Viaje por la Enfermería a través de los libros

Martes, 29 de enero de 2013

por retrazos

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Perteneciente a la Junta de Colegios de Enfermería de Bilbao, Koldo ha sido durante más de veinte años practicante APD en el Valle de Carranza (Vizcaya), dedicando sus últimos ocho años antes de jubilarse a la Enfermería en Atención Primaria. Ahora dispone de una colección particular de libros enfermeros que expone en congresos, foros, etc., compuesta por libros de más de cincuenta años todos, muchos de ellos incluso de más de cien. “Es mi afición, pienso que yo los disfruto y si se me invita o hay un evento, me pongo en contacto con la organización para ir. A mí me satisface que la gente disfrute con ello”, ha confesado.

Más de cien años de historia enfermera
Hace seis años Koldo presentó su primera exposición de libros en la Escuela de Enfermería de Alcalá de Henares (Madrid) con motivo de la celebración de un congreso de historia de Enfermería. Desde entonces lleva exponiendo su colección y recabando más ejemplares para la misma. “Todos los libros que tengo los he ido recopilando durante quince o veinte años, lo que pasa que ahora tengo más libertad para moverme, para buscarlos, para prepararlos, etc. En los congresos es cuando viajo y cuando los capto”, comenta, indicando un par de ellos: “éste lo encontré en Palma de Mallorca, en inglés, y éste otro, una biografía de Florence Nightingale en francés, en Las Palmas de Gran Canaria, en un congreso de Enfermería que coincidía con la feria del libro”.

La colección de este bilbaíno abarca distintas épocas. “El libro más antiguo que tengo no lo he traído porque es un 1590, es prácticamente un incunable. En la exposición, el más antiguo es uno de 1739, que son dos tomos de Manual de partos”. Dichos tomos, editados en España, tratan los conceptos generales de las operaciones en los partos con una cantidad y calidad de los grabados impresionantes. “Este libro posee grabados increíbles sobre todas las posibilidades que hay dentro de los partos, aparte de las explicaciones del autor”, comenta Koldo, mientras pasa las páginas de uno de los ejemplares. Además, también cuenta la historia de ambos tomos que, junto con el de Higiene naval, tienen una historia peculiar: “estaban formando en casa de un médico una librería como relleno, estaban clavados y por ello tienen marcas en la cubierta. Yo los he arreglado lo máximo posible”.

De los más interesantes que tiene destaca uno de Florence Nightingale, Notas sobre enfermería, el primer libro que escribió. Es una edición de la época, aunque no la primera. Como dice Koldo, “según los libreros la primera edición sabemos que es de 1860 y ellos datan
a ésta de 1897, ya que por entonces no se fechaban los libros”. También de esta autora tiene una biografía suya, escrita por ella en vida. De ella dice que “la originalidad de esta obra es que fue escrita en vida de ella.

Florence muere en 1910 y este libro está editado sobre 1890. Tiene unos grabados muy interesantes sobre Florence”.

En relación con los grabados, Koldo reafirma que va mucha diferencia entre los libros que expone y alguno más moderno en cuanto a contenido: “los grabados van cambiando, muchísimo, pero a peor”. Así, destaca un clásico de vendajes de 1864, titulado Colocación de vendajes, apósitos y aparatos, de Gofres. Este libro tiene “todos los dibujos al natural, son casi noventa grabados con imágenes de calidad por la claridad y nitidez en la exposición”.

En contraposición a este libro, remarca un libro de Enfermería con el que se ha estudiado toda la vida: El manual de la enfermera, de Manuel Usandizaga. La primera edición es de 1934 y hay ocho ediciones, de las cuales posee cinco (la primera, segunda, tercera, octava y novena, esta última del año 1970). Lo interesante de este libro, según explica, es la censura que tenía: “cuando lo abres, en sus páginas, de vez en cuando, te encuentras unas cortinillas que tapan las imágenes. Si querías ver la imagen abrías dicha cortinilla. Censuraban las imágenes de cierto contenido erótico o sexual”. Y es que en aquella época, mostrar un cuerpo semidesnudo para un masaje o punción o el vendaje de una mama, resultaba motivo de censura.

La Enfermería en los libros
La temática de muchos libros de Enfermería de la época parece ser el preludio de asuntos que hoy en día están de actualidad. Así, por ejemplo, Koldo destaca su libro El matrimonio de prueba, de la época de la República (1933), que trata sobre los derechos que tienen las parejas, “que es lo que ahora en realidad hacen el 90% de ellas, al convertirse en parejas de hecho”, aclara. Apunta también dentro de esta temática de la sexualidad el ejemplar Higiene del matrimonio, de 1884, por ser una guía muy completa e interesante que “tiene de particular que uno de sus principios es que el hombre y la mujer son iguales”, además de hablar también sobre lo que había que hacer si se quería tener niños o niñas (trucos en la alimentación, etc.).

Dentro de su colección, libros sobre ética y deontología tiene cerca de cincuenta, apuntando como muy interesante el Cuestionario médico-teórico filosófico, de 1901. Este libro tiene de particular que “una de las cuestiones que se preguntan es si es ético meter a un niño en la cama de un anciano para darle calor. En la época no lo es, pero eso presupone que es una práctica habitual porque sino no se plantearía como pregunta ética”.

Koldo divide su colección por biografías (tiene de San Juan de Dios, Bernardino de Obregón, María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, etc.), manuales, apuntes y también un apartado genérico de libros sobre enfermería. Destaca el Manual teórico-práctico para practicantes, matronas y enfermeras, que aparece en la época en la que deja de ser relevante la figura del practicante en detrimento de la enfermera, “ya que antes no se hablaba de enfermera, se sabía que existía pero no se hablaba de ella, eran religiosas, monjas de la caridad…”, explica. De esta manera, “desaparece el practicante y queda la matrona como especialidad. Practicantes y enfermeras se hacen un conjunto, por eso los colegios son ahora sólo de Enfermería, con un intermedio de ATS”, subraya el bilbaíno.

Finalmente, la curiosidad me llevó a preguntarle si no se había planteado escribir un libro, a lo que me contestó que “a mí lo que me resulta más interesante es resumir el libro, que es una labor un poco más complicada”. De esa manera, confiesa que va a intentar que algunos libros se reediten, como el de vendajes de Gofres, con su consiguiente actualización.