Introducción

El sentido del humor se considera una actitud relevante en el cuidado del paciente, ya que contribuye a crear un ambiente de confianza que facilita la comunicación y fomenta un entorno cómodo y relajado con el propósito de promover intervenciones efectivas (1). La utilización estratégica del humor mejora las relaciones interpersonales y la comunicación (2). El sentido del humor no se limita a la mera compartición de risas, sino que abarca un concepto vinculado a un contenido específico, situación o respuesta particular, y se manifiesta en diversos contextos clínicos, como servicios oncológicos, cuidados paliativos o residencias geriátricas (3,4).

En la antigüedad, figuras como Hipócrates (460-377 a. C.) y Aristóteles (383-322 a. C.) exploraron cómo el equilibrio de los humores o fluidos corporales (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema) influían en la salud y la estabilidad de la personalidad (5). El concepto amplio del humor busca promover un mundo más amable, humano y divertido (6). Sin embargo, se desconoce cómo se relaciona el humor con la salud. Un ejemplo es el caso de Cousins, quien en la década de 1970 padeció de espondilitis anquilosante y, mediante la utilización de su fuerza interior y el deseo de reír, descubrió que 10 minutos de risa le proporcionaban hasta dos horas de sueño sin dolor, lo que puso de manifiesto la influencia de la risa no solo en la inmunidad química y biológica, sino también en la salud mental y emocional (7,8). La literatura científica presenta divergencias en la definición del concepto de “sentido del humor”, aunque se pueden resumir en tres teorías principales: a) la teoría de la incongruencia, que se refiere a cómo ciertos absurdos o incoherencias resultan en situaciones cómicas; b) la teoría de la superioridad, que se centra en la risa surgida de las desgracias ajenas; y c) la teoría de la liberación de tensión, que sostiene que la risa busca aliviar el malestar y aumentar la actividad del sistema nervioso en un contexto de constante tensión y estrés (9).

El uso del sentido del humor se revela como una estrategia valiosa en el contexto de la relación terapéutica, ya que facilita la aproximación al paciente dentro del vínculo terapéutico. La relación enfermera-paciente es reconocida como un pilar fundamental en la atención de salud, que trasciende la simple prestación de apoyo. Durante esta relación, la inclusión de elementos humorísticos, como una frase humorística o un gesto afectuoso en momentos específicos, puede desempeñar un papel crucial en el fortalecimiento de dicho vínculo. Para desempeñar su rol, las enfermeras deben poseer competencias en diversos aspectos de su profesión, que incluyen la empatía, la autenticidad, la congruencia, la disponibilidad, la escucha sin juicio, además de mantener su propia sensibilidad, sinceridad y ecuanimidad (10,11). En el ámbito de la relación enfermera-paciente, el uso del sentido del humor desempeña una función de vital importancia en la humanización de la atención.

En las unidades de salud mental, donde la relación con los pacientes es especialmente estrecha y se producen numerosas interacciones e impactos emocionales, el sentido del humor contribuye al fortalecimiento del vínculo entre el paciente y la enfermera lo que, a su vez, humaniza la prestación de cuidados (12). La relevancia de este vínculo se refleja en investigaciones que sugieren que el humor, y más específicamente ciertos estilos de humor, pueden conllevar beneficios significativos para la salud mental. Estos beneficios incluyen la capacidad para lidiar con emociones negativas, enfrentar problemas, fomentar la resiliencia y mejorar la calidad de vida en personas enfermas (5,13-15). La risa, como efecto del empleo del humor, se considera un conjunto de características actitudinales con influencia en la interacción humana. Compartir risas con el paciente se experimenta como una vivencia empática y de difícil descripción, aunque es evidente que fortalece la relación entre la enfermera y el paciente (16).

La literatura científica refleja que la utilización del sentido del humor en la relación de ayuda es un aspecto poco estudiado en enfermeras de salud mental, a pesar de existir numerosos estudios en otras áreas, como pacientes oncológicos, pediátricos y psicogeriátricos. Los pacientes perciben positivamente que las enfermeras empleen el sentido del humor (17), ya que el humor se revela como una herramienta de comunicación significativa que humaniza a las enfermeras, establece vínculos y facilita la apertura de canales de comunicación (18). Por tanto, para mejorar la atención enfermera en las unidades psiquiátricas es pertinente valorar la percepción que tienen enfermeras y pacientes sobre el sentido del humor y su influencia en la relación terapéutica enfermera-paciente.

Por todo ello, el objetivo de este estudio fue conocer, en función de la literatura disponible, el significado del sentido del humor entre enfermeras y pacientes en el contexto de servicios de salud mental, así como determinar los factores que facilitan o dificultan el uso del sentido del humor en las unidades de salud mental.

Métodos

Se llevó a cabo una revisión de la literatura (19), en el periodo 2022-2023.

Las búsquedas se realizaron en las bases de datos Pubmed, Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud (LILACS), Base de datos de la American Psychological Association (PsycNet), Cumulative Index of Nursing and Allied Literature Complete (CINAHL) y Web of Science. Se hizo uso de literatura gris, a través del motor de búsqueda Google Académico y de las secciones de referencia de otros artículos. En cada una de ellas se han desarrollado estrategias de búsqueda empleando distintas palabras clave, teniendo en cuenta los descriptores MeSH (20): “Nurse-patient relations”, “mental health”, “wit and humor as topic” y “psychiatric nursing”. Asimismo, se ha utilizado el operador boleano AND para conectar dichos descriptores en las búsquedas (Tabla 1). La búsqueda estuvo comprendida entre los meses de agosto a noviembre de 2022, y la selección de artículos se realizó en los tres meses siguientes.
Se incluyeron todos los artículos publicados desde 2012 hasta noviembre de 2022, publicados en inglés, español o portugués. Se agregó un artículo en coreano por su importancia en relación con el tema, el cual fue traducido con la aplicación Naver Dictionary. La revisión abarcó artículos procedentes de diversos entornos de servicios de salud mental, ya fueran comunitarios u hospitalarios, y aquellos en los que los pacientes tenían una edad igual o superior a 18 años, independientemente de su diagnóstico o problema de salud mental. La población podía estar constituida por pacientes, enfermeras o estudiantes de Enfermería. Se excluyeron aquellos artículos que no se enfocaban en el uso del sentido del humor en la relación entre la enfermera y el paciente.

En el proceso de selección se eliminaron duplicados y aquellos que no cumplían con los criterios de selección según el título, el resumen y, posteriormente, el texto completo. Se desarrolló un formulario de extracción de datos que incluyó información sobre autor/es, año de publicación, país, objetivos, diseño, sujetos y resultados principales (21). Los artículos seleccionados se revisaron en profundidad para poder llevar a cabo análisis de contenido (22), valorando las aportaciones en función de la tipología documental (23,24).

Resultados

Se localizaron 980 artículos, de los cuales se eliminaron 970, seleccionando 10 artículos que se ajustaron a los criterios de inclusión (25-34) (Figura 1). Nueve artículos pertenecían al ámbito internacional (Estados Unidos, Túnez, Corea, Polonia, Irán, Portugal y Dinamarca), excepto uno que se llevó a cabo en España. De los diez estudios seleccionados, únicamente dos aportaron información sobre la perspectiva de los pacientes y su experiencia con el uso del humor, mientras que los restantes se centraron en la perspectiva de las enfermeras. Seis artículos pertenecen al campo de la Enfermería de salud mental, mientras que cuatro son de otros ámbitos de la práctica enfermera. Estos últimos fueron incluidos en la revisión dada sus aportaciones en el contexto de la atención de Enfermería desde la perspectiva del sentido del humor.

En la Tabla 2 se pueden observar las características de los estudios incluidos en la revisión.
Uno de los hallazgos más relevantes de la revisión es que el sentido del humor se considera como un instrumento terapéutico valioso cuando el estilo utilizado es ético, afectuoso, de calidad y va en sintonía con el paciente, pues permite proporcionar ánimo e introducir temas que potencialmente pueden provocar miedo o ansiedad, siendo, además, un elemento que favorece la seguridad y comodidad tanto del paciente como de la enfermera, si la experiencia es positiva durante su uso (25). Se evidencia la importancia de la comunicación desde la perspectiva del humor por parte de las enfermeras, ya que es un tema recurrente en la mayoría de los artículos incluidos en la revisión (26-31). A pesar de este hecho, en la revisión se pueden identificar aspectos o conductas que, dentro de la comunicación en la relación entre la enfermera y el paciente, pueden comprometer la calidad de la relación enfermera-paciente (32-34).

Respecto a los factores que facilitan el uso del humor en la relación enfermera-paciente, Romero et al. (28) subrayan la percepción que tienen las pacientes diagnosticadas con trastorno límite de personalidad de las enfermeras encargadas de su seguimiento, afirmando que les infunden confianza y les brindan un entorno en el cual no se sienten sujetas a juicios en su proceso de enfermedad y recuperación. En esta misma línea, el empleo del humor saludable por parte de las enfermeras especializadas en salud mental incide positivamente en los usuarios, contribuyendo al alivio de sentimientos desagradables, tales como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima. La actitud empática en el cuidado facilita un uso efectivo del humor como recurso terapéutico (26,29). En el contexto de los desafíos cognitivos y relacionales que presentan los pacientes con diagnóstico de esquizofrenia, la incorporación intencionada del humor en las intervenciones terapéuticas se revela como un agente fortalecedor y catalizador del vínculo terapéutico. Además, este enfoque demuestra efectos rehabilitadores al implicar procesos cognitivos, afectivos e interpersonales diversos (25,27). Otra investigación propone un enfoque conceptual sobre el humor y su vínculo con la salud mental, resaltando que las diversas modalidades de empleo del humor, por parte de los profesionales en el ámbito de la salud mental, constituyen una herramienta para contrarrestar el estigma social experimentado por los usuarios de los servicios de salud mental (30).

Los individuos con trastornos por abuso de sustancias a menudo desafían las normativas y continúan consumiendo a pesar de las implicaciones legales, sociales, económicas y de salud. Sin embargo, la integración del humor en la relación entre la enfermera y el paciente podría facilitar el acercamiento a estos individuos y favorecer la sostenibilidad de la abstinencia. Además de mejorar la relación terapéutica y el proceso de recuperación, las investigaciones indican beneficios físicos derivados del uso del humor en individuos con trastornos mentales y adicciones (31). En esta misma línea, el humor tiene un impacto en la liberación de endorfinas, las cuales se asocian con el bienestar, contribuyendo a la serenidad y a regular el sueño (30).

En el ámbito de la comunicación en las intervenciones enfermeras, el sentido del humor destaca como una estrategia vital, particularmente en el contexto de la salud mental. Por consiguiente, se debe promover su uso tanto en la práctica clínica como en la enseñanza de la disciplina (30). En este mismo escenario, resulta fundamental que los estudiantes de Enfermería cuenten con modelos y referentes positivos para el uso del humor desde una perspectiva ética y respetuosa. Se promueve la adopción de una cultura del humor a través de métodos de enseñanza, lo cual puede mejorar el ambiente laboral y enfatizar la importancia del humor en la atención al paciente, tanto para enfermeras como para estudiantes de Enfermería. (25,34).

Entre los factores que dificultan el uso del sentido del humor en la relación terapéutica enfermera-paciente en sala de hospitalización de salud mental, algunos estudios señalan las propias barreras presentes tanto en las enfermeras como en los usuarios y la propia organización. Se sostiene que trabajar en unidades de salud mental genera agotamiento psicológico y una actitud negativa en la relación con los pacientes (32). En una línea similar, Gildberg et al. (33) analizaron las experiencias de 32 profesionales en un centro de salud mental forense, resaltando la complejidad del cuidado y la utilización del sentido del humor por parte de los profesionales como un medio para transmitir poder en sus interacciones con los pacientes. En otros contextos, como las unidades clínicas en países con influencia musulmana, se observa una limitación significativa en el uso del sentido del humor por parte de las enfermeras, principalmente debido a restricciones impuestas por creencias religiosas. Una de las limitaciones que experimentan es la prohibición de emplear el humor con pacientes del sexo opuesto. En esta circunstancia, el empleo del humor por parte de las enfermeras es percibido como inapropiado, generando estigmatización hacia ellas en el entorno de atención clínica (34).

En otros estudios se destaca la introducción del humor ético en la relación enfermera-paciente como un aspecto relevante. Cuando los profesionales de Enfermería interactúan con los pacientes sin una comprensión adecuada de sus contextos complejos, se observa un impacto negativo en la relación. Esto conduce a la prestación de atención de calidad deficiente y deshumanizada, generando potencialmente emociones de ira, resentimiento o estrés tanto en los profesionales como en los pacientes (25,32). Otro aspecto fundamental para tener en cuenta en la utilización del sentido del humor es el entorno laboral, donde las necesidades organizacionales a menudo se consideran prioritarias en comparación con las necesidades de los pacientes. Esto ejerce una presión adicional sobre las enfermeras, quienes expresan dificultades tales como agotamiento laboral, falta de tiempo, sobrecarga de trabajo y bajos ratios de enfermas para atender a los pacientes (32,34).

Discusión y conclusiones

En la revisión de la literatura se ha evidenciado que la utilización del sentido del humor en la relación enfermera-paciente emerge como una estrategia comunicativa que fortalece el vínculo. El empleo del sentido del humor por parte del personal de Enfermería parece incidir positivamente en la percepción de los pacientes, generando en ellos una sensación de aceptación y proximidad auténtica. Asimismo, los pacientes tienden a percibir a las enfermeras que hacen uso del sentido del humor como profesionales auténticas y empáticas, reconociendo su disposición y actitud hacia el cuidado (35,36).

El sentido del humor se presenta como un recurso de considerable importancia, aunque infrautilizado, en la interacción entre enfermeras y pacientes. A pesar de ello, la percepción que tienen las enfermeras sobre el uso del humor es que les permite afrontar eficazmente situaciones desafiantes con los pacientes y fortalece la cohesión tanto entre el personal de Enfermería y los pacientes como entre los propios profesionales. La naturaleza del humor puede ser tanto deliberada como espontánea. Este enfoque multidimensional subraya la relevancia del humor en el ámbito enfermero, demostrando su influencia no solo como un instante de alegría, sino también en la interacción terapéutica y el bienestar tanto de las enfermeras como de los pacientes (28,30,37).

Desde una perspectiva comunicativa, la incorporación de humor por parte de las enfermeras en terapias con pacientes conlleva la generación de sentimientos simultáneos de satisfacción. Esto también crea oportunidades para interacciones sociales, a través de las cuales los pacientes perciben al resto de pacientes como un entorno propicio para el desarrollo del sentido del humor, la mejora de la comunicación y el aprendizaje de habilidades sociales. La utilización de la intervención humorística puede ser especialmente pertinente en el caso de pacientes con esquizofrenia, dado que esta población a menudo enfrenta desafíos significativos en términos de carencia de habilidades sociales, junto con altos niveles de aislamiento social (25,27,38). En este sentido, la comunicación se presenta como una condición esencial para la existencia humana y las interacciones sociales, lo que establece que el sentido del humor constituya una forma adicional de comunicación (39). Aunque el uso del humor no está sujeto a regulaciones específicas, sí es ampliamente aceptado en diversas especialidades clínicas, como Oncología, quirófano, Pediatría y hemodiálisis, debido a su capacidad para mitigar la ansiedad, el temor y la percepción del dolor en los pacientes (40).

Según la literatura revisada, se evidencia la ausencia de una capacitación específica sobre el uso del humor en los programas educativos de Enfermería. Esta falta de formación podría resultar en una relativa inseguridad en su aplicación una vez que los estudiantes se convierten en profesionales de la salud (41,42). Esta carencia formativa podría ser un factor que contribuye al empleo de un humor despectivo y cínico. Se plantea que dirigir este tipo de humor hacia los pacientes sin comprender sus historias complejas y particularidades no solo menoscaba la relación terapéutica, sino que también puede agravar sentimientos de enojo, resentimiento y estrés entre los profesionales de la salud (34). En ese sentido, Ritz and Goldkuhle (43) promueven la integración del humor en la interacción enfermera-paciente, priorizando los intereses del paciente sobre los propios y tomando decisiones sobre cuándo y qué tipo de humor emplear en situaciones específicas. Se desaconseja enfáticamente el uso del humor basado en la frustración, hostilidad o agresividad hacia los pacientes. Las enfermeras consideran fundamental la selección precisa del momento para emplear el sentido del humor, teniendo en cuenta el estado físico, mental, psicológico; el diagnóstico; la evolución de la enfermedad y el contexto cultural del paciente. Factores como la edad temprana, la falta de experiencia profesional en Enfermería, las creencias del paciente y las características de género también influyen en la limitación del uso del sentido del humor por parte de las enfermeras (44,45). En consecuencia, es de suma importancia que las enfermeras realicen un análisis exhaustivo de la naturaleza de la relación enfermera-paciente para poder emplear el sentido del humor de manera apropiada, evitando malentendidos, reduciendo el estrés y las tensiones en la interacción enfermera-paciente (46-49).

La limitación más relevante del estudio deriva de la tipología documental y de las propias que se asocian a una revisión narrativa de este tipo, aunque se llevó a cabo una amplia búsqueda bibliográfica para intentar localizar y recuperar el mayor número posible de documentos sobre el tema. Sin embargo, se ha elegido este enfoque metodológico con la finalidad de abordar de manera más general el tema de investigación, dada la complejidad conceptual del mismo. A pesar de encontrar una amplia gama de artículos relativos a la relación enfermera-paciente y al uso del sentido del humor, se identificó una escasez de estudios en entornos de unidades de salud mental. Asimismo, se observó una carencia de investigaciones que abordaran las perspectivas de los pacientes en el contexto de la relación enfermera-paciente con respecto al empleo del humor en sus interacciones.

En futuras líneas de investigación sería conveniente poder evaluar los posibles beneficios y obstáculos vinculados al uso del sentido del humor en la relación enfermera-paciente, considerando el contexto sociocultural de los pacientes, las enfermeras y las organizaciones de salud, particularmente en el ámbito de las unidades de salud mental. El estudio de revisión planteado aporta información de interés que puede ser de utilidad para mejorar el empleo del sentido del humor en la práctica clínica, consiguiendo un fortalecimiento de la relación entre enfermeras y pacientes, promoviendo experiencias más positivas para ambas partes y facilitando la provisión de cuidados personalizados y cercanos. En última instancia, se esperaría que estos cambios redundaran en una mejora de la práctica clínica. Asimismo, puede fomentar la reflexión sobre la importancia de desarrollar programas educativos destinados tanto a enfermeras en ejercicio como a estudiantes de Enfermería, abordando específicamente la capacitación en sentido del humor en relación con los desafíos identificados por enfermeras y pacientes. Estos programas se podrían integrar en los planes de estudio del Grado de Enfermería, dada su contribución para mejorar la calidad de la atención brindada y el bienestar de los pacientes. Aunque es necesaria una comprensión más profunda de los elementos que conforman el sentido del humor para la creación o el perfeccionamiento de instrumentos de medición adecuados para evaluar su aplicación en unidades de salud mental.

En síntesis, se puede concluir que el sentido del humor desempeña un papel significativo como una herramienta terapéutica valiosa, siempre que se utilice de manera competente, ética y afectuosa, en consonancia con las necesidades del paciente. Esta estrategia permite brindar aliento y abordar temas potencialmente inductores de miedo o ansiedad. Además, el sentido del humor contribuye a generar un ambiente seguro y confortable, tanto para el paciente como para la enfermera, siempre y cuando la experiencia sea positiva durante su implementación. La importancia de la comunicación desde la perspectiva del humor por parte de las enfermeras se destaca claramente, siendo un tema recurrente en la mayoría de los artículos analizados en la revisión. Sin embargo, se identifican aspectos y comportamientos que podrían afectar la calidad de la relación terapéutica.

Conflicto de intereses

Ninguno.

Financiación

Ninguna.