Medidas no farmacológicas en personas hipertensas atendidas en una consulta de Enfermería en Atención Primaria

Sección: Originales

Cómo citar este artículo

Mota Pérez B, Mendibil Crespo LI. Medidas no farmacológicas en personas hipertensas atendidas en una consulta de Enfermería en Atención Primaria. Metas Enferm feb 2017; 20(1): 26-32. DOI: https://doi.org/10.35667/MetasEnf.20.1003081014

Autores

Beatriz Mota Pérez1, Luis Ignacio Mendibil Crespo2

1Enfermera. Centro de Salud Deusto. Organización Sanitaria Integrada (OSI) Bilbao-Basurto. Osakidetza
2Médico Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria (UDMAFyC) de Bizkaia. Osakidetza

Contacto:

Beatriz Mota Perez. C/ Lehendakari Aguirre, 10-5º izq. 48014 Bilbao.

Email: beatrizmotaperez@gmail.com

Titulo:

Medidas no farmacológicas en personas hipertensas atendidas en una consulta de Enfermería en Atención Primaria

Resumen

Objetivo: describir los estilos de vida (actividad física, tabaco, alcohol, alimentación saludable, restricción en la ingesta de sal y peso) en personas con hipertensión arterial (HTA), teniendo en cuenta las recomendaciones de salud; y explorar su percepción sobre el consejo sanitario dado por su médico o enfermera para la realización de estas medidas no farmacológicas.
Método: estudio descriptivo transversal. Se estudiaron 128 sujetos elegidos al azar de 191 personas con hipertensión en Atención Primaria. Variables: actividad física; consumo de tabaco; consumo de alcohol; dieta mínima saludable; consumo sal común; índice de masa corporal (IMC); percepción del peso y estilos de vida; estilos vida saludables; consejo sanitario recibido.
Resultados: participaron 121 personas. Actividad física mínima saludable: 60% (IC95%:51-69%); realizaba la deseada un 33% y un 70% declaró consejo sanitario. No fumaba el 89% (IC95%: 83-95%); consejo sanitario en un 83%. Un 75% (IC95%: 67-83) declaró ser “no bebedor de riesgo”, un 76% había recibido consejo sanitario; en los bebedores con riesgo, un 47% había disminuido el consumo. La dieta mínima saludable era seguida por un 43% (IC95%: 32-52%). Un 74% (IC95%:65-82%) decía hacer un consumo de sal común menor de 5 g/día para cocinar, y un 82% había recibido consejo sanitario; un 28% hacía un consumo de alimentos con sal oculta 28%. El 64% (IC95%: 55-73) no tenía obesidad y un 75% había recibido consejo sanitario; el 40% percibía adecuado su peso. El 11% tenía estilos de vida saludables.
Conclusiones: más de la mitad de las personas con HTA tienen estilos de vida saludables, excepto en dieta mínima saludable, pero solo un 11% tenía todos los estilos de vida saludables. Los pacientes confirman que escuchan las recomendaciones de los profesionales. Este trabajo ha permitido comprobar la contribución de la enfermera en Atención Primaria.

Palabras clave:

estilos de vida ; medidas no farmacológicas ; Hipertensión arterial ; enfermería comunitaria ; Atención Primaria de salud

Title:

Non-pharmacological measures in persons with hypertension seen at a Primary Care Nursing Unit

Abstract:

Objective: to describe lifestyles (physical activity, smoking, alcohol, healthy diet, restriction in the intake of salt, and weight) in persons with hypertension (HT), taking into account health recommendations; and to explore their perception about the health advice given by their doctor or nurse for conducting these non-pharmacological measures.
Method: a transversal descriptive study, including 128 subjects randomly selected from 191 persons with hypertension seen at Primary Care. Variables: physical activity; smoking; alcohol intake; minimum healthy diet; common salt intake; BMI; perception of weight and lifestyles; healthy lifestyles: healthcare advice received.
Results: the study included 121 persons. Minimum healthy physical activity: 60% (CI95%:51-69%); 33% conducted the desired activity, and 70% declared healthcare advice. There was 89% of non-smokers (CI95%: 83-95%); healthcare advice in 83%. 75% of the participants (CI95%: 67-83) declared not being “high-risk drinkers”. 76% had received healthcare advice; 47% of high-risk drinkers had reduced their alcohol intake. The minimum healthy diet was followed by 43% (CI95%: 32-52%); 74% (CI95%:65-82%) stated that their intake of common salt was below 5 g/day for cooking, and 82% had received healthcare advice; 28% ate food with hidden salt. There was a 64% (CI95%: 55-73) of participants without obesity, and 75% had received healthcare advice; 40% of them perceived their weight as adequate. 11% of participants led healthy lifestyles.  
Conclusions: over half of persons with HT led healthy lifestyles, except in terms of minimum health diet, but only 11% showed all healthy lifestyles. Patients confirmed that they listen to the recommendations by professionals. This study has allowed to confirm the contribution by the Primary Care nurse.

Keywords:

Lifestyles: non-pharmacological measures; Hypertension; community nurse; Primary Care

Introducción

La hipertensión arterial (HTA) constituye un importante problema de salud pública. Estudios de ámbito mundial, europeo y español, refieren prevalencias en la población general entre 30% y 45% (1-3). En España, en edades medias se llega al 40% y en los mayores de 60 años a más del 60% (3).

El escaso control conseguido de determinados factores de riesgo cardiovascular hace que más de la mitad de la población española con algún factor conocido no cumpla los objetivos terapéuticos (4).

Hoy en día los criterios de prevención, control y tratamiento de la HTA están consensuados por la comunidad científica y descritos en las Guías de Práctica Clínica (GPC) (2,5-7), donde se aconsejan, con diferentes niveles de evidencia, las medidas no farmacológicas centradas en los estilos de vida saludables como parte del tratamiento. Los cambios en el estilo de vida pueden retrasar o prevenir el tratamiento farmacológico en pacientes con HTA de grado 1 y contribuir a la reducción de la presión arterial en pacientes hipertensos en tratamiento farmacológico, lo que permite una reducción de número y dosis de fármacos antihipertensivos (7).

El consejo sanitario ayuda a la promoción y la prevención de la salud e integra de manera sistemática la intervención sobre el estilo de vida saludable en la práctica clínica de los profesionales de Atención Primaria. Educar no es informar y tampoco persuadir, es facilitar que las personas desarrollen capacidades que les permitan tomar decisiones conscientes y autónomas (8,9).

Los diferentes consensos y las GPC sitúan a la Enfermería de Atención Primaria como pilar fundamental en el trabajo con los pacientes (1,2,5,10-12), a través de la identificación de sus estilos de vida, reconociendo sus posibilidades de cambio y proporcionando un plan de cuidados individualizado (5).

Se sabe la dificultad que supone para las personas con HTA el cumplir todas las medidas, así como el seguimiento, control y evaluación de las mismas. La idea de explorar los estilos de vida en su conjunto (actividad física, tabaco, alcohol, dieta saludable, consumo de sal y peso) en las personas con HTA que se atienden en el centro de estudio nace precisamente de la escasez de trabajos en relación a la labor enfermera en esta cuestión, y los cuales son necesarios para mejorar la práctica. A partir de los hallazgos de este estudio se presenta la posibilidad de medir indicadores de salud de la situación de los pacientes y poder trazar su evolución en el tiempo (8).

El objetivo de este trabajo fue describir los estilos de vida relacionados con la actividad física, el tabaco, el alcohol, la alimentación saludable, la restricción en la ingesta de sal y el peso en las personas con HTA, teniendo en cuenta las recomendaciones de salud. También se pretendió explorar la percepción de estos pacientes sobre el consejo sanitario dado por su médico o enfermera para la realización de estas medidas no farmacológicas.

Método

Se realizó un estudio descriptivo transversal en personas que estaban diagnosticadas de HTA en un cupo médico del centro de salud de Deusto en la ciudad de Bilbao. Tras eliminar los fallos de registros y aplicar los criterios de exclusión (quienes no habían acudido al centro durante el año 2013, tenían incapacidad grave física o psíquica o eran profesionales sanitarios), 191 personas componían la población objeto de estudio.

Se estimó un tamaño muestral de 128 personas (proporción esperada del 50%, precisión del 5% y nivel de confianza del 95%; cálculo realizado con Epidat 3.1) que fueron seleccionadas por muestreo simple aleatorio, sustituyendo por el siguiente paciente cuando no se localizaba en las tres llamadas telefónicas.

Las variables del estudio fueron:

  • Sociodemográficas: edad y sexo.
  • Realización de la actividad física aeróbica saludable (autodeclarada): debía incluir al menos tres sesiones semanales de 45 minutos de duración, o ejercicio de intensidad moderada durante un mínimo de 30 minutos durante cinco días a la semana, o vigorosa actividad de un mínimo de 20 minutos en tres días cada semana (13).
  • Actividad física deseada: según su periodicidad deseada (siempre, muchas veces, pocas veces o nunca).
  • Consumo de tabaco en los últimos 12 meses: no fumador (quien no había fumado), fumador ocasional (quien fumaba alguna vez, no diario, incluye a los exfumadores en proceso), fumador (quien fuma al menos un cigarrillo/día) (14).
  • Exposición al humo del tabaco: nunca, pocas veces, muchas veces, siempre (14).
  • Consumo de alcohol: se identifica como abstemio al no bebedor de alcohol, el bebedor de bajo riesgo (varón hasta 17 UBE/semana, mujer hasta 11 UBE/semana), de alto riesgo (varón entre 17 y 28 UBE/semana, mujer entre 11y 17 UBE/semana) o riesgo peligroso (varón más de 28 UBE/semana, mujer más de 17 UBE/semana) (15).
  • Percepción de consumo de alcohol en los últimos 12 meses: si había aumentado o no.
  • Dieta saludable: consumo diario en los últimos siete días de los grupos de alimentos recomendados en la Pirámide de Alimentación, y no consumir a diario los alimentos recomendados como ocasionales (16).
  • Consumo mínimo saludable diario para cada grupo de alimentos: la ingesta de los alimentos saludables de cada grupo a diario (16).
  • Consumo del grupo de alimentos: frutas o verduras u hortalizas: el número de personas que consumen a diario cualquiera de estos alimentos medidos en una semana.
  • El consumo limitado de sal común a 5 g/día, en su alimentación: a partir de la percepción de la utilización de la sal consumida en un día, tras enseñarles la muestra de 5 g (17); la utilización de la sal en la cocina, nunca, solo para cocinar, solo en la mesa, ambas; el consumo diario del grupo de alimentos de sal oculta (conservas, embutidos, preparados industriales o quesos) en los últimos siete días.
  • La percepción de la realización de la dieta para personas con hipertensión y de la dieta saludable.
  • Peso: índice masa corporal (IMC) (bajo peso, normopeso, sobrepeso, obesidad).
  • Percepción de tener un peso adecuado: sí/no.
  • Estilos de vida saludables: cumplimiento mínimo saludable de actividad física, no fumador en los últimos 12 meses, abstemio o bebedor moderado de alcohol, dieta saludable, consumo de sal < 5 g/persona, y el IMC normopeso.
  • La percepción por parte del paciente de la intervención del médico o enfermera dando consejo para la actividad física, tabaco en fumadores, alcohol, consumo de sal y peso.

Los datos se obtuvieron a través de un cuestionario de elaboración propia de preguntas cerradas (Anexo 1). Se les pidió permiso verbal para la realización del cuestionario.

El periodo de la recogida de datos fue de diciembre de 2013 a abril de 2014 y la entrevista la llevó a cabo la enfermera autora de este trabajo, y marcó las respuestas de acuerdo con el paciente en cada casilla del cuestionario.

Para el tratamiento y análisis de los datos se estimaron medias, desviación estándar (DE) y proporciones. Para el análisis bivariante se utilizó la prueba Chi cuadrado para la comparación de variables cualitativas, y ANOVA o U de Mann-Witney (en caso de no cumplir normalidad) para la comparación de variables cuantitativas. Se calcularon intervalos de confianza al 95% de seguridad (IC95%). Se utilizó el programa SSPSS v22.

Resultados

De las 128 personas seleccionadas, siete fueron no respuesta (5%), con lo que se estudió a 121 personas; el 53% mujeres. La edad media fue de 74 años (DE: 11), siendo la mínima de 46 años y máxima de 95 años.

La actividad física mínima saludable era llevada a cabo por el 60% (IC95%: 51-69). La actividad física que deseaban “siempre” era realizada por un 33%. En quienes no hacían actividad física había más personas que desearían realizarla que entre en quienes la hacían (p< 0,001). Recibió consejo del médico o la enfermera el 70% (Tabla 1).

No fumaba el 89% (IC95%: 83-95). La exposición al humo “nunca o pocas veces” se producía en el 91%. Un 83% de los fumadores recibió consejo del médico o de enfermera (Tabla 1).

En cuanto al consumo de alcohol, un 75% (IC95%: 67-83) era abstemio o bebía moderadamente; bebedor de alto riesgo era el 12% y bebedor de riesgo peligroso, el 12%. Percibía que bebía menos en los últimos 12 meses el 24%; no había variado el consumo el 74%, y consumía más el 2%. El 47% (n= 14) de los que consumía niveles de alto riesgo y peligroso decía haber disminuido su consumo en los últimos 12 meses. Recibió consejo del médico o la enfermera el 76% (Tabla 1).

La dieta saludable era llevada a cabo por el 43% (IC95%: 32-52) (Tabla 1). El consumo diario por grupo de alimentos se describe en la Tabla 2. El consumo de frutas, verduras u hortalizas fue el 93%. La percepción de realizar una dieta saludable fue del 81% y la percepción de llevar la dieta para HTA fue del 44% (Tabla 1).


Creía que consumía menos o igual de 5 g/día de sal común el 74% (IC95%: 65-82). Pensaba que restringía el consumo de sal común el 71%. Utilizaba la sal solo para cocinar el 86%. El consumo excesivo declarado de alimentos de sal oculta fue del 28%. El 50% de los que consumía < 5 g/sal/día por persona respondió no realizar una dieta para HTA. Decía haber recibido consejo sobre la restricción de la sal por parte de su médico o enfermera el 82% (Tabla 1).

No tenía obesidad el 64% (IC95%: 55-73); siendo normopeso el 21%, sobrepeso el 44%. Era obeso el 36%. Tenía la percepción de su peso como adecuado el 40%. Había diferencias estadísticamente significativas en la percepción del peso adecuado y los niveles que tenían de IMC (p< 0,001). Recibió consejo del médico o la enfermera sobre el peso el 75% (Tabla 1).

No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre la edad y cada una de las siguientes variables: actividad física; fumar; consumo alcohol; dieta saludable; consumo de sal y obesidad (p> 0,05).

Los seis estilos de vida saludables de manera conjunta los cumplían el 11% (Gráfico 1).

Discusión y conclusiones

Se destaca en este estudio la importante obesidad detectada, la actividad física no realizada por una tercera parte y la alimentación saludable que ha sido llevada a cabo por algo menos de la mitad de las personas. Sin embargo, en cuanto a los estilos de vida sobre el tabaco, la exposición al humo, el alcohol y el consumo de sal, decían realizarlas saludablemente una gran mayoría.

En cuanto al consejo sanitario individual, los pacientes confirman, en general, la escucha a las recomendaciones de los profesionales. Cabe mencionar que parecía relevante el preguntar por el consejo médico o de la enfermera, ya que en la práctica lo dan ambos profesionales y se trabaja en equipo.

Hay que resaltar que las personas que dicen realizar todas estas medidas de forma adecuada necesitan tiempo, ser constantes y se trata de una población mayoritariamente envejecida.

Ante la dificultad que se ha tenido para encontrar estudios que midan estas conductas de salud en personas con hipertensión con años de interacción en la consulta de Enfermería, se ha comparado algunos resultados con la población general cercana de esa edad.

La actividad física era similar a la de la comunidad autónoma vasca (CAV), 64% para 65-74 años y 52% para los >75 (18). Las personas con hipertensión fumaban un 11%, dato que era inferior al de la CAV, con el 17% en 65-74 años y 12% en > 75 años (18). Sin embargo, superior al de España con 12% de 65-74, el 5% 75-84 y el 3% > 85 años (19). En lo que respecta a la exposición al humo del tabaco, parecía algo superior, el 9% en el estudio, contra el 8% en 65-74, el 5% 75-84 y el 6% > 85 en España (19).

En cuanto a los bebedores de riesgo, no se puede decir que sean diferentes a los de la CAV, en su encuesta consideran a riesgo consumos mayores y sus cifras son de 32% para 65-74 años y de 16% para > 75 años, mientras en el presente estudio son un 25% (18).

Casi dos terceras partes realizaba un consumo menor de 5 g/sal/día por persona. Sin embargo, otros estudios en España, utilizando muestras de orina de 24 horas, han demostrado que el consumo medio de sal es de 9,7 g/día y persona (20). Quizás, al valorar subjetivamente la muestra de sal en la cucharadita de café de 5 g de sal común como consumo diario, fuese poco preciso.

La obesidad detectada, 36%, era superior a la de la prevalencia referida en la población de mayores de 65 años en las encuestas de salud de España donde se cifra en 24% para 65-84 años y 17% para > 85 años (19) y en la del País Vasco con 19% en 65-74 años y 18% en > 75 años (18). Aunque un estudio específico sobre obesidad llevado a cabo en España en 2014 habla de un 35% en > 65 años (21).

Algunos aspectos han podido influir en el resultado del estudio, como que la entrevista la realizaba la misma enfermera responsable de los cuidados; por otro lado, no se precisa en el consumo de pescado si era blanco o azul.

Es pertinente seguir con esta línea de investigación focalizada en la consulta de Enfermería en Atención Primaria y también analizar la evolución de los pacientes en estos estilos de vida o medidas no farmacológicas.

Este trabajo ha permitido comprobar la contribución de la enfermera en Atención Primaria. Es preciso seguir desarrollando Educación para la Salud, para ayudar a favorecer la autonomía y el cuidado de las personas hipertensas, procurando mejorar los indicadores que determinan el cumplimiento de los estilos de vida.

Financiación

Ninguna.

Conflicto de intereses

Ninguno.

Bibliografía

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