ABIGG, la asociación que pretende mejorar la atención de los mayores

La Asociación Balear de Enfermería Geriátrica y Gerontológica (ABIGG) ha sido creada por un grupo de enfermeros/as dedicados a distintos ámbitos de la Geriatría en las Islas Baleares que tiene como principal objetivo dar visibilidad a los profesionales enfermeros que trabajan en este ámbito especializado y mejorar la atención a la población mayor.

Isabel Román Medina, presidenta en funciones de la asociación, explica que “la iniciativa surgió a raíz de querer reivindicar la categoría profesional de la especialidad de Geriatría en la administración pública de las Islas Baleares. Para ello creamos un grupo de trabajo formado por enfermeros de distintos ámbitos sanitarios y niveles asistenciales, como son hospitales sociosanitarios, residencias, Unidades de Valoración Sociosanitaria (UVASS), etc. Queríamos que conocieran que funcionamos con un modelo de atención centrado en la persona y que trabajamos en equipos multidisciplinares, porque la población mayor presenta patologías crónicas complejas y necesita un abordaje integral en el cual la enfermera geriátrica tiene un papel protagonista”.

Pregunta. ¿Qué actividades desarrolla la Asociación Balear de Enfermería Geriátrica y Gerontológica?

Respuesta. Entre otros objetivos tenemos el promover y defender los intereses profesionales de los enfermeros especialistas en Geriatría; impulsar y organizar grupos de trabajo e investigación para promover el crecimiento de los conocimientos de la Geriatría y la Gerontología, con la finalidad de obtener unos cuidados de calidad orientados a la excelencia; identificar y evaluar las necesidades de salud de la población mayor; y facilitar la presencia de la enfermera especialista en Geriatría en los distintos organismos sanitarios y sociales. Informamos de las actividades que llevamos a cabo en las redes sociales a través de: Facebook (https://www.facebook.com/enfermeraABIGG/), en Twiter (@Abiggenfermera) y en Instragram (Abiggenfermera).

P. En España en menos de 30 años se ha duplicado el número de personas mayores de 65 años, ¿está preparado el sistema sanitario para hacer frente a este incremento? ¿Qué retos se presentan ante este nuevo modelo de sociedad

R. Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 2014, el porcentaje de población mayor de 65 años, que actualmente se sitúa en el 18,2%, pasará a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064. Si tenemos en cuenta factores como el envejecimiento de la población, que ya prevé el INE, el aumento de la expectativa de vida, los estilos de vida poco saludables (mala dieta y sedentarismo), así como la creciente demanda de los servicios sanitarios y la baja inversión económica per cápita de nuestro sistema sanitario, es evidente que el sistema, así como está concebido, no puede hacer frente a este incremento de población.

Los principales retos con los que nos encontramos serían:

• El aumento de la cronicidad. Las personas mayores suelen ser pacientes pluripatológicos, ya que tienen de base varias enfermedades crónicas y su abordaje es de gran complejidad: son ancianos frágiles, enfermos polimedicados, pacientes hiperfrecuentadores o reingresadores en los hospitales.
• El actual modelo asistencial se basa en un modelo hospitalocéntrico, en detrimento de la Atención Primaria que debe ser el eje vertebral del sistema sanitario.
• La continuidad asistencial no está garantizada en todos los niveles asistenciales, lo que provoca fragmentación en la asistencia, favoreciendo reingresos hospitalarios y visitas a urgencias.
• Los cuidados paliativos no están al alcance de toda la población que los precisa.
• Los cuidadores suelen ser a su vez personas mayores y dedican muchas horas diarias al cuidado de su familiar enfermo, además, la provisión de los cuidados aumenta exponencialmente con la edad del cuidador, llegando a dedicar casi seis horas diarias si la edad de este oscila entre los 75-84 años. El lógico pensar, como así lo ponen de manifiesto diversos estudios, que casi la mitad de los cuidadores (el 40%) presenten signos de sobrecarga según la Escala de Zarit.
• Falta de recursos sociosanitarios. España está por debajo de la media de la OCDE en camas de larga y media estancia.

P. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido como punto crítico el papel que los centros de Atención Primaria desempeñan en la salud de las personas mayores y la necesidad de que estos centros sean accesibles y estén adaptados a sus necesidades. ¿Qué papel tiene el equipo enfermero en el abordaje del paciente mayor?

R. En la reciente actualización de la estadística del gasto público del SNS, se aprecian las cifras de recortes en el gasto sanitario público desde al año 2002 al año 2014. Pues bien, donde más se ha recortado, aparte de en el gasto farmacéutico, ha sido en Atención Primaria (AP) y en su personal. Necesitamos una AP potente y que sea donde más se invierta, ya que es el primer nivel asistencial.

La enfermera familiar y comunitaria debe impulsar y conseguir un envejecimiento activo, porque es uno de los objetivos de la OMS. Para ello ha de hacer promoción de la salud; prevención de las enfermedades, fomentando estilos de vida saludables a través de la dieta, ejercicio físico y mental y reducción de los hábitos nocivos, y apoyar y desarrollar educación sanitaria orientada a los cuidadores. Por otro lado, la enfermera comunitaria también ha de proveer cuidados al paciente crónico y a su familia, a través del Programa de Atención Domiciliaria (PAD), programa implantado y evaluado que está orientado a personas en situación de dependencia con la finalidad de ofrecer una atención integral e integradora, de calidad, eficaz y eficiente, tanto a la persona dependiente como a la familia, en el entorno comunitario.

P. Fomentar la autonomía del paciente, así como incidir en la prevención son factores fundamentales para mejorar la calidad de vida del mayor. ¿De qué manera se enseña e implica a estas personas en su propio cuidado?

R. La enfermera es la profesional experta que cuenta con el reconocimiento legal, académico y formal para garantizar los cuidados, y su objetivo primordial es el cuidado integral de la persona. El eje de las actuaciones de la enfermera son las necesidades básicas y su misión es aumentar la capacidad de autonomía e independencia de la persona y familia, e incidir en la prevención de la enfermedad.

Para mejorar la calidad de vida del mayor debe empoderar al paciente/familia. Para ello, los profesionales tenemos que ser accesibles, hacer una comunicación efectiva, implicar al paciente y a su entorno cuidador en el proceso de toma de decisiones y planificación de atención. Por otro lado, es necesario realizar educación sanitaria para que aprendan sobre su situación de salud y cómo mejorarla y para que adquieran conocimientos y habilidades para intervenir en las decisiones que afecten a su salud. Motivarles para que consigan prácticas saludables. Es necesario que sepan identificar y detectar situaciones de riesgo, así como signos y síntomas de alarma de su enfermedad.

Así mismo, es preciso facilitar la información necesaria acerca de los recursos de los que disponen y cuáles son los circuitos de acceso en caso de descompensación de su enfermedad.