Conversaciones con Nightingale: pensamientos de una de sus discípulas

Sección: Editorial

Cómo citar este artículo

Grinspun D. Conversaciones con Nightingale: pensamientos de una de sus discípulas. Metas Enferm sep 2020; 23(7):3-6. DOI: https://doi.org/10.35667/MetasEnf.2020.23.1003081632

Autores

Doris Grinspun

N, MSN, PhD, LLD (hon), Dr (hc), FAAN, O.ONT. Chief Executive Officer. Registered Nurses’ Association of Ontario (RNAO). Canadá.

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Email: dgrinspun@rnao.ca

Titulo:

Conversaciones con Nightingale: pensamientos de una de sus discípulas

Florence Nightingale dijo en 1859: “Nunca debemos olvidar que el ‘individuo’ hace a la asociación, lo que la asociación es depende de cada uno de sus miembros. La asociación de enfermeras nunca puede ser un sustituto de la enfermera individual. Es ella quien debe, cada una en su medida, dar vida a la asociación, mientras que la asociación la ayuda a ella” (1). Sus palabras aún resuenan en nuestro tiempo, especialmente hoy después de nuestra gran batalla, aún no acabada, contra la COVID-19.

Me pregunto si Nightingale estaría hoy en día satisfecha de nuestra actuación individual y colectiva. Lo que sigue son algunas de mis reflexiones mientras converso imaginariamente con Nightingale.

Nightingale hablaba mucho del rol de las enfermeras. ¿Qué diría ella al presenciar las constantes referencias a nuestras profesionales como “héroes”? En los últimos meses, desde que comenzó la pandemia, el alabo público a los “héroes” de la COVID-19 ha sobrepasado todos los “termómetros emocionales.” No hay duda que los profesionales de Enfermería que están en primera línea lo tienen muy merecido. Lo han dado todo, incluso sus vidas, con ya más de 600 enfermeras en el mundo que han fallecido como resultado de la COVID-19.

Pero me imagino que Nightingale no hubiera gustado de ser llamada heroína. Ella fue una mujer que luchó por una práctica de Enfermería basada en la mejor evidencia de su momento: mantener higiene, aire puro y un ambiente en calma para que el cuerpo aproveche sus defensas naturales. Fue además una líder que se enfocó de pleno en avanzar reformas sanitarias usando evidencia y poder con una capacidad intelectual superior. Sin duda hubiese preferido que la llamen, o se nos llame, “expertas clínicas”, “abogada de causas importantes”, “líder de sistemas de salud” y “promotora de la profesión de Enfermería”.

Nightingale, si viviera hoy, observando nuestras enfermeras liderando en la práctica clínica, aplicando rigor científico y actuando en los ámbitos de investigación, administración y educación, nos aconsejaría sonreír con gracia a los miembros del público que nos llaman heroínas. Proviniendo del público, agregaría que esta alabanza es importante para nutrirnos y ganar las energías necesarias para continuar nuestra labor. Pero de las entidades correspondientes, de las autoridades, de los administradores y de los políticos ¡qué no nos llamen “heroínas”! Lo que esperamos de ellos es que las enfermeras y la Enfermería estén representadas en todos los espacios de toma de decisiones organizacionales y de políticas sanitarias, sociales y económicas.

De seguro Nightingale nos diría que el dibujo de Banksi, mostrando a un niño que escoge como su héroe a una enfermera en vez de a Batman, inspirarán una nueva generación de estudiantes de Enfermería, y por esto no hay que despreciarlos. Pero ella, como muchas de nosotras, exigiría reformas en los programas de formación de enfermeras. Llamaría a programas integrales que además de impulsar egresadas con pericia clínica sobresaliente, estas también sean agentes de cambio social.

Nightingale se sentiría orgullosa pero no satisfecha de nuestra actuación actual. Ella nos exigiría expandir nuestra influencia al ámbito político y social. Ella fue una mujer que ya a los 34 años enfatizaba la necesidad de una función doble para liderar el cuidado de enfermos y la lucha por mejorar las condiciones sanitarias de su momento (muchas de las cuales siguen vigentes). Su sueño, el “sueño de Nightingale”, fue que la Enfermería actúe como un agente de cambio social. Esto requiere una entidad colectiva que sirva de catalizadora para canalizar el esfuerzo individual de muchos; y la “asociación de enfermeras”, a la cual se refiere en la cita mencionada anteriormente, debe asumir este rol.

¿Cómo se construye una “asociación de enfermeras” según la visión de Nightingale? Conversando con ella le digo que para mí la membrecía en una asociación de Enfermería es la fuente de su vitalidad, es lo que define a una asociación dirigida por sus propios miembros. La membrecía de una asociación de Enfermería debe ser fuerte en números, fuerte en diversidad (con representación de todos los géneros, edades, sectores, roles, clases sociales, colores de piel, origen cultural y étnico y religioso, orientación sexual, etc.). Una membrecía fuerte en compromiso, integridad, pasión y voz. Ha de ser esta una membrecía que, si bien se extiende a través de toda una comunidad autónoma, región o país, esté unificada por una misión de abogar por políticas públicas saludables, promover la excelencia en la práctica de Enfermería y potenciar a las enfermeras para influir activamente y dar forma a las decisiones que afectan a la profesión y al público que servimos. Este tipo de membrecía da voz al colectivo, mientras que el colectivo empodera a cada miembro para amplificar su voz. Nightingale concurre: “Nunca debemos olvidar que el individuo hace la asociación… mientras que la asociación la ayuda a ella” (1).

En este, el año 2020, a 200 años del nacimiento de Florence Nightingale, y el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona, así denominado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), es imperativo que reflexionemos y tomemos decisiones sobre el tipo de profesión que queremos ser. Desde mi perspectiva, si bien estoy tremendamente orgullosa de los logros científicos de la Enfermería y nuestra gran participación en el ámbito clínico, me preocupa y entristece lo poco que hemos avanzado como colectivo en nuestra contribución a movilizar reformas de salud y asegurar la salud para todos. Aún más, en muchos lugares en el mundo estamos retrocediendo. Los factores son muchos, pero yo quiero apuntar al más importante, la escasez de organizaciones colectivas de Enfermería que están comprometidas socialmente.

Realizar el “sueño de Nightingale” significa involucrarnos intensamente en nuestras organizaciones colectivas, reorganizar, efectivizar, democratizar y movilizar las existentes, y crear organizaciones nuevas si así lo es necesario. En mis conversaciones con Nightingale discutimos también el rol de la Enfermería como un movimiento social. Este es el caso de Enfermería Ahora (Nursing Now), que ha servido para catapultar a las enfermeras en forma individual y de grupo, como nunca se había visto antes. La RNAO orgullosamente se ha unido a Enfermería Ahora y contribuido con cuatro seminarios web en inglés y español sobre las guías RNAO de mejores prácticas y también sobre la COVID-19 (2). También dimos este 12 de mayo los premios inaugurales de Enfermería Ahora en Ontario (3).

La Enfermería como un movimiento social es el caso de la asociación profesional de enfermeras en Ontario, RNAO, la cual estoy orgullosa de liderar desde ya hace 24 años. En estas dos décadas hemos transformado la asociación de un ente tranquilo a uno inquieto, de una membrecía pasiva a una activa, de una voz débil a una potente. Anclados en valores de salud para todos y argumentando con evidencia y coraje, hemos influenciado políticas de salud importantes para la profesión y para el sistema sanitario (4).

Colegas, enfermeras y enfermeros, y estudiantes de Enfermería: en lo que se refiere a Enfermería y salud sigamos nuestra labor individual de cuidados basados en la evidencia, humanismo y coraje, esto es lo que hacemos y continuaremos haciendo. Además, actuemos colectivamente para avanzar políticas de salud, sociales y económicas que mejoran la salud para todos. Movilicemos a nuestras asociaciones, y con estas nuestra voz colectiva a través de los procesos de políticas públicas, las publicaciones e informes, los medios de comunicación, las redes sociales, en las calles de protesta y en los corredores del poder. Este es nuestro deber social como enfermeras. Esta es una deuda que tenemos pendiente con Florence Nightingale y una deuda con nuestros pueblos.

Bibliografía

  1. McDonald L. Florence Nightingale: The Nightingale School (Collected Works of Florence Nightingale, Volume 12). Waterloo, Ontario: Wilfrid Laurier University Press; 2009. p. 865. Todas las citas de Florence Nightingale fueron traducidas del inglés por la autora.
  2. RNAO. COVID-19 Webinars. Registered Nurses’ Association of Ontario. RNAO [internet] junio 2020 [citado 10 ago 2020 ]. Disponible en: https://rnao.ca/covid19/covid-19-webinars
  3. RNAO. Nursing Now Ontario Awards Ceremony. Registered Nurses’ Association of Ontario. RNAO [internet] junio 2020 [citado 10 ago 2020 ]. Disponible en: Disponible en: https://rnao.ca/events/nursing-now-ontario-awards-ceremony
  4. Grinspun D, Botros M, Mulrooney LA, Mo J, Sibbald GR, Penney T. Scaling Deep to Improve People’s Health: From Evidence-Based Practice to Evidence-Based Policy. In: Grinspun D, Bajnok I (eds.). Transforming Nursing Through Knowledge: Best Practices for Guideline Development, Implementation Science, and Evaluation (Chapter 18, p. 465-94). Indianapolis, IN, USA: Sigma Theta Tau International Honor Society of Nursing; 2018.