Investigación y género

Sección: Editorial

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Francisco del Rey C. Investigación y género. Metas Enferm may 2019; 22(4):3

Autores

Cristina Francisco del Rey

Doctora. Profesora en la Universidad de Alcalá.
Departamento de Enfermería.

Titulo:

Investigación y género

La IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, tuvo como fin propiciar mejoras para todas las mujeres del mundo. Este acontecimiento puede considerarse un importante hito en el reconocimiento de los derechos de las mujeres pero, sin embargo, datos recientes ponen de manifiesto que sigue existiendo una brecha de género en todos los niveles sociales y en todos los ámbitos en los que convivimos mujeres y hombres.

Uno de estos ámbitos es el de la investigación en general y el de los temas relacionados con la salud de las mujeres en particular.

Todavía se desarrollan estudios en los que ni siquiera se desagregan los datos por sexo, a pesar de las recomendaciones del, entonces, Ministerio de Sanidad y Consumo para el Servicio Nacional de Salud, que en su Plan de Calidad de 2006 propició la revisión de los sistemas de información en salud para que los datos fueran desagregados por esta variable. Por supuesto, la consideración en los estudios de la variable sexo como factor de riesgo diferencial entre mujeres y hombres es excepcional, mientras que las causas y las consecuencias de la enfermedad son diferentes entre ambos.

La excepción está, en nuestro entorno, en mujeres comprometidas en investigaciones en salud y género o con perspectiva de género, tales como Concha Colomer o Carmen Valls, así como Lucía Mazarrasa, de las que es necesario destacar sus trabajos sobre salud y género o sobre diferentes aspectos de salud con perspectiva de género.

Es imprescindible comenzar a investigar con esta perspectiva porque las mujeres representamos la mitad de la población y no sería justo dejar fuera del progreso que supone la investigación a las mujeres, que constituyen un sector social con mayor vulnerabilidad que los hombres en todos los indicadores de desarrollo humano y en todos los aspectos de la vida, a excepción de la esperanza de vida, que es más larga para estas, aunque tienen una peor calidad. Esta perspectiva es necesaria, además, cuando está ampliamente demostrado que las mejoras que experimentan las mujeres tienen un impacto más positivo en la familia y en la comunidad que cuando la mejora afecta a los hombres.

Los estudios epidemiológicos se han desarrollado de forma sostenida únicamente con hombres. Además, los ensayos clínicos con mujeres son muy escasos, sobre todo en investigaciones en las que el sexo interviene como una variable de incidencia fundamental, como en el caso de los estudios sobre las dosis, los efectos secundarios y la eficacia de los medicamentos. Esto sucede también, por ejemplo, en las investigaciones sobre las enfermedades coronarias, lo que tiene unas consecuencias muy negativas para el diagnóstico de este tipo de dolencias cuando quien las padece es una mujer.

Siguiendo con el ejemplo de las enfermedades coronarias, por ser uno de los más estudiados por autoras como Bernardien Healy, cuando se incorporan mujeres en estos estudios se consideran variables clásicas como tabaquismo, hiperlipidemia e hipercolesterolemia; sin embargo, no se han considerado variables de género como la sobrecarga desigual en el cuidado de la familia y el trabajo doméstico, la percepción de ingresos o el tipo de trabajo remunerado, por ejemplo. En el ámbito de los cuidados enfermeros la investigación con perspectiva de género es imprescindible por los aspectos culturales que rodean las prácticas que conllevan.

Para comprender los fenómenos que ocurren es necesario llevar a cabo estudios en los contextos en los que viven esas mujeres, en los que las relaciones humanas y la subjetividad juegan un papel fundamental, ya que para visibilizar las vivencias y experiencias de las mujeres es imprescindible su participación activa en la investigación. En el manual El Género en la Investigación, de la Comisión Europea (2009), se desarrollan los elementos esenciales a considerar en el proceso de investigación.

La igualdad de género es una cuestión de Derechos Humanos porque la mujer está discriminada con relación al hombre y la perspectiva de género en las investigaciones ofrece una mirada más real de lo investigado, además de enriquecer los estudios porque permite identificar las situaciones de las mismas. Con ello se contribuye a la igualdad de género, que es una cuestión de justicia, objetivo que adquiere más significado en la medida en la que las realidades a estudiar son más vulnerables. Los ámbitos de la salud y de la universidad deben considerarlo tema de estudio y, por tanto, de investigación.