No más humillaciones, Sra. Ministra Sección: Editorial Autores Rosa Mª Plata Quintanilla Presidente de la Asociación Española de Matronas Titulo: No más humillaciones, Sra. Ministra La sanidad pública no puede sostenerse "sobre el sacrificio constante de sus profesionales". Maravillosa afirmación, absolutamente cierta, de la ministra de Sanidad, Mónica García, aunque hay que recordar a esta galena ascendida a política que “una cosa es predicar y otra dar trigo”.La frase hay que enmarcarla en su propio contexto, igual no se hubiera visto obligada a hacer esta declaración y otras aclaraciones por la vía exprés, si no se hubiera precipitado y de forma indigna y mentirosa hubiera soltado a bocajarro que "un médico cobra de media como un ministro". ¡El colmo de la desvergüenza y la utilización de la mentira para intentar exculparse de una incompetencia declarada en la gestión de su propio ministerio! Pronto se le olvidó de su pasado como galena, acaso obnubilada por los emolumentos y prebendas de su nuevo cargo muy por encima de sus resultados al frente de este Ministerio. Los médicos respondieron con contundencia a este comentario bochornosamente inventado porque lo consideraron no solo una humillación, sino, incluso, una provocación. Cabe pensar, a la vista de la arrogante trayectoria de esta médica al frente de este importante Ministerio, que fuera una respuesta que su poder contrariado no pudo soportar por la oposición “en bloque” de la profesión médica de este país ante el borrador del Estatuto Marco que su departamento presentó a las negociaciones de la Mesa del Ámbito, junto con las miles de críticas en redes que le acusaron de mentir "vilmente" y de ser "la peor ministra de Sanidad de la Historia".Sin embargo, no vengo a hablar de los médicos, porque siempre se han sabido defender y lograr mejoras por mor de su superioridad, su entronización social y su sempiterna representación en las Administraciones sanitarias, educativas y sindicales del país, que les ha convertido en la única profesión que controla y dirige el destino de su propia profesión y las del resto del sector sanitario. De este modo se ha establecido la estratificación sanitaria que perdura en la actualidad, en la que los médicos y el resto de las administraciones sanitarias parecen ignorar que en la acción fundamental de la devolución de la salud y la prevención de la enfermedad gira en torno a las dos profesiones sanitarias básicas: Medicina y Enfermería. El médico, sin el apoyo inmediato de la profesión enfermera, no podría concluir el proceso. En el funcionamiento de la sanidad, ambos roles son fundamentales, aunque existe una desproporción de autoridad, al punto de poder alegar que la relación entre ambos es más bien de dominación/subordinación que de colaboración y de reconocimiento.Por eso, si los médicos se escandalizaron con este comentario de la Dra. García, ¡qué diríamos los enfermeros y, en nuestro caso, las matronas! Aunque la realidad es que ni siquiera nos nombra ni para ofendernos...Son muchas las humillaciones que la profesión enfermera en general, y las matronas en particular, venimos soportando históricamente, sin duda condicionadas por el sesgo de género. Ni siquiera sería necesario hacer un informe como el recientemente emitido por el Ministerio de Sanidad, Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España, 2024, si no fuera para poner solución, justa e inmediata, a los problemas que para este Ministerio parecen ser una novedad cuando han sido un clamor a gritos y desde hace muchos años también de los profesionales de la Enfermería, aunque mucho me temo que este no vaya a ser el caso… me refiero a dar soluciones-obviamente.A pesar de esto, se ha dado bombo y platillo al informe y estas son las conclusiones: Aumento de la fuerza laboral enfermera desde 2014, marcado sobre todo en Atención Hospitalaria. Aunque en apariencia es positivo, pero el verdadero incremento se produjo por causa de la pandemia de la covid-19. Como dato significativo, es preciso mencionar que España está por debajo de la media en número de enfermeras por cada médico, hasta el increíble caso de la Región de Murcia donde hay más médicos que enfermeras.Evolución positiva, pero insuficiente de las ratios de enfermera en España. Lo cierto es que, en España, la ratio de enfermeras por cada 1.000 habitantes es de 6,3 enfermeras frente a las 8,5 de la Unión Europea. Según el informe, serían necesarias 100.000 profesionales más para igualar la ratio y que al ritmo actual de crecimiento, tardaríamos en alcanzarlo entre 22 y 29 años.Envejecimiento de las plantillas de enfermeras y jubilaciones próximas más apremiantes entre las enfermeras especialistas (especialmente las matronas). La Asociación Española de Matronas ha venido advirtiendo esta circunstancia al Ministerio desde 2004 tras el estudio "Lucina". Este estudio se llevó a cabo para cuantificar las plantillas y prever el remplazo con una oferta de formación acorde para alcanzar la plantilla horizonte según las necesidades del momento y a futuro.Incremento significativo, pero no planificado, de las plazas EIR ofertadas. Obvian decir que la única especialidad con competencias reconocidas, y cuya formación solo quedó en suspenso entre 1987-1992, ha sido la de matrona, cuando ni siquiera existían otras especialidades con las que compartir presupuesto. Nunca sacaron las plazas acreditadas totales, dejando en el camino más de 3.000 plazas que actualmente paliarían, en parte, el déficit de matronas y que desde la Comisión Nacional de la especialidad han reclamado año tras año justificando la necesidad, mientras los responsables hacían oídos sordos.Incremento sostenido y necesario de la formación de profesionales enfermeros. Hay que señalar que este incremento se ha producido en el ámbito privado, y no ocurre lo mismo en el ámbito público, donde estos estudios universitarios dispusieron de 115 plazas menos como sucedió el año pasado.Equilibrio en el flujo migratorio de enfermeras y la alta movilidad en España. Las disparidades entre comunidades son tan evidentes en lo referente a las condiciones laborales y salariales, muy precarias en muchos lugares, que los profesionales se ven obligados a buscar una mejor salida profesional incluso emigrando al extranjero.Disparidad en las retribuciones entre CC.AA. No hablamos simplemente de cientos de euros, si no que ni mencionan las retribuciones de los especialistas que no perciben el complemento por especialidad desde 1987 y la escasísima diferencia salarial frente a los generalistas, lo que no compensa su nivel formativo y su responsabilidad profesional.Limitaciones en la proyección de la necesidad laboral de enfermeras y principalmente de enfermeras especialistas. Se trata de una obligación que corresponde a las administraciones sanitarias que no han cumplido su deber.Sra. Ministra, para empezar, ¿para cuándo la reclasificación enfermera? No dirá ahora que se dilata porque no sabe con qué contentar a los médicos, que también se han opuesto a que se nos otorgue a la enfermería el nivel A1 que compartiríamos con ellos. Aunque algo de eso habrá, porque además sabe que la huelga general en enfermería es una entelequia, ya que nos tienen bien sujetos con mínimos abusivos. Se da hasta la paradoja de que en las pocas huelgas convocadas por el sector ha habido más personal trabajando que el que habitualmente lo hacía en muchos equipos.Ministra, gestores sanitarios, sindicatos, dejen de humillar a la enfermería porque la paciencia se nos ha ido gastando, la confianza en ustedes es inexistente y las fuerzas ya nos fallan para seguir aguantando la humillación constante. No se valoran unos efectivos profesionales que son indispensables, sin los cuales la sanidad se hundiría irremediablemente. Estamos también cansados de ser el parapeto en el que los usuarios descarguen las iras, contrariados por un sistema que, en efecto y desgraciadamente, “hace aguas” y nos convierte en cabeza de turco de las agresiones que notoriamente han crecido en España.Una gran mayoría de profesionales enfermeros han tenido el sueño de que llegara un día, un solo día, en que en el hospital no hubiera enfermeras y matronas, sin duda los médicos no podrían evitar el caos más absoluto. ¡Lástima que solo sea un sueño con pocos o ningún viso de cumplirse! Si fuera así, “otro gallo cantaría”.Ministra, recuerde que la sanidad pública "no puede sostenerse sobre el sacrificio constante de sus profesionales". ¡Por fin una verdad! A la que le añado que su deber es asegurar que la Enfermería ocupe el lugar que legítimamente le corresponde dentro del sistema sanitario y deje de despreciarnos estrujándonos hasta el punto de no dar más de nosotros mismos.