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Revista Matronas

Revista Matronas

ABRIL 2024 N° 121 Volumen 12

JUAN MIGUEL MARTÍNEZ GALIANO

Sección: Entrevista a…

Autores

ATENEA

Redactora AEM

Titulo:

JUAN MIGUEL MARTÍNEZ GALIANO

Juan Miguel Martínez Galiano, matrón, ha conseguido obtener la primera Cátedra Universitaria en España y es justo que esta noticia tenga en nuestro medio la máxima difusión posible. Desde la Asociación Española de Matronas (AEM) celebramos con auténtica alegría que nuestro colega haya obtenido este reconocimiento, porque, además, su éxito y prestigio puede ser inspirador para el resto de la profesión. No es un tópico decir que ser mensajero de buenas noticias es una labor muy grata y en esta ocasión la noticia que publicamos, a mí personalmente, me hizo retrotraerme unos cuantos años cuando, aun EIR, le conocí en algún congreso de la AEM. Guardo un recuerdo de aquellos escasos y breves contactos de un, por entonces, muchacho, educado, discreto y laborioso, que empezaba una carrera profesional que ha resultado exitosamente meteórica.

Pregunta: Querido amigo, yo, que ya peino canas hace tiempo, he oído infinidad de veces que “a una mujer no se le pregunta la edad”, cosas de coquetería femenina, prejuicios... He pensado ¿y a un hombre? Yo me atrevo a preguntarte por tu filiación porque ahí creo que está una de las claves para celebrar más aún tu éxito.
Respuesta: Nací en 1979, en Torredelcampo, un pueblo de Jaén, muy cercano a la capital, en el que sigo viviendo y en el cual continúo participando en todas las actividades, costumbres y tradiciones que se organizan como cuando era niño. Además, prácticamente toda mi familia y amigos siguen residiendo en el pueblo. Me siento muy orgulloso de él, de sus gentes y siempre lo llevo por bandera.

P. ¡Hagamos publicidad a tu pueblo Torredelcampo! (Bueno, villa con categoría histórica, aclaremos). Además de poseer el monumento natural del bosque de la Bañizuela, de él han salido figuras destacadas en el mundo del deporte como Manuel Pancorbo, pintores y escultores/as, humanistas científicos como Eduardo Arroyo Sevilla, Gabriel Blanca o el inigualable Juanito Valderrama, que copó el mundo de la copla. Bien sabes que se han estudiado los beneficios de vivir en el mundo rural y hay conclusiones interesantes y positivas al respecto, ¿tú qué sientes por tu pueblo-villa, qué te aporta o ha aportado?
R. Tal y como ya te he comentado, para mí, el ser torrecampeño es una de las cosas de las que más presumo. Torredelcampo, como dices, tiene personajes ilustres, a lo que hay que sumar que siempre ha sido un pueblo pionero, emprendedor e innovador. Por ejemplo, estoy seguro de que no hay feria, verbena, evento o celebración en la que no participe un feriante de Torredelcampo con alguna de sus empresas (cacharritos, puestos de patatas, bares, etc.), haciendo que la población pueda divertirse y disfrutar. Del mismo modo, a priori, se podría pensar que, en un pueblo de Jaén, la agricultura derivada del cultivo del olivo y el aceite de oliva sería la actividad monopolizadora de la actividad económica; sin embargo, una variada industria de pequeñas empresas creadas y dirigidas por gente del pueblo es muy pujante y llevan su actividad a múltiples puntos de España. De hecho, es muy conocido el dicho que dice “cuando los americanos llegaron a la luna ya había ya un torrecampeño allí…”. Además, y lo que creo que es más importante, la gente de Torredelcampo son una gente muy solidaria, humanitaria, etc., lo que se puede denominar buena gente. Todo esto te impregna y va modelando tu forma de ser, tus ganas de trabajar, de progresar.

P. Obligada y repetida pregunta en estas entrevistas: ¿escoger Enfermería fue una elección vocacional-personal sin influencias del entorno o modelos familiares para seguir el camino para llegar a ser Matrón? o ¿este paso en tu carrera fue casual?
R. Quizás sea algo atípico, no había tenido ningún contacto con la Enfermería, ni mi entorno tenía ninguna relación con esta disciplina; llegué a ella por casualidad, por la convergencia en el tiempo y en el espacio de una serie de factores personales y familiares, pero cuando me adentré en la carrera se despertó en mi esa vocación. Fue mi rotación durante las prácticas de Enfermería por el Servicio de Partos, lo que hizo que tuviese muy claro que quería ser matrón. Cuando vi la relación de la matrona con las mujeres, su trabajo, la competencia, su profesionalidad, surgió en mí la admiración por esta profesión y me marqué el objetivo de ser matrón, aunque lo veía algo muy difícil de alcanzar por los comentarios que se oían sobre el modo de acceder a la profesión, las pocas plazas que salían, el temido examen EIR, el duro proceso de formación, etc., pero finalmente con tesón, dedicación y esfuerzo conseguí ser matrón.

P. Si los datos que tengo no son equivocados, estudias Enfermería en la Universidad de Jaén, entre los años 1997-2000, y posteriormente, en 2007, finalizas la especialidad en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada de la Universidad de Granada, distrito universitario al que por años estuvo adscrita la Universidad de Jaén. ¿Cuáles son tus mejores recuerdos de tu paso por la Especialidad? ¿Tuviste dificultades especiales en esta formación?
R. Mi experiencia durante la residencia fue inolvidable. Guardo unos recuerdos increíbles de mi paso por la Unidad de Matronas de la Universidad de Granada y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Tuve una suerte tremenda con el grupo de compañeras y compañeros, mis “co-r”, que aún mantenemos el contacto después de tantos años; establecimos unos vínculos que van mucho más allá del aspecto profesional, nuestra actividad científica era intensa, pero no menos lo era la vida social que llevábamos en esa hermosa ciudad que es Granada. Del mismo modo, las matronas y el profesorado que nos enseñaban de forma apasionada todos los aspectos teóricos y prácticos relacionados con la profesión de matrona despertaban aún más el interés y la motivación para seguir aprendiendo, investigando y también la necesidad para reivindicar todos los aspectos que creíamos mejorables con el fin de darle a la profesión el lugar que se merece. Aprovecho para agradecer a la que fuese la coordinadora de esta unidad docente, Doña María del Carmen Navarro Jiménez, el débito de parte de mis consecuciones profesionales. Su pasión por la profesión hizo que se formaran matronas con muchas inquietudes y apasionadas por la profesión y desarrollo de esta. Durante la residencia tuve mi primer contacto con la investigación mediante una comunicación que presentamos al congreso de la AEM, celebrado en Oviedo, un congreso excepcional que, de hecho, fue el motor para que siguiésemos investigando.

P. Como matrón, ¿cuál ha sido tu paso por la faceta asistencial?
R. Como matrón mi labor profesional asistencial la he desarrollado, durante muchos años, principalmente, en el Servicio de Partos. Era un tiempo en el que la escasez importante de matronas era acuciante, más aún que en la actualidad y, sobre todo, en determinadas comunidades autónomas como, por ejemplo, Andalucía; con esta tesitura, matronas/es estábamos relegados casi en exclusiva al Servicio de Partos, en Atención Primaria las matronas eran muy escasas o incluso había provincias en las que eran inexistentes; en las plantas de mujeres gestantes, puérperas o consultas no había matronas. Debido a ese déficit, los únicos puestos para los que nos contrataban estaban en el Servicio de Partos. Poco a poco se consiguió que también estuviésemos presentes en el Servicio de Urgencias de Obstetricia y Ginecología, aunque mi experiencia en ese servicio fue corta. Mi faceta asistencial la he desarrollado por varios hospitales, como el Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda o el Hospital Universitario de Jaén, donde obtuve una plaza de estatutario fijo por oposición y que en la actualidad tengo en excedencia.

P. En varias entrevistas en red se consigna que realizaste un Máster oficial universitario en Investigación y Avances en Medicina Preventiva y Salud Pública, en Granada en 2007. Hoy, conociendo tu amplia y destacada trayectoria investigadora, me cabe preguntarte si el hecho de realizarlo fue lo que te motivó a entrar de lleno en la investigación, o si por el contrario ya llevabas el “gusanillo” de la investigación dentro y esta fue la vía para conseguir desarrollarte en un campo de trabajo con el que te sientes plenamente identificado.
R. Hasta que realicé la residencia de matrón no había tenido ningún contacto con la investigación, fue aquí donde inicié mi formación que culminó con la presentación de una comunicación al XI Congreso de la AEM (2006), como ya he comentado, y la publicación de un artículo en la revista Matronas Profesión. Esto despertó mi interés por la investigación, pero sentía que tenía unas deficiencias importantes de formación en investigación, una faceta que despertaba un gran interés, pero a la vez sentía que no tenía las competencias oportunas, por ello decidí buscar cómo poder cubrir esa necesidad formativa que yo percibía. El máster era el recurso que me podía aportar los conocimientos y las destrezas para poder llevar a cabo los estudios que respondieran de forma científica a las demandas y necesidades que se percibían en el desarrollo de la actividad profesional en los centros sanitarios o, incluso, a las peticiones-sugerencias que nos hacían y verbalizaban las propias mujeres. Después, esa necesidad de seguir aprendiendo me llevó a seguir formándome con otras actividades sobre aspectos específicos de investigación como diferentes metodologías, análisis de datos, difusión de resultados, divulgación, etc. La investigación es muy dinámica y siempre surgen aspectos nuevos sobre los que hay que formarse e investigar.

P. En tu carrera profesional, sin duda, fue un logro importante la defensa de tu tesis doctoral también en la Universidad de Granada, en septiembre de 2012, calificada con un sobresaliente cum laude. ¿Por qué elegiste estudiar el impacto del programa de educación maternal sobre la madre y el recién nacido?
R. El programa de Educación para la Salud específico del proceso de embarazo, parto, puerperio y crianza, lo que en aquellos tiempos era más conocido como Educación Maternal, era impartido mayoritariamente por otros profesionales que no eran matronas; no se le otorgaba la importancia que tiene la Educación para la Salud (ni por parte de la Administración, ni de la mayoría de los profesionales, ni siquiera de gran parte de las propias mujeres) y sobre este programa más concretamente, identificamos que los estudios que se habían llevado a cabo en nuestro entorno eran escasos o mostraban algunas limitaciones importantes. Por todo ello, y con la finalidad de tener argumentos sólidos que defendiesen el mantener este programa dentro de la cartera de servicios del sistema sanitario, que se promocionara, que se potenciara y desarrollara, se decidió investigar sobre el efecto que su realización podría tener sobre diferentes aspectos de la madre, del recién nacido e, incluso, sobre el propio sistema sanitario. El proyecto lo presentamos a un programa de financiación competitiva del Instituto de Salud Carlos III (FIS) y le fue concedida. Además, los resultados del estudio sirvieron para defender ante la administración sanitaria andaluza la importancia del programa de Educación Maternal y que este fuera llevado a cabo por matronas.

P. Fiel a tus orígenes, te inicias en la Universidad de Jaén en la faceta docente. ¿Cuál fue este momento y por qué?
R. La docencia me gusta y siempre me había atraído, creo que es muy importante por la transmisión del conocimiento que se produce. Realizando la tesis doctoral, se iniciaron procesos en la Universidad de Jaén para seleccionar profesorado en diferentes áreas y una de ellas era la de Enfermería. En principio, debido a mi poca experiencia docente (únicamente había impartido cursos de formación continuada y colaborado como tutor clínico en la formación del alumnado del grado en Enfermería) e investigadora (no había ni concluido la tesis doctoral y únicamente contaba con algunas comunicaciones y artículos de los que era autor) pensaba que no tenía posibilidades, ya que eran los méritos que se valoraban. A pesar de ello, participé en ese proceso para optar a una de esas plazas de profesor, y cuál fue la sorpresa que la conseguí, a partir de ahí fui pasando por las diferentes figuras contractuales. En un principio, como interino sustituto y asociado laboral a tiempo parcial, lo que me permitía compaginarlo con la actividad asistencial en el centro sanitario, pero con la consecución de las diferentes y oportunas acreditaciones a nivel nacional, tras la evaluación favorable por parte de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), ya estuve de profesor ayudante doctor, profesor contratado doctor, profesor titular de universidad y, finalmente, catedrático de universidad, todas estas exigen exclusividad, por lo que tuve que pedir la excedencia en la plaza de matrón del sistema sanitario.

P. Tengo que confesarte que fue precisamente una de tus profesoras, querida amiga y respetada colega de profesión, Carmen Navarro Jiménez, directora/coordinadora de la UDM de la Universidad de Granada hasta su cierre en 2011, la que, con una ilusión y orgullo salidos del corazón, me comunicó la noticia de tu cátedra al día siguiente de conseguirla. Ahora que ya tienes una larga trayectoria en la docencia e incluso has sido galardonado con el Premio a las Buenas Prácticas Docentes, ¿cuáles crees que son las condiciones esenciales de un profesor para dejar huella y servir de inspiración a sus alumnos?
R. Sin duda, uno de los aspectos que determinan que el alumnado se sienta atraído por la materia que se imparte es que el profesor transmita que la profesión, y lo que  hace, le apasiona y que se sienta realizado, y un ejemplo de ello es la Profesora María del Carmen Navarro Jiménez, ella consiguió inspirarme a mí y a otros y otras muchos y muchas. Cuando disfrutas con lo que haces se percibe, se transmite y hace que el mensaje llegue mejor al alumnado. Además, ese entusiasmo también se traslada y hace que el estudiantado se implique, despierte su interés por la materia y se motiven. También tenemos la suerte que la materia que nos toca impartir (la salud sexual y reproductiva) es la materia más interesante del mundo (quizás no sea objetivo en esta valoración) y eso facilita mucho todo el proceso de aprendizaje.

P. Recientemente leía un estudio realizado por el Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social, que concluía en que aproximadamente un 30% de profesionales elige estudiar algo que no responde a sus verdaderos intereses y aptitudes, noticia preocupante por las implicaciones en el ejercicio posterior y, entiendo, más que evidenciada por el profesorado en las aulas. ¿Has notado en nuestra profesión este impacto? Vocación ¿obsoleta o necesaria?
R. En mi opinión, la vocación no es únicamente lo que va a determinar la profesionalidad e incluso bajo este “paraguas” de la vocación, la profesión ha sido objeto de algunos agravios. Lo importante es ser un profesional en todo momento y en todos los aspectos, que se recicle, que se forme, que actué según la evidencia y se adapte a los cambios que esta apoya y que respete a la mujer y su decisión y que ella sea el centro de la atención y el cuidado. Sí, es verdad, que, según mi percepción, la calidad de la formación de las matronas en la actualidad no es la misma que hace unos años cuando las exigencias de acceso a la especialidad eran mayores y el proceso de formación llevado a cabo en las universidades y en el sistema sanitario conllevaba una dedicación mayor y un proceso de aprendizaje más integral. Del mismo modo, también percibo que las nuevas generaciones de matronas no reconocen el valor y la calidad de las matronas de generaciones anteriores, quizás un “mal entendido” avance de la profesión mal gestionado, haya propiciado esto, que quede claro que esta es solo mi opinión.

P. Si al principio pregunté respetuosamente por tu edad, el motivo era ajeno al cotilleo, con ello pretendía mostrar el escaso tiempo en el que has condensado una brillante y meteórica carrera. ¿Cuál es tu máxima para conseguir sus objetivos?
R. Aunque se perciba un objetivo como imposible y difícil, rara vez he dejado de intentarlo, por ejemplo, el poder llegar a ser matrón. Evidentemente, hay veces que se consigue y otras no, pero la máxima es que no quede la duda de que no se consiguió por no intentarlo. Cuando se propone un objetivo hay que dedicar tiempo, trabajo, esfuerzo y poner todo el empeño en conseguirlo, no hay que dar nada por imposible e inalcanzable.

P. Tu currículo, que me he detenido a leer, he constatado que es impresionante, con más de 100 artículos de investigación publicados en los que se observa la calidad in crescendo desde los primeros a partir del 2007 en revistas nacionales, hasta llegar a publicar en revistas internacionales indexadas en bases de reconocido prestigio y con factor de impacto del Journal Citation Report (JCR). ¿Qué consejos darías a los neófitos ante la exigencia “draconiana” actual por parte de las universidades de publicar?
R. El sistema actual exige publicar a los profesionales y al profesorado para poder progresar y promocionar en el trabajo, afortunadamente la tendencia parece que está cambiando y que se va a reconocer más la calidad que la cantidad. Aparte de esta exigencia, es necesario publicar para que haya una transferencia del conocimiento y que este pueda aplicarse y mejorar la vida y la salud de las mujeres. El consejo es realizar estudios sobre temas en los que se detecten lagunas o inconsistencias del conocimiento o que son demandados por las mujeres, novedosos, innovadores. A eso hay que añadir también la elección del tipo de estudio más adecuado para conseguir los objetivos marcados, de tal modo que este pueda contribuir a la resolución de los problemas que tienen las mujeres. Si se dan todos esos elementos, las revistas de prestigio publican, en la mayoría de los casos, los artículos que contienen los resultados de esos estudios de forma que son el vehículo, aunque no el único, para llegar a los profesionales sanitarios y que estos lo trasladen a sus cuidados e intervenciones para mejorar la calidad de vida de las mujeres.

P. Además de todas las publicaciones citadas, has publicado y coordinado varios libros y capítulos de libros, participando como investigador colaborador y como investigador principal en varios proyectos nacionales e internacionales, fundamentalmente en la línea de los Cuidados en Salud Sexual y Reproductiva. Todo el conjunto te ha llevado a ser director de varias tesis e, incluso, formar parte de tribunales de estos trabajos. ¿Cómo se siente uno cuando está del otro lado? Si mis informes son buenos creo que incluso llegaste a formar parte del Tribunal de Tesis de una colega que fue tu profesora…
R. Cuando se está en el “otro” lado hay que pensar en cuando se estaba en el lado del “examinado”. Generalmente cuando una tesis llega al acto de defensa ya ha pasado una serie de filtros: ha sido planteada, orientada, revisada, corregida y dirigida por el director y el tutor durante un largo proceso, ha tenido que publicar al menos un artículo con los resultados de esa tesis, con lo que ha tenido que pasar un proceso editorial con una revisión por pares en revistas de prestigio, etc. Esto no conlleva que no se pueda realizar una crítica, pero siempre hay que hacerla de forma constructiva, que aporte, que ayude a mejorar el trabajo con el objetivo de que, en la continuidad de la línea de investigación o planteando líneas futuras, pueda implementarse e intentar mejorarla. Lo que hay que tener en cuenta es que el principal protagonista es el doctorando y no el tribunal, es un acto académico muy importante para el doctorando y su entorno y no hay que “robarle” ese protagonismo y, por supuesto, siempre con el máximo respeto.

P. A priori “se intuye” que el camino para obtener una cátedra universitaria y sobre todo desde Enfermería, sobre la que “más que un techo de cristal, nos han puesto un techo de plomo”, debe ser “bien empinado”. Eres un pionero, si no me equivoco me sobran los dedos de una mano para contar los enfermeros con Cátedra y en tu caso, el primer enfermero con especialidad como matrón. Descríbenos sucintamente las exigencias para llegar hasta ahí.
R. En España, en el Área de Enfermería, teniendo en cuenta a todos y todas los catedráticos y catedráticas que hay en esta, aun siendo profesionales de otras disciplinas como la psicología, farmacia, medicina, etc., no superan los 15; si solo se considera aquellas y aquellos que son enfermeras o enfermeros de profesión, son muchos menos. Conseguir ser catedrático es un proceso largo y duro. En un primer momento hay que obtener, a nivel nacional, la acreditación positiva por parte de ANECA, para ello hay que acreditar una serie de méritos, entre los que se encuentra ser autor de publicaciones en revistas de prestigio, participar y liderar proyectos de investigación con financiación competitiva, liderazgo docente e investigador, experiencia en gestión y en docencia universitaria de grado y posgrado, experiencia clínica y participar en actividades de divulgación y transferencia, entre otros. Posteriormente hay que someterse a un proceso de oposición que dependiendo de la universidad que convoque la plaza puede ser diferente, aunque en todos ellos hay que hacer una defensa del currículo vitae, de un proyecto docente y de un proyecto de investigación ante un tribunal. Finalmente, el tribunal debate y propone al candidato mejor evaluado para ser nombrado catedrático.

P. Para la obtención de tu cátedra, defendiste el proyecto titulado “Adherencia a la dieta mediterránea y su asociación con la depresión posparto”. Dinos algunas de las conclusiones más relevantes del mismo.
R. Es un proyecto que estamos realizando en la actualidad, por lo que aún no tenemos resultados. Se ha conseguido financiación competitiva por parte del Instituto de Salud Carlos III. No se ha identificado en la literatura ningún estudio que aborde esta temática, por eso, con base en esa laguna de conocimiento, se planteó esta investigación teniendo en cuenta los escasos estudios que abordan la adherencia a la dieta mediterránea y su asociación con la depresión en población general fuera de la etapa perinatal. Esperamos tener resultados en un breve periodo de tiempo y que estos puedan ser de utilidad para elaborar estrategias de prevención y abordaje de este problema que tiene una tendencia al alza y con unas consecuencias considerables sobre la salud de la madre y el recién nacido, tanto a corto como a largo plazo.

P. Has realizado estancias de docencia e investigación tanto en Europa como en Iberoamérica y te mantienes en contacto y colaboración con grupos de investigación internacionales. ¿Percibes diferencias entre los estudiantes e investigadores en España y los del resto de los países que has conocido?
R. La globalización está implícita en todos los aspectos, como no puede ser menos, también ha llegado a la docencia y a la investigación. Uno de los proyectos que tenemos en la actualidad que trata sobre la detección y abordaje de la violencia de género en el embarazo, lo llevamos a cabo con investigadoras de Dinamarca. Este proyecto está financiado por la Unión Europea. Tenemos muchas reuniones e incluso los investigadores de aquí hemos estado allí y viceversa, tenemos intercambio de experiencias, etc. Los problemas de las mujeres suelen ser comunes a la mayoría de ellas, independientemente de la parte del mundo donde se encuentren y las posibles soluciones también suelen ser las mismas con algunos pequeños matices, por ello la publicación en revistas internacionales que llegan a todos los rincones del planeta. Ahora he recibido una invitación de la Universidad de Harvard para realizar una estancia allí y desarrollar un proyecto con investigadores de esa universidad norteamericana. No hay fronteras para la investigación, el trabajo conjunto y coordinado entre investigadores de varios países supone una sinergia de esfuerzo para buscar soluciones más eficientes a los problemas de las mujeres. La internacionalización de la investigación y el conocimiento es necesaria.



P. Tu formación y trayectoria como matrón te ha posicionado como miembro del Comité Técnico Asesor para las competencias profesionales de las matronas de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA). ¿Cuáles son los pasos más necesarios, a tu juicio, para el pleno desarrollo de las competencias de las matronas en España?
R. Tener un cuerpo de conocimiento propio, actualizado y derivado de la evidencia en el cual se apoyen las competencias de las matronas favorece la independencia de estas, por ello la importancia de desarrollar investigación en el campo de las matronas y que sea llevada a cabo por estas mismas. Del mismo modo se necesita el apoyo de la Administración y los responsables de la gestión sanitaria. A todo ello hay que sumar que las mujeres sientan la necesidad de ser atendidas por matronas porque perciban la calidad, la plusvalía que supone la atención y los cuidados prestados por estas. El conjunto y la interacción de todos estos factores facilitarán el desarrollo pleno de las competencias de las matronas, pero por supuesto también hay que contar con la disponibilidad y predisposición de las matronas, sin la voluntad e implicación de las propias matronas no será posible.

El espacio se nos acaba, que no las ganas de seguir charlando contigo y seguir exponiendo muchos otros méritos que han quedado en el tintero porque, reitero, como expresé al principio, que el éxito y prestigio que te has ganado sin duda puede ser inspirador y un orgullo para el resto de la profesión. Solo me cabe felicitarte en nombre propio y en el de la Asociación Española de Matronas, que siempre celebra los triunfos profesionales del colectivo porque es una forma de que la profesión avance, y desearte larga y buena vida haciendo lo que más y mejor sabes hacer: enseñar e investigar.