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Revista Matronas

Revista Matronas

DICIEMBRE 2024 N° 3 Volumen 12

Mª JESÚS GUTIÉRREZ MARTÍN

Sección: Entrevista a…

Autores

Redacción Asociación Española de Matronas

Titulo:

Mª JESÚS GUTIÉRREZ MARTÍN

Hago propias las palabras de un vallisoletano ilustre, Pérez Gellida, quien en una ocasión “diseccionó” el carácter de sus paisanos justificando su particularidad, decía: por haber sido “labrado de sol a sol y enterrado en los surcos de la tierra”, de carácter sobrio y reservado, no desconfianza y recelo, además de presumir de la “honradez, hospitalidad, paciencia y espíritu trabajador” de sus paisanos”. Así es Chus Gutiérrez, trabajadora, discreta, esforzada, honesta y directa.



Pregunta: Bien es cierto que nadie elige donde nace, pero nacer en un lugar u otro del planeta marca tu vida. ¿Lo crees así?

Respuesta: Estoy convencida de ello, al menos en mi caso. Yo nací en Valladolid un 20 de agosto, y para que entiendan el entorno en el que he vivido, diré que mi familia paterna es de Asturias y la materna de Valladolid. Me crie en una familia numerosa, por lo que mi infancia fue muy divertida y feliz. Tal y como has dicho, el carácter de los vallisoletanos es recio pero las amistades son sinceras y duraderas. Tal es así que, entre mi gente, sigo atesorando la amistad de un grupo de amigas del colegio con las que sigo quedando y estamos presentes para apoyarnos en momentos difíciles. Mi familia vivió de una empresa de Artes Gráficas, sector que nada tiene que ver con el sanitario, pero tanto a mis hermanos como a mí misma, nos ha hecho valorar el mundo cultural y la lectura.

P. En efecto, es incuestionable el valiosísimo patrimonio histórico, artístico y arquitectónico de Valladolid en el que el mundo de la cultura, y muy destacadamente la literatura, tiene honda raigambre en tu tierra vallisoletana: escritores, actores, dramaturgos… hasta esa maravillosa villa amurallada del libro que es Urueña, que recomiendo disfrutar, pero ¿qué otras aficiones complementan tu vida?
R. Soy una enamorada de la fotografía y del senderismo, aficiones que me han permitido disfrutar de mi tierra, tierra de campos y labranza, de colores ocres, pinares y un cielo azul limpio. Tal vez por ello, cuando acabé el colegio quise estudiar algo relacionado con la tierra y me decanté por Ciencias Geológicas, pero no había Facultad en Valladolid por lo que tuve que optar por mi segunda opción que era Enfermería, profesión que me atraía también desde bien pequeña, ya que siempre me ha gustado cuidar.

P. Buena premisa para estudiar Enfermería… ¿Dónde cursas los estudios y qué recuerdos tienes de la carrera?
R. Me formé como enfermera en la EU Enfermería “San Telmo” de Palencia, adscrita a la Universidad de Valladolid, de la que tengo una opinión muy favorable, con buenos docentes, y en la que se compaginaban perfectamente las clases teóricas y las prácticas clínicas, y realizaban un seguimiento bastante personalizado de nuestra formación. Contábamos con más docentes mujeres que hombres (signo de la feminización evidente de esta profesión) y, si no recuerdo mal, la directora de la Escuela era una enfermera. Tengo unos recuerdos increíbles de aquella etapa de mi vida.

P. ¿Cómo fue el retorno a Valladolid y el comienzo de la etapa laboral?
R. Finalizados mis estudios como enfermera, regresé a Valladolid donde trabajé 11 años como tal. Mi primer contrato fue un “paseo” por Cirugía General, Pediatría, Maternidad, en el Hospital Universitario Río Hortega; durante cuatro meses lo compaginé con otro trabajo en el Hospital Militar de la ciudad. A renglón seguido, obtuve estabilidad al lograr una plaza laboral en Servicios Sociales, concretamente en una residencia de mayores asistida, donde me formé en Geriatría, especialidad que adquirí por vía extraordinaria. Años después, obtuve plaza de enfermera en el Hospital Universitario Río Hortega (HURH) de SACYL (Servicio Sanitario de Castilla y León), centro en el que trabajé en diversos servicios (radiología, cirugía general, CMF, ORL, NCR y materno-infantil).
Como ves, el carácter que imprime mi tierra y el valor que doy a mi entorno y a mi gente han definido prácticamente toda mi carrera profesional y mi vida personal en Valladolid.

P. Acabo de leer que el signo del Zodiaco da las características de la personalidad y describe cómo es cada uno. Pero la hora del nacimiento, en especial, brinda las claves para descubrir el “don” que se debe desplegar en la vida, hacia dónde dirigir la vocación y a qué conviene dedicarse. ¿Podemos probar contigo a ver si se cumple?
R. No soy seguidora de los horóscopos ni sé cuál fue la hora exacta de mi nacimiento, aunque nací por la noche y sé que soy Leo. Desconozco si este aspecto ha podido influir en mi decisión de ser matrona.
 
P. Tampoco yo lo soy, pero mi curiosidad me ha hecho descubrir que, entre otras cosas, los nacidos bajo el signo de Leo, signo de fuego, ponen todo su corazón tanto en sus relaciones como en sus responsabilidades en el trabajo, no son egoístas con su luz, pues disfrutan de igual manera en hacer brillar a los demás, especialmente a quienes se lo merecen. Son cálidos, amorosos y apasionados. Líderes natos y con una confianza que los empuja a ir por lo que quieren y por lo que creen, y eso me cuadra perfectamente contigo, aunque no podamos completar el juego de la vocación porque nos falta tu hora exacta de nacimiento…
R. Sin sonrojo, puedo sentirme más o menos identificada con la descripción general para mi signo...

P. Entonces, ¿eres matrona por determinación o porque en un momento te “enganchó” la especialidad?
R. Pienso que es más probable que decidiese hacer esta especialidad por un motivo relacionado con un periodo duro de mi vida en el que sufrí dos abortos espontáneos. Tuve la suerte de poder elegir plaza EIR en el mismo hospital en el que trabajaba, Río Hortega, cursando la residencia de 2001 a 2003.
Los primeros años, y hasta que obtuve la plaza de matrona en el HURH, trabajé en promoción interna, es decir, compaginando mi trabajo como enfermera generalista con el de matrona, hasta que firmé una interinidad como matrona; años más tarde me ofrecieron la coordinación de la Unidad Docente de Matronas de Valladolid-Segovia. Durante aquella época todo fluía sin más, tenía dos niños pequeños que requerían de mucha atención por mi parte y mi trabajo me gustaba, pero con los años me fue apasionando más y más. Encontré una faceta muy interesante en la docencia y creo que todo esto me ha convertido en la profesional que soy hoy en día.

P. La Universidad de Valladolid tiene un largo y amplio repertorio en el contexto de las dificultades determinadas por el machismo imperante, de mujeres universitarias pioneras, formadas en sus aulas, muchas de las cuales eran matronas que iniciaron su formación partir del primer tercio de siglo.
R. Me consta, y es un orgullo como vallisoletana, que la Universidad de Valladolid tenga casi 800 años de historia, con extensión de su influencia a Palencia (sede de la primera universidad española, siglo XIII), Segovia y Soria, y que sea Valladolid, la cuna de la primera facultad de medicina en el siglo XVI y haya sido de importancia para la formación de matronas de muchos puntos del país.

P. ¿Cómo recuerdas el paso por la especialidad?
R. Cuando realicé la residencia la capacidad de mi Unidad Docente era de tan solo seis residentes distribuidos en los dos grandes hospitales de Valladolid (HCUV y HURH). Entonces nos denominaban DIR (Diplomado Interno Residente) en lugar de EIR y, al igual que ahora, requería dedicación completa. Al tener la plaza de personal estatutario tuve que firmar una situación especial en activo.
Recuerdo que contamos con muy buenos profesionales para la formación práctica y docentes magníficos para la teórica. Aún no estaba desarrollada la figura de tutor, por lo que todo el personal del servicio formaba y tutorizaba por igual. Para evaluar el programa teórico nos pedían superar diversos exámenes por cada una de las materias. En conjunto, me sentí muy arropada y mimada por todos ellos.
En cuanto a las compañeras de promoción, durante los dos años fuimos una piña. Nos ayudamos y compartimos espacios de estudio, trabajo y ocio en el que la alegría era un común denominador que nunca empañó nuestra responsabilidad en la formación que teníamos por delante. La vida te va llevando luego por distintos derroteros y nos fue distanciando físicamente, aunque he tenido la fortuna de reencontrarme hace dos años, al trasladarme al Hospital de Medina del Campo, con Cris, una de mis compañeras de promoción.

P. ¿Cuándo se produce el salto a la matronería?
R. Salvo el primer año de mi carrera como matrona, en el que firmé un contrato de verano con el HCUV, el resto lo he desarrollado en el paritorio del HURH y en la Unidad Docente. Como ya he comentado, desde hace dos años me trasladé al Hospital de Medina del Campo, un hospital comarcal de gran calidad, que forma parte de los centros comprometidos con la excelencia en cuidados y esto se refleja en su modo de trabajo y en el ambiente amable que se respira. Para mí ha sido como una bala de oxígeno, ya que he de reconocer que el compaginar el trabajo de matrona en el HURH con la gestión docente supuso un periodo de mi vida interesante y bonito, pero complejo y, en cierto modo, poco agradecido. No obstante, como bien sabes, no he dejado de trabajar la faceta docente. Además, desde que trasladé la plaza a Medina del Campo, comencé a trabajar en el ámbito de la sanidad privada, en este caso en Madrid, que parece más cerca de Valladolid desde que contamos con tanta frecuencia del AVE. El sector privado era desconocido para mí y comencé con ciertos recelos, pero estoy encantada porque cuenta con profesionales muy competentes y la filosofía y el ritmo de trabajo que siguen nada tienen que ver con los de la sanidad pública. Sinceramente, creo que el sector público adolece de muchos aspectos que a la sanidad privada le sobran y viceversa.

P. ¿Fuiste madre antes de ser matrona o viceversa? ¿Cambia la percepción de la profesión por ser madre?
R. Aproximadamente al mes de terminar la residencia di a luz a mi primer hijo, por lo que inicié mi carrera como matrona paralelamente a mi rol de madre. Yo no estoy de acuerdo con lo que piensan muchas compañeras sobre este aspecto, que argumentan que la maternidad les ha cambiado la percepción de la profesión. Personalmente, mi faceta como madre ha marcado mi vida y mis hijos son el centro de ella, pero no me ha condicionado profesionalmente a la hora de atender o empatizar con una mujer más que lo que puede condicionar a cualquier madre trabajadora compaginar la maternidad y el trabajo, sea del sector laboral que sea. Es más, considero que hay muchas matronas que no tienen hijos y son excelentes profesionales con gran empatía y saber hacer.

P. Me consta que eres una “curiosa insaciable” profesionalmente hablando y además de matrona has cursado otros estudios…
R. Tal vez tenga una curiosidad insaciable como dices y, además, me encantan los retos. Mucha de la formación que he realizado me ha venido dada por mi carrera profesional. Por ejemplo, la especialidad de geriatría al trabajar en Servicios Sociales o el título de operador de radiodiagnóstico por trabajar en el servicio de radiología. Pero mucha otra formación ha sido por simple gusto y curiosidad. Pongo por ejemplo mi formación en Tecnología de los alimentos e Higiene alimentaria que, posteriormente, me permitió impartir cursos de manipulación de alimentos, o aspectos concretos para la docencia de residentes que me han permitido desarrollar metodologías docentes y evaluativas en nuestro centro. De ellas, destaco la implantación del ECOE (Examen Clínico Objetivo Estructurado) como método objetivo de evaluación sumativa, que iniciamos en nuestra Unidad Docente, para luego ir introduciéndolo en otras especialidades de enfermería y, actualmente, se realiza un ECOE anual conjunto para todos los EIR de matrona de Castilla y León. He de reconocer con orgullo que, gracias a ello, el Ministerio nos galardonó en el certamen de Proyectos de innovación sanitaria (2013) con un premio de Buenas Prácticas.

P. Yo tengo la humilde y personal creencia de que la profesionalidad se construye, pero con los valores se nace. ¿Compartes conmigo la opinión? Esto a tu juicio, ¿en qué se está traduciendo en nuestra profesión que va pareja con la sociedad?
R. Estoy totalmente de acuerdo contigo. En este sentido llevo tiempo haciéndome una reflexión que puede explicar el salto generacional que he percibido en las últimas promociones de EIR con las que he trabajado y que me han sorprendido para bien en ocasiones y, si soy sincera, me han decepcionado en muchas otras. Esto mismo lo siento con mis propios hijos, porque como bien dices, este salto va parejo a los cambios sociales.

P. Háblanos de tu etapa como gestora siendo coordinadora de la Unidad Docente de Valladolid.
R. Comencé siendo coordinadora de la Unidad Docente de Valladolid-Segovia y acabé asumiendo la presidencia de la Subcomisión de Docencia del Área de Valladolid Oeste.
Los comienzos fueron complicados, ya que la gestión de residentes es compleja y requiere interacciones con residentes, tutores y órganos de dirección. Pero tuve la suerte de trabajar para un centro que me valoró y nos permitió desarrollar las ideas y mejoras que los tutores fuimos proponiendo.
La unidad que he coordinado durante casi 14 años no es multiprofesional, ya que durante este tiempo la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León consideró que funcionaba bien formando únicamente a matronas. No obstante, era consciente de que, tarde o temprano, acabará por reconvertirse en multiprofesional, que ha sido uno de los motivos por los que decidí dejar el cargo.

P. Estoy convencida que la mayoría de matronas sufrimos un duro revés previendo el futuro a peor que se avecinaba en nuestra formación en el momento que se promulgó el RD 183/2008 con el objetivo de potenciar el aprendizaje para el trabajo multidisciplinar y multiprofesional. Por tu experiencia y conocimiento, ¿cuáles son los mayores problemas que ves en este sistema que a tan pocas matronas gusta?
R. Quiero pensar que el objetivo del Ministerio al desarrollar esta norma fue el de hacer más eficientes las unidades docentes en las que se formaban dos o más especialidades y aunarlas con una visión de equipo. Pero la triste realidad es que, para las especialidades de enfermería, ha supuesto una pérdida de autonomía. Concretamente, el principal problema es el desarrollo de una estructura docente que cuenta solamente con un tutor coordinador que debe de tener una de las especialidades que se forman en la unidad. No creo que exista en España ninguna unidad multiprofesional de obstetricia y ginecología cuyo tutor coordinador sea una matrona.
Tú sabes bien, por las acreditaciones que manejamos en la CN, que el trabajo de gestión docente en estas unidades lo siguen realizando matronas bajo cuerda, con la “supervisión” innecesaria de un obstetra y sin reconocimiento profesional por su labor. Si el objetivo de crear estas unidades era fomentar el trabajo en equipo, en la mayoría se está traduciendo en más conflictos y corporativismo. Para el resto de las especialidades de enfermería ha sido la única manera de poder acceder a la constitución de unidades docentes, pero, cuando se desarrolla esta norma, las unidades de matronas eran no multiprofesionales y, aún hoy, persisten algunas pocas. Por mi labor presidiendo la subcomisión de docencia de enfermería en Valladolid Oeste, he vivido de primera mano la diferencia de formación entre uno y otro tipo de unidad.
Y hablando de las subcomisiones de docencia de enfermería, aspecto que se trata muy sutilmente en la norma, pero que obliga a su desarrollo en centros docentes donde se forman enfermeros especialistas, es también un aspecto bastante inquietante. Quiero decir con esto que se crean órganos colegiados “dependientes” de la comisión de docencia para la mayoría de los acuerdos a los que se llega, y se incluye como vocal nato de esta comisión al presidente de la subcomisión de enfermería. Con ello, en muchas comisiones de docencia no se convoca ni a tutores ni a residentes de enfermería para formar parte de la comisión por el hecho de contar ya con un vocal nato. A la hora de decidir aspectos que afectan a los EIR, ¿qué equidad se puede asegurar si entre un máximo de 20 vocales tan solo uno es tutor EIR? Personalmente, he luchado mucho esta injusticia y en Castilla y León me incluyeron en un grupo de trabajo de la Gerencia Regional de Salud para desarrollar una norma con los requisitos mínimos y funciones que debían de cumplir las subcomisiones de enfermería. Creo que, actualmente, es la única CC.AA. que ha apostado por desarrollar esta normativa.
Ahora, desde mi posición en la CN, sabes que intento hacerme escuchar en este sentido, esperemos que el Ministerio actualice los requisitos de acreditación de unidades docentes multiprofesionales en las que se forman EIR de una manera justa y que no suponga una merma de nuestro marco profesional.
 
P. Desde hace un tiempo eres vocal y vicepresidenta de la Comisión Nacional de la Especialidad de Matrona del Ministerio de Sanidad, ¿qué opinas de la posición que el Ministerio da a la Comisión?
R. Efectivamente, fui propuesta por mi comunidad autónoma, y tenía unas expectativas muy altas con esta labor, pero he de reconocer que, aunque era consciente de que la Comisión Nacional es un órgano consultivo, pensé que nuestra opinión era más valorada por el Ministerio de lo que he podido percibir.

P. Cuando leo tu curriculum, que es bastante extenso y aprovechado, me sorprende la variedad de “palos” que has tocado y la cantidad de Proyectos sobre Planificación y Mejora de la Calidad en los que has participado.
R. Afortunadamente mi actividad, interés y responsabilidad me ha proporcionado la motivación para integrarme o liderar proyectos, la mayoría centrados en la docencia y su entorno, como por ejemplo Evaluación de los profesionales que finalizan su residencia en los centros e instituciones de la GRS de Castilla y León, Grupo de Trabajo para la mejora de la formación unificada de las UD de Matrona de Castilla y León, Grupo de Incentivación a los tutores, Grupo de Trabajo sobre reflexiones escritas de incidentes críticos, etc. Todo ello lo consideré absolutamente necesario para la buena andadura de la Unidad Docente y para mejorar la propia profesión.

P. En el transcurso de tu larga carrera profesional, has contactado con innumerables promociones de matronas, y sabedora de que tienes un juicio fundado, te pregunto ¿de qué adolecen estas nuevas generaciones de matronas y cuál es el peligro que esto implica para la profesión?
R. Inicialmente, y sin ánimo de generalizar, quiero poner en valor su formación dada la dificultad que tienen ahora para acceder a la especialidad, así como el manejo de nuevas tecnologías, lo cual les permite trabajar con soltura programas, aplicaciones, búsquedas bibliográficas, etc. Pero, desde mi experiencia, he de decir que muchos de estos profesionales no ejercen la especialidad por vocación y, siendo muy reivindicativos en aspectos económicos y contractuales, olvidan la esencia de la profesión y la mejora y defensa de nuestras competencias. Por contra, luchan por “modas” sin base en evidencia científica, que venden muy eficientemente en redes sociales junto al resto de su vida personal. Además, son extremadamente competitivos, por lo que considero que este tipo de matronas no representan al grueso de nuestra profesión, sino que más bien la desmerecen y desvirtúan.
 
P. Por último, te pido, como a todos los entrevistados cuya experiencia os avala, una visión de futuro para la profesión y un consejo.
R. Me inquieta la idea de pérdida de competencias. La profesión de matrona abarca mucho más que la atención al parto, pero en España ni la sociedad ni la propia Administración valoran la profesión como en otros países de Europa. Y te lo plasmo en dos ejemplos muy sangrantes desde mi punto de vista, como son la asunción de nuestras competencias en la Atención Primaria de algunas CC.AA. por enfermeras de AFyC en centros en los que ya ni se molestan en cubrir a las matronas, o el desarrollo de las plazas de matrona en las plantas de maternidad, donde desarrollan sus competencias como matrona, pero también tienen que asumir las de enfermeras generalistas. Si, además, a esto sumamos el descenso de la tasa de natalidad, nos encontramos ante un panorama bastante desalentador. Para echar más leña al fuego, y con la ayuda y el poder que tienen hoy en día las redes sociales, a la población se le muestran jóvenes matronas, un tanto naifs, mostrando impresiones de placenta, pero no luchando, entre otras cosas, por dar el alta de matrona sin la firma de un facultativo.

En cuanto a la formación, con lo que he comentado respecto a las unidades multiprofesionales, entiendo que haya una tendencia cada vez más fuerte por una profesión independiente. Lo entiendo, pero no lo comparto, ya que se ha demostrado que el sistema de residencia (EIR) es una formación muy práctica y de gran calidad, pero si no se modifican las unidades multiprofesionales como se entienden actualmente, mucho me temo que acabaremos por ser una carrera independiente.

Quiero agradecerte en nombre de la Asociación Española de Matronas y en el mío propio tu trabajo y tu tesón, que formes parte de ese grupo de gente buena y de buena gente, cuyos valores y ejemplaridad profesional son un orgullo para nuestra profesión.
Redacción Asociación Española de Matronas