¿Están formados los profesionales enfermeros en comunicación terapéutica?

Martes, 31 de enero de 2017

por diariodicen.es

fhe120Más del 80% del tiempo que los profesionales sanitarios, y especialmente los enfermeros, dedican el desarrollo de su labor diaria la comunicación, bien sea con los pacientes, familiares o con otros profesionales. La comunicación, por tanto, es una base necesaria para el correcto desempeño de su trabajo, sin embargo, ha sido hace relativamente pocos años cuando se ha fijado la vista en ella. ¿Tienen los profesionales enfermeros formación en comunicación terapéutica?

Las docentes Mª Teresa Argüello López y Matilde Tenorio Matanzo, responsables de la asignatura “Psicología del Cuidado”, junto con Mª Teresa González Gil, profesora ayudante, de la Sección Departamental de Enfermería de la Universidad Autónoma de Madrid, explican la importancia de la comunicación terapéutica, las principales claves para su mejora y la formación de los futuros profesionales enfermeros en la materia.

Preguntas.- ¿Tiene el profesional enfermero la formación en comunicación necesaria para abordar el cuidado del paciente? ¿Qué habilidades estratégicas y técnicas comunicacionales es necesario que aprenda el profesional enfermero?

Respuestas.- Responder a la primera de las preguntas con un sí o un no rotundo, implicaría establecer una generalización y siempre hay algún caso que no se corresponde con la afirmación realizada. Por otra parte, la comunicación es considerada como una de las competencias básicas que debe tener el profesional enfermero en el abordaje del cuidado. Desde esta perspectiva, sí podríamos afirmar que hay enfermeras y enfermeros que tienen diferentes niveles de desarrollo en la competencia de comunicación. Este hecho implica que las organizaciones deberían contemplar, tanto en la evaluación de sus profesionales como en sus Planes de Formación y Desarrollo, la formación necesaria, para cada profesional, en comunicación.

Como docentes, trabajamos para que nuestros estudiantes, futuros profesionales, tengan unos recursos (conocimientos, habilidades y actitudes) básicos para poder comunicarse adecuadamente con el paciente y la familia en el contexto de una relación de cuidado. Sin embargo, el nivel y la habilidad comunicativa, es algo que se adquiere y se va consolidando con la práctica. El que este proceso de aprendizaje avance y crezca depende de la actitud crítica y reflexiva del propio estudiante, esto es: a partir del análisis de las situaciones de interacción-comunicación uno debe de identificar sus carencias, dificultades y barreras para desarrollar estrategias de mejora, así como también sus fortalezas y potencialidades para seguir reforzándolas y consolidándolas. Hace poco publicamos en Metas de Enfermería la descripción de una experiencia docente basada en el juego “ruleta de emociones” donde los estudiantes analizaban críticamente escenarios clínicos vinculados a determinadas emociones experimentadas. Es curioso ver como muchas de estas situaciones están vinculadas a acciones comunicativas lo que sigue siendo un reto para nuestros estudiantes a punto de egresar.

P.- ¿Cuáles son los principales factores por los que falla la comunicación enfermera-paciente? ¿De qué manera se podría mejorar?

Nurse Making Notes about Sick PatientR.- La comunicación como una competencia se basa en conocimiento, habilidad y actitud y se manifestará cuando los tres elementos se den de forma simultánea. Sin embargo, no podemos obviar que siendo un requisito imprescindible la presencia de estos tres elementos, si no se dan las condiciones adecuadas como es el tiempo que se necesita para establecer un adecuado proceso de comunicación, éste no se podrá llevar a cabo.

Para mejorar la comunicación, es imprescindible ser conscientes de la importancia de este proceso y de los beneficios tanto para el paciente como para el profesional enfermero. La comunicación debe ser incorporada como una competencia clave en el perfil de los enfermero en cualquier puesto de trabajo, de manera que se pueda evaluar y/o desarrollar con las estrategias y los recursos más adecuados y pertinentes.

Por otra parte, la experiencia docente nos sugiere que hay otras dificultades que residen en aspectos socioculturales y que tienen que ver con las dinámicas comunicativas en las que estamos socializándonos las cuales eclipsan la interacción cara a cara. A continuación podemos leer el comentario de un estudiante de segundo curso en su primer contacto con la práctica clínica: “He trabajado la comunicación con el paciente, que también es algo que me costaba al principio. La primera semana sobre todo estaba ahí sentado y diciendo -vale, ¿y yo dónde me meto ahora, qué hago?-. Pero bueno, luego ya la segunda semana trabajando y a veces teniéndote que enfrentar al hecho de que te dejen solo directamente con el paciente… Hay veces que sí que se hace un silencio incómodo que dices a ver cómo lo rompo yo. A veces pensaba: me pongo en el ordenador a buscar algo en su historial o lo que sea, algo para no tener que enfrentarme a la situación”.

P.- La comunicación terapéutica no solo abarca la relación con el paciente, la familia es una pieza fundamental, en muchas ocasiones, para la recuperación de este (ya sea para fomentar su adhesión al tratamiento o para respaldar anímicamente al enfermo). ¿De qué manera se aborda esta relación con los allegados?

R.- Indudablemente la familia es la principal fuente de apoyo para la mayoría de las personas enfermas y, por ello, nuestro foco de atención debe dirigirse a identificar cómo percibe el paciente el apoyo afectivo e instrumental que le brindan sus allegados, a conocer los recursos que tiene la familia para brindarle ese apoyo y a detectar en qué medida la situación afecta a cada uno de los miembros de la unidad familiar.

La extensión e intensidad de la relación terapéutica con la familia dependerá en gran medida de la etapa del desarrollo y del problema de salud del paciente, y en este sentido existen dos situaciones clave. Aquellas en las que la familia tiene que enfrentarse al cuidado de un paciente crónico y/ o dependiente y en las que se ven abocados a sobrellevar el proceso de la muerte del familiar. En estos casos, las demandas y las necesidades son mucho más complejas. En ambos casos las personas allegadas tendrán que adquirir nuevos conocimientos y habilidades para resolver el problema concreto del cuidado, pero sobretodo van a tener que aprender a hacer frente a los sentimientos y emociones que la nueva situación les genera. Establecer una adecuada relación terapéutica es esencial ya que, a la tarea educativa de capacitación, habrá que sumarle las del apoyo y el cuidado emocional que van a necesitar tanto ellos como la persona enferma durante todo el proceso.

P.- Además de la comunicación con el paciente y su entorno, la comunicación dentro de la profesión enfermera cobra cada día mayor importancia. La enfermera se enfrenta situaciones emocionalmente duras, ¿se tienen las herramientas necesarias para prevenir el llamado síndrome del quemado?

R.- Quizás este enunciado esté planteando dos cuestiones diferentes. Por un lado, la enfermera está en constante interacción con un equipo de cuidados con el que comparte responsabilidades. En este sentido, la competencia comunicativa y de capacidad de trabajo en equipo es fundamental. Siendo conscientes de esta importancia, trabajamos por ir incorporando a nuestros espacios de docencia seminarios teórico-prácticos a través de los cuales profundizar en habilidades de comunicación asertiva o resolución de problemas, entre otras.

Otra de las cuestiones clave es trabajar la capacidad de comunicación intrapersonal. Tratamos de formar profesionales con un conocimiento personal potente con capacidad de identificar, explorar y llegar a conocer sus emociones para, en consecuencia, saber gestionarlas y adaptar su comportamiento de forma adaptativa a las necesidades de interacción con el entorno. Solo conociéndose a uno mismo se puede llegar a conocer al otro del que se cuida y a acompañarle en la gestión de emociones. En esta misma línea, procuramos dar recursos y estrategias a nuestros estudiantes para que, a lo largo de su vida académica y posterior vida profesional, vayan construyendo una identidad personal y profesional sólida y flexible.

Por último, decir que nunca dejamos que pase un cierre de curso sin alertar a nuestros estudiantes de lo inhóspito y abrupto que puede llegar a ser el entorno profesional, atribuyéndoles la responsabilidad del cambio, empoderándoles y emplazándoles a tomar las riendas de una Enfermería competente, comprometida, honesta, innovadora y creativa, inconformista y centrada siempre en el paciente. Ejercer un cuidado profesional desde la perspectiva de la excelencia es la mejor vacuna contra el cansancio emocional.

Formarse en Comunicación Terapéutica permite adquirir unas habilidades que facilitan tu trabajo diario. El curso ‘Técnicas de comunicación con pacientes para enfermería’, impartido por AulaDAE, garantiza el aprendizaje de esta técnica.

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