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Revista Matronas

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DICIEMBRE 2021 N° 3 Volumen 9

Entrevista a Carmen García Urias

Sección: Entrevista a…

Autores

ATENEA

Redactora AEM

Titulo:

Entrevista a Carmen García Urias

Con profundo dolor editamos esta entrevista que fue la última realizada a nuestra compañera, colega, cofundadora de la Asociación Española de Matronas, fallecida el 8 de noviembre de 2021.

La Asociación Española de Matronas y todas las personas que conocimos a Menchu, estamos de luto por esta pérdida tan trágica como inesperada. Nos queda el consuelo de que el desenlace fue tan rápido que le permitió estar en activo, entregada a sus causas solidarias, lo que hacía con verdadera dedicación, entrega y mucho amor, hasta pocos días antes de la despedida.

Por su activismo en favor de las matronas y las mujeres, por su generosidad y su fortaleza moral, la recordaremos siempre. DEP.

Nuestra entrevistada, en esta ocasión, es una matrona con solera que continua siéndolo más allá del límite “oficial” del cese laboral. Menchu, que así es como la conocemos muchas de las matronas que hemos tenido el placer de compartir charlas, ratos de ocio y de trabajo en muchos congresos, es una mujer muy activa que continúa con muchísimas tareas relacionadas con la ayuda a otras mujeres que necesitan de una atención sanitaria. Una vida dedicada a la cooperación en otros países con menos recursos, como la creación de escuelas para niños y niñas en Sudamérica.

Pregunta: Hola, Menchu, te llamo así porque así te he conocido y me es más cercano, espero que no te importe. Mucho me ha costado poder entrevistarte con esa vida tan activa que llevas en tantas asociaciones, me sorprende tu energía y lo ilusionada que te veo con tantos proyectos.
Respuesta:
Cierto, sí, la verdad es que no paro, ¡cualquiera lo diría a mi edad! Pero me siento feliz estando activa y ayudando a otras personas, mujeres, niños que por circunstancias no tienen recursos, generalmente migrantes, y que necesitan ser acogidos con gran generosidad. Te agradezco la paciencia que has tenido de esperar que tuviera un rato para hacer un repaso de mi trayectoria, aunque no quiero recrearme mucho en el pasado y sí en que se sepa que después de jubilarse, hay más vida, mucha vida, con un montón de cosas que hacer, que no se acaba nada más que una etapa y comienzan otras, así que adelante, cuando quieras.

P: Menchu, una pregunta obligada es sobre tu motivación para hacerte matrona, una profesión como la nuestra, en aquellos tiempos no era precisamente buscando una “vida fácil”. ¿Qué o quién te inspiró para tomar esa decisión?
R:
Bueno, yo primero fui enfermera, ATS en aquellos momentos, y trabajando durante un año en la clínica privada Zurbarán me di cuenta de la autonomía y libertad que tenían las matronas, al no estar subordinadas para trabajar a la presencia de un médico. Esas matronas fueron mis mentoras y luego grandes amigas.

P: Sé que has estado muy involucrada en la lucha por defender la profesión desde tus inicios como matrona. ¿Cómo fue ese proceso?
R:
La verdad es que cuando acabé mi formación de matrona en Santa Cristina, me fui a trabajar a la Clínica O’Donnell, en la que estuve 30 años, y allí conocí a la que era Presidenta del Colegio de Matronas de Madrid, Dña. Julia Torres, quien me contagió su interés y preocupación por la situación de las matronas en aquel momento, antes de la unificación con las enfermeras y practicantes, ¿te puedes imaginar vivir la pérdida de nuestro propio colegio como sucedió?

P: Mirando un poco tu trayectoria, parece típico de las matronas de esa época vuestra capacidad para poder trabajar en diferentes lugares al mismo tiempo, ¿cómo lo hacíais?
R:
No éramos muchas matronas y la tasa de natalidad no era ni parecida a la actual. Hacían falta matronas, tanto en la pública como en la privada, así que con la ilusión y las ganas de trabajar compaginé mi actividad en la sanidad pública en el Hospital de La Paz. Luego ya tuve mi plaza por oposición en la Maternidad Municipal de Montesa y estuve también cinco años como APD (por oposición) en Villanueva de Castellón, en Valencia.

P: ¡Vaya, mi abuela paterna era de allí! Casualidades de la vida. Bien sigamos, sé que te iniciaste muy pronto como viajera y que asististe a congresos internacionales cuando solo muy pocas matronas podían hacerlo.
R:
Sí, la verdad que trabajaba mucho y lo que ahorraba lo invertía en asistir a esos congresos y viajar. Uno especialmente que recuerdo es el Congreso Internacional de la ICM de 1972 en Washington, solo éramos 80 matronas del mundo, pero fue donde conocí a la Presidenta del Consejo Nacional de Matronas en ese momento, María García, que marcó un antes y un después en mi vida. Gran matrona y amiga para el resto de la vida.

P: Noto que te emociona su recuerdo, lo entiendo, yo también la conocí, gran persona y profesional. Y dime, ¿por qué recuerdas especialmente ese congreso además de por el encuentro con María?
R:
Pues porque me di cuenta que en la sociedad americana, tan avanzada para algunas cosas, no tenían “cultura de matrona”. Me explico, la sociedad americana no contemplaba la presencia de matronas durante los partos, con solo un 10% de partos naturales (fisiológicos), siendo el resto nacimientos realizados por distocias/cesáreas por médicos. Los cuidados y la atención de las mujeres en los partos por matronas no era la norma imperante como en España.

P: Tu tono en defensa de las matronas es bastante reivindicativo Menchu, ¿cuál fue el detonante?
R:
Sí, la verdad es que sí, porque cuando llegó la democracia a España, lo primero que se le ocurrió a algún ministro, que no voy a mencionar, fue unificar, sin consenso previo, a los tres colegios, enfermeras, practicantes y matronas, y desde entonces ha habido un antes y un después en nuestra profesión. Luchamos, nos manifestamos en contra de esta decisión unilateral pero… no pudo ser y tras la dimisión de la Presidenta del Consejo Nacional de Matronas asumí el cargo en funciones, el caso era seguir peleando también desde dentro de las instituciones.

Fueron unos años muy espinosos por la dificultad de asumir que la profesión más antigua de la historia de la humanidad perdía autonomía desde su representatividad y pasaba a formar parte de un colectivo numerosísimo (enfermería), siendo las matronas una minoría absoluta. Ya conocemos la cara oscura de la democracia que es casi el anonimato de las minorías. Por otra parte, en relación al correspondiente Contencioso que interpusimos, tengo que decir que fue el mayor fiasco imaginable: en 1982 el Tribunal Supremo sentenció que la Orden Ministerial de 1977 que unificada los colegios era nula de pleno derecho y debía retrotraerse la situación de los colegios al estado anterior. Nunca se cumplió aquella sentencia. Ha sido un duelo largo.

P: ¿Es a raíz de esta situación que surge la Asociación Española de Matronas?
R:
Sí, claro, había que reagrupar al colectivo de matronas en una asociación nacional ante la pérdida del Consejo Nacional y los colegios propios de matronas; la asociación nació con un objetivo claro: unir y defender a las matronas españolas de algunos atropellos o injusticias. También desde la AEM fundamos la Asociación Madrileña de Matronas años más tarde, y fomentamos la creación de muchas otras asociaciones autonómicas de matronas.

P: Menchu, volviendo a tu labor asistencial, tengo entendido que reinventaste un método para la preparación al parto sin temor, sin dolor. ¿Cómo surgió esta iniciativa?
R:
 Sí, yo me había formado con grandes profesores como el Dr. Aguirre de Cárcer, el Dr. Escudero, el Dr. Granados y el Dr. Caicedo, así que tenía mucho material para fusionar sus ideas y sus métodos en un programa que ofrecía a las mujeres y que funcionó muy bien.

P: Volviendo un poco al presente, Menchu, te he oído decir muchas veces que para ti ha sido muy importante, y lo sigue siendo, viajar, asistir a congresos, ¿puedes ampliarme un poco más esto? Comparto tu interés y me gustaría poder compartirlo con las compañeras que nos leen.
R:
Sí, ya sé que a ti te gusta viajar como a mí. Verás yo creo que asistir a los congresos te brinda varias oportunidades, primero aprender de otras compañeras y estar actualizada y de rebote conocer personas, compañeras, de otras partes, su situación, y si a eso le añades la posibilidad de conocer el lugar, su cultura, resulta perfecto. Siempre he aprovechado los congresos fueran donde fueran para empaparme de la cultura del lugar, opino que es muy importante intentar ampliarla, te enriquece aún más en tu faceta de matrona, por lo menos a mí, que además me encanta la música, la pintura, el arte en general.

P: Y actualmente, Menchu, con tanta actividad, ¿puedes contarnos en qué andas metida?
R:
Claro, entre otras te diré que como he hecho de mi profesión un sistema de vida sigo asistiendo a madres migrantes en una asociación en Torrejón, como ya te dije antes, y ayudándolas, no solo profesionalmente sino también económicamente, en situaciones de maltrato, violación o en sus partos fruto de estas situaciones de violencia.

P: ¡¡Uff!! Me pones los pelos… como escarpias. ¡¡Vaya labor humanitaria tan loable que haces, y a tu edad, después de 20 años jubilada!! Y además otras cosas, ¿no?
R: 
Sí, recientemente he creado la Asociación Isabel María Programas de Ayuda también para ayuda a mujeres de México y Paraguay. Por aquellos lugares de Sudamérica se necesita mucho de casi todo.

P: Menchu, estamos en el final de esta entrevista y me gustaría que mandases un mensaje a las nuevas generaciones de matronas, o no tan nuevas…
R:
Primero quiero dar las gracias a la Asociación Española de Matronas a la que le he dedicado parte de mi vida, y en especial a Mª Ángeles Rodríguez Rozalén, por su incondicional apoyo y amistad, y a ti, por esta oportunidad de poder compartir un poco más de mi vida. Mi mensaje sería: que amen esta profesión y hagan de ella una escuela de vida y se dediquen al cuidado de las mujeres en todas sus facetas, desde la menarquia al climaterio. Y por último, si me lo permites, me gustaría dejar una frase con la que se me recuerde: “He llenado mi vida con la energía de la primera mirada al mundo de un recién nacido”.

Muchísimas gracias, de verdad, por ser un ejemplo de humanidad y entrega a una profesión, la de SER MATRONA.