Actualmente en nuestro entorno sanitario existen numerosos debates acerca de una Atención Domiciliaria (AD) que debe ajustarse a los cambios demográficos y socio-sanitarios que se están produciendo en nuestro país, debidos al envejecimiento de la población, al incremento de las enfermedades que generan incapacidad física y dependencia socio-sanitaria y al aumento de los gastos que genera la atención a esta población relacionada con el consumo de recursos sociales y sanitarios.
Las características de la AD van a influir en la elección y priorización del tipo y motivos de AD que realizan las enfermeras. Así, se encuentran que los pacientes domiciliarios presentan con mayor frecuencia problemas de movilidad, afectación de autocuidados, alteraciones de la eliminación y déficits perceptivos.
Las actividades que definen la práctica enfermera en AD se caracterizan por estar relacionadas fundamentalmente con el componente técnico de la atención (curas y cuidado de las heridas y la piel, administración de medicación, control y seguimiento de pacientes crónicos, etc.). No obstante, también se observa una reorientación de los cuidados enfermeros domiciliarios hacia actividades de carácter preventivo, educativo y psicosocial y de ahí que el objetivo de este artículo sea reflexionar acerca de la AD de Enfermería en Atención Primaria como herramienta potente para la prevención, detección y seguimiento del grado de dependencia de las personas mayores, buscando poder trabajar así desde diagnósticos de “Riesgo de…” con el objetivo de mantener la mayor calidad de vida activa libre de incapacidad.
Este trabajo fue presentado como comunicación oral en la Jornada de AULA Europea de Enfermería en su edición de enero de 2007.