú. Puede definirse este diseño como la investigación que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable [7, 8].

Se seleccionaron cinco familias que viven en zona rural de Ayacucho, que formaban parte de una asamblea comunal, evento en el que se explicó en qué consistía el estudio y se invitó a participar a todas las participantes presentes y que viven en la localidad por un periodo de más de tres años. Las familias participantes fueron elegidas según el orden en que expresaron su deseo de participar. Se entrevistó a un miembro adulto que tuvo la voluntad y disponibilidad de representar a su familia.

Para la recolección de los datos, se utilizó una entrevista semiestructurada, cuyo guion fue previamente evaluado por expertos y luego se aplicó una prueba piloto para para elegir los términos utilizados. La aplicación de la entrevista fue en los domicilios de las personas participantes y fue grabada en un medio digital; posteriormente, fue transcrita de forma inmediata antes de iniciar la segunda entrevista y así sucesivamente. Para la decisión del número de familias se empleó la técnica de saturación y bola de nieve, que consiste en ir completando todos los conocimientos que tiene la familia respecto al tema en estudio [8]. El periodo de aplicación de la entrevista fue de enero a marzo de 2022. El consentimiento informado se estableció antes del inicio de la entrevista.

Para el análisis de los datos se utilizó la técnica de análisis del discurso oral [8], la cual permitió comprender las prácticas discursivas de las personas en la vida social; las categorías empíricas emergieron en función de la tabla de datos debidamente ordenados por cada temática de dichas categorías y a la luz del referencial teórico del Análisis del Discurso. Las consideraciones éticas incluyeron la autonomía, el consentimiento informado y la confidencialidad. Con la manera de selección de los participantes se aseguró la autonomía y empleando códigos ocultos, la confidencialidad. El comité de ética de la Escuela de Posgrado evaluó las consideraciones éticas.

Resultados

En relación con las familias participantes, solamente una de ellas era una familia extendida, dos eran familias nucleares biparentales y dos, nucleares monoparentales. Sobre el número de hijos, el mínimo fue cuatro hijos y el máximo cinco hijos, quienes se encontraban en diferentes rangos etarios, siendo su mayoría adolescentes o escolares.

Después del análisis de las entrevistas realizadas, emergieron dos categorías: “Los principios del cuidado de las familias rurales de Ayacucho” con, a su vez, tres subcategorías (“Identidad familiar”, “Solidaridad familiar” y “Amor familiar”) y “El cotidiano de vida de las familias rurales de Ayacucho”, con dos subcategorías (“Cuidado en salud y enfermedad” y “Las familias en el cuidado de la vida doméstica”).

Categoría 1. Los principios del cuidado de las familias rurales de Ayacucho

Un primer aspecto incluido en esta categoría es lo que constituye familia desde un punto de vista de la propia familia:

“…Yo vivo con mi esposo, mis cuatro hijos y mi nietecita, con mi familia vivimos aquí en la comunidad de Quinrapa…” (1-M1).
“…Familia, cuando viven todos juntos con el esposo y sus hijos. Siempre extraño a mi esposo, se ha ido de viaje hace tres años, viaja seguido, yo vivo solita con mis tres hijitos en mi casa, viene cuando puede…” (1-F1).
“…Cuando alguien me dice que su esposo no tiene, o que ha muerto esa vez en el terrorismo, me recuerdo de mi anterior esposo, murió defendiéndonos a nosotros, y me siento triste…” (1-O2).

En la familia, entendida como grupo humano basado en el intercambio afectivo entre sus miembros, a quienes une lazos de sangre, de afecto, de adopción y de tipo social, sus miembros utilizan estrategias para afrontar la separación y lograr que sus vínculos se extiendan y persistan a través de la distancia y el tiempo. La familia manifiesta su fuerza, el amor y la seguridad a sus miembros, elementos esenciales para el buen desarrollo de los mismos.

Identidad familiar
El concepto que tiene la familia sobre la identidad se observa al percibir al otro como diferente y tiene funciones propias en la unidad familiar:

“… En tiempo de cosecha de choclo todos trabajamos juntos, salimos desde muy temprano, cocinamos nuestro choclo y con quesito comemos, todos comemos por igual, claro mis hijos como son varones comen más…” (11-01).
“…Todos mis hijos me ayudan en la chacra, a sembrar, aporcar (a mover la tierra…” (11-F2).
“… En mi casa somos bien unidos, me ha tocado un esposo bien bueno, siempre piensa en nosotros, como si fuésemos uno solo...” (11-M1).

Solidaridad familiar
La solidaridad es uno de los valores humanos por excelencia y se entiende como la colaboración entre las personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se evidencian experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.

“…Cuando mi esposo se enferma todos ayudamos en la chacra, como podemos, si no ratero se lleva nuestros productos, algunas veces pedimos ayuda entre vecinos para acabar más rápido, y otro día todos de la casa vamos a ayudar en su chacra del vecino, dándole gracias por que él nos ayudó primero. Así juntos comemos las familias que estamos trabajando…” (12-O1).
“…Las familias que viven al lado de casa me visitan seguido, ellos saben que vivo sola con mis hijos, mi esposo está lejos de viaje, y me preguntan cómo estoy, eso me hace sentir bien…” (12-F1).
“…Mi esposo a veces me ayuda con mis hijos, sola hago mis cositas, me cocino, me lavo, me lavo mis ropitas eso siempre todos los días lo mismo…” (12-M1).
“…Yo ayudo a mi hija, es adolescente y porque ya tiene su hijita…” (12-M2).

Amor familiar
El amor implica reconocer la conexión con quienes se vive, extenderles el afecto y recibir el retorno de estos.

“…Es lindo, lindo, tener hijos, para que sean hombres de bien, ellos me quieren y yo también…” (13-F1).
“…He tenido 12 hijos, solo ocho están vivos, cuatro han muerto, enfermitos eran, a mis ocho hijos les quiero mucho, yo me moriría si se me muere otro, todos me han salido buenos hijos sin vicios, siempre se acuerdan de mí, cualquier cosita me están dando…” (13-O1).
“…También quiero a mis hijitos, a mi hija le quiero también, pero más a mis chiquitos, mi hija ya es grande, ya puede hacer sus cositas, tiene que aprender, sino hasta cuándo, que tal yo me muero. Queda solita, ella no es hija de mi esposo, su papá ha muerto cuando estaba chiquita…” (13-M1).

Categoría 2. El cotidiano de vida de las familias rurales de Ayacucho

En el día a día ocurre la historia de cada familia, tal como se vio en los discursos de la primera categoría, todo ocurre en un territorio y un tiempo dado: la vida, la salud y la enfermedad son realidades temporo-espaciales de cada familia que vivencia.

Cuidado en salud y enfermedad
Para las familias participantes, el cuidado de la salud forma parte de su cosmovisión y de su particular manera de explicar e interactuar con el mundo que les rodea, especialmente en la clasificación, prevención, el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. En la región de Ayacucho, se acude con frecuencia a la medicina tradicional, pese a tener postas médicas cercanas a sus hogares.

“…Sola hago mis cositas me cocino, me lavo, me lavo mis ropitas eso siempre todos los días lo mismo, tengo mi casa limpia para estar sanos…” (41-M1).

En la comunidad estudiada, la enfermedad ocurre como consecuencia de diferentes eventos naturales y sobrenaturales y es el efecto previsto en su sistema de conocimientos. Los saberes relacionados con el cuidado de la salud en las familias se refieren a conocer y enseñar las prácticas de cuidado, además de reconocer los problemas de salud, factores de riesgo, factores protectores y otros elementos que permitan identificar la enfermedad. Este espacio común facilita que sea posible la coexistencia de las concepciones tradicionales, los diálogos de saberes y la participación en salud.

“…Ni bien enferman doy agüitas de hierbitas, paso con huevo, a veces con cuye, para que la enfermedad no gane, cuando no sana a la posta llevo allí me dan remedio me dan para curar a mis hijos…” (42-M1).
“…Mi hijo mayor me cuida siempre, a veces estoy cansada me da agua, me soba con sábila, remoja mis pies en sal azul para que ya no se hinchen. Todos tomamos suero de leche para limpiar nuestro estómago, eso cura de la tifoidea, porque es fresco, fresco…” (42-F3).

Las familias en el cuidado de la vida doméstica
En la sociedad tradicional, la vida doméstica giraba en torno a la cocina y el hogar, todas las culturas tienen actividades y creencias que pueden agruparse bajo la categoría de la esfera doméstica de la vida. Dentro de esta esfera se encuentra el espacio de vivienda, abrigo, residencia o domicilio que sirve como lugar en el que se realizan ciertas actividades universalmente recurrentes, se determina así, ya que muchas prácticas son efectuadas en varias culturas, aunque hay que hacer la salvedad de que estas no se desarrollan de la misma manera y bajo el mismo contexto. Para esclarecer lo que se plantea en este subtítulo, se ha de reconocer cuáles serían los componentes o las actividades que se enmarcan dentro de la esfera doméstica. Estas incluyen la preparación y el consumo de alimentos, el aseo, acicalamiento y la diciplina del joven, el dormir y las relaciones sexuales, entre otras.

“…A veces, mi hijo, que ya tiene 14 años, ya está machu qari (viejo varón), (sonríe), él me ayuda a cocinar, cuando yo salgo a trabajar, él sabe que tiene que lavar su mano varias veces y limpiar la casa, el cuyero, el patio…” (43-O1).
“…Mi esposo nunca me ha ayudado a hacer las cosas de la casa, es bien diferente a otros hombres, su mamá le ha criado así, por más que ve que ya no puedo, él no puede ayudar, qué va a cambiar... ya está viejo…” (43-J1).
“…De hacer lo hace, yo ya me pongo fuerte para que haga, como en las charlas de la Posta de Salud dicen que somos iguales, que las cosas de la casa hay que hacer entre los dos, yo le digo de frente vas a hacer o no y me hace caso…” (43-O1).

Compartiendo tareas domésticas con los miembros de la familia, aún es evidente que los patrones culturales son predominantes, existe una mayor información sobre las tareas domésticas compartidas dentro de un hogar.

Discusión

El modelo propuesto de categorías y subcategorías queda como una propuesta para estudiar a la familia. Así también, algunos testimonios pueden parecer para el lector como que ya estarían incluidos en otra categoría, lo que sí es posible, la división solo está hecha para mostrar didácticamente el análisis, porque todos los testimonios tienen sus concepciones, sus prácticas y sus enraizamientos naturales y sociales.

Un primer aspecto incluido en la primera categoría es la importancia de la vivencia de todos los miembros del hogar juntos, que fortalece el amor y el respeto, dando un valor incalculable a la presencia de ellos, pero, aun sin la presencia de alguno de sus miembros, los lazos de la familia están fuertemente enraizados en la vivencia diaria, tal vez por la existencia de lazos de sangre, sean familias nucleares o extensas, en la convivencia entre  los presentes física y otros virtualmente, de tal forma que se legitiman como familia [2, 4, 9].

En los discursos de las familias, se enfatiza su composición basada en la consanguinidad directa de padres e hijos y nietos.

Las familias andinas por su componente rural parecen obedecer a otro modelo diferente de la familia matricéntrica. La diferencia está en que en los países andinos predomina la familia constituida por una pareja (padre y madre) y los hijos. El modelo andino abre mayores posibilidades para la constitución de una pareja más allá de lo formal y para un tipo de relación padre hijos más sana. Este tipo de familias son más frecuentes en Ayacucho que en otras regiones del país.

Cada familia cuida de una manera particular, muy singular de mostrarse a los otros. El cuidado familiar atraviesa una organización y constitución del ser humano para la familia, el modo-de-ser cuidar/cuidado revela la manera concreta de cómo la familia actúa para calificarse o para desorganizarse [2, 10] y consecuentemente para dejar de existir como familia, convirtiéndose en cualquier otra entidad, pero menos en ser familia. Entonces conceptualizar lo que es la familia y qué es cuidado, es elaborar una representación indivisible del ser humano y el cuidado. Por lo que la familia lucha por su supervivencia, por eso el momento actual está conectado a una actitud y a un acto de vigilia y resguardo para asegurar la existencia [3]. En la familia, entendida como grupo humano basado en el intercambio afectivo entre sus miembros, a quienes une lazos de sangre, de afecto, de adopción y de tipo social, sus miembros utilizan estrategias para afrontar la separación y lograr que sus vínculos se extiendan y persistan a través de la distancia y el tiempo. La familia manifiesta su fuerza, el amor y la seguridad a sus miembros elementos esenciales para el buen desarrollo de estos.

La identidad cultural de las familias rurales incluye los valores, los orgullos, las tradiciones, los símbolos, las creencias y los modos de comportamiento, que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia, las mismas en respuesta a los intereses, los códigos, las normas y los rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura dominante. La construcción de identidades es “un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad” [2].

La identidad es aquello que hace pasar la singularidad de diferentes maneras de existir por un solo y mismo cuadro de referencia identificable: “cuando vivimos nuestra propia existencia, nosotros la vivimos con las palabras de una lengua que pertenece a cien millones de personas; nosotros la vivimos con un sistema de cambios económicos que pertenece a todo un campo social; nosotros la vivimos con representaciones de modos de producción totalmente serializados” [2, 11].

El trabajo y la identificación de las familias son bases para la conducción de la vida, porque ellos consideran que el trabajo determina su naturaleza, que los dignifica y forma parte de su identidad. La identidad cultural es entonces un conjunto de consensos generales para así vivir en un contexto determinado como una familia.

Las familias de la comunidad de Ayacucho, en su gran mayoría, trabajan de manera colectiva identificándose como familias, entre padres e hijos, involucrando también a nietos, sobrinos, tíos, suegros, abuelos, etc.; trabajan en las actividades agrícolas para la subsistencia de sus miembros, siembran productos de la región como maíz blanco o negro, se dedican a la producción de la tuna y alfalfa, y crianza de animales menores, siempre apoyándose mutuamente, siempre pensando en el grupo.

La solidaridad es una contrapartida del neoliberalismo y la globalización; es una respuesta a la exclusión del ser humano que los pobres tienen a la mano para sobrevivir. Sobre el principio de solidaridad y de la jerarquía organizacional se instalan formas conflictivas, aunque la vida familiar continúe teniendo el mismo valor social que siempre tuvo. El desafío, hoy, es potencializar la individualidad y la solidaridad familiar [2, 9].

Las familias en un estudio basado en la unión y la confianza refieren solidaridad como un principio del ser humano, que junto con sus responsabilidades fundan el cuidar como un sentido de solidaridad, buscando preservar para las sociedades futuras los recursos que se precisan para vivir [3].

La solidaridad que se observa entre las familias se expresa en el apoyo que se brindan cuando uno de sus miembros se enferma; en estos casos, otra familia vela por la alimentación de sus miembros hasta la recuperación y la integración de este miembro a sus labores agrícolas. Entre sus normas de convivencia rige el estar obligados a aportar más en favor de otras personas o familias que requieren de su apoyo incondicional.

La familia es el principal lugar donde se dan las muestras de solidaridad; de esa forma no serán siempre impuestas las responsabilidades y serán compartidas por todos los miembros de la familia. En la mayoría de los casos, los quehaceres del hogar recaen en la figura de la madre, pero es justamente allí donde más se muestra el interés y la ayuda solidaria para compartir las responsabilidades, no solo se solidarizan con los quehaceres o actividades físicas, sino también en sus actitudes, por ejemplo, ponerse de acuerdo para hacer una faena; porque cada uno tiene su propios gustos y deseos, ellos ceden en sus deseos y muchas veces los sacrifican a favor del bien de los demás.

La autoridad en las familias rurales de Ayacucho es un requisito para la preservación del grupo, constituyéndose como propiedad de esos grupos y no de los individuos, lo que quiere decir que en todo proceso de conversación uno de los requisitos es la autoridad con base en la colectividad, solo de esa forma se invierte de autoridad un individuo en la familia [10, 11].

El concepto que tiene la familia sobre el amor emerge entre los participantes al hablar de comprender al otro, identificando al otro como diferente a ellos y que al aprender a verlo como diferente, también se aprende a aceptarlo, condición que es vital para la solidaridad humana.
Ese proceso de aceptar al otro como un legítimo otro es para Maturana [12] el amor, el cual funciona como principio integrador del ser humano. A través de la conversación y de la solidaridad, la familia fortalece el amor al otro y viceversa.

El ser humano nace con potencialidades de vínculo afectivo. Así, el vincularse a los otros es una esencia humana. Pero no es nacer con esa capacidad, sino que es desarrollada en el proceso del vivir familiar y en los otros grupos sociales significativos que pertenece o integra el ser humano [4, 13].

El amor es una de las palabras más desgastadas de nuestro lenguaje; y como fenómeno interpersonal, es uno de los más desmoralizados [2]. Maturana [12, 14] afirma que el amor es un fenómeno biológico, que está dentro del dinamismo de la vida, desde sus realizaciones más primarias, de billones y billones de años.

En la comunidad estudiada, la enfermedad ocurre como consecuencia de diferentes eventos naturales y sobrenaturales y es el efecto previsto en su sistema de conocimientos. Los saberes relacionados con el cuidado de la salud en las familias se refieren a conocer y enseñar las prácticas de cuidado, además de reconocer los problemas de salud, factores de riesgo, factores protectores y otros elementos que permitan identificar la enfermedad. Este espacio común facilita que sea posible la coexistencia de las concepciones tradicionales, los diálogos de saberes y la participación en salud [10].

En este estudio, el cuidado de la salud forma parte de la cosmovisión de estas familias y de su particular manera de explicar e interactuar con el mundo que les rodea, especialmente en la clasificación, la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. En la región de Ayacucho, se acude con frecuencia a la medicina tradicional, pese a tener postas médicas cercanas a sus hogares.

Lo que se opone al descuido es el cuidado. Cuidar es más que un acto, es una actitud. Por lo tanto, comprende más que un momento de atención, de celo y de desvelo. Representa una actitud de ocupación o de responsabilidad y desenvolvimiento afectivo con el otro [3].

Un estudio sobre calidad de vida y funcionamiento psicosocial de las familias relaciona a profesionales y familias con el impacto de las enfermedades en las habilidades de la vida diaria del paciente y en la familia, y mejora el vínculo con los recursos comunitarios para la familia [6].
Los prejuicios sociales sobre la participación del cónyuge en las tareas domésticas en las familias participantes son fuertemente arraigados en sus patrones culturales, poco se comparte por los miembros de las familias. Sin embargo, existen cónyuges e hijos que sí apoyan en las tareas del hogar.

Si el autoritarismo y la jerarquía del patriarcado son construidos, la servidumbre no será existencial y sí circunstancial (cultural). Si es posible adquirir un modo de comportamiento es, también, posible modificarlo. Pero tenemos modos y maneras inherentes a la actitud de cuidar [2, 4] y sobre el cuidado y el amor, que constituyen esencias del ser humano, porque sin eso no habría humanidad y su supervivencia hasta hoy no habría sido posible.

Para Heidegger [15], el cuidado se encuentra en la raíz del ser humano, antes de que él haga cualquier cosa. Esto significa reconocer el cuidado como un modo de ser esencial, siempre presente irreductible a otra realidad anterior. En una dimensión frontal, originaria, ontológica, imposible de ser totalmente desvirtuada.

Conclusiones

De acuerdo con los resultados presentados en esta comunidad, se puede establecer que el cuidado familiar en la enfermedad, a veces, entra en controversia con los conocimientos aprendidos de generación en generación, muchas veces, en desacuerdo con los conocimientos impartidos por el personal de salud. El ambiente familiar en esta zona rural tiene tradiciones, costumbres, creencias complejas, pues ellos se ven regidos por normas, el apoyo solidario que se brindan entre familias cuando uno de sus miembros enferma o cuando se encuentra en necesidad de ayuda. Hoy en día se confirma el enorme potencial curativo que posee el mundo vegetal y que está transformando la fitoterapia en una práctica muy distinta a la de nuestros antepasados.

Una segunda constatación en el choque cultural que se sistematiza es que la mirada del sistema oficial es una mirada lineal, individual, en tanto que, en las comunidades y familias, subsiste la mirada comunitaria, colectiva, integradora, con terapias oficiales basadas en el medicamento para una sola persona y que ignora las dinámicas colectivas históricas de un sujeto colectivo (familia) diverso heterogéneo y polihistórico. Por esto, esta investigación motiva la ejecución de estudios que evidencien la conexión de principios y necesidades de las familias, tanto de los individuos miembros, así como de aquellos principios y necesidades colectivas de la familia.

Este estudio da cuenta de la interacción de valores de la cultura andina con los valores de la familia actual cosmopolita. También, identifica brechas de la política pública dirigida a las familias andinas y sus identidades como familias peruanas.

Conflicto de intereses

Ninguno.

Financiación

Ninguna.

Bibliografía

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