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Revista Matronas

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SEPTIEMBRE 2014 N° 2 Volumen 2

Lactancia materna versus otros métodos no farmacológicos como alivio del dolor en el recién nacido

Sección: Revisiones

Cómo citar este artículo

Conde Puertas E, Hernández Herrerías I, Conde Puertas E. Lactancia materna versus otros métodos no farmacológicos como alivio del dolor en el recién nacido. Matronas hoy 2014; 2(2):28-32.

Autores

1Esther Conde Puertas, 2Inmaculada Hernández Herrerías, 3Elena Conde Puertas

1 Matrona. Hospital Materno-Infantil. Complejo Hospitalario Ciudad de Jaén. Servicio Andaluz de Salud. Máster en Investigación y Avances en Medicina Preventiva y Salud Pública.
2 Matrona. Agencia Pública Empresarial Sanitaria Hospital de Poniente. Almería.
3 Pediatra. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada. Servicio Andaluz de Salud.

Contacto:

Email: esthercpu@gmail.com

Titulo:

Lactancia materna versus otros métodos no farmacológicos como alivio del dolor en el recién nacido

Resumen

Los recién nacidos son sometidos desde su nacimiento a numerosos procedimientos dolorosos, siendo el manejo de este dolor esencial por parte de los profesionales sanitarios encargados del cuidado del mismo.
El objetivo de esta revisión es evaluar la efectividad de la lactancia materna como procedimiento para aliviar el dolor en los recién nacidos sometidos a procedimientos dolorosos, comparándolo con los distintos métodos no farmacológicos disponibles. Para ello, se presenta una revisión de la evidencia científica actual sobre el tema.
Los resultados de los diferentes estudios muestran cómo la lactancia materna es un medio efectivo para reducir el dolor del bebé, mostrándose como el más eficaz entre los distintos métodos no farmacológicos, aportando además otros beneficios como el refuerzo de la lactancia materna y la participación activa de la madre en el cuidado de su hijo. Por tanto, se debería implementar el amamantamiento como práctica habitual para el alivio del dolor en los neonatos que son sometidos a procedimientos dolorosos menores. Cuando la lactancia materna en sí misma no es posible, debería considerarse como alternativa el suplemento de leche materna.

Palabras clave:

lactancia materna ; dolor ; manejo del dolor ; recién nacido ; analgesia

Title:

Breast feeding versus other non-drug methods for pain relief in newborns

Abstract:

Newborns undergo a number of painful procedures after birth; pain management by healthcare workers has a critical role in newborn care.
The present review aimed at evaluating effectiveness of breast feeding for pain relief in newborns undergoing painful procedures, compared to various non-drug methods currently available. A review of current scientific evidence is reported.
A number of studies have shown that breast feeding is an effective way to relieve pain in newborns. Breast feeding was the most effective among non-drug methods, with some additional benefits being achieved, such as an enhancement of breast feeding and active mother's involvement in newborn's care. Thus, breast feeding should be implemented as a routine practice for pain relief in newborns undergoing minor painful procedures. When breast feeding per se is not feasible, maternal milk supplements should be considered as an alternative method.

Keywords:

breast feeding; pain; Pain management; newborn; analgesia

Introducción

Los recién nacidos son sometidos desde su nacimiento a numerosos procedimientos dolorosos como la profilaxis hemorrágica con vitamina K, inmunizaciones como la vacuna de la hepatitis B o la incisión del talón para el cribado neo­natal.
Durante años existió la falsa creencia de que el recién nacido, debido a su inmadurez biológica y su incapacidad para verbalizar y expresar el dolor, percibía menos ese dolor y lo toleraba mejor, siendo incapaz de recordarlo. Este hecho ha motivado en muchas ocasiones la no preocupación por el mismo y su tratamiento insuficiente. Actualmente, está totalmente demostrado a través de diversas investigaciones que esto es falso, pues las estructuras anatómicas, fisiológicas y neuroquímicas que transmiten el dolor están desarrolladas mucho antes del nacimiento (1-3), por lo que las respuestas corticales a estímulos nocivos pueden ser demostradas incluso en los grandes prematuros (4).
Sin embargo, ocurren importantes cambios funcionales y estructurales en las vías neuronales nociceptivas durante el periodo posnatal, por lo que el dolor no evoca el mismo patrón de actividad en el sistema nervioso del recién nacido que en el del adulto. De esta manera, en lugar de percibir menos el dolor como se pensaba antiguamente, el relativo exceso de los mecanismos excitatorios y una retrasada maduración de los mecanismo inhibitorios, pueden producir incluso una respuesta más generalizada y exagerada ante un estímulo doloroso de menor intensidad, presentando un menor umbral del dolor cuanto menor es la edad gestacional del niño (1,4,5).
Además, debido a la incrementada plasticidad del sistema nervioso en desarrollo, el dolor en la edad temprana podría tener consecuencias tanto a corto como a largo plazo (4). El dolor no tratado durante esta etapa temprana de la vida puede causar efectos nocivos en el sistema nervioso central en desarrollo, dada su elevada plasticidad y, según algunos estudios, podría exagerar las respuestas afectivas y de comportamiento frente a posteriores estímulos o experiencias dolorosas (1,6,7). Esta alteración en la sensibilidad al dolor puede ser aminorada si se proporcionan medidas efectivas de alivio del mismo (8).
Además, los distintos cambios fisiológicos que se producen por el dolor pueden también contribuir al desarrollo de morbilidad en neonatos. Ante un estímulo doloroso, el recién nacido puede experimentar un aumento del catabolismo, del consumo de oxígeno, de la frecuencia cardiaca, tensión arterial, presión intracraneal, etc., consecuencias, entre otras, de un aumento en la secreción de hormonas del estrés (1).
Por todo ello, la prevención del dolor es importante no solo desde el punto de vista ético, sino también por las potenciales consecuencias de repetidas exposiciones al dolor.
Para ello, nos encontramos con diferentes estrategias no farmacológicas que pueden usarse para reducir el dolor en los neonatos que son sometidos a procedimientos dolorosos, como son el sostén, la succión, la estimulación sensorial (música), el contacto piel con piel, la administración de soluciones dulces (como la glucosa o sacarosa) y la lactancia materna (1,9,10).
En cuanto a la lactancia materna utilizada como alivio del dolor en el niño, seguramente una práctica desarrollada de forma intuitiva por las madres desde siempre, desde hace apenas unos años (2009) se la ha empezado a denominar en España “tetanalgesia”.
Se atribuye al Dr. Manuel Merino Moína, pediatra del Centro de Salud “El Greco” (Madrid) y miembro del Grupo Previnfad/PAPPS la acuñación de la palabra “tetanalgesia”, palabra inventada y consecuentemente inexistente en el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española (DRAE), aunque el término tenga sentido etimológico y significado claro. Este expresa y define el acto de “aprovechar el efecto analgésico y de consuelo que tiene el amamantamiento cuando se realizan técnicas dolorosas a recién nacidos y lactantes pequeños como vacunaciones, extracciones sanguíneas, prueba del talón, etc.“ (11).
En consecuencia, para llevar a cabo el procedimiento solamente hay que colocar primero al niño al pecho y cuando esté bien enganchado y succionando adecuadamente, proceder a la realización de  la técnica necesaria. Su mecanismo analgésico no es completamente conocido, aunque puede tener un origen multifactorial, en el que se interrelacionan diversos aspectos (12). Entre los componentes de la lactancia materna que pueden tener efecto analgésico se incluyen la presencia de una persona reconfortante (la madre), el contacto físico, la distracción de la atención, la succión y el sabor dulce de la leche (6,10). Pero además, según algunos estudios, el efecto modulador del dolor del amamantamiento parece estar mediado por mecanismos opiodes. La leche materna posee una serie de sustancias, como péptidos bioactivos con función opioide y, comparada con las fórmulas artificiales, una mayor concentración de triptófano, precursor de la melatonina, que aumenta la concentración de β-endorfinas (13,14).
Entre los distintos medios no farmacológicos para el alivio del dolor debemos, basándonos en la evidencia científica, aplicar unos u otros en función de las circunstancias, pero además es preciso considerar la no interferencia con la lactancia materna, ya que sería el procedimiento más natural, sin coste alguno y con múltiples beneficios añadidos.

Objetivos

El objetivo principal de esta revisión fue evaluar la efectividad de la lactancia materna como procedimiento para aliviar el dolor en los recién nacidos sometidos a procedimientos dolorosos, comparándolo con los distintos métodos no farmacológicos disponibles.

Metodología

Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en las bases de datos Pubmed, SCOPUS, CUIDEN y Cochrane, de bibliografía reciente con las palabras clave ”breastfeeding”, “pain”, “pain management”, “newborn”, “analgesia”, unidos mediante el operador boleano AND, y sus correspondientes términos en español. Los criterios de inclusión fueron estudios aleatorizados o cuasialeatorizados, revisiones, metaanálisis y guías de práctica clínica directamente relacionados con el tema, publicados en los últimos 10 años. Se seleccionaron aquellos estudios que comparaban la lactancia materna o suplemento de leche materna versus no tratamiento, o frente a otro método no farmacológico de alivio del dolor.

Resultados

La búsqueda arrojó un resultado total de 128 artículos, de los cuales finalmente se seleccionaron 23 tras eliminar repeticiones y aquellos documentos que no cumplían los criterios de inclusión.
Los resultados de los diferentes estudios reflejan cómo la lactancia materna es un medio efectivo para reducir el dolor del bebé cuando es sometido a procedimientos dolorosos menores (5,6,10,12,15-25). Destaca una reciente revisión sistemática de la Cochrane, realizada en 2012, que demostró una reducción en los cambios de frecuencia cardiaca, reducción del tiempo de llanto, proporción del tiempo de este y mejoría en algunas puntuaciones de dolor para neonatos. Todo ello cuando se comparó con ninguna intervención, con el posicionamiento (envuelto y colocado en una cuna), sostén por la madre, placebo y con la sacarosa oral (10).
Otros estudios realizados posteriormente encuentran resultados concordantes (6,15-17). Entre ellos, un estudio realizado en 2013 por Marín Gabriel et al (15), que comparó el efecto analgésico de varios métodos no farmacológicos de alivio del dolor: lactancia materna (LM) junto al contacto piel con piel (CPP), sacarosa junto al CPP, CPP o sacarosa sola, en una muestra de 136 recién nacidos sanos sometidos a punción del talón para extracción sanguínea. El grupo LM+CPP consiguió un menor valor medio en la escala de evaluación del dolor neonatal NIPS (neonatal infant pain scale) comparado con los otros grupos. El porcentaje de neonatos con dolor moderado a severo fue también menor en el grupo de LM+CPP, sugiriendo que la lactancia materna, en adición con el CPP proporciona una analgesia superior a otros métodos no farmacológicos. Asimismo, un menor valor en la escala de dolor neonatal NIPS fue encontrada en otro estudio realizado por Mitra et al (16), en 2013, al comparar la lactancia materna frente a terapia con masaje o ninguna intervención.
Otro estudio clínico aleatorizado con 130 recién nacidos a término, realizado por Modarres et al (6), en 2013, examinaba también el efecto de la lactancia materna como alivio del dolor durante la vacuna de la hepatitis B en comparación con el sostén en los brazos de la madre, pero sin alimentarlo. Los resultados del estudio confirmaban que la lactancia materna es un medio efectivo para el alivio del dolor durante la inyección de la hepatitis B, mostrando un menor grado de dolor medido con una escala del dolor agudo en el recién nacido.
La Agencia para la Investigación en Salud y Calidad de EE.UU., en su Guía sobre el manejo no farmacológico de los procedimientos dolorosos en el niño, establece que la lactancia materna en sí misma es el método de elección para alivio del dolor. Refleja que en el caso de que la lactancia materna no sea posible sus componentes individuales pueden ser usados de forma separada (succión, sabor dulce, contacto físico) o, preferiblemente, de forma combinada (9).
Asimismo, en la Guía de Cuidados desde el Nacimiento del Ministerio de Sanidad (3), se recomienda como práctica el que en los recién nacidos a término, siempre que sea posible, se realicen los procedimientos dolorosos durante el amamantamiento (fuerza recomendación A).
Pero, además del principal beneficio del alivio del dolor y consuelo para el niño, la “tetanalgesia” posee beneficios para la madre e incluso para los profesionales sanitarios (Tabla 1).

Cuando la lactancia materna no es posible, bien por la no disponibilidad de la madre o dificultades en la lactancia materna, se debe considerar el uso de la leche materna extraída, lo cual ha mostrado calmar la experiencia dolorosa del recién nacido (9). Sin embargo, la eficacia de la leche materna sola no equivale a la lactancia materna, debido al sinergismo de los multicomponentes de la experiencia del amamantamiento. Al comparar con otros métodos presenta resultados variables, mostrando una eficacia algo menor que la lactancia materna en sí misma, aunque es una alternativa si la madre no puede llevarla a cabo (9,10). En la revisión de la Cochrane se muestra como los neonatos en el grupo de suplemento de leche materna tuvieron un menor incremento de la frecuencia cardiaca, reducción del tiempo de llanto y menores puntuaciones en la escala NFCS (Neonatal Facial Coding System) comparadas con el grupo placebo. Sin embargo, al comparar con la sacarosa, mostraban un mayor incremento de la frecuencia cardiaca (10).
La administración de la leche materna podría combinarse siempre que sea posible con la succión, mediante inmersión de un chupete en la leche, al igual que con la sacarosa, pudiendo aumentar su eficacia (9).
Respecto a la sacarosa, muestra en algunos estudios una efectividad cercana a la lactancia, demostrando ser también un procedimiento no farmacológico sumamente válido para disminuir el dolor en el recién nacido, debido probablemente a la mayor concentración de azúcares (1,10,17). Muestra una reducción del llanto al comparar con el suplemento de leche materna u otros procedimientos (placebo, sostén, no intervención, uso de succión no nutritiva) (10). Pese a ello, es un método que podría interferir con el correcto comienzo de la lactancia materna (6).

Discusión/conclusiones

Entre los medios analgésicos disponibles para el dolor neo­natal, la lactancia materna ha demostrado ser el método más eficaz. Es un medio natural, efectivo, sin coste adicional, de fácil disponibilidad y libre de efectos secundarios. Además, puede ser un estímulo adicional para que las madres lacten a sus hijos/as, promoviendo y apoyando la lactancia materna, facilita el vínculo madre-hijo y proporcionando ventajas psicológicas a esta en cuanto a su participación en la atención de su hijo.
Por tanto, se debería implementar la lactancia materna como práctica habitual para el alivio del dolor en los recién nacidos y lactantes pequeños que son sometidos a procedimientos dolorosos menores. Esta es una intervención que debería ser fácilmente adoptada por los profesionales de salud y los padres. Cuando el amamantamiento no es posible, debería considerarse el suplemento de leche materna como alternativa, ya que no interfiere el correcto desarrollo de la lactancia materna.

Bibliografía

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