Bruselas señala como “prioridad” la implantación definitiva de la Tarjeta Profesional Europea

Jueves, 13 de febrero de 2014

por diariodicen.es

Durante la jornada de competencias “Modernización de la Directiva de Cualificaciones Profesionales: una movilidad segura” celebrada en la sede de la Comisión Europea, representantes de las instituciones comunitarias y de organizaciones profesionales han analizado los cambios introducidos por la reforma de la Directiva de Cualificaciones Profesionales, en cuanto a la movilidad de los profesionales sanitarios europeos y que reconoce las competencias mínimas de los enfermeros.

La última norma modificada establece un régimen de reconocimiento de las cualificaciones profesionales dirigido a favorecer la flexibilidad de los mercados laborales, conseguir una mayor liberalización de la prestación de los servicios, fomentar la automaticidad en el reconocimiento de las cualificaciones y simplificar los procedimientos administrativos.

Asimismo, la norma recoge siete profesiones que disponen de reconocimiento automático entre Estados miembros: enfermeros, arquitectos, odontólogos, médicos, matronas, farmacéuticos y veterinarios, y se está valorando si aplicarlo también a otras disciplinas. Por otra parte, otorga un papel primordial a los órganos reguladores de la profesión como “autoridades competentes con capacidad para velar por la libre circulación de profesionales”.

A raíz de la nueva Directiva, entre las iniciativas más importantes que han surgido se encuentra la implantación de una Tarjeta Profesional Europea que facilitará la movilidad de los profesionales y acreditará su preparación para ejercer en cualquier país de la Unión  Europea. Gracias a esta acreditción, las autoridades de cada uno de los estados miembros dispondrán de información de manera abierta y se reducirán los periodos de espera para la incorporación de nuevos profesionales en cada país.

Actualmente, cuando un enfermero quiere trabajar en un país extranjero existe un largo proceso administrativo. En muchas ocasiones, el primer paso es contactar con la autoridad competente de destino, recopilar documentos, realizar homologaciones, etc. Este proceso es el que desde la Comisión Europea se pretende evitar.

La puesta en marcha de la tarjeta está prevista para el año 2016, aunque son muchos los colectivos que han avisado de la necesidad urgente de implantarla ante la actual crisis económica y elevados índices de paro. No obstante, la problemática surge ante la doble necesidad de satisfacer las necesidades de los profesionales y las administraciones, respetando a la vez los derechos de las naciones y los ciudadanos. Según la Comisión Europea, la solución está en el diálogo, la flexibilidad y la colaboración administrativa de todos los estados miembros. En cualquier caso, todos los expertos que han participado en la Conferencia han coincidido en calificar la Tarjeta Profesional Europea como “un procedimiento vital para la movilidad en el siglo XXI”.

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