Factores de riesgo que contribuyen a la infección del sitio quirúrgico
Sección: Revisiones
Cómo citar este artículo
Rael Ruiz S, López Pérez MV. Factores de riesgo que contribuyen a la infección del sitio quirúrgico. Metas Enferm jul/ago 2016; 19(6): 14-20.
Autores
Sergio Rael Ruiz1, Mª Verónica López Pérez2
1Enfermero. Hospital General Universitario Rafael Méndez. Lorca (Murcia)
2Enfermera. Especialista en Enfermería Geriátrica. Centro de Salud Águilas Norte Área III. Águilas (Murcia)
Contacto:
Sergio Rael Ruiz. Avda. Juan Carlos I, 52, 3º B. 30800 Lorca (Murcia).
Email: sergiorael@hotmail.com
Titulo:
Factores de riesgo que contribuyen a la infección del sitio quirúrgico
Resumen
Objetivo: conocer y evaluar los factores de riesgo asociados a la infección del sitio quirúrgico (ISQ) en adultos con cirugía programada.
Método: revisión narrativa realizada mediante una búsqueda de la literatura en las siguientes bases de datos: PubMed/Medline, Scielo, Cuiden, Cochrane Plus, plataforma Elsevier y Encuentr@. Asimismo, se llevó a cabo una búsqueda de Guías de Práctica Clínica. Los artículos seleccionados abarcan el periodo comprendido entre 2005 hasta la actualidad, incluyendo estudios en lengua inglesa y española que evalúen la influencia de los factores de riesgo asociados a la infección del sitio quirúrgico en adultos.
Resultados: del análisis de los resultados encontrados en la literatura consultada se describen los factores de riesgo que contribuyen en mayor o menor medida a la infección del sitio quirúrgico, según sean de carácter endógeno (atribuidos al paciente) o exógeno (inherentes al paciente y atribuidos al personal o al sistema sanitario).
Conclusiones: la evidencia científica analizada en este estudio muestra que existe una multitud de factores que pueden originar estas infecciones y se recoge una serie de recomendaciones cuyo cumplimiento ayuda a disminuirlas. Evitar todos los riesgos no es posible, pero el conocimiento de los factores de riesgo y la adherencia a las medidas de prevención que gocen de buena evidencia científica ayudan a disminuir la tasa de infección. Se precisan más estudios que demuestren mayor evidencia científica sobre la influencia de algunos de los factores de riesgo en la ISQ.
Palabras clave:
Infección del sitio quirúrgico ; prevención ; incisión quirúrgica ; herida quirúrgica
Title:
Risk factors associated with surgical site infection
Abstract:
Objective: to understand and assess through scientific evidence those risk factors associated with Surgical Site Infection (SSI) in adult patients with scheduled surgery.
Method: a narrative review of literature through search in the following databases: PubMed/Medline, Scielo, Cuiden, Cochrane Plus, the Elsevier platform and the Encuentr@ database. At the same time, a review for searching Clinical Practice Guidelines was also conducted. The articles selected cover the period between 2005 and the present day, including studies in English and Spanish that assess the influence of risk factors associated with Surgical Site Infection in adult patients.
Results: from the analysis of the results found in the literature consulted, there is a description of the risk factors that will participate to a higher or lower extent in the infection of the surgical site, either of endogenous nature (attributed to the patient) or exogenous (inherent to patients and attributed to the staff or the health system).
Conclusions: the scientific evidence analyzed in this study shows that there are multiple factors that can originate these infections; a series of recommendations have been collected, which can help to their reduction if followed. It is not possible to avoid all risks, but the knowledge of risk factors and adherence to preventive measures supported by good scientific evidence will help to reduce the infection rate. More studies are required, in order to provide scientific evidence on the influence on SSIs of some of the risk factors.
Keywords:
Infection surgical site; prevention; surgical incision; surgical wound
Introducción
La infección del sitio quirúrgico (ISQ) está definida por los Centers for Disease Control como la infección ocurrida en la incisión quirúrgica, o cerca de ella, durante los primeros 30 días o hasta un año si se ha dejado un implante. Incluye las categorías de infección “incisional superficial” (afecta a piel y tejido subcutáneo), “incisional profunda” (afecta a tejidos blandos profundos) y “órgano-cavitarias” (afecta a cualquier estructura anatómica manipulada durante la intervención quirúrgica) (1).
La prevención de la infección quirúrgica no es una medida reciente. Hipócrates (460-377 a. C.) usaba vinagre para irrigar las heridas abiertas y las cubría para evitar daños mayores. Semmelweis (1818-1865) fue el primero en insistir en la importancia del lavado de manos entre pacientes y Bloodgood (1867-1935) introdujo el uso de guantes para operar entre cirujanos y enfermeras. En 1964 apareció la clasificación del National Research Council, Ad Hoc Committee on Trauma de procedimientos quirúrgicos según su riesgo de infección, en las categorías de cirugía limpia, limpia-contaminada, contaminada y sucia. Esta clasificación predice la probabilidad de infección quirúrgica basada en su grado de contaminación bacteriana intraoperatoria y ha demostrado poseer una aceptable correlación con el porcentaje de infecciones.
La ISQ sigue siendo una causa importante de morbimortalidad en pacientes sometidos a intervención quirúrgica con una prevalencia en España del 11% (2) y constituyen la segunda causa de infección hospitalaria asociada a prolongación de la estancia hospitalaria y aumento del gasto sanitario (3,4). El paciente que la padece tiene cinco veces más riesgo de mortalidad que un paciente no infectado (5).
Para reducir la incidencia el personal sanitario debe conocer los factores de riesgo que contribuyen a la aparición de ISQ, así como los métodos para evitar estas infecciones, sistemas para predecirlas y estrategias para controlarlas. Como factor de riesgo de ISQ se entiende toda variable que presenta una relación independiente y significativa con el desarrollo de una infección tras una intervención quirúrgica (6). Son numerosos los factores que se han considerado de riesgo a lo largo de la historia, pero pocos han acumulado suficiente evidencia científica para ser considerados como tales.
El objetivo principal de esta revisión fue conocer y evaluar los factores de riesgo asociados a la infección del sitio quirúrgico (ISQ) en adultos con cirugía programada.
Método
Revisión narrativa de la literatura mediante una búsqueda bibliográfica de trabajos de investigación y revisiones que abordaran el objetivo planteado, tanto en español como en inglés, con límite temporal desde 2005 hasta la actualidad. Las bases de datos utilizadas fueron: PubMed/Medline, Scielo, Cuiden, Cochrane Plus, la plataforma Elsevier y la base de datos Encuentr@.
Los términos empleados para las búsquedas fueron, en español: “infección del sitio quirúrgico”, “herida quirúrgica”, “factores de riesgo” y, en inglés: “surgical wound infection” “risk factors”, “surgical site infection”. Se empleó el operador booleano “OR” para combinar los términos relacionados con un mismo concepto y el operador booleano “AND” para combinar los distintos componentes de la búsqueda. Asimismo, se llevó a cabo una búsqueda de Guías de Práctica Clínica y se consultaron páginas web relevantes.
Los criterios de inclusión fueron estudios que incluyeran evidencia científica sobre factores de riesgo relacionados con la prevención de ISQ en cirugía electiva, ya fueran metaanálisis, revisiones sistemáticas, estudios experimentales u observacionales, documentos de consenso de asociaciones científicas o comités de expertos y otras revisiones bibliográficas, así como investigaciones con una valoración crítica positiva sobre la calidad del estudio. Los criterios de exclusión fueron artículos cuya conclusión no se ajustara al tema de estudio, trabajos de tipo cualitativo o revisiones no basadas en la evidencia científica y revisiones bibliográficas sin una metodología sistemática.
Resultados
Tras la aplicación de los criterios de inclusión y los límites de búsqueda, se seleccionaron un total de 22 documentos, los cuales estaban compuestos por revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorios, estudios observacionales de cohortes y de casos y controles, revisiones bibliográficas y guías de práctica clínica.
La revisión documental generó tres categorías de análisis referidas a los factores de riesgo que influyen en la ISQ: factores de riesgo endógenos (atribuidos al paciente), factores de riesgo exógenos (inherentes al paciente y atribuidos al personal o al sistema sanitario) y otros factores.
Factores de riesgo endógenos
Edad
Algunos estudios demuestran que el anciano tiene entre dos y cinco veces más probabilidad de padecer una infección hospitalaria que los jóvenes. Se atribuye a cambios asociados al envejecimiento, así como a la presencia de otras enfermedades concomitantes y estancias hospitalarias prolongadas. Por tanto, la edad avanzada se asocia a un incremento de ISQ (6,7).
Desnutrición
La desnutrición disminuye la producción de anticuerpos, la respuesta de los linfocitos, los niveles del complemento, así como la función de las células fagocíticas, por tanto, se asocia a mayor susceptibilidad a infecciones (4,6).
Obesidad
Algunos estudios muestran la obesidad como un factor de riesgo muy importante en la ISQ y este riesgo se incrementa en caso de obesidad mórbida y, en general, es debido a la necesidad de incisiones más amplias, peor vascularización del tejido subcutáneo y alteraciones en la acción de antibióticos profilácticos debido al tejido graso (4,6).
Diabetes
Las personas con diabetes sufren una mayor incidencia de complicaciones postoperatorias y mortalidad postquirúrgica. La complicación postoperatoria más frecuente es la infección de la herida. Niveles de glucemia superiores a 200-230 mg/dl durante la intervención o el postoperatorio inmediato aumentan el riesgo de infección. Esta hiperglucemia favorece las infecciones producidas por hongos y bacterias. Además, la patología diabética (alteraciones vasculares, neuropatía) motivan hipoxia, isquemia, lesiones por presión, etc., que limitan los mecanismos de defensa del organismo. Algunos protocolos recomiendan el uso de infusiones intravenosas continuas de insulina en el preoperatorio (6,8,9).
Inmunosupresores
Aunque los datos que apoyan la relación entre pacientes sometidos a quimioterapia, radioterapia o corticoides antes de la intervención y la ISQ son contradictorios, estos pacientes pueden presentar una mayor incidencia de infecciones (6).
Enfermedades asociadas
La existencia de comorbilidad expresada por valores ASA (sistema de clasificación que utiliza la American Society of Anesthesiologists para estimar el riesgo que plantea la anestesia para los distintos estados del paciente) es uno de los tres principales factores de riesgo de ISQ. Una valoración ASA III, IV y V está presente en una frecuencia alta en pacientes con ISQ. Este indicador es reconocido como factor de riesgo intrínseco de infección, agregando un factor predictivo de infección quirúrgica según el National Nosocomial Infections Surveillance (NNIS) (6,10) (Tabla 1).
Factores de riesgo exógenos
Ducha preoperatoria
La ducha preoperatoria ha demostrado una reducción de la contaminación bacteriana en la piel, pero a pesar de su eficacia, ningún estudio ha podido asociar esta reducción en la colonización con una menor incidencia de ISQ (3,11). Aunque es una práctica recomendable, el tipo de jabón que debe usarse es un tema aún no resuelto. No existen diferencias entre agua y jabón con soluciones antisépticas, aunque las guías para la prevención de la infección publicadas por los CDC recomiendan el jabón con gluconato de clorhexidina al 4%. Otros estudios recomiendan el uso de jabones a base de alcohol por la reducción significativa de la flora transitoria y normal de la piel (12,13). No obstante, el baño debe realizarse lo más cercano a la intervención quirúrgica. Los pacientes que se vayan a someter a cirugía mayor ambulatoria deberán recibir instrucciones claras y precisas sobre las medidas higiénicas a hacer en el domicilio (14).
Eliminación del vello
Históricamente se ha eliminado el vello de la piel mediante diversos medios como cuchillas o máquinas de afeitar, produciendo lesiones microscópicas que facilitan la posterior colonización por bacterias e incrementando el riesgo de infección (14). Según diversos estudios, no hay diferencias en las ISQ entre los pacientes que se les eliminaron el vello y los que no antes de la cirugía. La menor tasa de infección se obtiene cuando no se corta el vello (3,6). Cuando se crea conveniente, el corte con maquinilla eléctrica con cabezal recambiable y las cremas depilatorias producen menor infección que el rasurado, debiéndose realizar poco tiempo antes del inicio de la intervención debido a que la carga bacteriana en la zona del rasurado aumenta en relación al tiempo transcurrido (15). Dado el bajo coste de estos sistemas y la comodidad de uso para el personal, no hay ninguna razón para que no se implemente su empleo de forma generalizada.
Lavado de manos
La higiene de manos es la medida de prevención más eficaz y la más olvidada para evitar la transmisión de microorganismos. Diversos estudios demuestran que el cumplimiento de la higiene de manos durante la atención a los pacientes reduce la infección nosocomial (14). El lavado quirúrgico de manos es la medida de prevención cuya técnica más ha cambiado en los últimos años. En la desinfección quirúrgica de las manos se deben tener en cuenta algunos aspectos como que la fricción de la piel con cepillo esta absolutamente desaconsejada debido a las lesiones que produce, recomendando la fricción con la palma de la mano o con esponja jabonosa de un solo uso. El cepillo solo debe usarse para la limpieza de uñas y en el primer lavado del día. El tiempo del lavado de manos quirúrgico debe ser entre 2 y 6 min; más tiempo no tiene ningún beneficio. En cuanto al tipo de solución más adecuada, no existe evidencia clara entre el uso de povidona yodada al 7,5-10% o clorhexidina al 4% (12,16).
Solución empleada para la limpieza de la piel del campo quirúrgico
La desinfección de la piel de la zona operatoria siempre debe realizarse inmediatamente antes del inicio de la intervención (4). Actualmente se dispone de gran variedad de antisépticos, aunque en España los más usados son los alcoholes, el gluconato de clorhexidina y los yodóforos (Tabla 2). El debate sobre el antiséptico más eficaz sigue abierto. Diversos estudios recuerdan el importante papel del alcohol asociado a antisépticos. La comparativa entre gluconato de clorhexidina-alcohol contra povidona yodada-alcohol no está resuelta (17). Cualquier antiséptico que se emplee debe actuar durante 2-3 min y ha de dejarse secar antes de colocar los paños quirúrgicos. No es infrecuente observar cómo se seca el campo quirúrgico sin respetar los tiempos de secado ante la premura de iniciar la intervención. Los antisépticos alcohólicos deben ser de baja concentración y se han de dejar evaporar para disminuir el riesgo de quemadura con el uso del bisturí eléctrico. No hay que usar peróxido de hidrógeno (0,3%), ya que no es apropiado para la preparación del paciente; ni productos que contengan compuestos de amonio cuaternario puesto que son desinfectantes y no deben usarse como antisépticos compuestos que contengan mercurio por su elevada toxicidad. Se recomienda el uso de alcohol para la extracción de hemocultivos y la clorhexidina-alcohol para la inserción de catéteres venosos (3,9,11,18,19).
Protectores de la herida quirúrgica
La piel del paciente es una de las principales fuentes de microorganismos causantes de la ISQ. El uso de campos de incisión de plástico y adherentes sirven para proteger la piel y la pared abdominal de desecación, traumatismos y contaminación. Se ha demostrado la reducción en el inóculo de la herida al final de la intervención con su uso, aunque según el tipo utilizado no siempre se correlaciona con menor incidencia de ISQ. Los plásticos adhesivos sobre el campo quirúrgico intentan minimizar la contaminación de la herida con gérmenes cutáneos, aunque la literatura científica presenta conclusiones divergentes acerca de la eficacia de estos campos en el control de la contaminación y de la ISQ (12,20,21). Las compresas y tallas de algodón mojadas son permeables a las bacterias en pocos minutos.
Suturas
Los monofilamentos son menos propensos a contaminarse que los trenzados. En los últimos, las bacterias consiguen mayor adherencia y la capacidad fagocítica de las células del huésped disminuye. Las suturas continuas se asocian a menor riesgo de infección que las interrumpidas. Algunos estudios sugieren que las suturas impregnadas con triclosan reducen la ISQ incisional y órgano-cavitaria (3,11).
Drenajes
Los objetivos de un drenaje son eliminar el exceso de fluidos de una cavidad y el control de una anastomosis. Existe numerosa evidencia que pone en duda su utilidad o demuestra un efecto negativo del drenaje en cirugía abdominal y extraabdominal. Se deben evitar los drenajes, pero en caso de utilizarlos deben ser cerrados, unidireccionales y aspirativos (6,12).
Profilaxis antibiótica
La profilaxis antibiótica debe conseguir niveles de antibiótico en los tejidos por encima de la concentración mínima inhibitoria de los gérmenes antes de que estos contaminen el sitio quirúrgico. Por ello, se ha de administrar dentro de los 30 min previos al inicio de la intervención. En general, la profilaxis no está indicada en cirugía limpia, por un riesgo de ISQ menor del 2%. Una única dosis de antibiótico profiláctico es tan efectiva como múltiples dosis. Un uso prolongado, no solo no aporta beneficios, sino que aumenta el riesgo de desarrollo de resistencias (2,3,6,9,14). Es más importante la redosificación intraoperatoria que la prolongación de la profilaxis tras la intervención. Las indicaciones de redosificación son la pérdida sanguínea superior a 1.500 ml y la prolongación de la operación mas de dos veces la vida media del antibiótico (Tabla 3).
Temperatura corporal
La hipotermia moderada (34-36 ºC) se asocia a ISQ, comprobándose que multiplica hasta por seis el riesgo de infección de la herida en cirugía limpia. La explicación más aceptada es la vasoconstricción causada por la hipotermia, que reduce el flujo sanguíneo al tejido celular subcutáneo (3,6). Los mecanismos para mantener la temperatura corporal deben ser sistémicos y locales, incluyendo la administración de fluidos intravenosos calientes, uso de lámparas emisoras de calor y mantas térmicas (9).
Glucemia
En estudios sobre hiperglucemia e ISQ, el mantenimiento de niveles de glucemia entre 120 y 160 mg/dl durante los primeros 2-3 días postoperatorios reduce el riesgo de ISQ. Se recomienda la monitorización de la glucemia postoperatoria, sobre todo en los pacientes con diabetes, manteniendo los niveles por debajo de 180 mg/dl (3,6,9).
Fluidoterapia
La hiperhidratación intraoperatoria produce edemas que dificultan una correcta cicatrización, lo que conlleva un aumento de ISQ. La restricción de fluidos se asocia a menor incidencia de ISQ. Además, la necesidad de transfusión sanguínea se asocia a mayor incidencia de ISQ, lo que se traduce en una peor recuperación postoperatoria (3,4,6).
Técnica quirúrgica, tiempo quirúrgico y reintervención
La mayor parte de las infecciones quirúrgicas son el resultado de la contaminación de la herida durante la intervención. La habilidad del equipo quirúrgico para minimizar la contaminación bacteriana de la herida es crucial. La duración excesiva de la intervención, el trauma ocasionado, hemostasia incorrecta, drenajes, tensión en las suturas, isquemia, tejidos necróticos, creación de hematomas o seromas, o falta de cumplimiento de las medidas de asepsia durante la intervención son factores críticos que contribuyen a la contaminación y aparición de ISQ. La incisión de la piel con bisturí eléctrico aumenta significativamente el riesgo de infección, por lo que debe utilizarse el bisturí frío para la incisión dérmica. La inserción de cualquier tipo de implante protésico tiene un efecto negativo sobre el sistema de defensa del huésped, por lo que su uso se asocia a mayor riesgo de ISQ. Las técnicas laparoscópicas y endoscópicas reducen este índice hasta tal punto que se ha modificado el cálculo del índice de riesgo para algunos procedimientos quirúrgicos. La reintervención incrementa el riesgo de ISQ en 7,6 veces, siendo la causa de reintervención más frecuente el sangrado (2,3,6,8,14).
Otros factores
Medio ambiente y circuitos de quirófano
Se debe reducir la circulación, actividades y número de personas en las áreas quirúrgicas, puesto que el aumento de las mismas influye en el número de microorganismos potencialmente capaces de producir infecciones. Se tienen que mantener cerradas las puertas durante los procedimientos, el sistema de ventilación funcionando todo el día (incluso si no hay actividad) y según el tipo de cirugía se establecerán los requerimientos necesarios de temperatura, humedad, número de renovaciones de aire, presión, etc. No estarán permitidos elementos de almacenaje de materiales dentro del quirófano. Además hay que exigir al personal el uso de ropa limpia, gorro y mascarilla. Se deben definir claramente los espacios de limpio (quirófanos, antequirófanos y área de lavado de manos), semilimpios (pasillos, zonas de descanso, sala de reanimación) y sucios (vestuarios, recepción de enfermos, sala de información). Tras cada intervención y al final de la jornada se establecerán los protocolos de limpieza adecuados (12,14).
Discusión y conclusiones
Los numerosos factores de riesgo que contribuyen a la infección del sitio quirúrgico han sido ampliamente estudiados, si bien se precisan más estudios que demuestren mayor evidencia científica sobre la influencia de algunos de esos factores en la ISQ. La mayoría de estos se inician en el momento de la cirugía. Sus principales determinantes son el personal sanitario involucrado, el patógeno y el paciente, por este orden (6,14).
La evidencia científica analizada en este estudio muestra que existen una multitud de factores que pueden alterar los mecanismos de defensa del huésped. Estos factores de riesgo que originan estas infecciones pueden ser intrínsecos del propio paciente (atributos individuales de cada paciente como patologías asociadas, edad, obesidad, etc.) o bien extrínsecas (características generales sobre las que puede influir tanto el personal sanitario como el sistema sanitario) (4,8).
En los últimos años se han diseñado listados de verificación (checklist) para asegurar la correcta aplicación de una serie de parámetros perioperatorios. Según la OMS, el cumplimiento de estos listados demostró una disminución de la mortalidad perioperatoria y una reducción de la tasa de complicaciones (3).
Evitar todos los riesgos es poco probable porque algunos de ellos son inherentes al paciente o a las prácticas sanitarias, sin embargo muchos sí podrían modificarse. El conocimiento de los factores de riesgo y la adherencia a las medidas de prevención (Tabla 4) que gocen de buena evidencia científica conducen a mejorar del proceso quirúrgico, a disminuir la tasa de infección y, con ello, a elevar la calidad de la atención quirúrgica (3,4).
Financiación
Ninguna.
Conflicto de intereses
Ninguno.
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