Historia del grupo

El grupo se gesta a principios de siglo, por la confluencia de investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública y del Distrito Sanitario de Atención Primaria de Málaga. Paulatinamente se fueron incorporando profesionales de otros hospitales de Málaga, principalmente del Hospital Costa del Sol de Marbella, e incorpora poco a poco a un nutrido grupo de investigadores que se formaron en el seno del mismo al hilo de su instrucción doctoral.

En 2012 se constituye formalmente como grupo de investigación dentro del Plan Andaluz de I+D+I (PAIDI) (código CTS-970), estando integrado en aquel momento por una docena de investigadores procedentes de la Universidad de Málaga, el Distrito Sanitario Málaga, el Hospital Costa del Sol y el Hospital Virgen de la Victoria. Es a partir de este momento cuando el grupo comienza a consolidar su crecimiento con la incorporación de jóvenes investigadores, así como investigadores de otras disciplinas como la Fisioterapia y la Podología, y afronta el reto de aplicar a la inclusión como grupo consolidado en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), acción que culmina en enero de 2018.

Los criterios que el instituto exigía para ser admitido como grupo consolidado eran que este estuviese liderado por un investigador/a responsable con liderazgo científico en proyectos de investigación y publicaciones, que tuviese al menos un proyecto competitivo liderado en los últimos cinco años, un mínimo de ocho publicaciones en cuartil 1 o cuartil 2 como autor principal, un mínimo de seis investigadores con vinculación científica (proyectos y publicaciones conjuntas), tener al menos dos proyectos competitivos liderados en los últimos cinco años, con una financiación igual o superior 100.000 €, un mínimo de cuatro resultados en translación o transferencia en forma de ensayos clínicos, guías de práctica clínica o patentes o acuerdos o contratos con empresas, y un mínimo de dos resultados de formación en tesis doctorales o captación de recursos en formación (predoc o posdoc).

Una vez superada la fase de evaluación, desde 2018 el grupo forma parte del Área 3 de IBIMA denominada “Neurociencias, Cronicidad, Envejecimiento y Salud en Poblaciones Vulnerables” (http://www.ibima.eu/area-investigacion/neurociencias-salud-menta/), como grupo C-13 (http://www.ibima.eu/grupo_investigacion/cronicidad-dependencia-cuidados-y-servicios-de-salud/).

Composición del grupo

Actualmente el grupo está integrado por 24 miembros pertenecientes al PAIDI (aunque integrados en el instituto IBIMA solo hay 18). La edad media del grupo es de 42,9 años (DE 9,1), con un 70,8% de mujeres, y un 91,7% de ellos con grado de doctor. La distribución por tipos de entidad se reparte entre investigadores adscritos a la universidad (n= 8; 33,3%), Atención Primaria (n= 5; 20,8%) y Atención Hospitalaria (n= 11; 45,8%). La composición es multidisciplinar, integrando áreas de conocimiento como Enfermería, Fisioterapia, Podología, Medicina, Antropología, Sociología y Biología. Los integrantes del grupo se detallan en la Tabla 1.

El perfil de investigadores aúna profesionales que combinan la práctica clínica con la investigación, incluso algunos con la docencia universitaria, junto con investigadores del contexto académico.

Líneas de investigación del grupo

• Modelos de atención e intervenciones en personas con enfermedades crónicas y multimorbilidad, así como en situación de dependencia.
• Impacto en la salud del cuidado informal de personas con multimorbilidad y dependencia.
• Seguridad clínica en personas con enfermedad crónica, multimorbilidad y dependencia.
• Desarrollo de instrumentos de mejora de la efectividad de la atención sanitaria a personas con enfermedad crónica y sus cuidadores familiares.

Producción científica

Proyectos de investigación

Desde 2008 el grupo ha obtenido un total de 978.931 euros en financiación de proyectos competitivos, incluyendo la obtención de intensificación para la actividad investigadora para tres de sus miembros desde 2012 (114.000 €) y la obtención de ayudas estructurales a grupos de investigación (133.777 €). En la Tabla 2 se detallan los principales proyectos.

Publicaciones

El grupo acumula en total 547 publicaciones. En los últimos dos años ha publicado 61 artículos, con un factor de impacto acumulado de 158,79, siendo un 41% de ellos perteneciente al primer cuartil y un 23% al primer decil. Algunas de las principales publicaciones se detallan en la Tabla 3.

 El impacto del grupo, medido en términos de citas, presenta en algunos de sus miembros índices h en Web of Science (WOS) de 16, acumulando entre ocho de sus miembros 1.854 citas (Tabla 4). La suma de sexenios de investigación concedidos por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI) alcanza cuatro tramos.

Colaboraciones internacionales

Se mantienen colaboraciones activas en proyectos, publicaciones, codirecciones de tesis o como profesor visitante con las Universidades de Hertfordshire, Kent, Leeds, Birmingham, Salford, Amberes, Gante, Bruselas, Coimbra, LaTrobe en Australia, Dokuz Eylül Üniversitesi Rektörlüü en Turquía y el Institute National de Podologie de París. Además, algunos de sus miembros forman parte de proyectos COST de la Unión Europea y el Investigador Principal del Grupo es miembro del comité editorial de la revista Primary Health Care Research & Development.

Recursos con los que se cuenta

El grupo cuenta con recursos de los centros sanitarios en los que desarrolla la investigación clínica y de servicios de salud vinculados a cada proyecto específico, además de los disponibles para los grupos de investigación del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y de los que la Universidad de Málaga ofrece a sus grupos de investigación. Estos recursos abarcan software científico y estadístico, servicios de apoyo a la investigación (laboratorio, microscopía, cultivos, etc.), recursos bibliográficos y bases de datos.

Específicamente el grupo cuenta además con los recursos propios generados en algunos de sus proyectos en la línea de seguridad clínica, como una manta de presiones capacitiva, láser-doppler para evaluación de perfusión y oxigenación tisular periférica, software planimétrico y tablets para la captura de imágenes de heridas crónicas y bioimpedanciometría.

Estrategias presentes y futuras

El éxito en la trayectoria del grupo siempre se ha resumido en un término acuñado por los propios autores: la “clinidemia”, es decir, una mezcla permanente de perfiles clínicos y académicos que favorece una complementariedad en la articulación y desarrollo de ideas y proyectos, de un valor incalculable. Además, algunos de los miembros tienen incluso un perfil totalmente híbrido, por su condición de profesores contratados doctores vinculados, que ejercen en el sistema sanitario y a su vez como docentes en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga (UMA). A esta mezcla, por la que se ha velado a lo largo de estos años, hay que sumarle una actitud de trabajo y compromiso con el grupo muy consolidada y, sobre todo, de transparencia, confianza y honestidad entre sus componentes. El surgimiento de ideas, compartirlas, debatirlas y llevarlas adelante hasta que se convierten en proyectos en marcha no puede progresar si no se dan estas circunstancias. Además, la pertenencia como profesores del programa de Doctorado en Ciencias de la Salud de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga ha permitido que la incorporación de jóvenes investigadores sea un hecho natural y que la capacidad formativa del grupo sea otra de sus principales fortalezas.

Precisamente esta estructura del grupo se adapta a la que en origen motivó la creación de los Institutos de Investigación Sanitaria en 2004: favorecer la traslación de resultados de investigación a la práctica profesional y, en sentido inverso, que los problemas clínicos encuentren una respuesta en la investigación (1). Baste el ejemplo de la alianza establecida con la Agencia Sanitaria Costa del Sol, similar a otras experiencias reportadas en el contexto anglosajón (2,3), que en una década ha favorecido una implantación progresiva de líneas de investigación en cuidados, con una alta proporción de enfermeras con grado de doctor y producción de artículos en revistas de impacto fruto de estudios financiados con estas enfermeras como investigadoras principales.

El hecho de haber sido reconocido como grupo de investigación consolidado por el IBIMA ha supuesto un estímulo muy importante para el grupo, sobre todo cuando las disciplinas que lo integran no han gozado, hasta muy recientemente, de las mejores condiciones promotoras de la investigación (4). Asimismo, el área de investigación del grupo, centrada en un aspecto tan importante para los sistemas de salud y sociales como es la cronicidad, le da un valor estratégico que incardina con las líneas globales del instituto que, en su misión fundamental, debe aprovechar y aunar recursos y personas del Sistema Nacional de Salud, universidades y organismos públicos de investigación para impulsar investigación multidisciplinar (5). Es destacable cómo la interacción con otros grupos del instituto ha permitido, por un lado, que se visibilice la investigación llevada a cabo por el presente grupo y, por otro, establecer sinergias con otros equipos e, incluso, culminar con la presentación conjunta de proyectos.

El efecto positivo generador de masa crítica que ofrecen los grupos de investigación integrados en institutos es innegable. El agrupamiento es impulsor de sinergias y extingue la investigación aislada, auspiciada la mayoría de las veces por la voluntariedad (a veces denominada “investigación de francotiradores”), que suele tener una trayectoria muy limitada. Una de las líneas futuras de desarrollo del grupo radica precisamente en este aspecto clave: la cooperación con otros grupos y el intercambio de conocimiento, ideas, métodos y recursos entre distintos equipos del instituto.

Por otra parte es destacable como otro elemento impulsor del grupo, la obtención de ayudas estructurales y las intensificaciones investigadoras. Este tipo de ayudas ha agilizado de forma significativa la dedicación de algunos de sus miembros a proyectos activos de alta exigencia y compatibilizarlos con su labor clínica asistencial. Así mismo, la obtención de ayudas estructurales facilita la gestión de algunos proyectos que pueden requerir inyecciones económicas puntuales, o la adquisición de recursos o contratación de servicios para sacar adelante proyectos con mayor solvencia. Si bien es cierto, hasta que el grupo no ha adquirido un nivel de desarrollo determinado, estas ayudas estructurales no han sido accesibles, ya que el acceso a las mismas exige un umbral determinado de producción científica y de captación de fondos. En el corto y medio plazo esta es otra de las líneas de desarrollo del grupo, encaminadas a mantener y aumentar la disponibilidad de este tipo de fondos.

Una de las fortalezas de este grupo es la capacidad formativa que tiene para jóvenes investigadores, habiendo dirigido más de 60 tesis doctorales, algunas de ellas en cotutela y con mención internacional. Este aspecto es esencial para la sostenibilidad del equipo y para la expansión de conocimiento y tiene que ser gestionado otorgándole un alto valor estratégico.

El análisis del impacto de los grupos e institutos de investigación ha de ir más allá del mero impacto bibliométrico, que no siempre se va a corresponder con el impacto social. La clave final de la investigación es la contribución a la sociedad y los esfuerzos en la evaluación del impacto social han de redoblarse, ya que en la actualidad están centrados en la bibliometría. Con las imperfecciones que muestran los actuales sistemas de evaluación de impacto bibliométrico, el índice h es uno de los que mejor refleja la repercusión de un autor en su comunidad de conocimiento (6). Algunos autores del área de conocimiento de la Enfermería han propuesto valores de índice h entre 5 y 9 como indicativos de un registro de publicaciones bien establecido en la disciplina, situando valores por encima de 15 como un registro excepcional para un autor en Enfermería (7). En este sentido es destacable cómo siete miembros del grupo se sitúan en estas cifras, ilustrando el impacto de las contribuciones del grupo a lo largo del tiempo y la referenciación del resto de miembros de la comunidad científica en su área de estudio.

Por último, uno de los grandes retos que tiene establecido el grupo para los próximos años es crecer en la investigación a escala internacional, ya que, aunque tiene bastantes sinergias y colaboraciones con grupos de referencia europeos, el acceso a fondos competitivos europeos de forma sostenida es un paso que no resulta fácil, aunque su valor estratégico es clave.