El humor como estrategia de afrontamiento para los profesionales sanitarios

Sección: Editorial

Cómo citar este artículo

Leñero Cirujano M. El humor como estrategia de afrontamiento para los profesionales sanitarios. Metas Enferm feb 2022; 25(1):3-6. Doi: https://doi.org/10.35667/MetasEnf.2022.25.1003081864

Autores

Miriam Leñero Cirujano

Doctoranda en Cuidados de Salud. Universidad Complutense de Madrid. Unidad de Apoyo a la Investigación en Enfermería. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón. Madrid (España).

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Email: miriam.lenero@salud.madrid.org

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El humor como estrategia de afrontamiento para los profesionales sanitarios

En los últimos años, el humor ha desempeñado un papel fundamental dentro del soporte mental y emocional de los profesionales sanitarios. Han sido muchas las situaciones en las que hemos tenido que recurrir a esta herramienta para poder sobrellevar y afrontar los problemas que, tanto en la vida privada o laboral, se hacían presentes. Una anécdota, un comentario divertido o unas risas con los compañeros/as o con los propios pacientes en medio de toda esta vorágine actuaban como un excelente mecanismo de defensa, un refugio inconsciente que ayudaba a disminuir el estrés y la ansiedad, suavizar el clima laboral, mejorar la autoestima y la relación con el enfermo y los compañeros/as, fomentar el trabajo en equipo y facilitar la compresión y la comunicación. Que el humor es capaz de proporcionar todos estos efectos positivos, entre otros, es conocido desde tiempos inmemoriales. Hoy en día, la comunidad científica avala muchos de estos beneficios que repercuten no solo en los profesionales, sino también en la calidad de los cuidados, afectando positivamente a los pacientes y a su entorno (1,2).

El humor también puede convertirse en un arma de doble filo, pues para lo que a unos les puede resultar divertido y gracioso, a otros les puede provocar rechazo u ofensa (3). Cuando, al inicio de esta pandemia, por aquel marzo/abril del año 2020, los medios y redes sociales se hacían eco de nuestras parodias, sketch o bailes con tono humorístico, muchos aplaudían la iniciativa; sin embargo, otros la criticaban. No entendían cómo los profesionales sanitarios se prestaban a tal parodia en medio de una tragedia de tal magnitud. Lo que muchos de ellos no sabían es que precisamente nos estábamos cuidando, cuidándonos para poder cuidar. El humor sirvió como herramienta para ayudar a afrontar la dura y dolorosa situación, para intentar recomponernos, fortalecernos y, así, poder seguir hacia delante.

A lo largo de la historia muchos han sido los intentos de conceptualizar el humor, y aún hoy en día no existe un modelo universalmente aceptado que lo explique. Esto se debe al carácter multifacético que presenta, pues es un fenómeno que abarca tanto procesos cognitivos, emocionales, motores, sociales como psicofisiológicos (4). En ocasiones se tiende a confundir el humor con la risa o el sentido del humor, concibiéndolos como un mismo concepto, cuando en realidad se trata de elementos diferentes. El humor es un estímulo con efectos cognitivos que puede ocurrir sin risa; la risa es una respuesta fisiológica al humor o a cualquier otro estímulo con efectos físicos y psíquicos; y el sentido del humor es un conjunto de habilidades y tendencias relacionadas con el humor (3). Es importante destacar que en la Clasificación de Intervenciones de Enfermería (NIC) desde el año 1992, dentro del dominio 3: conductual y de la clase R: ayuda para el afrontamiento, incluye al humor como intervención enfermera: [5320] Humor “facilitar que el paciente perciba, aprecie y exprese lo que es divertido, gracioso o absurdo al efecto de establecer relaciones, aliviar tensiones, liberar sentimientos de ira, facilitar la enseñanza o enfrentarse a sentimientos dolorosos” (5).

Actualmente existen escalas validadas que evalúan la creación, la expresión y/o la apreciación del humor desde una perspectiva sociocultural en la población general como la Escala de Adaptación al Humor (CSH) (4), la Escala Multidimensional del Sentido del Humor (MHSH) (3) o el Cuestionario de Estilos de Humor (HSQ) (4). No obstante, ningún instrumento, hasta la fecha, valora el humor específicamente en el entorno sanitario. Las escalas disponibles podrían utilizarse como medida del humor en el paciente, con el objetivo de determinar qué tipos de humor emplean, cómo lo crean y generan, cómo lo reconocen y aprecian, si lo llevan a cabo como mecanismo de afrontamiento ante situaciones difíciles y, en definitiva, qué actitudes muestran hacia el humor en su vida cotidiana. Sin embargo, desde la perspectiva del profesional sanitario, estas escalas solo aportarían datos sobre cómo utilizan el humor en el plano personal, pero no en el profesional. Es precisamente en esta línea en la que sería necesario centrar el foco de investigación, en cómo el profesional puede llegar a generar y apreciar el humor no solamente en su vida personal, sino también en su vida laboral, haciendo partícipe de ello a sus pacientes.

La Enfermería es una profesión con una importante carga de trabajo y elevadas exigencias mentales y emocionales, que en muchos casos pueden derivar en situaciones estresantes de difícil manejo y control. Este rol laboral implica tener que enfrentarse al dolor, a la muerte y a otros muchos problemas que sufren las personas en su día a día. En estas situaciones, una mala gestión de las emociones puede influir de manera directa en la asistencia y la seguridad del paciente, aumentar la posibilidad de agotamiento del profesional e incluso conllevar al planteamiento de abandono de la profesión. El humor se está abriendo paso como una estrategia que permite al profesional contemplar los hechos cotidianos y laborales desde una perspectiva diferente, mucho más optimista. Además puede servir como una herramienta para mejorar la eficacia del liderazgo de los gestores. Por ello, se hace necesario contar con un instrumento válido y fiable que permita medir específicamente la actitud del profesional sanitario ante el humor. Conocer su actitud ante este constructo permitiría no solo la comprensión sobre cómo lo emplean en su vida diaria, sino también cómo lo utilizan en su ámbito laboral, tanto con el paciente o con sus compañeros de trabajo. De esta manera se podrían identificar las áreas a modificar o fomentar con el fin de planificar actividades para adquirir o fortalecer habilidades relacionadas con el uso del humor en el ámbito laboral.

La Escala Multidimensional del Humor en los Profesionales Sanitarios (EMHUPS) precisamente nace ante el vacío existente de instrumentos que midan el humor en el contexto sanitario. La EMHUPS evalúa la actitud de los profesionales sanitarios ante el humor mediante 35 ítems divididos en ocho factores: humor con el paciente, humor en el trabajo, humor y cuidados, humor en el entorno privado, formación en humor, humor y entorno sanitario, demanda de formación en humor, y humor y ocio. Su aplicación puede extenderse a todos los ámbitos sanitarios donde se ejerza la función asistencial, tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada. Esta escala se ha asociado con variables psicológicas como ansiedad, depresión, alteraciones del sueño o riesgo psicopatológico, relacionándose de forma negativa con el número, severidad e intensidad de estos síntomas. Por otro lado, se ha asociado positivamente con los estilos de humor considerados potencialmente beneficiosos para el bienestar psicológico, los humores afiliativo y autoafirmativo, que buscan mejorar las relaciones sociales y el afrontamiento efectivo ante la adversidad. Una vez más se pone en relevancia el valor del humor en el autocuidado del profesional. Se debe reflexionar sobre el papel que esta estrategia ejerce en nuestra salud, tanto en el plano físico, mental, emocional y social, su repercusión en el ambiente de trabajo y su influencia en la calidad de la atención de nuestros pacientes.

“No olvidéis nunca de reír y hacer reír, porque así estaremos cuidándonos para poder cuidar”.

Bibliografía

  1. Vaz de Almeida C, Nunes C. Humor is important in healthcare relationship? —the perceptions of doctors and nurses. OAlib 2020; 07(05):1-16. Doi: http://dx.doi.org/10.4236/oalib.1106372
  2. Jáuregui E, Fernández JD. Alta diversión: Los beneficios del humor en el trabajo. Barcelona: Alienta Editorial; 2008.
  3. Carbelo B. El humor en la relación con el paciente. Una guía para los profesionales de la salud. Barcelona: Masson; 2005.
  4. Martin RA, Puhlik-Doris P, Larsen G, Gray J, Weir K. Individual differences in uses of humor and their relation to psychological well-being: development of the Humor Styles Questionnaire. J Res Pers. 2003; 37(1):48-75.
  5. Butcher M, Bulechek G, Dochterman JM, Wagner CM. Clasificación de intervenciones de Enfermería (NIC). 7ª ed. Barcelona: Elsevier; 2019.