El pensamiento crítico en las tutoras de práctica clínica del grado de Enfermería

Sección: Editorial

Cómo citar este artículo

Bonilla Aguilar I. El pensamiento crítico en las tutoras de práctica clínica del grado de Enfermería. Metas Enferm jun 2022; 25(5):3-6. Doi: http://doi.org/10.35667/MetasEnf.2022.25.1003081936

Autores

Inma Bonilla Aguilar

Adjunta enfermera de Diagnóstico por la Imagen. Hospital Universitari de Bellvitge. Barcelona (España). PhD Student. Grupo GRIN-IDIBELL.

Contacto:

Email: ibonilla@bellvitgehospital.cat

Titulo:

El pensamiento crítico en las tutoras de práctica clínica del grado de Enfermería

El pensamiento crítico (PC) es un término de interés para la disciplina enfermera frecuentemente investigado, la mayor parte de la evidencia científica se centra en promover el PC de las/os estudiantes de Enfermería o enfermeras noveles (1). Analizando las diferentes definiciones del PC en la literatura científica se puede afirmar que el PC no es un método para ser aprendido. Es un proceso transformador que requiere de habilidades, de conocimientos y de una serie de actitudes o disposiciones, que es contextual, que tiene un propósito y que sobre todo busca la automejora del profesional (2). Para Alfaro-LeFevre (2021) (3) el PC representa un proceso complejo, expuesto a cambios según el contexto, que precisa de un proceso activo de reflexión, emisión de juicios clínicos, resolución de problemas y toma de decisiones. Alfaro-LeFevre define el constructo de PC como la integración de cuatro componentes: características personales; conocimientos, competencias y habilidades intelectuales; competencias y habilidades interpersonales y de autogestión; competencias y habilidades técnicas. Propone una serie de indicadores de PC o descripciones de comportamiento que promueven el PC en la práctica clínica.

El PC incorpora los atributos de reflexión, contexto, diálogo y tiempo, ayudando a la enfermera en prácticas a resolver problemas indeterminados de la profesión. Por lo tanto, en la práctica clínica el PC no solo se enfoca de forma lineal logrando un medio para un fin, sino que el proceso de pensamiento es dinámico e integra cada atributo dentro de las situaciones reales de la práctica clínica. Se precisa reflexionar, interpretar y discutir el contexto para lograr entender nuestras acciones pasadas, presentes y futuras (4).

La profesión enfermera no ha adoptado todavía un estándar para evaluar el PC, lo que dificulta la comparación de resultados de estudios sobre el efecto de determinadas intervenciones relacionadas con el desarrollo del PC (2). Las poblaciones en las que más se ha estudiado el PC han sido enfermeras o estudiantes de Enfermería, la Dra. Zuriguel et al. (1) indica que únicamente el 3,3% de los artículos estudia el PC en docentes enfermeras. Los instrumentos más usados en la investigación educativa de Enfermería son el California Critical Thinking Disposition Inventor (5) y el California Critical Thinking Skills Test (6), pero no tienen un fundamento teórico propiamente enfermero. El cuestionario Nursing Critical Thinking in Clinical Practice (N-CT-4 Practice), diseñado por la Dra. Zuriguel, operativiza el modelo enfermero de Alfaro-LeFevre. El cuestionario, validado en una muestra de enfermeras del ámbito clínico, obtuvo excelentes características psicométricas (2).

En el marco práctico del proceso de aprendizaje de la/el estudiante de Grado de Enfermería, el contexto de la práctica clínica es donde la teoría y la práctica convergen, entendiéndolo como el periodo de formación que pasan las/os estudiantes en contextos laborales propios de la profesión enfermera en este caso y fuera de la universidad, formándose con profesionales de su sector en escenarios de trabajos reales. En el Real Decreto 592/2014, de 11 de julio, se regulan las prácticas académicas externas de las/os estudiantes universitarios, que en su artículo 10 contempla las tutorías y los requisitos para ejercerlas. Las/os estudiantes contarán con una tutora institucional o de empresa de la entidad colaboradora y una tutora académica de la universidad. La tutora institucional, designada por la entidad colaboradora, es una persona vinculada a la misma, con experiencia profesional y con conocimientos necesarios para realizar una tutela efectiva. La tutora académica para las prácticas extracurriculares será preferentemente una profesora de la universidad (7). En el marco del Grado de Enfermería, la formación de las asignaturas de práctica clínica queda vinculada a la universidad ya que es quién define y articula el plan docente, selecciona los diferentes centros hospitalarios con convenio con la universidad donde las/os estudiantes realizarán sus periodos de prácticas clínicas. Por lo tanto, podemos definir a las tutoras académicas como aquellas enfermeras con labor asistencial dentro de las instituciones sanitarias, pero con relación contractual con la universidad. Participan en la formación de las/os estudiantes en las asignaturas de prácticas clínicas, a través de la evidencia y la reflexión de todas aquellas situaciones clínicas, dando ayuda y soporte a la construcción del conocimiento. Esta figura permite la conexión entre la universidad y el centro asistencial, traslada informaciones y documentación en ambos sentidos. Además participa de manera activa en el proceso de aprendizaje práctico de la/el estudiante, en el seguimiento y la evaluación, conjuntamente con las enfermeras de las unidades de destino y el profesorado académico (8). La tutora institucional o de empresa es una enfermera con labor asistencial y actúa como la profesional de referencia durante el aprendizaje práctico del estudiante. Constituye una pieza esencial que guía, potencia y crea entornos positivos de aprendizaje para la/el estudiante. Transmite los conocimientos prácticos curriculares y los relativos a la comprensión del entorno físico y social, y también los valores de la profesión enfermera (8).

El reto de los educadores es poner en práctica metodologías basadas en la información y participación que preparen a los alumnos para tener una práctica exitosa (4). Es muy importante la figura del preceptor en la práctica clínica, puesto que vincula el pensamiento con la acción a través de los atributos del pensamiento crítico ayudando a impartir sabiduría en la práctica (9). Se puede definir al preceptor como aquellas enfermeras con experiencia que orientan a las nuevas profesionales en la práctica, lo que en nuestro entorno clínico docente se conoce como tutora institucional.

Actualmente nos encontramos trabajando en un estudio multicéntrico para validar el N-CT-4 Practice en el ámbito docente, para evaluar la situación actual del PC en los agentes que intervienen en la práctica clínica, tanto en las tutoras institucionales como en las tutoras académicas del Grado de Enfermería. Es de esperar que los resultados representen un hallazgo científico y un aumento de la evidencia actual sobre el tema de estudio. Como medida para mejorar el PC se podrían implementar estrategias específicas de intervención multinivel dirigidas a las tutoras académicas e institucionales para la promoción de habilidades de PC.

Es necesario crear más evidencia respecto a la necesidad de evaluar el PC en tutoras institucionales y académicas de Grado, ¿por qué es necesario incorporar el PC y qué impacto puede tener en las/os estudiantes y futuros profesionales de Enfermería? Es decir, es de esperar que el PC ayudará a las/os estudiantes a conseguir sus objetivos académicos, pero también se traducirá en un futuro en mejorar la atención de calidad y seguridad de los pacientes en aspectos como: empoderamiento del paciente y/o familia, optimizar el proceso de transición de cuidados, detección precoz del deterioro agudo de los pacientes y mejora de la calidad de vida. Por lo tanto, el PC impactará en todos los ámbitos de atención de las personas, ya que el cuidado se realiza desde la reflexión crítica, científica y holística, lo que ayudará a fomentar la autonomía de la disciplina enfermera, además de la visibilización de nuestra profesión pudiendo impactar en el contexto sociopolítico de la sanidad de nuestro entorno (10).

Bibliografía

  1. Zuriguel-Pérez E, Lluch-Canut MT, Falcó-Pegueroles A, Puig Llobet M, Moreno Arroyo C, Roldán-Merino J. Critical thinking in nursing: Scoping review. Int J Nurs Pract. 2015; 21:820-30.
  2. Zuriguel-Pérez E. Evaluación del pensamiento crítico en enfermería: construcción de un cuestionario basado en el modelo circular de Alfaro-LeFevre. Tesis doctoral Evaluación del pensamiento crítico en enfermería: Alfaro-LeFevre. Barcelona: Universitat de Barcelona; 2016.
  3. Alfaro-LeFevre R. Pensamiento crítico, razonamiento clínico y juicio clínico. Un enfoque práctico. 7ª ed. Barcelona: Elsevier España; 2021. p. 5-245.
  4. Forneris SG. Exploring the Attributes of Critical Thinking: A Conceptual Basis. Int J Nurs Educ Scholarsh 2004; 1:Article9. Doi: http://doi.org/10.2202/1548-923x.1026
  5. Facione PA, Facione NC, Giancarlo CA. The California critical thinking disposition inventory test manual (Revised). Millbrae, CA: The California Academic Press; 1998.
  6. Facione P, Facione N. The California Critical Thinking Skills Test: Test Manual. California: Academic Press, Millbrae, CA; 1992.
  7. Real Decreto 592/2014 de 11 julio. Prácticas académicas externas de los estudiantes universitarios. Boletín Oficial del Estado (BOE), núm. 184, de 11 de julio de 2014.
  8. Martínez-Momblan MA, Colina-Torralva J, Basco-Prado LR, Delgado-Hito P, Romero-García M, de la Cueva-Ariza L, et al. Manual de pràctiques clíniques del Grau d’ Infermeria: estades clíniques II. Barcelona: Edicions de la Universitat de Barcelona; 2018.
  9. Forneris SG, Peden-McAlpine C. Creating context for critical thinking in practice: the role of the preceptor. J Adv Nurs. 2009; 65(8):1715-24.
  10. Estrada Zapata K. Pensamiento crítico: concepto y su importancia en la educación en Enfermería. Index Enferm. 2019; 28 (4):204-8.