La práctica de la Enfermería se puede enmarcar en esa intersección entre lo que deben ser los cuidados universales y los cuidados individualizados, adaptables a las características concretas y específicas de cada uno. Para compatibilizar la autonomía del paciente y la justicia, la práctica enfermera de nuestro tiempo debe esforzarse por atender a las diferencias, a los contextos concretos en los que viven las personas con sus múltiples formas de entender la vida, la salud, la enfermedad, etc.
El objetivo de este trabajo consiste en destacar la importancia que tiene para los profesionales de la Enfermería la adopción de un modelo de cuidados desde la perspectva intercultural y la necesidad de adquirir competencia cultural, puesto que será a través de ella como se puedan prestar cuidados enfermeros de calidad.
Se describen y analizan los significados de cuidar desde una perspectiva intercultural y de competencia cultural, señalando los objetivos y elementos esenciales para el desarrollo de cada uno de estos conceptos y se enfatiza el importante papel de los mediadores culturales en el ámbito sanitario.