Un grupo de enfermeras estudia los efectos negativos de las bebidas isotónicas en los más pequeños

Jueves, 29 de diciembre de 2016

por diariodicen.es

Después de realizar un ejercicio físico de gran intensidad tomar una bebida isotónica ayuda a recuperar algunos minerales perdidos durante la actividad. Pero, ¿qué ocurre en el caso de que no se haya producido ese desgaste físico y la tomemos?

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Las enfermeras Vanessa Cruz Muñoz y Marta Urquizu Rovira del Centro de Atención Primaria Nord del Instituto Catalán de Salud en Sabadell (Barcelona) tienen la respuesta:“Las bebidas isotónicas se deberían consumir después de actividades deportivas intensas en adultos, aunque cada vez vemos con más frecuencia cómo hay niños pequeños que las toman como un refresco proporcionado por sus padres”. En el caso de la ingesta por parte de los más pequeños “estas bebidas tienen unas altas concentraciones de iones como el potasio, que son un riesgo de salud importante para los niños”, aclaran.

Victoria Valls Ibáñez, enfermera del Centro de Atención Primaria La Serra en Sabadell explica qie “los estudios científicos relacionan el consumo abusivo de las bebidas isotónicas con la destrucción del esmalte dental por su pH ácido, la aparición de caries, problemas renales, arritmias cardíacas y edemas por acumulación de líquidos en el organismo”. Por lo que el consumo a la larga se relaciona con un déficit de absorción de minerales óseos.

Para esclarecer por qué los menores consumen este tipo de bebidas las tres enfermeras han ideado el proyecto BEENIS, que se trata de un cuestionario sobre los hábitos de consumo de niños y jóvenes. Estas se repartirán en los centros educativos de Sabadell, lo que permitirá al equipo contar con unos resultados lo más representativos posible.

De los 79 centros escolares de educación primaria, secundaria y bachillerato de Sabadell han accedido a participar 70 lo que se traduce en un total de 24.500 encuestas.

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