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Revista Matronas

Revista Matronas

SEPTIEMBRE 2023 N° 2 Volumen 11

Distanciamiento inveterado y freno constante por parte del Consejo General de Enfermería hacia las matronas

Sección: Editorial

Autores

Rosa Mª Plata Quintanilla

Presidente de la Asociación Española de Matronas

Titulo:

Distanciamiento inveterado y freno constante por parte del Consejo General de Enfermería hacia las matronas

No es de ahora que las matronas reivindiquen un papel específico dentro del área de salud y no precisamente desde el ámbito de la enfermería, sino fuera de esta, retornando a la profesión independiente que fue la de matronas hasta 1957, lo que a la vez lleva emparejado poseer propios órganos de decisión y defensa de la profesión, como mantuvo hasta la aciaga unificación impuesta en 1977, ilegalmente declarada por el Tribunal Supremo. Y esto es un clamor que ha ido creciendo desde aquella funesta fecha en la que las matronas salieron a la calle para defender lo que era suyo por derecho y que avanzando el tiempo, y viendo que las predicciones de la inequidad que las matronas íbamos a sufrir en el seno del conjunto enfermero se cumplen, no queda duda del deseo generalizado de las matronas de: INDEPENDENCIA.

No sé si hablar de sorpresa por el desconocimiento del Presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, cuya larga andadura por los andurriales de la representación colegial enfermera le tendrían que mantener informado de la realidad, o de cinismo negando la evidencia cuando en unas declaraciones hechas a Redacción Médica (mayo 2023) afirmaba: “No creemos que este planteamiento sea compartido por la mayor parte de las matronas”.

Curiosamente el presidente, que dice poner en valor el papel de la especialidad de Matronas dentro de Enfermería, aseguraba en la misma entrevista que “Las matronas son enfermeras especialistas en Obstetricia y Ginecología, al igual que hay muchas otras enfermeras especialistas en ámbitos como la Salud Mental, Pediatría o Familiar y Comunitaria”. Bueno, esto es lo que se llama “una de cal y dos de arena”, porque he de recordarle que cuando no existían las especialidades enfermeras, ni siquiera la Enfermería como profesión, la de matronas era una profesión consolidada desde el siglo XIX y presente como oficio desde los albores de la humanidad. Es más, cuando empezaron a desarrollarse las especialidades enfermeras a partir de 1957, para la mayoría de aquellos profesionales especialistas no se definieron los puestos de trabajo ni las funciones, como mayoritariamente en la actualidad para las nuevas de Salud Mental (2000), del Trabajo (2009), Pediatría, Geriatría, Familiar y Comunitaria (desde 2010).

Sr. Presidente, en lo que sí estoy de acuerdo de sus declaraciones es que a pesar de “los palos puestos en las ruedas del carro de las matronas”, siempre pocas (me refiero a las matronas, obviamente, porque con los palos ya guardados tenemos una hermosa leñera), “hay excelentes enfermeras con seis años de formación reglada que aportan una excelente calidad al sistema sanitario”, ¡qué gran verdad! y esto, al menos las matronas, ya lo han demostrado con cifras, lo del resto de especialistas está por demostrar, pero yo me pregunto: ¿de qué nos ha servido y nos está sirviendo, amén de abrigar un alto sentimiento de orgullo profesional del que no se come?

A día de hoy, y a pesar de ser la de Matronas la única especialidad enfermera en España con Regulación por Directivas Europeas propias desde la década de los 80 y cuya identidad está clara, hay ataques contra sus competencias, que las matronas sentimos que el CGE no defiende, como la intrusión en la cartera de servicios de estas, la prescripción autónoma para matronas sin resolver, etc.

Se equivoca D. Florentino en apuntar como otro problema de la profesión enfermera “el escaso desarrollo competencial que muchas de las especialistas tienen en su campo de actuación comparativamente con las generalistas, pues esto es un aspecto clave en el desarrollo de la profesión enfermera”. Lo cierto es que sin especialidad los enfermeros generalistas, en todos los campos de salud excepto en el área de la salud sexual y reproductiva, han cumplido su función, pero las matronas siempre en su campo lo han hecho tras su especialización, por cierto, cursada “como mandan los cánones” ya que ninguna matrona ha accedido ni accederá a la especialidad por la vía extraordinaria en la que han titulado ya a varios miles de enfermeros en otras áreas.

Habrá muchos que no sepan que el penacho de plumas que los milicianos progresistas llevaban en el gorro, tras la Constitución de Cádiz de 1812, les hacía visibles desde  la lejanía y de ahí que la prensa del siglo XIX comenzara a decir que a los políticos de esta misma tendencia "se les veía el plumero", en referencia al mencionado penacho de plumas, lo que en épocas posteriores nos sirve para poner “en solfa” a alguien cuando se advierten sus intenciones o tendencias. Por eso permítame utilizar esta expresión coloquial para decirle, Sr. Presidente, que “se le ha visto el plumero en toda su altura” cuando afirmaba que “no es necesario una coordinación de matronas en Atención Primaria, la coordinación y gestión debe estar en manos de los profesionales con mejor formación y competencia en gestión”. Ante tamaño desatino no puedo por menos que replicarle: ¿pero, Sr. Presidente, no se acuerda usted que las matronas antes de ser matronas son enfermeras? Pues fíjese qué lógico es que la coordinación de matronas que actualmente y en casi todas las gerencias de España la administra una enfermera o enfermero, la gestione una matrona que sabe de enfermería y de matronería ¿o es que de antemano presupone que las matronas son incapaces para la gestión, o que solo se forman en este campo los enfermeros de base? No se equivoque y menos cuando hace declaraciones públicas que lo escrito, escrito queda...

En contra de lo que usted ha afirmado que “establecer nuevas divisiones jerárquicas o administrativas a la carta, o nuevos grados independientes, no puede ser parte de la solución”, ya le decimos las matronas que para nuestro colectivo sería un alivio, un respiro, aunque el esfuerzo hasta llegar a ello sabemos de antemano que costará mucho arrojo y tiempo, porque ya contamos con que a “este carro en el que se subirán las matronas cuando el momento sea más propicio”, como siempre, no le faltarán más palos en sus ruedas.

Por lo que sí he de felicitarle, Sr. Presidente, aunque realmente es su trabajo y además es una reclamación que viene de lejos, es por sumarse a la denuncia sobre la falta de matronas en España con el resultante impacto negativo en la salud de la población; cierto es que me queda la duda de si lo siente o hizo estas declaraciones obligado por los medios de comunicación que le pedían entrevistas en el Día Internacional de la Matrona... Aunque aquí también tengo que hacerle una reconvención porque con los datos del INE que utiliza usted, y que son justamente los que este organismo recaba a través del CGE que usted preside, no salen tampoco las cifras exactas; no hará falta recordarles que el CGE solo exige la colegiación como enfermero no como especialista, con lo cual podrían estar infraestimadas las cifras, pero por otra parte muchos de los títulos contabilizados no implican que los profesionales especialistas estén trabajando, en este caso, como matronas. La paradoja es que faltan matronas y NADIE hace nada para que las tituladas/os lo hagan en su campo y así en muchas ocasiones, estos tengan que guardar su título en la carpeta del olvido y optar por los contratos menos precarios o que mayor estabilidad y mejores condiciones laborales les ofrezcan, aunque sea como enfermeros generalistas.

También es verdad que hay diferencia por autonomías en cuanto al ratio de matronas, aunque los datos que aporta y que anteriormente han publicitado algunas representaciones sindicales a las que también se les ha advertido por la inexactitud de estos, tampoco se pueden considerar válidos por la razón antes alegada. Sr. Presidente, la situación de las matronas es peor que la del contexto de situación en que nos enmarca.

Y a pesar de todo, como hay que ser justo y reconocer a cada uno sus méritos, tengo que decir que le ha quedado redondo el párrafo donde afirma, en relación con el mermado número de matronas y las diferencias autonómicas, que esto “supone un retroceso en los cuidados de las mujeres de aquellas comunidades con un menor número de matronas, así como una sobrecarga de trabajo de las profesionales, que, después de tres años de pandemia, se encuentran exhaustas". Sin duda, “pleno al quince”, Sr. Presidente, menor número de matronas pone en riesgo la salud sexual y reproductiva de las mujeres a la que irrefutablemente tienen derecho; por otro lado, la asistencia obstétrica prestada por matronas ni cierra ni reduce la actividad asistencial ninguno de los 365 días del año y tampoco lo hizo por la pandemia frente a la mayoría de servicios sanitarios que sí lo pudieron hacer.

Sr. Presidente, como he observado que se sabe muy bien los ratios que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece, una matrona para cada 3.000 mujeres y que la media española está en una matrona por cada 12.000/15.000 mujeres en edad fértil, apuntando incluso que las matronas atienden a mujeres también fuera de esos límites de edad, solo nos queda decirle que ya tiene datos sobrados para actuar en consecuencia defendiendo a las matronas y su trabajo, como corresponde al Presidente del CGE. Y no se equivoque al pensar que diciendo esto pedimos un trato de favor, no, la realidad es la que es y por eso no consentiremos que NADIE menosprecie o ignore a las matronas en ninguna circunstancia y seguiremos exigiendo a la institución colegial (CGE), que hoy por hoy representa a las matronas, que actúe con equidad y justicia como es exigible al órgano regulador y autoridad competente de la profesión enfermera en España.