Atención en la Unidad de Observación del Recién Nacido en un hospital universitario

Sección: Originales

Cómo citar este artículo

Pelegrina-Pérez N, Álvarez-Morán M, Solís-Sánchez G. Atención en la Unidad de Observación del Recién Nacido en un hospital universitario. Metas Enferm dic 2018/ene 2019; 21(10):18-23.

Autores

Nerea Pelegrina-Pérez1, María Álvarez-Morán2, Gonzalo Solís-Sánchez3

1Enfermera interna residente de Enfermería pediátrica. Área de Gestión Clínica de Pediatría. Hospital Universitario Central de Asturias. Asturias. Máster en Enfermería de Urgencias y Cuidados Críticos
2Enfermera. Cualtis, SL. Asturias
3Pediatra neonatólogo. Área de Gestión Clínica de Pediatría. Hospital Universitario Central de Asturias. Asturias

Contacto:

Nerea Pelegrina Pérez. C/ Carmen Martín Gaite, 15. 33211 Gijón (Asturias).

Email: nerea.pelegrina@gmail.com

Titulo:

Atención en la Unidad de Observación del Recién Nacido en un hospital universitario

Resumen

Objetivo: conocer la atención prestada en una Unidad de Observación del Recién Nacido (UORN) de un hospital universitario de referencia en Asturias.
Método: se ha llevado a cabo un estudio descriptivo retrospectivo de todos los recién nacidos en el Hospital Universitario Central de Asturias que precisaron control postnatal sin la necesidad de ser ingresados, permaneciendo en la UORN. Se revisaron las historias clínicas recuperando información de los recién nacidos atendidos, se identificó la atención brindada por las enfermeras de la UORN en la sala de partos (reanimación conjunta con el neonatólogo) y en la UORN (motivo y tiempo de permanencia de los neonatos en dicha unidad). El periodo de estudio fue de seis meses (de julio a diciembre de 2016). Se realizó análisis descriptivo.
Resultados: se registraron 1.125 neonatos vivos. La enfermera de la UORN fue requerida en 524 nacimientos (46,5%) y 177 (15,7%) bebés pasaron a la UORN, siendo el nacimiento por cesárea la primera causa de estancia en la unidad (72,3%) mientras la madre permanecía en la Unidad de Reanimación Postquirúrgica. El tiempo medio de permanencia de los neonatos en la UORN fue de seis horas. De los 524 nacimientos atendidos por la enfermera de la UORN fue necesaria la asistencia y/o ayuda a la reanimación junto a pediatra o neonatólogo en 371 casos (70,8%).
Conclusiones: la atención prestada en la UORN o por enfermeras de dicha unidad aporta calidad y humanización en la asistencia neonatal, evitando ingresos innecesarios en los servicios de neonatología.

Palabras clave:

recién nacido ; neonatología; atención de Enfermería ; neonatología ; atención de enfermería

Introducción

El nacimiento de un recién nacido sano es una situación habitual en la atención sanitaria hospitalaria. En la mayoría de los casos todo el proceso se realiza de forma fisiológica y ni madre ni neonato precisan más atención que la aportada por la matrona (1-3). En España se producen alrededor de 400.000 partos al año, de los cuales un 25% son por cesárea y, aproximadamente, un 6-8% son partos prematuros (4).

En los últimos 10-15 años se ha producido un importante cambio en el manejo de los recién nacidos sanos en los hospitales (1-3). Frente a la excesiva medicalización, poco a poco se ha ido transformando el cuidado en una atención más humanizada y menos tecnificada, hasta conseguir que neonato y madre no se separen en lo posible durante su estancia hospitalaria, que se asegure el contacto piel con piel siempre que sea viable, que se inicie la lactancia materna precozmente en paritorios y que no se lleven a cabo algunas prácticas actualmente descartadas por su agresividad (5-8). Evitar la separación materno-filial y fomentar la atención piel con piel es uno de los puntos más importantes de estos cambios.

Actualmente, en países con un sistema sanitario desarrollado, el porcentaje de recién nacidos que, por problemas maternos o neonatales, requieren la presencia del equipo pediátrico (enfermera y pediatra o neonatólogo) es bajo, como sucede en caso de precisar reanimación neonatal asociada a prematuridad, malformaciones, madres con factores de riesgo, partos instrumentales, líquido amniótico teñido y cesáreas, entre otros (9,10). Algunos de estos bebés precisarán ingreso en Neonatología, mientras que la mayoría se estabilizará y podrá permanecer con sus madres todo el tiempo. Los neonatos nacidos con problemas de salud que requieran atención especial ingresarán en Neonatología, en Cuidados Intensivos o en Cuidados Intermedios, según la patología y necesidades de atención que precisen. Los recién nacidos con necesidad de ventilación asistida, accesos vasculares centrales, tratamientos con drogas vasoactivas, monitorización cerebral, etc., requerirán ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales, mientras que aquellos con situaciones menos comprometidas podrán manejarse en áreas de intermedios o cuidados mínimos (11,12).

Sin embargo, existe un grupo de bebés neonatos que, tras la primera evaluación, precisan un tiempo de observación por motivos de adaptación neonatal o por causas maternas (cesárea, hemorragia postparto, etc.), pero sin llegar a ingresar en Neonatología, siempre y cuando el centro donde son atendidos madre y recién nacido cuenten con unidades de observación, como sucede en el Hospital Universitario Central de Asturias. Suelen ser unidades de corta estancia, situadas cerca del paritorio y bien dotadas de personal cualificado, tecnología y material adecuado. El personal de Enfermería de estas unidades ha de estar capacitado para ayudar o iniciar la reanimación neonatal en caso de estar indicada (9).

La necesidad de estas Unidades de Observación del Recién Nacido (UORN) y el personal que tiene que estar a cargo de las mismas ha sido discutida desde hace años. Mientras que algunos hospitales las han hecho desaparecer, otros centros las han mantenido con el fin de evitar ingresos neonatales innecesarios en los servicios de Neonatología. El exceso de medicalización del parto hizo, sin duda, que en el pasado se usasen estas unidades para separar al recién nacido de su madre tras el nacimiento de forma sistemática, incluso durante varias horas, lo que nunca se debió justificar. En estas unidades, así mismo, se les administraba biberones de suero glucosado a los recién nacidos, se les realizaba mediciones de glucemia capilar de forma sistemática, se les pasaban sondas rectales y esofágicas, se les bañaba e, incluso, se les peinaba con colonia. Estas actitudes han sido modificadas en función a las evidencias científicas demostradas y a día de hoy están completamente erradicadas en los cuidados del neonato sano (13). Los primeros cuidados del recién nacido sano consisten en garantizar una correcta identificación del bebé, aplicar profilaxis de conjuntivitis neonatal (con pomada ocular de eritromicina al 0,5%, terramicina al 1% o povidona iodada al 2%), profilaxis de la enfermedad hemorrágica del recién nacido con una dosis intramuscular de 1 mg de vitamina K, cuidados del cordón y somatometría (peso, longitud y perímetro craneal), que se puede hacer en el paritorio o en la planta de obstetricia (1-3). Otro gran cambio producido en los últimos años ha sido la expansión de los llamados cuidados centrados en el desarrollo, que se han generalizado a todos los niveles asistenciales neonatales, desde las Unidades de Cuidados Intensivos a las plantas de obstetricia (13-15).

En el Hospital Universitario Central de Asturias, ante cualquier parto con riesgo neonatal y en todas las cesáreas y partos instrumentales, la matrona solicita la presencia de la enfermera de la UORN para que sea ella misma la que valore la necesidad de avisar al pediatra o al neonatólogo, puesto que después del alumbramiento puede ser necesaria la reanimación del recién nacido. Los bebés que no necesitan reanimación y no presentan problemas se quedarán con su madre en contacto piel con piel. Sin embargo, los que hayan necesitado atención en la reanimación o presenten problemas asociados son valorados por los profesionales para determinar si pueden quedarse con su madre o bien necesitan atención específica de forma transitoria en la UORN o necesitan cuidados especiales y han de ingresar en Neonatología (Unidad de Cuidados Intermedios o Unidad de Cuidados Intensivos). Los neonatos nacidos por cesárea pasan a la UORN mientras su madre sale del quirófano y suelen permanecer 2-3 horas en reanimación quirúrgica. Estos neonatos nacidos por cesárea pueden hacer contacto piel con piel con su padre en dicha unidad.

En el hospital, la UORN se encuentra situada al lado de los paritorios, dentro de la Unidad de Cuidados Intermedios Neonatales. Tiene capacidad máxima para tres neonatos y está dotada con incubadoras y cuna caliente, así como con sistema de monitorización neonatal. La enfermera que desarrolla su trabajo en la UORN es una profesional del servicio de Neonatología que comparte este trabajo con la atención de la mitad de los neonatos ingresados en la Unidad de Cuidados Intermedios Neonatales. Esta enfermera lleva un buscapersonas de forma continua durante su turno de trabajo, por el que se le llama desde el paritorio. Todas las enfermeras del Servicio de Neonatología rotan por este puesto, para garantizar la preparación de los profesionales ante estas situación y necesidades de atención.

Por todo lo expuesto se planteó la necesidad de realizar un estudio para dar a conocer la atención prestada a los recién nacidos en una Unidad de Observación del Recién Nacido de un hospital universitario, que es centro de referencia en Asturias.

Método

Se llevó a cabo un estudio transversal, mediante revisión de historias clínicas de recién nacidos atendidos en la Unidad de Observación del Recién Nacido (UORN) del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El hospital es un centro de referencia regional (tipo III b, según la clasificación de la Sociedad Española de Neonatología) (5).

En la selección de recién nacidos se tuvieron en cuenta los siguientes criterios de inclusión: todo neonato, pretérmino o a término, que pasó por la Unidad de Observación del Recién Nacido del HUCA durante el periodo de tiempo comprendido entre el 1 de julio de 2016 y el 31 de diciembre de 2016.

Para la recuperación de la información sobre los sujetos de estudio se consultaron los libros de trabajo de la UORN, donde se reflejan los datos de todos los recién nacidos que pasaron por dicha unidad, así como de los partos en los que se requirió la presencia de la enfermera de la UORN. A continuación se revisaron las historias clínicas de los 177 recién nacidos identificados en ese periodo de tiempo, mediante el programa informático Millennium. Se diseñó un formulario con las variables que se debían recuperar en cada caso: fecha nacimiento, sexo del neonato, edad gestacional, peso del recién nacido, tipo de parto, tipo de presentación, necesidad de instrumentalización, test de Apgar, tipo de reanimación, uso de oxigenoterapia, causa de entrada en la UORN, tiempo de estancia en la unidad, estudios realizados y destino de salida (Cuadro 1).

Con los datos recuperados se llevó a cabo el análisis descriptivo, usando frecuencias y porcentajes para variables cualitativas y medidas de tendencia central y dispersión para variables cuantitativas. Se utilizó el programa estadístico SPSS.

El estudio se ha desarrollado de acuerdo a la declaración de Helsinki, el cumplimiento de la Ley de Investigación Biomédica y el cumplimiento de las normas de Buena Práctica Clínica (BPC), que incluyen el seguimiento de los participantes en el estudio para asegurar la calidad de los datos y la protección de la confidencialidad de los sujetos. Se contó con la aprobación del Comité Ético de Investigación Clínica del hospital.

Resultados

Entre el 1 de julio de 2016 y el 31 de diciembre de 2016 se registraron un total de 1.131 nacimientos, de los cuales seis fueron mortinatos.

La enfermera de la UORN fue llamada en 524 nacimientos de los 1.125 neonatos vivos (46,5% de los mismos) (Figura 1). De estos 524, esta profesional tuvo que realizar asistencia y/o ayudar a la reanimación junto con el resto del equipo pediátrico (pediatras/neonatólogos) en 371 casos (70,8% de las llamadas y 32,9% de los nacimientos). La intervención de la enfermera en estos casos podía consistir en la aspiración de la vía aérea, aplicación de la presión positiva al final de la espiración (PEEP), aplicación de la presión positiva inspiratoria (PIP), intubación, masaje cardiaco y administración de fármacos (adrenalina).


De los 524 neonatos que requirieron atención de la enfermera de la UORN, 177 quedaron de forma transitoria en la unidad, 33 ingresaron desde el principio en Cuidados Intermedios Neonatales, 43 en Cuidados Intensivos Neonatales y el resto no precisaron separarse de su madre en ningún momento.

Por lo tanto, en los seis meses de estudio quedaron de forma transitoria en la UORN un total de 177 neonatos, lo que corresponde al 15,7% de todos los nacidos vivos. Los datos del Cuadro 1 se obtuvieron de estos 177 recién nacidos. El 72,3% (128) nació por cesárea y el 27,7% (49) restante por vía vaginal. De los 49 nacidos por vía vaginal, el 52,5% (26) fue niño nacido por parto eutócico.

De los 177 recién nacidos, nueve (5%) nacieron con edad gestacional inferior a 37 semanas y 168 (95%) fueron a término. El peso medio de los bebés alcanzó los 3.310 gramos (g), con un intervalo de confianza al 95% (IC95%) de 3.236-3.384 g, con una mediana de 3.345 g y un rango de 2.225 a 4.830 g.

De la muestra de 177 bebés, 54 (30,5%) precisaron una o varias maniobras de reanimación (aspiración, administración de oxígeno, intubación y/o compresiones torácicas), mientras que 123 (69,5%) no precisaron ninguna intervención de este tipo (Tabla 1).

De los 177 niños admitidos transitoriamente en la UORN, 128 (72,3%) lo hicieron a causa de haber nacido por cesárea, 32 (18,1%) por distrés respiratorio, ocho (4,6%) por una alteración metabólica, en su mayoría hipoglucemias, cuatro (2,2%) por causa materna distinta a cesárea, tres (1,7%) por alteraciones cardiacas y dos (1,1%) por prematuridad tardía.

El tiempo medio de permanencia de todos los casos en la UORN fue de 6,03 horas, IC95% 5,34-6,72 horas, con una mediana de cinco horas y un rango de 1 a 24 horas.

De los 177 casos, a 42 (13,7%) se les hicieron estudios diagnósticos: 28 (66,7%) analítica, nueve (21,4%) radiografía y 13 (30,9%) otras pruebas (ecografía, punción lumbar, electrocardiograma). En 13 (30,9%) se llevaron a cabo mediciones de glucemia y en ocho (19%) se canalizó alguna vía venosa, por lo que la extracción de sangre para analíticas fue la intervención de Enfermería más realizada, tras los primeros cuidados del recién nacido sano, puesto que estos se les aplica a todos los neonatos que nacen.

Un total de 158 (89,3%) recién nacidos, tras su paso por la UORN, fueron a la planta de hospitalización de maternidad, los 19 (10,7%) restantes fueron trasladados al Servicio de Neonatología, 15 de ellos a Cuidados Intermedios y cuatro a la UCI de Neonatología.

Discusión y conclusiones

Con los resultados obtenidos en el presente estudio se puede destacar que la enfermera responsable de la Unidad de Observación del Recién Nacido fue requerida en casi la mitad de los nacimientos. Un porcentaje importante de los neonatos precisarán una estabilización inicial y/o reanimación, y entre 1-2 bebés de cada 100 pasaron de forma transitoria por la UORN.

La enfermera de Neonatología encargada de la UORN tiene que tener capacidad para ver precozmente los problemas que puede presentar el neonato, además de habilidades técnicas para la asistencia y ayuda en la reanimación neonatal (9). Asimismo, es responsable de los primeros cuidados de estos bebés que pasan por dicha unidad. La causa más frecuente que motivó el paso de los recién nacidos por la UORN fue el nacimiento por cesárea. En el Hospital Universitario Central de Asturias todavía no se ha iniciado el programa piel con piel en el quirófano tal y como recomienda la literatura (5-7), ni los neonatos son admitidos en la Unidad de Reanimación Postquirúrgica con su madre. Posiblemente, en el futuro la mayoría de estos bebés podrá quedarse al lado de sus madres. Para ello deberán mejorarse las condiciones del quirófano y de la sala de reanimación postquirúrgica, y también tendrá que trabajarse en una modificación de las actitudes de los profesionales que trabajan en dichos espacios.

La atención del recién nacido en sus primeras horas de vida en el hospital donde se ha llevado a cabo el estudio es básicamente igual que en otros centros sanitarios (3,8,11,12), en lo que difiere este hospital de otros es que no todos cuentan con una Unidad de Observación de Recién Nacidos.

En cuanto a las limitaciones del estudio se puede considerar que la principal puede deberse a la fuente de obtención de la información, puesto que al realizarse la revisión de historias clínicas de forma retrospectiva se puede producir un sesgo de información, si los datos no se recopilaron adecuadamente o falta información en alguno de los casos. Para subsanar esa limitación, en un futuro se podría plantear el desarrollo de un estudio prospectivo con seguimiento de los recién nacidos hasta el alta y valorar algunas variables de resultados relacionadas con el requerimiento o no de la reanimación. Por otro lado, se podría conseguir un tamaño muestral mayor y recopilar datos de la madre, además de los relativos al recién nacido.

Otra limitación del estudio es la escasa bibliografía disponible sobre el uso de estas unidades de observación o de paso en hospitales españoles. Existen datos sobre ingresos en servicios de Neonatología, tanto en unidades de intensivos como en unidades de intermedios, pero no de estancias transitorias en unidades de observación con las que comparar los datos del presente estudio (1,2,8,11).

Los cambios acontecidos en el manejo de los recién nacidos aparentemente sanos en los últimos años han sido trascendentales para lograr una asistencia más humana y para recuperar valores perdidos en el último cuarto del siglo XX. En la actualidad se postula sobre la necesidad de contar con UORN en los centros hospitalarios para evitar ingresos innecesarios en unidades que son más costosas y tecnificadas, dado que este tipo de unidades garantizan la atención de calidad necesaria al recién nacido y acorta el tiempo de separación madre-bebé.

Financiación

Ninguna.

Conflicto de intereses

Ninguno.

Bibliografía

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