La angina refractaria es aquel dolor crónico (>3 meses) relacionado con la isquemia miocárdica asociada a una enfermedad de las arterias coronarias que no cede a pesar del tratamiento, ya sea farmacológico o de revascularización percutánea o quirúrgica. Es un trastorno cada vez más frecuente debido a la disminución de la mortalidad asociada a la cardiopatía isquémica, a causa del avance tecnológico y del desarrollo del intervencionismo coronario percutáneo.

Cuando no es posible una nueva revascularización de las arterias coronarias ya sea de forma quirúrgica mediante bypass o percutánea con la implantación de stent, además de haber agotado todas las opciones del tratamiento farmacológico, surge un nuevo dispositivo (Reducer de la compañía World Medica) que reduce el flujo en el seno coronario y que favorece la circulación colateral, aumentando así la perfusión miocárdica y, por lo tanto, disminuyendo la angina de pecho refractaria, lo que conlleva un aumento de la calidad de vida del paciente.

Se describe el caso clínico de un varón de 66 años con diagnóstico de angina refractaria y al que se le va a realizar el implante de un dispositivo reductor del seno coronario. Tras realizarle la valoración de enfermería según los patrones funcionales de Marjory Gordon, se elaboró un plan de cuidados teniendo como referencia la taxonomía de la Asociación Norteamericana de Diagnósticos de Enfermería, la Clasificación de Intervenciones de Enfermería y la Clasificación de Resultados de Enfermería. Se identificaron los siguientes diagnósticos: dolor crónico, intolerancia a la actividad, ansiedad y conocimientos deficientes, que tras la ejecución de las intervenciones se lograron la mayoría de los objetivos propuestos.