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Revista Matronas

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ABRIL 2020 N° 1 Volumen 8

Aversión o agitación de la lactancia: experiencia vivida y repercusiones en la lactancia

Sección: Originales

Cómo citar este artículo

Conde Puertas E, Hernández Herrerías I, Conde Puertas E. Aversión o agitación de la lactancia: experiencia vivida y repercusiones en la lactancia. Matronas Hoy 2020; 8(1):21-7.

Autores

1 Esther Conde Puertas, 2 Inmaculada Hernández Herrerías, 3 Elena Conde Puertas

1 Matrona. Complejo Hospitalario Universitario de Jaén. Servicio Andaluz de Salud. Jaén.
2 Matrona. Hospital de Alta Resolución de Guadix. Empresa Pública Hospital de Poniente. Granada.
3 Pediatra EBAP. UGC Purullena. Distrito Sanitario Nordeste de Granada. Servicio Andaluz de Salud. Granada.

Contacto:

Email: esthercpu@gmail.com

Titulo:

Aversión o agitación de la lactancia: experiencia vivida y repercusiones en la lactancia

Resumen

Objetivo: explorar la experiencia descrita por las madres respecto a la aversión o agitación del amamantamiento, con el fin de comprender mejor este fenómeno y sus repercusiones en la lactancia.
Material y métodos: estudio descriptivo exploratorio con enfoque cualitativo realizado a partir de las respuestas a una encuesta con preguntas abiertas de 196 mujeres que habían rea­lizado lactancia materna más allá del año de vida del bebé.
Resultados: las mujeres describen un conjunto de vivencias o sentimientos coincidentes, entre los que predomina el rechazo hacia el bebé, producido de forma brusca y sin justificación aparente, unido al sentimiento de culpabilidad posterior, que origina un conflicto interno por la ambivalencia de estos sentimientos frente al deseo de seguir amamantando. Esta experiencia conlleva con frecuencia un destete no deseado.
Conclusiones: el mejor conocimiento de este fenómeno aporta herramientas para poder realizar un apoyo adecuado y sensible a los sentimientos de las mujeres, ayudándoles en la búsqueda de estrategias de afrontamiento adecuadas.

Palabras clave:

lactancia materna ; emociones ; rechazo ; destete ; relación madre-hijo

Title:

Adverse Event Assessment in patient care: the obstetric case

Abstract:

Introduction: in recent years, there has been an increase in the need for improving patient safety, since it was revealed that there was a high frequency of adverse events (AEs) caused by patient care.
Objective: to identify the different methodologies used at the time of analyzing adverse events in obstetric care, for the systematic detection of the error that is causing them; and to reduce those defined as preventable, thus improving the safety of pregnant women.
Method: a narrative review of those articles published in Spanish and English between January, 2009 and January, 2018 in the following secondary bibliographic databases: PubMed, Cochrane, Elsevier and MEDES.
Results: fifteen (15) bibliographic references have been considered of interest, meeting the inclusion criteria.  
Conclusions: cross-sectional, case-control, and by cohorts (both prospective and retrospective) methodologies are typically used. 

Keywords:

Adverse events; Medical errors; safety management; patient safety

Introducción

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Asociación Española de Pediatría (AEPED) recomiendan lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y su continuación, junto a la alimentación complementaria hasta, al menos los dos años, mientras madre e hijo lo deseen, por ser fuente de salud física y psicológica para ambos1,2.
La lactancia posee un gran significado emocional para las madres, constituyendo una fuente de identidad materna3-5. Una de las principales motivaciones citada por las mujeres para la lactancia es el vínculo especial que se crea entre madre e hijo, motivo que se hace más importante en la lactancia prolongada6-8.
Sin embargo, el amamantamiento no siempre está asociado a sentimientos positivos y una vivencia grata, incluso en madres muy motivadas, en las que anteriormente había sido una experiencia satisfactoria. Así, hay mujeres que experimentan sentimientos o emociones negativas durante el amamantamiento, en ausencia o sin relación con problemas físicos de la lactancia, fenómeno que se ha denominado aversión o agitación de la lactancia. Se trata de un conjunto de sentimientos de rechazo repentino, sin causa aparente, hacia el acto del amamantamiento o incluso al contacto con el propio hijo, situación que puede afectar al deseo de seguir amamantando9-13. Se ha asociado popularmente a situaciones como embarazo, lactancia en tándem o lactancia con niños mayores, aunque puede aparecer en cualquier mujer lactante11,13.
Se puede diferenciar este fenómeno de otro tipo de emociones negativas descritas en torno a la lactancia como la disforia del reflejo de eyección láctea, caracterizada por una abrupta caída del estado de ánimo, que ocurre durante un corto periodo de tiempo mientras se produce el reflejo de eyección láctea, tras lo cual la disforia se desvanece. Se producen estados mentales que varían desde la tristeza, desesperanza, temor o incluso ideación suicida14,15.
No se disponen de datos de prevalencia de aversión a la lactancia, aunque se estima que es una situación común11. A pesar de ello es un problema muy desconocido entre los profesionales sanitarios, lo cual supone una falta de información y herramientas para el adecuado apoyo a estas mujeres. La principal información sobre este fenómeno es obtenida a través de las experiencias maternas reflejadas en redes sociales, blogs, foros de lactancia y grupos de apoyo a la lactancia. Según el conocimiento de los autores, la escasa información científica al respecto se limita a dos estudios con enfoque cualitativo9,10, careciendo de datos o estudios en población española.
Por tanto, el objetivo del presente estudio es explorar la experiencia descrita por las madres de aversión o agitación del amamantamiento, con el fin de comprender mejor este fenómeno y las repercusiones que conlleva respecto a la continuación de la lactancia o destete.

Metodología

Se realizó un estudio descriptivo exploratorio con un enfoque cualitativo que pretende ser la base para una investigación de carácter cualitativo en mayor profundidad.
Los datos se recogieron a partir de una encuesta anónima con preguntas abiertas difundida virtualmente durante junio de 2018 entre un grupo de madres de Granada a través de la red social Facebook y a través de los grupos de lactancia Criarte y Mamilactancia de la provincia de Granada, incluyendo difusión a posibles contactos posteriores de estas madres. La encuesta se realizó con la herramienta Google forms e incluía datos básicos como edad y características obstétricas de las mujeres (número de hijos, tiempo que había efectuado lactancia materna con cada hijo, lactancia durante embarazo y lactancia en tándem) y una pregunta de respuesta sí/no para conocer si había experimentado sentimientos negativos de aversión o agitación durante el amamantamiento de alguno de sus hijos (describiendo previamente este fenómeno). En caso de respuesta positiva, la encuesta continuaba con preguntas abiertas para recoger datos de carácter cualitativo sobre su experiencia al respecto: sentimientos experimentados, temporalidad, cómo evolucionó, qué medidas tomaba, expresión del problema y apoyos, si pertenecía a algún grupo de apoyo y cómo le ayudó y si fue necesario realizar el destete a causa de estos sentimientos.
Los criterios de inclusión fueron saber leer y escribir en idioma español correctamente y haber hecho lactancia materna más allá del año de vida, incluyendo mujeres que estaban lactando o habían lactado en los últimos tres años (se estableció como criterio lactancia de más de un año para representar mejor a la posible población que experimenta este fenómeno y diferenciar de posibles dificultades emocionales y experiencias negativas al empezar la lactancia).
Al comienzo de la encuesta se incluía información sobre el estudio y el fin de la recogida de datos con carácter de divulgación científica, asegurando la confidencialidad y pidiendo el consentimiento de las mujeres de forma explícita antes de la recogida de datos.
Se realizó un análisis descriptivo de las respuestas de las mujeres creando categorías y temas emergentes a partir de sus discursos. Se obtuvo un total de 196 respuestas, de las que se eliminaron siete por no cumplir el criterio de inclusión de edad del bebé o por estar incompletas, obteniendo finalmente una muestra de 189 mujeres.

Resultados

Características sociodemográficas y obstétricas

La edad media se situó en 34,9 años, con un rango entre 20 y 43 años. 50 mujeres (26%) tenían dos hijos y cuatro (2%) tres hijos. 43 mujeres (23%) habían amamantado a más de un hijo. El tiempo máximo de lactancia entre las encuestadas fue 54 meses. 112 mujeres (59%) habían amamantado a alguno de sus hijos más allá de los dos años y 51 (27%) habían amamantado en algún momento de su embarazo. 15 madres (8%) realizaban o habían realizado lactancia en tándem (tres casos eran gemelos).
67 (35%) de las mujeres habían experimentado sentimientos de aversión o agitación de la lactancia con alguno de sus hijos.
Los datos resultantes del análisis de las encuestas mostraron las siguientes categorías y temas que explicaban dicho fenómeno.

Sentimientos experimentados

Aunque hay un variado espectro de sentimientos, aparecen vivencias o sentimientos coincidentes que experimentan las mujeres durante este fenómeno.
Rechazo: predomina este sentimiento en el discurso de la mayoría de madres. Aparece una sensación repentina e instintiva de rechazo hacia el bebé en el momento que demanda el amamantamiento o necesidad de apartarlo rápidamente del pecho: “deseo de que el niño suelte el pecho y salir corriendo”, “realmente desagradable, instintivo, ganas de apartar a mi hija, de no verla”. En la mayoría de casos se produce de forma súbita y sin justificación aparente, en mujeres que referían hasta ese momento una experiencia de lactancia satisfactoria, “era una necesidad de cesar la toma cuando anteriormente me resultaba algo relajante y gratificante”. Estas sensaciones son percibidas por algunas madres como algo visceral e inconsciente, como expresa esta madre: “era algo superior a mí, algo inconsciente, como una manía”.
Molestia o sensación desagradable: la mayoría de mujeres describen incomodidad al dar el pecho cuando antes era un momento agradable y especial entre madre e hijo. Refieren una sensación incapaz de soportar, que provoca el rechazo, en algunos casos descrita como hormigueo o escalofrío, dentera o nerviosismo interior, en otros incluso referida como sensación dolorosa o de quemazón: “necesidad de alejarme de mi hijo mayor, no quería que me tocase, me daba como algo parecido a dentera”, “me dolía el pecho al mamar mi hijo mayor”. Una madre explicaba como una sensación erógena, que le causaba perturbación, “fue una experiencia horrible, yo quería seguir amamantando, pero no podía soportarlo, me molestaba, el pecho se volvía como una zona erógena y no podía soportar tener al niño ahí”.
Agotamiento: muchas mujeres refieren una sensación de cansancio extremo a la hora de amamantar, de falta o absorción de energía, “siento como si me chupara toda la energía, como si me agotara por dentro y cada vez que oigo la palabra teta siento rechazo”.
Ansiedad/irritabilidad: también emergieron en las madres este tipo de sentimientos, como refleja el siguiente discurso: “mucha ansiedad, agobio, sobre todo si sintoniza el otro pezón. Una noche llegué a quitármelo del pecho y encerrarme en el baño cinco minutos”.
Rabia/enfado: sentimientos muy frecuentes, descritos como mal humor, enfado injustificado, frustración e incluso agresividad. Referían respuestas como “sensación de enfado sin causa aparente”, “me sentía con muy mala leche, rabia y coraje”.
Tristeza o culpa: se repite en numerosas citas el sentimiento de culpa posterior por estos sentimientos negativos vividos: “intenso rechazo hacia el amamantamiento y una enorme tristeza por la presencia del propio rechazo”, “me daba ansiedad, solo quería apartarlo del pecho y, por lo tanto, me sentía mal porque quería dar el pecho pero había momentos que mi cuerpo lo rechazaba”.
De esta manera aparece una ambivalencia de sentimientos, sentimientos encontrados que causan confusión. Las madres se enfrentan a un conflicto interior por experimentar el rechazo, pero al mismo tiempo desean continuar su lactancia, con una gran motivación por ella: “muy desagradable, una mezcla de sentimientos, era como una necesidad de que parase aunque no quería dejar la lactancia”, “es un sentimiento contradictorio, por un lado quieres darle el pecho y por otro te molesta”.

Temporalidad/intensidad del fenómeno

Si bien este fenómeno presenta gran variabilidad en cuanto a duración, frecuencia y momentos de aparición, se puede describir un perfil común a una proporción elevada de mujeres de mayor ocurrencia en horas nocturnas, ocasionado según refieren por el cansancio extremo y necesidad de descanso nocturno. “Ocurría fundamentalmente en las tomas nocturnas cuando empecé a trabajar, 3-4 noches/semana de forma intermitente durante varios meses”.
En algunas mujeres sucede con todas o casi todas las tomas, mientras en otras solo en momentos puntuales o tomas concretas, cuando el niño está muy demandante o la toma se alarga en el tiempo. En algunos casos es un suceso ocasional, muy limitado en el tiempo, “me ha ocurrido ocasionalmente, no muy frecuente, solo de seis a ocho veces, pero ha sido muy intenso, sobre todo si sintoniza con el otro pezón”; mientras otras mujeres expresan haber vivido estos sentimientos un largo periodo de tiempo, manteniendo la lactancia a pesar de ello, “varias veces al día, intenso, insoportable, cada vez iba a más”.
La intensidad de la reacción varía desde muy ligera, sin percibir repercusión importante en su lactancia, hasta sentimientos o emociones insoportables, de intensidad severa, como describen estas mujeres: “sentía autentico rechazo cuando se acercaba mi hija, no duró mucho pero fue muy duro”, “fue una experiencia horrible, yo quería seguir amamantando pero no podía soportarlo”.

Desencadenantes

La lactancia en tándem aparece como un desencadenante común para aquellas mujeres que la han practicado. Así, 9 de las 15 madres (60%) que habían realizado lactancia en tándem afirmaron haber experimentado estos sentimientos o emociones negativas al amamantar al niño mayor, frecuentemente desde el nacimiento del segundo hijo. “Era un sentimiento de molestia y rechazo hacia mi hija mayor, me ponía nerviosa que mamase a la vez que su hermano, me desagradaba”, “antes del embarazo ya sentía algo, pero puntual y ocasional, ha sido sobre todo con el tándem”.
Sin embargo, la frecuencia durante la gestación fue similar a la encontrada en el resto de las mujeres, ya que de las 51 madres que habían realizado lactancia materna durante algún momento de la gestación, solo 15 (29%) de ellas afirmaban haber experimentado estos sentimientos en relación con su embarazo (porcentaje similar al de mujeres que habían experimentado aversión a la lactancia sin estar embarazadas: 30%). El trimestre de gestación en el que aparece fue variable, desde el comienzo del embarazo o incluso al final de este en algunos casos.
Por otro lado, dos mujeres relacionaban estos sentimientos con la ovulación, produciéndose y resolviéndose de forma cíclica, “cuando comencé a sentir esta sensación solía coincidir que estaba ovulando, duraba unos días y después pasaba la sensación”.
Una mujer asociaba la aparición de estos sentimientos negativos con su deseo de búsqueda de un nuevo embarazo, “apareció cuando buscaba quedarme embarazada y tenía dudas de si dar el pecho podía estar afectando a mi fertilidad”.
Para otras muchas mujeres el principal desencadenante era la situación de cansancio extremo, falta de descanso nocturno o demanda excesiva del lactante, principalmente en niños de mayor edad, en los cuales esta demanda no está social o culturalmente aceptada. Así, muchas mujeres expresan que los sentimientos negativos hacia la lactancia materna comenzaron al realizar lactancia prolongada cerca o más allá de los dos años, “surgió alrededor de los dos años, cuando el niño a pesar de su autonomía demandaba mucho”.

Conocimiento y comunicación de la situación

Alrededor de un tercio de las mujeres que habían experimentado este rechazo hacia el amamantamiento no sabía que estos sentimientos negativos estaban documentados como una dificultad del amamantamiento denominada aversión o agitación de la lactancia materna.
De las que lo conocía, referían haber obtenido información a través de la literatura, internet, foros y en muchos casos gracias a los grupos de lactancia y crianza.
Se preguntaba si habían hablado con alguien sobre estos sentimientos. 17 de las 67 mujeres no habían expresado su problema a nadie y seis de ellas no contestaron a la pregunta. El resto buscaba principalmente apoyo en su pareja, alguna amiga con experiencia en lactancia y en los grupos de lactancia/crianza. Solo tres de ellas referían haber consultado esta situación con su matrona.
20 de las 67 madres que habían experimentado aversión a la lactancia habían asistido o pertenecían a algún grupo de apoyo a la lactancia, refiriendo que les daba la oportunidad de compartir su experiencia con otras madres y sentirse escuchadas. Algunas madres refieren que fue esencial como apoyo para afrontar esta dificultad en su lactancia. Les aportaba comprensión, reconocimiento y normalización de esta situación, reduciendo el sentimiento de culpabilidad: “vi que era algo frecuente y no por ello debía sentirme mala madre”, “compartir experiencias con otras madres supone un alivio, ayuda a no sentirse mal cuando tienes esa sensación de rechazo, recibes consejos y se normaliza lo que pudiera parecer un problema”.

Estrategias de afrontamiento/destete

Al ser un fenómeno tan variado en intensidad y temporalidad, las estrategias de las mujeres varían desde la toma de conciencia de la situación como algo normal, afrontándola con paciencia y esperando al destete respetuoso del niño, hasta un destete forzado por la situación en otras ocasiones.
Hay mujeres en las que ocurre temporalmente y el problema se resuelve o mejora de forma espontánea, “mejoró con el tiempo, solo intenté relajarme y pensar en otra cosa”. Otras expresan continuar su lactancia a pesar de los sentimientos de agitación vividos.
La motivación por la lactancia parece jugar un papel esencial en el afrontamiento de esta situación, haciendo un balance personal de las prioridades (lactancia/destete). Así se encuentran madres que deciden continuar con su lactancia, ayudándose de diferentes estrategias, entre las que se encuentran: técnicas de respiración y relajación, distracción, no realizar lactancia en tándem con los dos niños a la vez, acortar o eliminar tomas, sustituir tomas por biberón, negociación con el niño o destete nocturno: “progresivamente fui reduciendo las tomas, sobre todo en el tiempo, ya que cuanto más duraban más me molestaba”, “cuando siento esta sensación se lo explico a mi hijo y entonces cuento hasta cinco para que suelte el pecho”.
Destaca la importancia para las mujeres de compartir experiencias entre iguales (madre a madre), donde los grupos de lactancia y crianza suponen un apoyo fundamental.
Sin embargo, hay un gran número de mujeres que recurren al destete, ya sea respetuoso y progresivo o incluso un destete forzado por la situación, antes de lo deseado. Así 19 de las 67 mujeres que experimentaron la agitación del amamantamiento habían recurrido al destete y ocho de ellas lo habían planteado en algún momento como estrategia para afrontar esta situación, aunque no lo hubieran llevado a cabo. Las mujeres describen así su experiencia en torno al destete en los siguientes discursos: “a los 33 meses esa agitación era tal que decidí dejar la lactancia, pues creo que esta debe continuar mientras los dos lo deseen y yo ya no quería seguir así”, “desteté sin realmente quererlo ninguno de los dos, por necesidad”, “me lo planteo, aunque realmente no me gustaría destetar”.
Para algunas mujeres aparece una situación de impotencia o frustración ante la necesidad de un destete difícil de conseguir o no querer realizar un destete forzado para ambos (madre e hijo): “todavía no lo he solucionado y estoy muy agobiada, a veces la duerme el padre en brazos y así evito la toma”, “lloré muchísimo porque quería continuar amamantando, pero acabé destetándolo”. Asimismo aparecen sentimientos de culpabilidad ante el destete o su planteamiento, “me planteé el destete, pero me podía más el sentimiento que tendría después de culpa”.

Discusión y conclusiones

La aversión o agitación del amamantamiento es un fenómeno muy desconocido entre los profesionales sanitarios, del que se dispone de pocos datos en la literatura científica. El presente estudio exploratorio aporta información sobre esta dificultad en la lactancia, permitiéndonos conocer mejor la experiencia que viven las madres y cómo afrontan esta situación.
Durante la lactancia se pueden experimentar diferentes sensaciones o emociones negativas, normalmente asociadas a dificultades en la lactancia16,18. Sin embargo, la agitación del amamantamiento aparece como una sensación visceral, de forma brusca y sin justificación aparente, en mujeres que normalmente han tenido una lactancia satisfactoria y con importante motivación hacia ella. Watkinson et al.9 destacan cómo la lactancia materna tiene el potencial de desencadenar respuestas fisiológicas en ausencia de problemas en el amamantamiento. De este modo, habría que diferenciar estos sentimientos de otras emociones negativas que se pueden producir, principalmente al comienzo de la lactancia y relacionadas con motivos físicos, como el dolor al amamantar.
Los discursos de las mujeres muestran un grupo común de sentimientos vividos, predominando el rechazo, así como el sentimiento de culpa posterior, tema recurrente que causa un gran conflicto interno. Aunque la literatura científica referente a este fenómeno se reduce a dos estudios con enfoque cualitativo de reciente publicación, ambos desarrollan discursos similares en torno a su temporalidad y sentimientos vividos por las mujeres9,10.
A pesar de la escasez de datos, parece ser una situación habitualmente experimentada por las madres, como se refleja en el presente estudio. No se dispone de datos estadísticos acerca de su ocurrencia, aunque una publicación de la Liga de la Leche Internacional en 2003 señalaba que podía afectar a más de un tercio de las mujeres que amamantan durante la gestación, señalando el embarazo como posible factor desencadenante, junto a la lactancia en tándem11. Sorprende asimismo la elevada proporción de mujeres (70%) que había experimentado aversión a la lactancia en el estudio de Yate10 realizado a partir de una encuesta con 694 mujeres lactantes, datos muy superiores a la presente muestra, lo cual puede ser debido a que incluía mujeres que expresaban sentimientos negativos como angustia emocional debido a dolor en el pezón, producido por causas físicas como frenillo o grietas10. Sería pues importante definir correctamente este fenómeno para llevar a cabo comparaciones entre estudios.
No se conocen bien sus causas, aunque se ha postulado el embarazo, la lactancia en tándem y la lactancia prolongada como posibles desencadenantes11,13. El aumento de la sensibilidad en los pezones, unido a los cambios físicos y hormonales, podría explicar estas sensaciones incómodas durante el embarazo. Sin embargo, en el presente estudio la agitación se daba de forma similar entre mujeres que habían lactado embarazadas y aquellas que no, no difiriendo los sentimientos manifestados.
La lactancia en tándem sí se muestra como factor desencadenante, como refiere el 60% de las mujeres que habían amamantado a más de un niño a la vez. Asimismo, el cansancio excesivo y la demanda frecuente del menor desencadenan con frecuencia estas sensaciones de rechazo. Aunque no hay un perfil determinado de edad del bebé, el tiempo de lactancia parece influir de importante manera, pues suele aparecer en el contexto de una lactancia prolongada, en torno a los 2 años o más. Una posible explicación sería la necesidad instintiva de destetar al bebé, en la que juega un papel importante el entorno familiar y social y la edad del destete culturalmente aceptada en el entorno social.
En el estudio de Yate10 no se encontró ningún patrón discernible demográfico o étnico, ni diferencias entre grupos de edad, número de hijos, lactancia en tándem o durante la gestación. No obstante, también registran como desencadenantes manifestados por las mujeres el cansancio físico excesivo por la demanda frecuente del niño, así como su relación con la ovulación o ciclo menstrual, postulando que sería plausible desde el punto de vista biológico alguna relación con cambios hormonales.
Destaca el hecho de que a pesar de su frecuencia es un problema muy invisibilizado, lo cual puede ser debido al miedo de las mujeres a ser juzgadas o incomprendidas por estos sentimientos de rechazo hacia su hijo. En el estudio de Watkinson9, las madres referían estar decepcionadas por la falta de conocimientos de los profesionales sanitarios y la escasez de información que tenían para interpretar estas experiencias, que podían confundir incluso con la depresión postparto, por lo que buscaban información y apoyo de los grupos de madres o la literatura. En el presente estudio, solo tres madres referían haber buscado apoyo en su matrona o asesora de lactancia, lo cual induce a pensar que las mujeres no confían este tipo de dificultades a los profesionales sanitarios, quizás por ese miedo a ser juzgadas o la falta de accesibilidad a un profesional de referencia con experiencia en apoyo a la lactancia.
En cambio, destacan los grupos de lactancia y crianza como uno de sus principales apoyos, ejerciendo un papel esencial en la expresión de sentimientos, normalización de la situación y desculpabilización, así como para encontrar estrategias de afrontamiento. Watkinson9 coincide en este punto, mostrando cómo para las madres, el compartir experiencias aliviaba su sentimiento de fallo en la maternidad. La literatura científica también refleja la importancia de este apoyo informal entre iguales en la continuidad de la lactancia19,20, así como la preferencia de las madres por este apoyo respecto al apoyo formal o profesional, en ocasiones referido por falta de disponibilidad o tiempo y al consejo conflictivo21.
Uno de los temas emergentes más relevantes fue el sentimiento de culpabilidad, tanto por los sentimientos negativos vividos como por la necesidad de destete a causa de ellos. Para muchas madres la lactancia materna tiene un gran significado emocional y de autorrealización, estando vinculada con su identidad materna y el concepto de “buena madre”3,4,8,22,23. Así, los problemas físicos durante la lactancia pueden conllevar sentimientos negativos como culpa o fracaso, por la falta de consecución de los objetivos maternos18,24.
Los sentimientos de rechazo al amamantamiento pueden causar un conflicto interno a las mujeres y una visión negativa de sí mismas. Se observa cómo muchas madres continúan con su lactancia a pesar de experimentar estos sentimientos debido al significado que tiene para ellas. La determinación, perseverancia y un compromiso sólido de amamantamiento son necesarios para mantener la lactancia cuando aparecen retos importantes23,25. Sin embargo, para otras mujeres, el destete se hace necesario. Cuando esta situación lleva a un destete no deseado o antes de los planes maternos, algunas madres experimentan sentimientos de culpabilidad, frustración o impotencia. El destete y abandono de la relación especial de la lactancia materna puede ser difícil para las madres, requiriendo tiempo para su resolución18,25. Otros autores muestran cómo el fallo en la lactancia materna está asociado, además de a este tipo de sentimientos, a la pérdida de la identidad como buena madre4,18.
En conclusión es importante un mayor conocimiento de esta dificultad por parte de los profesionales sanitarios en contacto con las madres lactantes y una aproximación más holística a la relación de la lactancia materna, que tenga en cuenta no solo las dificultades físicas sino también emocionales, psicológicas o sociales. La continuidad asistencial con un profesional de referencia es esencial con el fin de establecer una relación de confianza con las madres y prestar un apoyo individualizado, que tenga en cuenta sus necesidades, para encontrar las mejores estrategias de afrontamiento. El apoyo entre iguales ayuda a la normalización de estos sentimientos y desculpabilización, por lo que se ha de facilitar el contacto con los grupos de apoyo a la lactancia y crianza más cercanos.

Financiación

Ninguna.

Conflicto de intereses

Ninguno.

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