Aspectos metodológicos de la instrumentalización de la recogida de datos primarios y sus consideraciones éticas en la investigación clínica

Sección: Sección de Metodología. Enfermería Basada en la Evidencia: Investigación Clínica Aplicada a las Ciencias de la Salud

Autores

Susana Rubio Martín1, Soraya Martín Manjarrés2, Sonia Rubio Martín3.

1 Antropóloga Social y Cultural y enfermera en la Unidad de Cuidados Críticos Cardiacos del Complejo Hospitalario de Toledo.
2 Doctoranda UCLM. Fisioterapeuta. Comité Ética. Hospital Nacional de Parapléjicos, Toledo.
3 Enfermera en la Unidad de Pruebas Funcionales CEDT del Hospital Virgen del Puerto de Plasencia de Cáceres.

Titulo:

Aspectos metodológicos de la instrumentalización de la recogida de datos primarios y sus consideraciones éticas en la investigación clínica

Resumen

En un estudio de investigación, la validez de los resultados depende, entre otros aspectos, de la calidad de los datos recogidos. Un protocolo de investigación se define como el documento mediante el cual se exponen los antecedentes y motivos por los cuales se realiza una investigación o estudio y en el que se especifican los objetivos, diseño, material y métodos que se emplearán para la observación, interpretación y análisis de la información. Para la validez de los resultados del estudio es importante que el protocolo sea riguroso e incluya el documento mediante el cual se explicará la manera de cómo se obtendrá la información y realizará su análisis para la construcción del objeto de estudio.
Las fuentes de información deben ser fiables y completas. La mayor parte de los estudios en enfermería y Ciencias de la Salud emplean las fuentes primarias y elaboran los autoinformes, los cuales permiten que la información se obtenga directamente del sujeto sobre el tema de interés mediante el uso de un cuestionario o entrevista. El valor de estos métodos estriba en que son directos y versátiles, pero su mayor desventaja radica en el riesgo de registrarse distorsiones deliberadas o inconscientes por parte de los sujetos y/o del investigador, lo que plantea una reflexión sobre las consideraciones éticas del buen uso del instrumento de medida, así como del uso aséptico de los datos recabados.

Palabras clave:

recolección de datos; métodos; ética en investigación; Ciencias de la Salud

Title:

Methodological aspects of primary data collection implementation and its ethical considerations in clinical research

Abstract:

In a research study, the validity of the results depends, among other aspects, on the quality of the collected data. A research protocol is defined as the document by means of which the background and reasons for carrying out a research or a study are set forth and in which the objectives, design, material and methods that will be used for the observation, interpretation and analysis of the information are specified. For the validity of the results of the study it is important for the protocol to be rigorous and include the document explaining how the information will be obtained and its analysis will be done for constructing the object of study.
The sources of information must be reliable and complete. Most studies in nursing and health sciences use primary sources and prepare self-reports, which allow information to be obtained directly from the subject on the topic of interest through the use of a questionnaire or interview. The value of these methods is based on the fact that they are direct and versatile, but their greatest disadvantage lies in the risk of deliberate or unconscious distortions occurring on the part of the subjects and/or of the researcher, which poses a reflection on the ethical considerations of the proper use of the measuring instrument, as well as of the aseptic use of the collected data.

Keywords:

data collection; methods; etics research; Health Sciences

INTRODUCCIÓN

Para llevar a cabo un trabajo de investigación, el investigador cuenta con gran variedad de métodos para diseñar un plan de recolección de datos. Una vez obtenidos los indicadores de los elementos teóricos y definido el diseño de la investigación, es necesario definir las técnicas de recolección de datos para seleccionar o construir los instrumentos que nos permitan obtenerlos de la realidad. Un diseño mal construido e inadecuado conlleva a recoger información incompleta, datos no precisos y de esta manera poder generar información nada confiable y posiblemente sesgada. La recogida de información es una parte crucial de una investigación, una buena recogida de datos es fundamental para alcanzar el objetivo deseado. Incluso con un diseño impecable, un estudio puede fracasar de muchas maneras debido a una deficiente recogida de la información1.

Datos y fuentes de información

En un estudio de investigación, la validez de los resultados depende, entre otros aspectos, de la calidad de los datos recogidos. Ésta a su vez depende de una buena definición de las variables, así como de sus escalas de medida y de las fuentes de información y los instrumentos de medida.
Las fuentes de información deben ser fiables y completas, por lo cual, aunque sea más costoso y requiera más esfuerzo, deberemos recoger siempre que podamos los datos primarios (el investigador los obtiene directamente de la realidad con sus propios instrumentos), aunque en ocasiones la opción más viable en términos de tiempo y recursos, aun con riesgo de posibles sesgos, será utilizar fuentes de datos secundarios (son registros escritos que proceden también de un contacto con la práctica, pero que ya han sido elegidos y procesados por otros investigadores). Los datos primarios y secundarios no son dos clases esencialmente diferentes de información, sino partes de una misma secuencia: todo dato secundario ha sido primario en sus orígenes, y todo dato primario, a partir del momento en que el investigador concluye su trabajo, se convierte en dato secundario para los demás2. Es conveniente señalar en este punto que los datos obtenidos en esta etapa de la investigación no equivalen a los resultados pues no responden a la pregunta de investigación, si no que constituyen la información necesaria para hacerlo.

Recogida de datos: MÉTODO versus TÉCNICA versus INSTRUMENTO1,2

La investigación científica en el ámbito sociosanitario supone la aplicación de un método de indagación y recolección de datos que garantice la contabilidad de los resultados finales obtenidos en la investigación. La relación entre estos conceptos en la aplicación de una investigación bien diseñada, revelan la necesidad de buscar la relación idónea entre el objeto de estudio y el diseño metodológico de la investigación aplicada. Cada investigación requiere una serie de pasos que permitan llegar a dar respuesta a la pregunta de investigación pudiendo obtener conclusiones fundamentadas. Es necesario conocer y dominar los conceptos y significados de método, técnica de recogida de información e instrumentos para tal fin.

  • Método, representa la estrategia concreta e integral de trabajo para el análisis de un problema coherente con la definición teórica del mismo y con los objetivos de la investigación.
  • Tipo de técnica, medio o camino a través del cual se establece la relación entre el investigador y el consultado para la recolección de los datos, se citan la observación y la encuesta (entrevista y cuestionario). La observación consiste en el uso sistemático de nuestros sentidos orientados a la captación de la realidad que queremos estudiar. Es una técnica antigua: a través de sus sentidos, el hombre capta la realidad que lo rodea, que luego organiza intelectualmente. Durante innumerables observaciones sistemáticamente repetidas; el uso de nuestros sentidos es una fuente inagotable de datos que, tanto para la actividad científica como para la vida práctica, resulta de inestimable valor. En cuanto a la encuesta, ésta consiste en obtener información de los sujetos en estudio, proporcionados por ellos mismos, sobre opiniones, conocimientos, actitudes o sugerencias. Existen dos maneras de obtener información: La entrevista, en la que las respuestas son formuladas verbalmente y se necesita de la presencia del entrevistador. El cuestionario, donde las respuestas son formuladas por escrito y no se requiere de la presencia del investigador.
  • Instrumento, mecanismo que usa el investigador para recolectar y registrar la información; formularios, pruebas, test, escalas de opinión, listas de chequeo, guión de entrevista (estructurada, semi-estructurada, libre).

El método orienta la técnica, pueden existir distintas técnicas de recolección de información, pero no varios métodos, sin ser validados como tales. Dentro de cada instrumento pueden distinguirse dos aspectos1: la forma, que se refiere a las técnicas que utilizamos para la tarea de aproximación a la realidad (observación, encuesta), y el contenido que queda expresado en la especificación de los datos que necesitamos conseguir. Se concreta en una serie de ítems que no son otra cosa que los indicadores que permiten medir a las variables, pero que asumen ahora la forma de preguntas, puntos a observar, elementos para registrar, etc.
Un buen instrumento determina en gran parte la calidad de la información, siendo ésta la base para las etapas subsiguientes (resultados y conclusiones). Al momento de definir cómo se va a abordar la recolección de los datos, se debe definir el tipo de información requerida (cuantitativa, cualitativa o ambas). El instrumento sintetiza en sí toda la labor previa de investigación: resume los aportes del marco teórico al seleccionar datos que corresponden a los indicadores y, por lo tanto, a las variables y conceptos utilizados; pero también sintetiza el diseño concreto elegido para el trabajo1. Mediante una adecuada construcción de los instrumentos de recolección, la investigación alcanza la necesaria correspondencia entre teoría y hechos. En cuanto a los instrumentos de medidas, deberemos utilizar instrumentos conocidos que se sepa que generan medidas válidas y fiables (precisas). Si se recoge información mediante cuestionarios, hay que extremar las medidas para obtener buenos enunciados, orden de las preguntas, etc. Siempre que sea posible recurrir a cuestionarios validados previamente. En sí la validación de un cuestionario constituye un proyecto de investigación de enorme complejidad: validación del constructo, contenido y criterio. Este tema lo abordaremos más extensamente en el próximo artículo de la sección.

Producción constructiva e interpretativa de resultados, el investigador como instrumento de recogida de información
La relación entre el investigador y el investigado en el contexto dado son condición para el desarrollo de las investigaciones en el ámbito sociosanitario. Lo interactivo es una dimensión esencial del proceso de producción de conocimientos, susceptible de poder enfrentar un dilema ético en la producción de resultados en la investigación de un instrumento singular de recogida de información. En la Investigación Cualitativa, el investigador es el principal instrumento de recolección de datos. Allí, el investigador emplea diversas estrategias de recolección de datos, dependiendo de la orientación o el enfoque de su investigación3. Algunos ejemplos de estrategias de recolección de datos utilizados en la investigación cualitativa son las entrevistas individuales en profundidad, las entrevistas estructuradas y no estructuradas, los grupos de discusión, las narraciones, los análisis de contenido o documentales, la observación participante y la investigación de archivo. Por otro lado, la Investigación Cuantitativa hace uso de herramientas tales como cuestionarios, encuestas, mediciones y otros equipos para recoger información numérica o medible.
Sin entrar en el debate metodológico cualitativo-cuantitativo de la investigación y si partimos del criterio que el todo está en cada parte y a su vez, éstas están en el todo, es fácil comprender que resulte algo natural, integrar lo cualitativo y lo cuantitativo, se entrelazan y complementan. Creemos interesante centrarnos en este artículo en la entrevista cualitativa, como técnica más susceptible de presentar dilema ético en la recopilación y uso de los datos obtenidos.

La entrevista

Interrogar a individuos para conocer la sociedad, podemos hacerlo según un criterio cuantitativo o un criterio cualitativo. Podemos distinguir las entrevistas de acuerdo a su grado de estandarización, es decir por el diferente grado de libertad/constricción que se concede a los dos actores, al entrevistador y al entrevistado1,2. La entrevista se caracteriza por ser un instrumento abierto, flexible, adaptable a los distintos contextos empíricos, moldeable a lo largo de la interacción: pero la flexibilidad puede presentar diversos grados. Por consiguiente, distinguiremos tres tipos básicos: entrevistas estructuradas, semi-estructuradas y no estructuradas1.
La entrevista cualitativa. El paradigma cualitativo de investigación se presenta en la salud como una orientación que profundiza en la subjetividad de los individuos, con quienes interactúa para obtener mayor conocimiento de éstos y de los fenómenos y conductas que los atañen3. La entrevista se enmarca dentro del quehacer cualitativo como una herramienta eficaz para desentrañar significaciones, las cuales fueron elaboradas por los sujetos mediante sus discursos, relatos y experiencias.
Una entrevista es una conversación que tiene una estructura y un propósito. En la investigación cualitativa, la entrevista busca entender el mundo desde la perspectiva del entrevistado, y desmenuzar los significados de sus experiencias. Steinar Kvale4 define que el propósito de la entrevista en la investigación cualitativa es «obtener descripciones del mundo de vida del entrevistado respecto a la interpretación de los significados de los fenómenos descritos». Establece siete estadios fundamentales para la entrevista y estos son los siguientes3,4:

  • Selección del tema: se refiere a la clarificación conceptual y al análisis teórico del tema que se investigará. Es importante formular el propósito y las preguntas de investigación antes de iniciar cualquier entrevista. Resulta fundamental tener claro el motivo de una investigación antes de definir el método a utilizar.
  • Diseño: como primordial aparece el diseño del estudio, tomando en consideración los sietes estadios antes de iniciar las entrevistas. El diseño del estudio se realiza con base en el conocimiento que se busca y teniendo en cuenta las implicaciones éticas del mismo.
  • Entrevista: para su realización es necesario una guía, así como una actitud reflexiva del conocimiento que se pretende. La relación interpersonal que surge en la situación de la entrevista debe tenerse siempre presente.
  • Transcripción: la preparación, con propósitos de análisis, del material obtenido en la entrevista usualmente implica convertirlo en material escrito.
  • Análisis: se requiere, decidir, sobre la base de las preguntas y de los objetivos del estudio, cuál paradigma interpretativo será el más adecuado.
  •  Verificación: en este punto se valora la confiabilidad y la validez. Consistencia de los resultados, y que el estudio basado en entrevista corresponde al propósito de lo que se busca investigar.
  • Preparación del informe: se refiere a preparar la comunicación final del estudio, en forma consistente con los criterios científicos e incluyendo los factores éticos de la investigación. Requiere una redacción que facilite su lectura.

Se debe contextualizar a las personas entrevistadas antes y al terminar la entrevista. Conviene describir la situación, explicar brevemente el propósito del estudio y de la entrevista, aclarar el uso de la grabadora y preguntar, antes de iniciar la entrevista, si la persona tiene alguna duda que desee plantear al entrevistador. La guía de la entrevista indica los temas y su secuencia. El diseño específico de la investigación indicará si esta guía se tiene que seguir puntualmente o no durante la entrevista. Cada pregunta debe ser relevante, tanto desde la dimensión temática como desde la dimensión dinámica. La dimensión temática se refiere a que la pregunta importa en relación con el tema de la investigación; la dimensión dinámica, a la relación interpersonal durante la entrevista5.

Los criterios para evaluar la calidad de una entrevista son los siguientes3,5: Las respuestas del entrevistado se presentan espontáneamente, con riqueza y especificidad. Las preguntas son breves, y más amplias las respuestas. El entrevistador da seguimiento y clarifica los significados de los elementos importantes de las respuestas. La entrevista ideal se interpreta en gran medida durante la entrevista misma. El investigador intenta verificar sus interpretaciones de las respuestas. La entrevista es comunicable por sí misma, es decir, es una historia que no requiere muchas descripciones ni explicaciones adicionales.

Reflexión ética sobre la recogida de datos en investigación cualitativa

Es necesario partir de una premisa: toda investigación que se realice en seres humanos lleva implícito un riesgo de diversos tipos y grados. Se podría considerar que la metodología propia de la investigación cualitativa es inocua, debido a la naturaleza de sus herramientas de recogida de datos, que suelen consistir en cuestionarios y entrevistas. Sin embargo, esto no es exacto. Realizar un cuestionario o una entrevista no es una acción inofensiva, como tampoco lo es transcribir las experiencias de las personas ante un fenómeno o interpretarlas para extraer un conocimiento generalizable. Toda investigación en seres humanos tiene, por lo tanto, implicaciones éticas. Un enfoque ético de la recogida de datos en investigación cualitativa supone valorar los riesgos y minimizar el impacto que la investigación tiene en los participantes.

El investigador en la recogida y análisis de datos
El entrevistador es en sí mismo una fuente de sesgos por diferentes motivos: inexperiencia, creencias, valores, sentimientos y emociones, prejuicios, expectativas, etc. En este sentido, la elección y preparación que el entrevistador tiene es de vital importancia, pues el papel que éste juega en la recolección de datos es determinante. Como aspectos a tener en cuenta pueden enumerarse6: Conocimiento del entorno sociocultural e institucional de la población objeto de estudio. Habilidades técnicas para llevar a cabo la entrevista en las condiciones óptimas que posibiliten la recolección de los datos de forma completa, objetiva y con el menor riesgo para el participante. Capacidad para reconocer sus potenciales fuentes de sesgo, como consecuencia de experiencias previas, conocimientos profesionales, sistema de creencias, etc., que puedan suponer una tergiversación o mala interpretación de la información aportada por el participante del estudio. Reconocer en las actitudes del participante la validez de la entrevista, si se ha llevado a cabo en un contexto adecuado y si se han cumplido los objetivos de la misma.
En numerosas ocasiones la investigación es llevada a cabo por los propios profesionales sanitarios que tienen una relación terapéutica con el participante7. En tales circunstancias existe el peligro de confundir la entrevista de investigación con una entrevista terapéutica y, en consecuencia, excederse al recabar datos, no con el objetivo de extraer la información objeto de estudio, sino buscando una intervención de ayuda o terapéutica9. Por ello se debe poner especial cuidado en no ser especialmente intrusivo8,9.
Identificarse claramente como investigadores delimitará el contexto de la entrevista y ayudará a no confundir el rol de entrevistador con el de proveedor de cuidados10.
Como complemento a esto se debe explicar el propósito de la investigación y el objetivo que se persigue con la entrevista, lo que evitará confundir al participante y crear expectativas al respecto. Cuando el profesional sanitario asume su rol investigador se posiciona en una actitud meramente observadora, lo cual puede percibirse de forma negativa por el entrevistado, especialmente si existe una relación terapéutica previa entre ambos11.
Como ya se ha mencionado, se ha de ser especialmente cuidadoso con la interpretación y el sentido que se otorga al contenido de la entrevista, ya que existe el riesgo de introducir, consciente o inconscientemente, las propias creencias y puntos de vista en la transcripción y posterior análisis de los resultados, tergiversando así el significado de los datos obtenidos.
En cuanto a la objetividad del investigador ha de tenerse en cuenta que es imposible abstraerse completamente de la propia visión de la realidad y de las experiencias personales. Así, cuando el investigador trata de representar las experiencias de las personas que participan en la investigación, en realidad se conjugan la interpretación del participante respecto de su experiencia, la interpretación que el investigador da a la experiencia del participante y la validación del propio participante a esa interpretación12. Más allá de este juego de palabras, es importante mantener una actitud reflexiva sobre la importancia de minimizar el peso de las propias aportaciones del investigador para que cobren mayor relevancia las del participante, reconociendo que cierta «contaminación» va a estar presente. En consecuencia, este sesgo ha de tenerse en cuenta y se ha de recoger en el estudio de investigación.
Un aspecto importante que afecta a la objetividad es la implicación emocional. Sólo desde el desapego, se puede realizar una aproximación objetiva a las personas y a los fenómenos en el campo investigador. Crear una identidad para los participantes desde el punto de vista del investigador puede llevar a no respetar la autonomía y a crear estereotipos distorsionados9.
Se han propuesto varias herramientas para minimizar el potencial riesgo de subjetividad o tergiversación al transcribir y analizar los datos recogidos, «validación de los encuestados». Este método consistente en devolver los resultados a los participantes tras ser analizados y antes de su publicación, para contrastar su precisión y consonancia con la experiencia de éstos13, de manera que puedan realizarse los ajustes necesarios. En la misma línea, la formación y supervisión de los investigadores será vital de forma que un investigador experto sirva de contraste para detectar posibles reinterpretaciones introducidas en la recogida de datos9. En cualquier caso, como se ha explicado más arriba, siempre mejorará la calidad ética del estudio el hecho de reflejar los sesgos derivados de las características de los investigadores, de sus creencias personales, del rol profesional, de conocimientos previos sobre la población objeto de estudio o sobre el fenómeno o situación investigada9.

Los aspectos a tener en cuenta sobre los participantes
El potencial daño para los participantes va desde un volumen de tiempo empleado en la entrevista excesivo y no justificado hasta una percepción de amenaza a su seguridad psicológica o emocional, traumas o situaciones comprometidas que la entrevista puede suscitar6.
Las respuestas emocionales intensas ante ciertas preguntas o en temas que pueden parecer a priori inofensivos o neutros, supone un riesgo que hay que sopesar, sobre todo en poblaciones más vulnerables14 y tenerlo en cuenta al realizar la entrevista o cuestionario. A pesar de poder prever estas situaciones del estrés emocional, no siempre resulta fácil evitarlas, debido a la propia naturaleza abierta y exploratoria de la entrevista en investigación cualitativa9.
Por otro lado, se encuentran las expectativas del participante respecto de la investigación en general o de la entrevista en particular. Puede estar presente un deseo de agradar o mostrar simpatía con el entrevistador6, o quizás se espera obtener un beneficio del resultado de la investigación o crear una nueva relación con el investigador15. Estas expectativas pueden poner en riesgo la sinceridad de las respuestas y, por lo tanto, se ha de poner especial cuidado en detectarlas y despejar toda duda acerca del propósito de la investigación y del papel de los participantes en ella.
En ocasiones se van a plantear cuestiones especialmente sensibles que pueden suscitar respuestas no del todo sinceras, que se amolden a las preferencias aceptadas por la mayoría en función del contexto social de las personas que participan en la investigación6. En este sentido, crear un clima de confianza donde el entrevistado se sienta libre de expresarse sin ser juzgado ni cuestionado8 y garantizar la confidencialidad y el anonimato15, favorecerá una mayor apertura y el participante proporcionará información más veraz y menos condicionada. Se debe posibilitar al entrevistado la opción de revisar la transcripción y comprobar que realmente refleja lo que ha querido expresar. Cuando se transcribe la entrevista de un participante se corre el riesgo de reinterpretar su narrativa alterando el verdadero significado de su discurso, lo que atenta de manera importante contra su autonomía9.

Recomendaciones éticas sobre la entrevista
La entrevista no está exenta de riesgos, que deben recogerse claramente en el consentimiento informado. Sus características hacen que resulten muy útiles para recopilar datos especialmente sensibles9, lo que también conlleva riesgos para el participante que van desde cierta incomodidad o desagrado, hasta respuestas emocionales intensas, que son, en muchos casos, imposibles de predecir.
La habilidad en la realización de la entrevista va a ser determinante para que la información obtenida cumpla con el objeto de la investigación4,16. Por lo tanto, el primer imperativo ético será contar con la preparación adecuada del entrevistador y un diseño del contenido de la entrevista que responda a las cuestiones centrales estudiadas.
Establecer buena fluidez en la comunicación ayudará a crear condiciones adecuadas para transmitir confianza, comprensión y seguridad al entrevistado, evitando generar una relación de autoridad que motive posturas defensivas en los participantes.
Realizar una buena elección de objetivos, tiempo, lugar y guión, crean el marco éticamente adecuado para un desarrollo óptimo de la entrevista4. Algunas de las cuestiones previas que hay que dejar claras al entrevistado son el interés de la investigación, los motivos para la selección como entrevistado, el compromiso de anonimato, los beneficios que presenta para el entrevistado y la duración de la entrevista11.
A veces, las preguntas desagradables no pueden omitirse de la entrevista, pues comprometería los objetivos de la investigación, por lo que será necesario tener en cuenta algunas pautas para su manejo: preocupación por el otro, recordando que la persona está siempre por encima de la investigación. Dejar clara la absoluta privacidad, fomentando un clima de confianza en el entrevistado. Buscar condiciones de confort para la entrevista. Dejar claro que comprende lo difícil de la situación y que se preocupa por el malestar causado. Interrumpir la entrevista si es necesario hasta que el entrevistado se sienta en condiciones de continuar. Respetar la dignidad del individuo, que conlleva maximizar el beneficio y minimizar el riesgo, todo ello teniendo presente la relevancia de la investigación y el beneficio social que implica, lo que debe ser explicado cuidadosamente al entrevistado en relación a las preguntas incómodas incluidas en la entrevista.

CONCLUSIÓN

La entrevista es un instrumento de recolección cualitativo que se presenta como una gran herramienta de obtención de datos enriquecedores para el quehacer investigativo en salud. Ésta es capaz de entregar la profundidad que, en muchas ocasiones, los instrumentos de tipo cuantitativo dejan de lado debido a su afán de generalizar y reducir el error al mínimo, por lo cual no ahondan en el carácter discursivo de las personas, con sus significados y concepciones5.
Se debe atender el hecho de que, en estadísticas, todo se reduce a cómo se configuró el instrumento para disminuir el error, mientras que en la entrevista y las técnicas de recolección cualitativas el investigador, o quien recolecta la información, también es un instrumento4,5.
De esta manera, un entrevistador bien entrenado permite la obtención de información fidedigna, auténtica y veraz, de modo que incorpora su subjetividad al proceso y no se abstrae de éste. Para este ámbito, la generalización, representatividad y búsqueda constante de objetividad en lo cuantitativo pasan a segundo plano, a fin de obtener el significado real que proviene del relato de las personas, pues el último fin de las actividades en el área de salud es su bienestar y no solo una estadística más o un código en una base de datos. Aunque esto no debe confundir al investigador, ni restar calidad y rigor a los datos obtenidos en la etapa de recolección. El investigador que ejecuta o conduce la entrevista debe tener experiencia, pues necesita direccionar la conversación sin que esto influya en las respuestas, y tener presentes las recomendaciones éticas para la elaboración y desarrollo de esta técnica de recolección de datos en una investigación.

CONFLICTO DE INTERESES

Ninguno.

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