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Revista Matronas

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ABRIL 2021 N° 1 Volumen 9

Suplementación de vitamina D en mujeres embarazadas y riesgo de preeclampsia

Sección: Revisiones

Cómo citar este artículo

Jiménez Siles S, Oropesa Ropero J. Suplementación de vitamina D en mujeres embarazadas y riesgo de preeclampsia. Matronas Hoy 2020; 9(1):29-36.

Autores

1 Sara Jiménez Siles, 2 Juan Oropesa Ropero

1 Matrona AP. OSI Bilbao-Basurto. Vizcaya.
2 Matrón. Hospital General Universitario San Jorge. Huesca.

Contacto:

Email: Sara51295@hotmail.es

Titulo:

Suplementación de vitamina D en mujeres embarazadas y riesgo de preeclampsia

Resumen

Introducción: la deficiencia de vitamina D en mujeres embarazadas se ha asociado a mayor riesgo de preeclampsia. A pesar de esto, aún existe controversia sobre la eficacia y beneficios de la suplementación con vitamina D. Para evaluar el impacto de su uso en mujeres embarazadas se realiza una revisión de la literatura.
Objetivo: determinar si la suplementación con vitamina D en mujeres embarazadas repercute sobre el riesgo de preeclampsia y diabetes gestacional en el embarazo.
Método: revisión de la literatura. Se realizó una primera búsqueda en diferentes bases de datos donde fueron seleccionados 23 artículos teniendo en cuenta los criterios de inclusión y exclusión. Se llevó a cabo una lectura crítica, tras la cual fueron seleccionadas siete revisiones sistemáticas.
Resultados: de las siete revisiones sistemáticas incluidas la mayoría de ellas obtuvo como resultado que suplementar a las mujeres embarazadas con vitamina D durante el embarazo probablemente reduzca el riesgo de preeclampsia y la diabetes gestacional. Sin producir efectos adversos importantes ni afectar negativamente al desarrollo del embarazo o feto.
Discusión: existe una gran heterogeneidad entre los diseños de los estudios, si bien la evidencia parece inclinarse hacia un efecto protector en mujeres suplementadas.
Conclusión: aunque la suplementación con vitamina D parece disminuir los riesgos de padecer preeclampsia o diabetes gestacional, los datos deben ser interpretados con cautela, ya que la información disponible es limitada debido a la heterogeneidad de los estudios, la variedad de diferentes dosis usadas en los trabajos, las múltiples variables que pueden afectar a la absorción y metabolización de vitamina D y a la falta de significación de los resultados. Por ello, se sugiere seguir investigando.

Palabras clave:

vitamina D; preeclampsia prevención primaria

Title:

Vitamin D supplements and risk of preeclampsia in pregnant women

Abstract:

Introduction: vitamin D deficiency in pregnant women has been associated with an increased risk of preeclampsia. However, efficacy and benefits of vitamin D supplements continue to be controversial. A literature review was carried out to evaluate the impact of vitamin D supplements in pregnant women.
Purpose: to establish whether vitamin D supplements in pregnant women have an impact on the risk of preeclampsia and gestational diabetes in pregnancy.
Methods: a literature review was performed. An initial search was carried out in several databases which resulted in 23 articles being selected based on the inclusion and exclusion criteria. A critical reading was carried out, leading to a final selection of seven systematic reviews.
Results: most of the seven systematic reviews included showed that vitamin D supplementing during pregnancy probably reduced the risk of preeclampsia and gestational diabetes. Vitamin D supplements did not cause important adverse effects and had no adverse impact on the development of the pregnancy or on the fetus.
Discussion: study designs are very heterogeneous, but the evidence seems to lean towards a protective effect in women receiving vitamin D supplements.
Conclusion: although vitamin D supplements seem to reduce the risks of preeclampsia or gestational diabetes, current data should be interpreted with caution, since the available information is limited due to the heterogeneity of the studies, the variety of doses used in the studies, the multiple variables that can affect the absorption and metabolism of vitamin D, and the non-significant results. Therefore, further research is suggested.

Keywords:

vitamin D; preeclampsiaprimary prevention

Introducción

La vitamina D es una vitamina liposoluble que se obtiene principalmente de la exposición solar y además se encuentra naturalmente en algunos alimentos como el pescado, los huevos, el hígado, etc. Hay dos formas fisiológicas activas de la vitamina D, D2 y D3.

La vitamina D2, también llamada ergocalciferol, es sintetizada por las plantas, mientras que la vitamina D3, también llamada colecalciferol, se produce por vía subcutánea en los seres humanos a partir del 7-dehidrocolecalciferol tras la exposición a la radiación de luz ultravioleta B. La vitamina D en suplementos se encuentra también como vitamina D2 o D3. Siendo esta última tres veces más efectiva que la vitamina D2. Además, sus metabolitos tienen una afinidad superior por las proteínas de unión a la vitamina D en el plasma. Como la vitamina D tiene una vida media corta, es necesaria una ingesta adecuada de vitamina D para garantizar niveles circulantes sostenidos.

Ambas vitaminas tienen un metabolismo similar. Son primero hidroxiladas en el hígado a 25 hidroxivitamina D (calcitriol) en respuesta a los niveles de la hormona paratiroidea (PTH). El calcitriol es considerado una importante pre-hormona con metabolitos activos que están involucrados en procesos metabólicos.

Los principales lugares de acción de la vitamina D incluyen la piel, el intestino, el hueso, la glándula paratiroides, el sistema inmune y el páncreas, así como el intestino delgado y colon en el feto humano.

Además, la vitamina D ayuda a mantener niveles normales de glucosa en la sangre, uniendo y activando el receptor de vitamina D en las células beta pancreáticas, regulando la liberación de insulina en respuesta al nivel de glucosa circulante.

La vitamina D también afecta indirectamente al metabolismo de la glucosa a través de la regulación de la homeostasis del calcio.

Existe una relación única entre la vitamina D y el calcio. La PTH es responsable de elevar la concentración de calcio en la sangre a través de la resorción ósea, mientras que el calcitriol inhibe la PTH y permite un aumento de la concentración de calcio sérico de fuentes distintas al hueso. En presencia de calcitriol, la absorción renal e intestinal de calcio y fósforo aumenta, lo que conduce a un mejor estado del calcio.

La deficiencia de vitamina D se estima que tiene una prevalencia del 40% entre mujeres embarazadas y también es muy común durante la lactancia. En los países mediterráneos, donde la deficiencia de vitamina D es aún más prevalente (hasta 60-80%), ni la suplementación con vitamina D. A medida que avanza el embarazo, aumentan las necesidades de vitamina D y, en consecuencia, cualquier deficiencia preexistente de vitamina D puede empeorar. Su déficit se ha asociado con una prevalencia aproximadamente dos veces mayor de enfermedades congénitas, defectos cardiacos y una mayor incidencia de aborto espontáneo, diabetes gestacional, vaginosis bacteriana y depresión materna.

La concentración durante el inicio del embarazo parece estar asociada con cambios más pronunciados en el colesterol total y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad durante la gestación, y con un mayor riesgo de desarrollar trastornos hipertensivos1.

Recientemente el Instituto de Medicina (IOM) ha definido la cantidad adecuada de vitamina D como concentraciones séricas de 25-hidroxivitamina D mayor que 50 nmol/L (o 20 ng/mL) tanto en la población general y mujeres embarazadas.

Algunos investigadores proponen que las concentraciones alrededor de 80 nmol/L (32 ng/mL) son óptimas, ya que suprimen los niveles de PTH y conducen a una mayor cantidad de absorción de calcio y, por tanto, masa ósea más alta, reduciendo las tasas de pérdida ósea, caídas y fracturas. No se sabe si estos niveles más altos propuestos para los adultos también son adecuados para mujeres embarazadas.

La vitamina D se ve afectada por factores que regulan su producción en la piel (como la pigmentación, estación del año, protección solar, etc.) y por factores que afectan su absorción o metabolismo. La melanina actúa como filtro para los rayos ultravioleta reduciendo la producción de vitamina en la piel, lo que explica la diferencia de concentraciones de diferentes grupos étnicos que conviven en la misma área geográfica.

La vitamina D durante el embarazo es muy importante, ya que el feto depende completamente de esta fuente para su desarrollo. Durante el embarazo, la 1,25 dihidroxivitamina D aumenta al principio del embarazo y sigue aumentando hasta el parto. Este gran el aumento de 1,25-dihidroxivitamina D parece ser dependiente de los niveles de 25-dihidroxivitamina D disponibles, pero independientemente del metabolismo del calcio, que es una característica única del embarazo que permite niveles tan altos de 1,25-dihidroxivitamina D. Por lo tanto, mantener niveles suficientemente altos de 25- dihidroxivitamina D es importante para mantener los niveles elevados de 1,25-dihidroxivitamina D durante el embarazo.

Vitamina D y su relación con alteraciones hipertensivas durante el embarazo
La deficiencia de vitamina D materna durante el embarazo se ha asociado a un incremento del riesgo de preeclampsia (hipertensión y proteinuria producida después de la semana 20 de gestación), asociándose, por tanto, con un incremento de la morbilidad y mortalidad materna y neonatal.

Los bajos niveles de calcio urinario (hipocalciuria) en mujeres con preeclampsia pueden deberse a una reducción en la absorción intestinal de calcio que se ve afectada por niveles bajos de vitamina D.

Además, la preeclampsia y las bajas concentraciones de vitamina D en sangre están asociadas directa e indirectamente a través de mecanismos biológicos incluyendo disfunción inmunológica, implantación placentaria, angiogénesis anormal, inflamación excesiva e hipertensión.

La vitamina D puede influir en el desarrollo placentario temprano y, por lo tanto, en el desarrollo de preeclampsia a través de su papel en la regulación y expresión genética.

Los trastornos hipertensivos del embarazo son una causa importante de morbilidad grave, discapacidad a largo plazo y muerte tanto de las madres como de sus bebés. En el ámbito mundial, representan aproximadamente el 14% de todas las muertes maternas, mientras que en América Latina y el Caribe contribuyen a aproximadamente el 22% de todas las muertes maternas.

Entre los trastornos hipertensivos que complican el embarazo, la preeclampsia y la eclampsia se destacan como causas principales de mortalidad y morbilidad materna y perinatal. La mayoría de las muertes por preeclampsia y eclampsia se pueden evitar mediante la prestación de atención oportuna y eficaz a las mujeres que presentan estas complicaciones2.

La preeclampsia se caracteriza por placentación anormal y vasculitis en la madre que conduce a hipertensión, proteinuria y a menudo función hepática anormal que afecta al crecimiento y el desarrollo. A menudo requiere un parto temprano del feto y sigue siendo la principal causa de parto prematuro. Este trastorno hipertensivo puede progresar a eclampsia o convulsiones maternas, asociadas a una importante morbilidad y mortalidad. Hasta la fecha no existe ninguna medida de tratamiento para esta afección que no sea la finalización del embarazo. Si bien la etiología de esta grave afección del embarazo permanece desconocida y sin tratamiento definitivo que no sea la finalización, hay estudios que sugieren que hay un trastorno en la placentación y la función placentaria al principio del embarazo que se manifiesta semanas después con un trastorno hipertensivo3.

Varios estudios parecen correlacionar un nivel bajo de vitamina D en mujeres embarazadas con una predisposición a un desarrollo anormal de la placentación y elevación de la presión arterial4.

Asociación con otras patologías gestacionales
Las bajas concentraciones de vitamina D en sangre al comienzo del embarazo se han asociado con un riesgo elevado de diabetes mellitus gestacional. El control deficiente de la diabetes materna al principio del embarazo está inversamente correlacionado con el bajo contenido mineral óseo en los bebés, por el bajo nivel de vitamina D materna. La deficiencia de vitamina D materna puede conducir a un alto recambio óseo, pérdida ósea, osteomalacia (endurecimiento de los huesos) y miopatía en la madre y neonato, además de deficiencia de vitamina D en el niño.

La diabetes gestacional (DG) se asocia con riesgos maternos y neonatales. Varios estudios concluyen que mujeres embarazadas con DG en comparación con embarazadas normoglucémicas tenían probabilidades significativamente mayores de recién nacidos de bajo peso al nacer, parto por cesárea y preeclampsia. También se ha establecido una asociación positiva entre hiperglucemia e inducción del trabajo de parto, recién nacido grande para la edad gestacional, macrosomía y distocia de hombros5.

Toxicidad de la vitamina D
El exceso de vitamina D conduce a hipercalcemia (los niveles de calcio son 10,5 mg / dL o más) e hipercalciuria (excreción urinaria de calcio excede los 250 mg/día en mujeres), que se asocia con enfermedades y cálculos renales. La toxicidad en adultos suele aparecer en dosis de vitamina D superiores a 10.000 unidades internacionales (UI)/día (250 mcg/día), aunque la mayoría de las pruebas se basan en exposiciones a corto plazo (menos de seis meses). Suplementos monodosis que proporcionan 7,5 mg (300.000 UI) o más también pueden ser perjudiciales.

El potencial de teratogénesis inducida por vitamina D (defectos de nacimiento) y eventos adversos en el feto (p. ej.: restricción del crecimiento, retraso osificación, hipoplasia craneofacial) ha sido sugerida por algunos estudios en ratas y conejos. Su extrapolación a seres humanos tiene bastantes limitaciones, existen pocos estudios en mujeres embarazadas que hayan evaluado la seguridad de la suplementación con vitamina D. En general, los estudios en animales y humanos muestran que es poco probable que se produzca un exceso fetal de metabolitos de la vitamina D cuando las concentraciones maternas están dentro de un rango normal.

Todas estas acciones son posibles, en parte, gracias al aumento de niveles séricos de 1,25 dihidroxivitamina D (la forma activa de vitamina D) durante el embarazo, que aumentan desde el inicio del mismo hasta parto, pero son particularmente altos durante el primer y segundo trimestre. Esta forma activa de vitamina D resulta de la hidroxilación de 25 hidroxivitamina D por el enzima 1α-hidroxilasa (CYP27B1), que se produce en los riñones maternos. Además, la 1,25-dihidroxivitamina D también puede ser sintetizada localmente por la placenta. Por lo tanto, hay dos acciones diferentes de la vitamina D durante el embarazo: una acción endocrina a través del aumento sérico de niveles de 1,25 dihidroxivitamina D y autocrinos o acciones paracrinas en la placenta.

La recomendación de cuantía difiere entre las diferentes organizaciones. La OMS establece una recomendación de 200 UI/d en mujeres embarazadas. En cambio, el Instituto de Medicina de Estados Unidos lo establece en 600 UI/d, llegando incluso a elevarse a 800 UI la recomendación en países como Alemania y Suiza, e incluso superior en otros países en función del origen étnico de la mujer gestante.

La seguridad de tales dosis no ha sido probada, además de los efectos dosis-respuesta de la suplementación con vitamina D en diversos tratamientos maternos y neonatales6.

Por lo tanto, se considera apropiado y necesario realizar más estudios y una revisión de la literatura sobre el tema en cuestión, para así llegar a establecer rangos seguros de dosificación.

Esta revisión de la literatura se centrará en evaluar la evidencia disponible al respecto para intentar concretar los rangos seguros y óptimos de vitamina D durante el embarazo. A la vez que conocer su relación con enfermedades características del embarazo, como puedan ser la preeclampsia y la diabetes gestacional. Mejorando así los resultados en la salud de las mujeres embarazadas.

Metodología

Se ha realizado una revisión de la literatura basada en siete artículos, todos ellos revisiones sistemáticas publicadas en los últimos cinco años. El método se llevó a cabo según el siguiente proceso: en la primera fase de búsqueda, basada en los criterios de inclusión y exclusión, se seleccionaron 23 resultados, el resto fue excluido por no cumplir los mismos. Finalmente, en la segunda fase, tras lectura crítica, se incluyeron siete de esos 23 el resto fue excluido por no cumplir criterios de calidad, no ajustarse a las variables predeterminadas, etc.

Pregunta de búsqueda
En mujeres embarazadas, la suplementación de vitamina D frente a la no suplementación ¿disminuye el riesgo de preeclampsia?, ¿disminuye el riesgo de diabetes gestacional?, ¿es dosis-dependiente?, ¿cuál es la dosis óptima?

Fuentes:
1. Guías de práctica clínica: Guía Salud/NICE/The Royal College of Midwives (RCM).
2. Revisiones sistemáticas/ETS: Resúmenes Cochrane/Cochrane Plus/CRD - Centre for Reviews and Dissemination/Epistemonikos/Trip/PubMed/NIHR.
3. Metabuscadores: Trip/PubMed/Epistemonikos/Portal de Evidencias BVS.
4. Bases de datos bibliográficas: CINAHL/PubMed/Scielo/Medes/LILACS.

Criterios de inclusión y exclusión de estudios
Inclusión
• Mujeres embarazadas independientemente de su edad gestacional, raza/etnia, color de piel, IMC antes del embarazo.
• Mujeres nulíparas y multíparas.
• Mujeres con cualquier dosis de suplementación de vitamina D.
• Mujeres sin suplementación de vitamina D.
• Embarazos bien controlados.
• Embarazos únicos.
• Estudios en español o inglés.
• Estudios publicados a partir de 2015.
• Revisiones sistemáticas y metaanálisis.
• Estudios de intervención de calidad.
 
Exclusión
• Mujeres embarazadas con enfermedades preexistentes.
• Embarazos gemelares.
• Estudios de baja calidad.
• Estudios de idioma diferente a español o inglés.

Resultados

Tras aplicar los criterios comentados con anterioridad fueron seleccionados siete estudios. Todos ellos estudiaron las variables anteriormente mencionadas dividiendo en varios grupos según grupo control o grupos suplementados con vitamina D a diferentes dosis.

Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

Una revisión sistemática publicada en 2018 incluyó 30 ensayos con un total de 7.033 mujeres en los que se compararon varias variables entre las que se encuentran las del presente estudio.
22 de estos ensayos con 3.725 mujeres embarazadas compararon la suplementación con vitamina D versus placebo. Los estudios incluidos en esta revisión usaron diferentes dosis de vitamina D variando desde 200 UI/día hasta 4.000/día, y en algunos casos con frecuencias de administración diferentes (diarias, semanales, en bolo) y edad gestacional diferente al inicio de la suplementación.

Cuatro de estos ensayos con 499 mujeres encontraron que la suplementación con vitamina D probablemente reduzca el riesgo de preeclampsia comparado con ninguna intervención o placebo (risk ratio -RR 0,48, 95% CI 0,30 to 0,79-).

Datos de otros cuatro de estos estudios con una muestra de 446 mujeres embarazadas encontraron que la suplementación con vitamina D probablemente reduzca el riesgo de diabetes gestacional comparado con mujeres que no recibieron intervención o placebo (RR 0,51, 95% CI 0,27 to 0,97)7.

Una segunda revisión sistemática incluida en esta revisión de la literatura incluyó datos de 30 estudios con un total de 7.289 mujeres. Realizó dos grupos de comparación en función de la dosis de vitamina D administrada.

Compararon una dosis de vitamina D de 601 UI/d o mayor, frente a 600 UI/ o menor. En total 19 ensayos con 5.214 mujeres fueron incluidas en esta comparación. No pudieron establecer subgrupos en función de la pigmentación de la piel por falta de datos.

De estos, cinco estudios obtuvieron datos sobre preeclampsia. Con una muestra de 1.553 mujeres que sugería que había una pequeña diferencia o ninguna en el riesgo de preeclampsia para las mujeres que recibieron 601 UI/d o más comparado con aquellas que recibieron una dosis menor (risk ratio (RR) 0,96, 95% intervalo de confianza (CI) 0,65 a 1,42). Los subgrupos de análisis no parecieron mostrar un diferente efecto según el tiempo de inicio de la suplementación. No hubo datos suficientes para analizarlos según IMC pregestacional o estación del año al inicio de la suplementación.

En cuanto a la diabetes gestacional, datos de cinco estudios fueron extraídos. Con una muestra de 1.846 mujeres estos trabajos sugerían que las mujeres que recibieron 601 UI/d o más probablemente tengan un menor riesgo de diabetes gestacional comparado con aquellas mujeres que recibieron 600 UI/d o menos (RR 0,54, 95% CI 0,34 to 0,86).

Un subgrupo de análisis no pareció mostrar un efecto diferente según el momento de inicio de la suplementación. No hubo ensayos suficientes para analizar la frecuencia de suplementación o según IMC pregestacional.

Por otro lado, también analizaron datos de otros cuatro estudios con 1.656 mujeres buscando relación con hipertensión gestacional. No encontraron diferencias significativas en el riesgo de hipertensión gestacional entre aquellas mujeres que recibieron 601 UI/d o más comparado con aquellas que recibieron una dosis menor (RR 1,10, 95% CI 0,63 to 1,91).

Esta misma revisión se comparó la administración de vitamina D con una dosis de 4.000 o más IU/d, frente a una dosis de 3.999 IU/d o menos. Un total de 15 estudios con 1.763 mujeres fueron incluidas en esta comparación. No pudieron formar subgrupos de análisis según pigmentación de la piel o análisis de la latitud, ya que ninguno de los estudios recogía estos datos.

Datos de cuatro estudios con una muestra de 1.903 mujeres mostraron pequeña o no diferencias entre el riesgo de sufrir preeclampsia entre aquellas mujeres que habían recibido 4.000 IU/d o más de vitamina D comparado con aquellas que recibieron 3.000 IU/d o menos (RR 0,87, 95% CI 0,62 to 1,22). Un análisis de subgrupos pareció no mostrar una diferencia de efecto según el tiempo de inicio de suplementación con vitamina D, o la frecuencia de suplementación, o estación del año.

Para el resultado diabetes gestacional, datos de cinco ensayos con 2.276 mujeres sugirieron pequeñas o ninguna diferencia en riesgo de padecer diabetes gestacional entre aquellas mujeres que habían recibido 4.000 IU/d o más de vitamina D comparado con aquellas que recibieron 3.999 IU/d o menos (RR 0,89, 95% CI 0,56 to 1,42). Un análisis de subgrupos pareció no mostrar una diferencia de efecto según el tiempo de inicio de suplementación con vitamina D, o la frecuencia de suplementación, o estado de vitamina D al comienzo de estudio. No hubo suficientes estudios para sacar conclusiones por IMC pregestacional.

La mayoría de los trabajos no reportaron diferencias en relación con efectos adversos independientemente de la dosis administrada. No reportaron casos de malformaciones congénitas. El efecto más frecuente fue hipercalcemia en escasas mujeres.

11 de los estudios incluidos con 2.981 mujeres consistentemente mostraron que mujeres que consumían 4.000 IU/d o más suplementación con vitamina D tuvieron mayores concentraciones de 25-hydroxyvitamina D que aquellas que consumieron 3.999 IU/d o menos (95% CI 20,83 to 42,38).

Para el resultado hipertensión gestacional tampoco obtuvieron diferencias significativas entre ambos grupos (RR 1,08, 95% CI 0,67 to 1,74)6.

Otra revisión sistemática y metaanálisis revisó la bibliografía de estudios clínicos aleatorizados para ver la incidencia de preeclampsia con la suplementación de vitamina D. De los 17 estudios que seleccionaron no hubo ningún caso de preeclampsia en mujeres embarazadas. De estos, 12 estudios encontraron una asociación inversa entre la suplementación de vitamina D y el incremento de riesgo de preeclampsia (OR 0,37, 95% CI: 0,26, 0,52, p < 0,001). Cuando la suplementación comenzaba entorno a la semana 20 de gestación el riesgo era incluso un poco menor (OR 0,35, 95% CI: 0,24, 0,50, p < 0,001). Cuando la suplementación empezaba después de la semana 20 la significación estadística desaparecía (OR 0,60, 95% CI: 0,18, 2,03, p – 0,411). El incremento de la dosis de vitamina D tuvo una asociación inversa con el incremento de riesgo de preeclampsia (OR 0,33, 95% CI: 0,18). Este riesgo de preeclampsia no se asoció con la edad materna (p > 0,05)1.

Una revisión llegó a conclusiones similares, reduciéndose el riesgo de preeclampsia en los grupos suplementados (ratio 0,66; 95% CI: 0,52, 0,83, p= 0,001). Aunque resuelve que los metaanálisis realizados hasta ahora carecen de evidencia para justificar la recomendación de suplementación con vitamina D durante el embarazo basándose en evitar la preeclampsia8.

Otras revisiones sobre el efecto de la suplementación de la vitamina D en el riesgo de diabetes gestacional aportaron estudios observacionales que encontraron mayor riesgo de desarrollar diabetes gestacional en embarazadas con niveles bajos de vitamina D. Otro estudio prospectivo encontró niveles más bajos de vitamina D en mujeres que desarrollaron diabetes gestacional, incluso después de descartar factores de riesgo como IMC, raza, edad e historia familiar de diabetes tipo 25,9,10.

Discusión

La preeclampsia está asociada con resultados maternos y neonatales adversos, por lo que existe una urgencia cada vez mayor en la identificación de predictores clínicos y de laboratorio de la preeclampsia, aunque es aún más importante identificar formas seguras y efectivas de prevenir su desarrollo.

Anteriores metaanálisis se han centrado en la suplementación de calcio, no analizando el efecto de la vitamina D sobre estas patologías. Por lo que más evidencia sobre el tema era necesaria para resolver esta duda.

Esta revisión evalúa el efecto de la suplementación de la vitamina D durante el embarazo. Se han incluido siete revisiones, de las cuales muchas de ellas realizan una suplementación de vitamina D con calcio u otras vitaminas. Existen pocos estudios que hayan comparado el efecto de la adición de estas otras vitaminas y minerales frente al tratamiento básico con vitamina D.

La suplementación con vitamina D comparado con la no intervención o placebo:

1. Probablemente reduzca el riesgo de preeclampsia y diabetes gestacional.
2. La suplementación con vitamina D comparado con la no intervención o placebo probablemente da lugar a una concentración más alta de 25-hydroxyvitamina D. Este resultado debería interpretarse con cautela, ya que la dosis de suplementación fue muy variada entre los diferentes estudios. Teniendo en cuenta también la dificultad de la medición precisa de 25-hydroxivitamina D en suero y las diferencias de métodos usados para llevarlo a cabo.

Uno de los objetivos de esta revisión era examinar las diferentes dosificaciones recomendadas y utilizadas y evaluar si existían efectos beneficiosos derivados de suplementar a las mujeres embarazadas con más de 200-600 IU/d (media de recomendaciones mayoritariamente). También era el propósito de esta revisión evaluar si el aumento de la suplementación producía efectos negativos en la salud de las mujeres embarazadas cuando se sobrepasaba el límite de la recomendación (4.000 IU/d).

Para la suplementación con 601 IU/d o más frente a una cantidad menor, no se obtuvieron diferencias para el riesgo de preeclampsia, aunque parece que quizás reduzca el riesgo de diabetes gestacional. Probablemente incremente los niveles de 25-hydroxyvitamina D en mujer gestante a término. Sin embargo, como se ve los resultados fueron bastante heterogéneos entre los diferentes estudios.

Para la suplementación con 4.000 IU/d o más de vitamina D frente a dosis menores tampoco obtuvieron diferencias significativas para el riesgo de preeclampsia o diabetes gestacional. Ante la superación de las recomendaciones generales de dosis de vitamina D, esta sobredosificación parece ser segura, y la mayoría de los estudios no reportaron efectos adversos con la intervención. Además, probablemente incremente los niveles de 25-hydroxyvitamina D en mujer gestante a término y en la sangre umbilical, aunque los resultados fueron bastante heterogéneos.

Es importante tener en cuenta que la heterogeneidad fue detectada en los niveles de 25-hydroxyvitamin D en sangre materna y podría estar relacionada con las diferentes dosis usadas en los estudios incluidos, los diferentes regímenes de tratamiento, diferente población, calidad de estudios y diferencia entre lo métodos usados para la medición de 25-hydroxyvitamin D en sangre. Por lo tanto, estos resultados deben ser interpretados con precaución.
Con respecto a la seguridad, aunque parece que la suplementación con vitamina D es una intervención segura durante el embarazo, los rangos usados para definir alteraciones como hipercalcemia, hipercalciuria, hipocalcemia e hipervitaminosis D no fueron especificados o fueron muy variados entre estudios, por lo que en estudios futuros deberían ser reportados.
Como resultado de la presente búsqueda la suplementación con vitamina D fue beneficiosa para la prevención de preeclampsia en la mayoría de estudios y totalmente independiente del inicio de la suplementación, la edad materna y la dosis. Cuando la suplementación comienza hacia la semana 20 de embarazo los beneficios sobre la mujer embarazada parecen ser mayores.

Además, varios estudios analizaron también su administración junto con calcio, pero no pareció aportar más beneficios. Al contrario, el aporte de calcio requiere una administración diaria a altas dosis que podría incrementar el riesgo cardiovascular en la mujer embarazada.

La deficiencia de vitamina D se ha asociado con amplios factores de riesgo para disfunción endotelial y salud cardiovascular. Por otro lado, una ingesta adecuada de vitamina D puede estar relacionado con el mantenimiento de la homeostasis de calcio. Lo cual está inversamente relacionado con los niveles de presión sanguínea.

Hay algunas limitaciones en los análisis actuales. La principal limitación se debe a la diferente administración tanto de tiempo como en la forma farmacéutica de suplementación a la mujer embarazada. Diferentes posologías como varias dosis diarias o una única dosis alta parecen ser suficiente para prevenir la preeclampsia, considerando que la vitamina D se queda acumulada en los depósitos grasos. Más estudios deberían centrarse en las recomendaciones sobre posología en la mujer embarazada (suplementación diaria, semanal, única dosis).

A causa de los resultados obtenidos debería ser considerado parte del tratamiento en aquellas mujeres con riesgo de desarrollar trastornos hipertensivos durante el embarazo, mayormente en aquellos países con alto riesgo de déficit de vitamina D, incluidos la mayoría de los países europeos y algunos asiáticos.

Conclusiones

En conclusión, la suplementación con vitamina D puede ser útil para la prevención de preeclampsia. Estudios clínicos prospectivos aleatorizados bien diseñados son necesarios para finalmente aceptar la suplementación con vitamina D como una posible intervención estratégica y para identificar una dosis efectiva estándar.

Estudios futuros deben evaluar en una misma población diferentes dosis (baja, mediana y alta), diferentes frecuencias (diaria, semanal, mensual o bolos), diferentes formatos (pastillas, líquido o inyecciones), diferentes tipos (D2, D3) y diferentes periodos de inicio (primer, segundo o tercer trimestre) en mujeres con diferente índice de masa corporal, pigmentación de la piel, para evaluar si realmente se deben tener en cuentas estas características al pautar una dosis a las mujeres embarazadas.

Además, los efectos de la vitamina D en mujeres con un riesgo elevado de diabetes gestacional o preeclampsia deberían ser evaluados, para ver si se obtiene el mismo efecto beneficioso en aquellas mujeres que cuentan con algún factor de riesgo de base.

La necesidad de establecer la dosis-dependencia de efectos de la suplementación con vitamina D en los resultados maternos y neonatales ha sido sugerida por varias organizaciones. Esta información es necesaria para informar y lanzar recomendaciones estandarizadas con suplementos de vitamina D y poder establecer rutinas de cuidado antenatal.

Financiación

Ninguna.

Conflicto de intereses

Ninguno.

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