Escritura colectiva del 1er libro español de obstetricia: Libro del arte de las comadres o madrinas y del regimiento de las preñadas y paridas y de los niños
Sección: Echando la vista atrás
Autores
Rosa Mª Plata Quintanilla
Presidente de la Asociación Española de Matronas. Delegada ICM Europa Sur desde 2003.
Presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona).
Titulo:
Escritura colectiva del 1er libro español de obstetricia: Libro del arte de las comadres o madrinas y del regimiento de las preñadas y paridas y de los niños
Actualmente, aún persisten justamente las voces que reclaman dar visibilidad a la mujer en su trabajo, las matronas, las primeras profesionales sanitarias en la historia de la humanidad como atestiguan los paleoantropólogos, a medida que ha ido avanzando la civilización han tenido mayor necesidad de incrementar su visibilidad social; esta que se ha visto empañada progresiva y paradójicamente, a pesar de que su campo de actuación profesional se ha ampliado con la atención a la mujer en toda la esfera de la salud sexual y reproductiva, además de la asistencia al parto por la que desde tiempo inmemorial vienen siendo conocidas aquellas primigenias parteras.
El devenir de oficio a profesión, de partera a matrona profesional, ha seguido un largo camino de siglos en los que han sufrido innumerables regulaciones para su ejercicio y prueba de su competencia, lo que atestigua la importancia y necesidad social de su trabajo, hasta llegar al siglo XIX en que se inicia una formación académica que progresivamente se ha ido incrementando acorde con la evolución científica para satisfacer las necesidades sociales de una sociedad en desarrollo.
La incursión de los varones en el terreno de la asistencia a la mujer (en España a partir del inicio del siglo XVIII) supuso un antes y un después para las matronas: claramente fueron sometidas y postergadas a las ambiciones de los hombres que codiciando su terreno de asistencia como medio de acceso al mundo médico y consiguiente ascenso social y mayor retribución económica, y amparados por la sociedad patriarcal establecida desde tiempo inmemorial, no tardaron en posicionarse como la voz autorizada en la asistencia a la mujer y mantener a las matronas subordinados a su dictamen, a pesar de atesorar estas la sabiduría de los siglos, transmitida de generación en generación, en el Arte de Partear.
Con el desarrollo de las ciencias médicas y la entrada en el escenario sanitario de innumerables profesiones, además de la centralización de la asistencia al parto en los hospitales, la figura de la matrona ha ido perdiendo el arraigo popular del que gozó por siglos.
La Asociación Española de Matronas, defensora como lo es del colectivo profesional, ha entendido desde sus orígenes que es necesario informar a la sociedad de quién es la matrona de hoy y ha prestado especial interés a hacer campañas de imagen (algunas ya relatadas en esta revista con anterioridad) y acciones que den visibilidad a la profesión, para lograr este objetivo.
Hace unos años, concretamente en 2011, coincidiendo con el XIV Congreso Nacional de Matronas, las organizadoras tuvieron la idea de reunir un buen número de congresistas para reescribir una obra importante para la obstetricia: el 1er libro de esta ciencia en España, al menos de cuya existencia se tiene conocimiento, escrito en 1541 por un médico mallorquin Damiá Carbó, quien se autodefinía en el texto como “expertísimo doctor”, aseveración que, conociendo la historia de la obstetricia, hay que poner en duda, al menos en lo referente a los partos ya que esta práctica estaba vetada para los hombres, que solo eran requeridos por la partera en la escena del nacimiento para practicar una obstétrica destructiva.
Sobre el libro
Aunque el título parece indicar que va destinado a la instrucción de las matronas (también llamadas en castellano antiguo, comadres o madrinas) es cuando menos incongruente que ese fuera el objetivo del autor a sabiendas de que la alfabetización de la época entre la población en general era mínima y la mayoría de quienes podían tener este privilegio eran exclusivamente hombres.
Carbó escribe el libro atendiendo a la petición de un caballero, cuya esposa no había logrado un hijo en ninguno de sus embarazos por lo que solicita “al maestro” ayuda, lo que le impulsa a este a escribir, dada su inexperiencia en el arte, con suma arrogancia- se podría afirmar, este manual para instrucción de las comadres o parteras: “En esta obra les enseñaré su arte y las reglas y las formas que tiene que tener para ser suficientes y en buena conciencia puedan tal arte velar y aconsejar para la salud de las preñadas, paridas y criaturas al servicio de Dios, Nuestro Señor y su Bendita Madre”.
Al respecto de la intención de Carbó se ha llegado a plasmar la tesis plausible de que fuera un intento como el de otros autores “doctos” medievales, de pretender relegar las intervenciones de las mujeres en materia de salud, que en gran parte pertenecían al acervo cultural de las propias parteras, como lo hacían con el “encriptado” en latín de los conocimientos farmacológicos de forma que imposibilitaba la transmisión a las parteras que no conocían esa lengua (Calatrava PM. Damián Carbón y la Instrucción de Comadres en la España del siglo XVI).
De cualquier forma, esta obra tiene el privilegio de ser la primera en Obstetricia en nuestro país y su lectura refleja el marco de conocimientos médicos de la época bien alejados de la ciencia y bien marcados por la ignorancia científica y la superstición. Es interesante e incluso, divertida su lectura, porque demuestra que la supuesta superioridad de los conocimientos médicos era una absoluta falacia y menos en este campo, en el que su inexperiencia por razones ya alegadas, era total. Pero así se escribe la historia…
Reclutar voluntarios para la actividad extraordinaria
En los preparativos del Congreso se dirigió una nota a todos los congresistas para solicitar su participación voluntaria en la actividad programada explicándoles la intencionalidad de esta:
“Con esta actividad pretendemos rendir un homenaje a todos cuantos nos precedieron en el arte de partear, incluido el autor de la obra Damiá Carbón quien escribió este primer libro para las matronas españolas en 1541.
Pero no solo es esta la única pretensión de esta iniciativa, es además, la de acercarnos al entendimiento del desarrollo histórico de la profesión porque los libros de textos, a falta de una historia crítica, son la fuente de mayor autoridad dentro de la historia, en este caso, del Arte de Partear, una actividad importante aunque no única de nuestra profesión de matronas y de la obstetricia, y de las propias matronas como colectivo profesional.
Ahondando aún más en nuestros propósitos, intentaremos que esta actividad se publicite, porque la actividad de matrona, que sin duda tiene un gran potencial en relación con la asistencia a la mujer, resulta apenas conocida actualmente para muchas de ellas, por eso las matronas debemos traspasar nuestro ámbito de trabajo y mostrar al público nuestro verdadero trabajo, para que utilicen nuestros servicios y a la vez, con un buen trabajo realizado, nos otorguen el valor que merecemos.
La Asociación Española de Matronas ha mostrado especial sensibilidad con la difusión del conocimiento historiográfico de la profesión para lo cual ha realizado un gran esfuerzo humano y económico desde la propia entidad, editando la colección titulada Recuperar los Pilares del Saber, que ya cuenta con tres facsímiles editados sobre la Obstetricia antigua.
El libro resultante de este trabajo colectivo, reescrito al modo en que lo hacían los antiguos amanuenses, resultará original en su confección porque serán muchas y diferentes manos las que reescriban este texto: las de personas unidas por una dedicación, la profesión de matronas y un sentimiento común, el de avanzar en nuestro cometido profesional de asistencia a las mujeres.
El grato recuerdo de esta contribución personal reforzará el sentimiento de que la unión hace posible logros mayores y, por supuesto, a través de ella, conoceremos un poco más de nuestra propia historia y la de nuestro ‘Arte’”.
Este congreso, en el que se enmarcó esta actividad extraordinaria, fue realizado en el Gran Anfiteatro, el que desde 1834 fuera asiento del Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos (actual sede del Colegio de Médicos y del Ministerio de Administraciones Públicas). Un solemne edifico en el que el tiempo no ha borrado la impronta de su belleza y magnificencia y atesora parte de la historia de la medicina en España.
La actividad programada se llevó a cabo en el llamado pequeño anfiteatro, de características históricas similares al gran anfiteatro pero sin su riqueza ornamental, en otro tiempo aula para formación médica en el que destacan lápidas conmemorativas dedicadas a Sánchez Toca, Argumosa y Mata y las más modernas a Marañón y Hernando Ortega, mientras que otras evocan el magisterio ejemplar de Oláriz-Alonso, Sañudo y San Martín, por sus discípulos de la promoción de 1909.
Se trabajó sobre el ejemplar depositado en el Fondo Antiguo de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid, “Marqués de Valdecilla”.
A la llamada de la Asociación Española de Matronas (AEM) respondieron 140 congresistas que dedicaron más de dos horas a la escritura, en un ambiente entusiasta y de camaradería en este marco incomparable, quedando para la posteridad y en el recuerdo de los participantes, esta iniciativa pionera en nuestro colectivo de matronas.