El estudio se realizó para conocer si las estudiantes de Enfermería, potenciales futuras trabajadoras sanitarias, tenían una percepción correcta sobre los malos tratos y se encontraron con que el 18% había padecido alguna situación o episodio de violencia física durante sus relaciones de noviazgo. Los más visibles, ‘ser empujadas o recibir una bofetada’. Pero muchas de las afectadas ‘ni siquiera los percibían’ como tales. Este fue el llamativo resultado obtenido tras encuestar a 165 alumnas de Enfermería de la Universidad de Oviedo, con edades comprendidas entre los 18 y los 44 años.
La encuesta se llevó a cabo en el transcurso de una investigación sobre la violencia hacia las mujeres, en concreto, entre las alumnas de Enfermería, y en la que participaron, además de ese Grado, las facultades de Medicina y Psicología. Aunque los autores del trabajo aclaran que no es posible generalizar los resultados a todas las estudiantes, la elevada tasa de respuesta permite asegurar un porcentaje de error menor de 3% en las estimaciones de maltrato en la Universidad de Oviedo, lo que puede ayudar a estimar la situación en universidades similares.
A las jóvenes asturianas se les preguntó, por ejemplo, si se sentían a gusto con sus relaciones afectivas de pareja y para detectar si habían sufrido algún episodio de maltrato, tanto psicológico como físico, se les hizo responder a cuestiones sobre si habían sido sometidas a algún tipo de ‘prueba de amor mediante el uso de trampas para comprobar’ si engañaban a su pareja o si se sentían ‘obligadas a mantener sexo con tal de no dar explicaciones de por qué’.
Humillaciones, coerción o desapego (cuando la pareja deja de hablar a la otra persona o desaparece durante unos días para dar cuenta de su enfado) son otras de las conductas analizadas. También casos más directos de violencia física, desde empujones y bofetadas hasta agresiones de mayor intensidad.