Según la Junta de Andalucia, la prescripción ha otorgado a las enfermeras una mayor autonomía en la toma de decisiones y en la capacidad de resolución de problemas dentro del equipo sanitario, a lo que hay que sumar cómo este Decreto formalizó y sentó las bases del ejercicio de esta competencia en la práctica habitual.
Desde la entrada en vigor del Decreto 307/2009 por el que se define la actuación de los enfermeros en el ámbito de la prestación farmacéutica del Sistema Sanitario Público de Andalucía, se ha hecho imprescindible la formación de los profesionales en este ámbito.
Dicho Decreto recoge y desarrolla las actuaciones específicas de los enfermeros que incluyen la cooperación, el seguimiento protocolizado de determinados tratamientos con medicamentos, la facultad de usar e indicar medicamentos no sujetos a indicación médica y también prescribir los productos sanitarios incluidos en la prestación farmacéutica del Sistema Sanitario Público de Andalucía.
De la misma forma, dicho Decreto ha dotado a la enfermería de mayor autonomía para resolver situaciones que a diario en el ejercicio profesional pueden precisar de la prescripción de determinados fármacos o productos sanitarios, contribuyendo a ahorrar tiempo y garantizar una continuidad asistencial.
Según la normativa, las enfermeras pueden indicar a los pacientes sobre el uso de medicamentos como los antiácidos, laxantes, medicamentos para el dolor y la fiebre, antiinflamatorios, vitaminas, antihistamínicos, productos sanitarios para el cuidado de las heridas (vendas, gasas y apósitos estériles) o para la incontinencia urinaria.
