Yellow is the new black

Lunes, 22 de enero de 2018

por J.M. Salas

Hace un tiempo la medicina era cosa de hombres. Hace un tiempo las especialidades eran cosa de médicos. Testoterona, doctores de telenovela, premios Nobel, presidentes de colegios, jefes de servicio, todo tenía una reconocida marca XY. Pero por suerte todo evoluciona, por suerte todo cambia, y el equilibrio siempre encuentra el camino para restablecerse.

© Marta Álvarez

Por eso a día de hoy, aunque en la lista de los 50 mejores médicos de España de la revista Forbes solo haya una mujer, me complace afirmar que pese a quien le pese, la feminización de la sanidad es una indiscutible realidad. Y personalmente disfruto de ello. Paqui, Sandra y Marta son una parte fundamental de mi equipo. Una experta enfermera y dos simpáticas residentes de medicina de familia y enfermería familiar y comunitaria. Diferentes generaciones de mujeres trabajando codo con codo en urgencias.

Mujeres listas, creativas, inteligentes, que rebosan actitud, pasión y vocación hacia su profesión. Mujeres que en ocasiones me hacen retroceder en el tiempo a aquellos años de patio del colegio, donde mientras nosotros nos preocupábamos más por quien ganaba un intrascendente juego, ellas desarrollaban una compleja arquitectura de pensamiento que iba a años luz de la nuestra.

Sonrío cuando recuerdo aquellos tiempos en que eran nuestras rivales, ahora me alegra que tengan cada vez más presencia en los servicios de urgencias. Sin duda alguna esta incomprensible no reconocida especialidad las necesita. Y necesitamos competir en igualdad para crecer. Necesitamos más técnicas en emergencias sanitarias, más enfermeras, más médicas subidas a una ambulancia.

Necesitamos que en determinados sillones, congresos, direcciones, jefaturas, colegios, facultades y sociedades se sienten las mejores sin importar el género, solo el talento, porque sin duda alguna, sin eso nunca podremos hacer grandes a los servicios de urgencias. Necesitamos comenzar a darle visibilidad a un género en ocasiones olvidado por algunos rancios sectores de la sanidad. Necesitamos comenzar con un simple cambio en la etiqueta identificativa que aparece en nuestra ropa hasta políticas transversales que garanticen la igualdad de oportunidades.

Yo todavía sueño que algún día nuestros magníficos servicios de urgencias prehospitalarios dejen de ser los patitos feos del sistema, se fortalezcan, valoren y respeten. Y eso empieza por respetar nuestra diferencias porque es lo que nos enriquece.

Estoy convencido que si hacemos las cosas bien, el amarillo volverá a estar de moda, porque como dicen mis entrañables compañeras “Yellow is the new black“, y hacedme caso, ellas no suelen equivocarse.

El traje amarillo os necesita, el traje amarillo os sienta bien. Paqui, Sandra y Marta aquí os espero para la próxima guardia.

Un post dedicado a todas las mujeres que trabajan en Urgencias, un post que busca otra necesaria forma de liderar en Urgencias.

J.M. Salas – Con tinta de médico

Para ver el post original, puede acceder al siguiente enlace.

enfermería, Feminización, Medicina, sanidad, urgencias

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